martes, 26 de noviembre de 2019

La crisis de la educación en Venezuela: del curriculo de la educación básica al curriculo oculto del país - Prof. Pedro Rivas





Preámbulo

Mi exposición reposa en un texto en extenso de veintidós páginas que leeré en textos seleccionados con el fin de evitar los imponderables extravíos discursivos de la palabra arrojada al libre albedrío de la espontaneidad y la confianza que ofrece el aparente dominio de un tema de la educación que siempre será complejo. Empero si de algo cree saber el ser humano es de esa sustancia que está hecha su personal mixtura de animal cultural. Además, cada quien cree que su propia verdad es suficiente para explicar cualquier accidente de la educación, o sea de ese atributo que le es inmanente. 


La lectura del texto impedirá el abuso de alargar el tiempo establecido para la disertación de los veinte minutos asignada a cada expositor del panel de este pequeño foro que abordará el tema de la crisis de la Educación Básica en Venezuela.

El espacio de este foro académico tiene un gran ausente, el profesor Carlos Febres. El infortunio no permitió que el proponente y mentor de este tema estuviera presente, lo cual nos impedirá contar con sus atinados comentarios y sus consabidas y aleccionadoras notas concluyentes de aquel viejo maestro vestido de lúcido verbo, sentido de humildad para decirlas y apego al rigor propio de un avezado y erudita profesor jubilado y retirado de las lides de la academia universitaria caraqueña.

Quizás en el inconsciente de mis actos se encuentre el origen de la resistencia que tuvo este evento para su realización caracterizado por las innumerables posposiciones, demoras y suspensiones sin aparente motivo.

Sea pues este evento un reconocimiento a la memoria del amigo que un día nos dejó y de quien, en lo personal asumo mi silente duelo como un impedimento para dejarle partir al cosmos.

Alcance enunciativo del foro y mi participación como ponente

El trabajo que presentaré se intitula: La crisis de la educación venezolana: del currículo de la Educación Básica al currículo oculto del país. Tal  nombre define este foro e ilustra mi participación. Este enunciado subraya los términos siguientes: la educación, la Educación Básica, la pedagogía, la crisis que ella padece y el currículo dual: el oficial y público que escolariza y el oculto que opera silencia y paralelamente “fuera del establecimiento educacional.

Estos seis componentes delimitan el problema en referencia y trasversalmente sin aludidos en tanto se constituyen en dimensiones narrativas.

I La educación

La primera dimensión destaca el foco central del debate: la educación, a la que definiremos como un proceso esencialmente cultural encargado de darle la forja humana a nuestra naturaleza animal.

Ello es posible si el animal sapiens se cría y desenvuelve en medio de unas condiciones favorables sociales, culturales y espirituales favorables para obtener la condición de humanidad moldeada en la dinámica de nuestras prácticas sociales desarrolladas a lo largo de un ensayo histórico de millones de años.

En tal sentido, la educación es un proceso complejo encargado de hominizar, socializar y culturizar el animal sapiens que existe en cada uno de nosotros. El proceso articula todos los factores de incidencia ecológica, social, psicológica, política, cultural y espiritual que darían forma y fondo al sentido de humanidad que debe conjugarse en el ser humano.
La educación es un fenómeno holístico que conjuga los factores de incidencia primaria y los pone a interactuar en armonía. La educación da la cualidad humana al animal sapiens como totalidad, nunca como la suma de sus influencias parciales. El ser humano es una totalidad que se desarrolla como tal, no por parceladamente, si así fuese se genera desequilibrio. Sean los casos de potenciar la espiritualidad aisladamente de los otros o desarrollar su condición física dejando a un lado su cognición. Enfatizar el desempeño de un factor va en detrimento de los otros. Las carencias de condiciones y oportunidades favorables operan al revés, debilitan y minimizan el desarrollo de las capacidades innatas y adquiridas para obtener el grado de  humanidad al que estamos obligados/condenados a hacer/cursar.

En esencia la educación tiene por misión histórica desarrollar y perfeccionar en el animal sapiens sus capacidades y potencialidades genéticas para aprender a ser humano en la práctica social.

La crisis de la educación se da en el contexto de la trinidad individuo-especie-sociedad que señala Morin1 en su teoría sobre el pensamiento complejo y la humanización de la humanidad.

En consecuencia, si el ser humano está en permanente forja evolutiva y de allí su incomplitud e imperfectibilidad, la educación como proceso intencional y deliberado siempre enfrentará la imperfectibilidad de los modos como se aborda y las resistencias inconscientes de animal de cambiar su condición animal.  A esas resistencias le llamaremos crisis. 

En el contexto de esta reflexión he llamado crisis a la discrepancia existente entre lo deseable y lo encontrado. Recuérdese que la educación es un fenómeno cultural y una expresión creada por el mismo ser humano en ese proceso de autoconstruirse con el otro.
La educación desde esta perspectiva siempre estará en crisis porque toda creación humana es susceptible de ser modificada por conveniencia o desajuste. La familia, la sociedad, el Estado y la escuela son organizaciones sociales creadas a imagen y semejanza del hombre y, por tanto, de existencia finita por la naturaleza entrópica que ellas tienen. Su inmanencia les obliga a conservarse y transformarse permanente. La sentencia fatal es su desaparición. De allí el valor de autopoiético de toda   organización, en tanto establecimiento axio-teleológico, ejemplo, la escuela  

El ser humano es un sujeto primariamente teleológico porque puede a cambiar la orientación de su destino y el sentido de la vida. Allí está su naturaleza altamente compleja que funciona con un sistema de valores que se mantienen a conveniencia y modifican permanentemente en la relación histórica del espacio y el tiempo. El ser humano y la educación siempre serán dos caras diferentes del mismo fenómeno.
II La educación es una respuesta a nuestra incomplitud humana

Una segunda consideración al respecto nos ubica en el transitar sin opción del homínido que descubre su condición de sujeto siempre inacabado y, por tanto, condenado a vivir una existencia trazada por la imperfección y la imposibilidad de llegar a ser el prototipo idealizado por los relatos de las religiones, las exigencias de la política y las convenciones establecidas por las leyes. 

Es pues la paradojal sentencia de vivir y no poder alcanzar la razón de ser del hombre ni lograr el ideal de su perfección porque no le será sencillo que las instituciones (familia, escuela, sociedad y Estado) dispongan de las condiciones y las oportunidades requeridas por los atributos que definen su carácter humano y los discursos de su apologética perfectibilidad.

Él es sin proponérselo víctima y victimario de sus relatos, presa y víctima  de su palabra. El hombre imperfecto será su única realidad y la condición per se para ser educado; en consecuencia, será la única razón y motivo para que la educación realice su obra magna: formar y perfeccionar la tosca naturaleza humana de un animal que nació para ser forjado por otros seres imperfectos como él e incluso bajo su propia fragua.
III Sistema educativo venezolano

La tercera dimensión refiere al sistema educativo venezolano y su aparato escolar conformado por los dos subsistemas (la Educación Básica y la Educación Universitaria) tres niveles educativos (Educación Inicial, Educación Primaria y Educación Media y Profesional) y un mínimo de diez modalidades (la Educación Especial, la Educación de Jóvenes, Adultos y Adultas, la Educación de Fronteras, la Educación Rural, la Educación para las Artes, la Educación Militar, la Educación Intercultural Bilingüe, y otras que determinen la ley).
Este subnivel asume el concepto de la educación básica del venezolano a lo largo del tramo existencial de sus primeros 18 años iniciados a partir del  momento de su nacimiento según lo establece la Ley Orgánica de la Educación del 2010.

Esta definición se concibe como el tejido que enhebra la formación integral de un niño que pronto será púber, luego adolescente e inmediatamente se convertirá un joven que calzará la mayoría de edad, ingresará a la universidad y tendrá acceso al derecho político de elegir y ser elegido para cualquier cargo de gobierno.

Nuestra discusión se ubica en el primer subsistema con sus niveles y modalidades sin obviar su interacción con el subsistema de la Educación Universitaria o instancia suministradora de bachilleres, los siempre demandantes de carreras universitarias.
En la práctica el subsistema universitario se convierte en el ámbito terminal de un modelo educativo nacional lineal / tubular de escolarización y tituladora de profesiones, dado el carácter napoleónico del modelo histórico imperante en Venezuela.

Quien no ingresa a la Educación Media “no profesional” se convierte en un trabajador potencialmente sin ocupación laboral e impedido de hacer una carrera universitaria2.  Un egresado de la Educación Básica se forma para ingresar a la universidad a hacerse de una carrera profesional: De no continuar su escolaridad se convierte en un potencial desempleado.

A estas etapas gregarias de la población escolar oscilarán mis atípicas notas sociopolíticas, afectivas y valorativas para este foro.


IV La visión limitada de la pedagogía para ver la educación en contexto
La cuarta dimensión perfila los múltiples contextos donde se encuentra la educación. Allí se encuentran las interacciones socio-ambientales encargados de brindarle el significado y la significación de los contenidos que dan esencialidad al ser humano.

La educación es un fenómeno muy complejo especialmente porque su inmanencia es estrictamente humana y su conceptualización es ubicable en las determinaciones que provienen de su carácter filosófico, ecológico, sociopolítico, económico, cultural, filosófico y espiritual, los cuales la resignifican en la interacción del sujeto con su realidad social.
En esta multiplicidad de ámbitos la educación es fácilmente abordable y, por tanto, es susceptible encontrar su comprensión, llevarla a discusión y percibirla en su complejidad. En consecuencia, la crisis allí es ubicable o disfrazada en sus diferentes rostros y máscaras.

La pedagogía como ciencia de la educación -para los efectos de esta discusión- proporciona su visión necesaria del ámbito escolar pero requiere el auxilio de las múltiples miradas que proporciona la interdisciplinariedad, el dialogo de saberes y experiencias, el pensamiento complejo que da luces para su entendimiento en el aquí y el ahora. Tal ejercicio, sin duda, faculta una mirada que está más allá del ver de la escuela.
Es necesario despedagogizar la educación por un momento para verla en la perspectiva de otros espacios y contextos que se expresan en la diversidad de los enfoques interdisciplinarios. Tal apertura enriquece la mirada plural y hace a la educación un fenómeno gestaltmente comprensible.

El enfoque escolar de la educación es limitado y no da cuenta del variopinto tema de la educación y las interminables expresiones de la crisis. La pedagogía tradicional se queda reducida al ángulo de la visión atrapada al espacio del aula, el currículo  y  sus didácticas, es decir a una parte del fenómeno en discusión. El escenario escolar es solo una parte de ella en tanto, responsabilidad indelegable de la escuela,  sus maestros y profesores.
V El currículo dual

La quinta dimensión ubica a la educación en el marco del currículo y a sus dos expresiones: el currículo oficial que idealiza el ser humano y escolariza la educación y el currículo oculto que opera silenciosamente fuera del establecimiento educacional las 24 horas del día al margen de la conciencia del sujeto. Opera en la cotidianidad impregnada de rutinas y novedades. Paradójicamente ambos currículos son públicos.
El currículo escolar

La primera connotación del currículo oficial refiere a la institucionalización de la educación y al proceso de formación intelectual y desarrollo de las capacidades y potencialidades humanas y culturales, en especial del proceso de ciudadanización de los niños, púberes y adolescentes.

Este ámbito es el  encargado de garantizar la escolarización obligatoria y gratuita de la población etaria de los 18 años de vida hacia abajo, es decir de los tres niveles escolares de la Educación Básica: Educación Inicial, Educación Primaria y Educación Media y Profesional, y sus modalidades correspondientes, según lo demandan los Art. 24 y 25 de la Ley Orgánica de Educación (LOE).

La población escolar de este subsistema educativo está compuesta por niños en condición de crianza maternal, niños de primera y segunda infancia, púberes, adolescentes y jóvenes. Edades etarias en pleno desarrollo primario de sus capacidades físicas y mentales, volitivas, socio afectivas,  psicomotoras y, en particular, la gestación de sus coordenadas axiológica y espiritual.

El currículo escolar es un instrumento ideológico y político
Esta consideración destaca el carácter político que tiene el proceso de la formación de la población escolar y, por lo tanto, el currículo escolar se hace permeable a la orientación política del sistema político-económico de la nación a través del Estado Docente y en conjunción con los agentes educativos y partidos políticos que le controlan  y conducen.
La educación no es un proceso neutro, apolítico, ni está desvinculada de las tendencias del gobierno nacional y del resto de los poderes públicos. Tampoco los contenidos del currículo son neutros ni están aislados de la influencia de las inclinaciones de los docentes en el aula de clase. Además la militancia o la simpatía político partidista del ciudadano es un derecho constitucional.

Se des-educa con el modelaje

Una reflexión adicional ubicaría al currículo escolar como el instrumento por excelencia que los expertos de la planificación y del optimismo pedagógico han convertido en una suerte de Midas de la paidea moderna y contemporánea, lo cual permitiría que todo estudiante que sea influenciado por sus políticas educativas, ejes de acción, lineamientos curriculares u orientaciones pedagógicas, se conviertan en ciudadanos  forjados de luz, idóneos en sus actos y moralmente rectos para el desarrollo de una ciudadanía comprometida con los deseos de la sociedad y los ideales de la república.

Desde el piso 20 del despacho de educación de Caracas, ayer como hoy, se cree a pie juntillas disponer del poder y de las finanzas para decretar deseos, sueños y alcanzar las utopías consagrados en los fines de la educación, obtener la calidad y lograr la excelencia de sus resultados. Así siempre ha sido desde que apareció el Estado moderno y florecieron las primeras escuelas garantes de la formación republicana y democrática.
El rey Midas y sus expertos de la planificación de utopías terminan desapareciendo los contenidos de las humanidades y el arte, las ciencias y la  tecnología, así como las luces de la razón, al diseñar currículos etéreos que se enseñarán sin el correlato social principal de una praxis política y ciudadana ejemplarizante.

Si los agentes y los actores tradicionales que educan (las instituciones del Estado, la familia, la escuela, la sociedad, las iglesias y cultos religiosos, los medios de comunicación y redes sociales, los empresarios y comerciantes y las fuerzas armadas) no cumplen con sus obligaciones, entonces qué ejemplo van a dar. No hay modelaje ni hay imitación primaria ni habrá génesis de una cultura moral.

Por su parte, si las instituciones de los poderes públicos no cumplen con sus obligaciones ante la ley y las normas, ni hacen que se cumplían las leyes que se da la república para su convivencia, gobernabilidad y desarrollo nacional, entonces la educación como fenómeno biológico, social, psicológico cultural y espiritual, no podrá cumplir sus misión de trans-formar la naturaleza con la que nacemos por herencia natural. Naceremos humanos pero no habrá las condiciones fundamentales para hacernos humanos en la práctica social deseable.

La consecuencia de ello es la ausencia de modelajes primarios y complementarios que puedan ser imitados para percibir  el espíritu de una polis que contiene ciudadanía
La moral republicana y el cumplimiento de los deberes ciudadanos tienen una teoría, la que sale de sus prácticas sociales y ello se aprende en el ejercicio de la acción escolar y a la par de la ciudadana. No son postulados adormecidos en los códices de la sociedad, son  ejercicios tangibles.

El currículo oculto

La segunda connotación del currículo ubica la discusión en un espacio de aprendizajes que actúa labora al margen de los establecimientos escolares y del Estado nacional y al que le ha denominado el currículo oculto.

Este currículo atípico no es bueno ni malo en sí mismo, se da en la dinámica de los múltiples contextos de la vida en sociedad y se manifiesta de múltiples maneras alterando las convencionalidades sociales y culturales de una localidad, región y el país. Funciona las 24 horas del día afectando de forma inmediata o colateralmente las diferentes poblaciones etarias que constituyen la Educación Básica y, por igual, a profesores, administradores y directivos de una institución educativa, padres y representantes.

Se define por su gran capacidad de influir en el comportamiento de los estudiantes y, en general, de los ciudadanos. En plena época de expansión de la de los mercados este currículo oculto se encarga de convertir a los sujetos en “ciudadanos del mundo globalizado” a través de los sutiles mecanismos que proporcionan las redes sociales y las tecnologías de la comunicación, información y automatización conocidas con las siglas de TICAS.

El currículo oculto opera por sus magnitud en un superámbito que da visibilidad a sus enseñanzas y a la vez le permite monitorear los aprendizajes promovidos por un “sistema des-educativo paralelo” al formal e institucionalizado. Es paradójicamente organizado y, a la vez, aleatorio al funcionar en la calle, en los centros comerciales, en la economía informal, en la cambiante moda, en los estereotipos sociales, en la música, en la comida chatarra, el consumo de licores, cigarrillos y estupefacientes. Los medios de comunicación son su gran acicate.

Este currículo esencialmente expresa los intereses de un parasistema altamente mediatizado y comercializado que afecta el ethos y el logos del estudiantado de este subsistema escolar al incorporar contenidos, valores y prácticas adictivas y disruptivas no siempre compatibles con los fines y propósitos del sistema educativo convencional.
Este aspecto es clave para el debate que hoy promueve este foro porque coloca a los estudiantes menores de edad en manos de un currículo oculto que opera con mano invisible, no da cuenta de sus acciones a nadie, dado que actúa con absoluta libertad para hacerlo y se apropia del derecho a las libertades individuales para actuar en su nombre. Ir en contra de él significa encontrar  a unos defensores de los derechos individuales de la masa amorfa que no tiene vocería ni representación en ninguna parte, a lo sumo tendrá eco en alguna notica que algún periodista deje colar por algún medio noticiero y hasta allí llega todo.

Una población escolar en formación temprana

El quid del asunto radica en que esta población etaria se encuentra atravesando por diversos procesos de su evolución humana y construyendo su singularísima estructura bio-psico-social-cultural-espiritual. Dejar que las manos invisibles de una escuela massmediática contribuyan positivamente a desarrollar la incipiente gestación y desarrollo de su personalidad, es una ingenuidad que de inmediato prende las luce rojas del riesgo y la alta vulnerabilidad de todo venezolano en esta edad escolar.

No olvidemos que los estudiantes de este subsistema están en proceso de construcción progresiva de sus sistemas de percepción, representación y simbolización; los repertorios mentales y psicológicos; la imaginería y la adopción y asimilación del espectro axiológico y espiritual que dará identidad a su personalidad.

En este proceso es donde se inoculan las enseñanzas de este currículo informe, invisible, que forma al revés y en contravalores con las convencionalidades establecidas, no así con los intereses del libre mercado de bienes de consumo.

Este currículo oculto se expresa de una manera impredecible, liquida, transitoria al estilo de Bauman y la dialéctica paradojal de educar mientras deseduca.

El currículo oculto tiene un parasistema de enseñanza que des-educa permanentemente al vincular nuestras necesidades primarias y las creadas artificialmente con sus ofertas y mercancías. Su ámbito de acción se encuentra en sus modernas y lujosas instalaciones con aire artificial, limpieza total, baños limpios y relucientes, seguridad garantizada  y gente contenta y feliz caminando sin problemas de tiempo ni preocupaciones viendo vitrinas que ofrecen lo que uno necesita y lo que no también. Unas modernas y lujosas escuelas para el consumo que ofrecen todo.

El currículo oculto hegemónico funciona en sus propios establecimientos hechos para desarrollar la actividad comercial y de consumo masivo. Son espacios funcionales que garantizan bienes de consumo de todo tipo.

El currículo oculto se desarrolla en los llamados “no lugares o espacios del anonimato” de Marc Auge3 donde existe actividad económica y de consumo diario y masivo como son los centros comerciales, malls, supermercados, tiendas por departamento; y el mercado de la economía informal de la calle y las mini tiendas que fagocitan la ciudad.

El currículo oculto también recibe la impronta de los “no lugares digitales o espacios virtuales del anonimato”3 observados en internet y las redes sociales, cuyo campo de acción se desarrolla en los supermercados virtuales de consumo electrónico individualizado a través de empresas trasnacionales de financiamiento, transporte y envío de mercancías a destino tales como Amazon, Alibaba, eBay y otras empresas t del ramo.

En síntesis, el currículo oculto refiere al papel omnipresente del para-Estado del libre mercado con sus escuelas (mails, centros comerciales, supermercados), currículos ocultos operando públicamente  a través del consumismo, sus medios y recursos para la enseñanza y el aprendizaje (medios enseñanza y redes sociales, lecciones: (publicidad y promoción), sus maestros (vendedores, publicistas, locutores, etc) y su espectro axiológico (éxito, riqueza fácil, hedonismo, sexualidad sin amor, sexismo, estar en algo, estereotipos, etc.)

En conclusión, el primer currículo tiene alumnos y docentes y el segundo currículo tiene cada vez más oferentes de servicios, objetos de consumo, clientes y compradores en un proceso permanente de formación consumista y un mecanismo que todo lo hace posible: el milagroso crédito.
Los segregados

En este trayecto existencial de su evolución todo venezolano escolarizado habrá de recibir la impronta sociocultural de la institucionalidad educativa y el legado cultural de la humanidad. Los que no están dentro de los linderos de la escuela quedarían excluidos de recibir el beneficio de la formación escolar y hacer el modelaje sociocultural de la carrera que brinda humanidad al ancestro animal cuyo cuerpo aloja al potencial humano que define al individuo y a la especie humana.

No obstante, quienes no ingresan jamás al sistema educativo, así como los que desertan por no poder cumplir con las obligaciones de los establecimientos escolares, tienen en este foro una consideración aparte por ser catalogados como los eternos excluidos que se ubicarán en la extrema izquierda de la curva de Gauss conformando el circuito social de carencias que reproducirá las condiciones de pobreza, miseria, resentimiento y odio.

Acá, en este extremo social se encontrará apostada la mano de obra laboral sin formación ocupacional, desocupación al día y el potencial caldo de cultivo que gestará un tipo de delincuencia y criminalidad muy diferente a la de cuello blanco del otro que surgirá del extremo de la curva, es decir de quienes provienen de los circuitos de excelencia social, política y económica.

Esta denominación de los circuitos de excelencia y carencia fueron incorporados al lenguaje de la sociología educativa venezolana por Gabriela  Bronfenmager y Ramón Casanova investigadores de la UCV en la década del setenta.


El modelaje primario de la familia y la sociedad real en sus múltiples dimensiones se dan en su efecto de simultaneidad y reciprocidad.

VI Los agentes educativos

La sexta dimensión refiere a la dinámica que desempeñan en la educación la familia, la sociedad, el Estado nacional con sus instituciones republicanas y democráticas, las iglesias, cultos y sectas religiosas, la calle, los grupos de pares, las organizaciones comunitarias, vecinales y recreacionales y los medios de comunicación.

Esta amalgama de entidades afecta el imaginario del venezolano e inciden en consecuencia sobre la educación y, en particular, el campo de la de la política y su práctica real, la cual se replica en los estudiantes en término de su modelaje.

Recuérdese que la educción es el fenómeno mediante el cual la nos hacemos humanos  a partir de desde nuestro primer nacimiento y cuyo ámbitos de acción, incluyen la escuela y otros más como la familia, la sociedad, las iglesias, la calle, los medios de comunicación, etc.

En tal sentido, cada uno de estos sectores tiene su propia dinámica y de su estabilidad y desarrollo dependerá la contribución al desarrollo integral de la educación. Si ellos encuentran en desmejora esa será su aporte a la crisis.
La crisis de ayer es la de ahora

Hablar de la crisis en Venezuela es lo más común y más universal que pueda ocurrir en  cualquier tertulia, disertación académica, entrevista o reportaje periodístico y es que vivimos en el marco de un sistema cuyos componentes siempre tienen alguna disfuncionalidad, falla nueva o una solución pendiente por buscarse.
La máxima expresión de disfuncionalidad de un sistema la encontramos en la desarticulación casi total del país en la que nada funciona en términos de su deber ser  con su ser inmediato del aquí ya.

El Diccionario de la Lengua Española (Edición XXI. 1997) califica a la crisis en sus dos primeras acepciones como una mutación considerable e importante de cualquier orden, sea este un proceso biológico, físico, histórico y espiritual), y en su quinta acepción la califica de un juicio que se hace de una cosa después de haberla examinado cuidadosamente (Tomo I, pág. 596).

El término crisis es un término generalizado usado para señalar que algo no funciona como debiera ser. No obstante, una breve atención del uso de tal palabreja observa que su utilización se restriegue prácticamente a todo aquello que se vincule a lo público, a lo oficial, es decir, a lo que atañe al funcionamiento del Estado nacional y sus relación con sus entornos.

Por ello es habitual que  la cotidianidad del lenguaje encuentre expresiones tales como las que señalaré ampliamente:

-  La crisis del país político y la crisis económica, de la asistencia médico asistencial, del transporte pesado y colectivo.

    Crisis de los servicios públicos (agua, electricidad, telefonía, gas, y otros) y de los impuestos sobre la renta.

-   Se habla de la crisis gobernabilidad, crisis de credibilidad de la dirigencia política del gobierno y de los partidos y grupos de  la oposición, crisis de las universidades, del poder judicial y de la administración de justicia y de los tribunales, de las cárceles y de los DDHH.

-  Igualmente nos referimos a la crisis de las profesiones universitarias, del parlamento nacional o del parlamento constituyentista, de la Fiscalía y del Ministerio Publico.

-  Se insiste en la crisis del gobierno con los sectores empresariales, laborales y sindicales, de la iglesia católica, con los militares en retiro y con los medios de comunicación. Crisis en las relaciones entre los poderes públicos.

-   Se reitera la crisis de la de la diplomacia internacional, de las fronteras con nuestros vecinos colombianos o del Caribe y entre naciones del continente americano o con la vieja Europa y, en particular, con los EE.UU.

-   En nuestro caso, se reitera la crisis de la escuela, de la universidad o de la formación docente o de la autonomía universitaria.

-    Y para cerrar esta breve retahíla de crisis total, acotaré que la literatura sobre la educación venezolana a partir de su historiografía no puede ser relatada si no es desde los momentos críticos que explican sus contradicciones.

Tales realidades se observan patéticamente en las crisis presentes en todos los gobiernos existentes desde el primer gobierno de Páez, pasando por el de Guzmán Blanco, el Benemérito General Gómez, Medina Angarita, Rómulo  Betancourt y luego los gobiernos de los últimos 60 años de la democracia representativa y de la democracia participativa, protagónica y corresponsable. Todos vivieron en la ola de una permanente crisis.
Estas referencias socio-hablante parecieran mostrar que nuestra existencia republicana es la historia de la incomplitud de un proyecto nacional de largo alcance que no ha podido consolidarse o de la falta de continuidad de uno que no tuvo contraloría política ni intención de que así fuese.

Vivimos ensayando proposiciones sin propuesta, de iniciativas de vida efímera, de obras que se acaban antes de finalizar por presupuestos insuficientes o ejecuciones sin contraloría ni fiscalización, de inauguraciones que se deterioran rápidamente por falta de mantenimiento o de cuidado público, ejecutamos experimentos sin evaluación de carácter formativo. Es crisis obrando siempre para que no haya obra.

Diera la impresión que el país se planifica en el moldura un proyecto para que caiga en desgracia per se o porque falta de continuidad administrativa lo deja fallecer. Pareciera no existir el sentido de pertenencia y de celo patriótico tan necesario para que se haga posible el sentido de la proyección, la permanencia y la trascendencia histórica.
Estas consideraciones me permiten concluir que la crisis en Venezuela es una constante y que el país vive un proceso permanente de reconducción de la crisis que merma o se profundiza, pero nunca desaparece, en una suerte de inmanencia y fatalismo al que estamos condenado.

Por ello la crisis del país es la crisis por extensión de todos los estamentos de la vida de la nación, de sus instituciones, de las industrias que explotan las riquezas del subsuelo para que los propietarios  podamos comer en paz.
La crisis del país es el producto directo de la ineficiencia gubernamental, de la improbidad, del manejo inescrupuloso de la “hacienda pública”, del conducción irresponsable de los recursos  petroleros y mineros, del silencio cómplice del ciudadano con la corrupción y del “cuanto hay pá eso” del ímprobo que negocia para sí la riqueza de todos.

Igualmente son responsables de la crisis los sectores de la oposición que han contribuido con su profundización al haber jugado a la conspiración temprana y al saboteo permanente y a no sentirse  parte fundamental de la administración del estado. Instigar y promover con  los EE.UU. y sus aliados una intervención armada, ensayar una guerra económica en diferentes circunstancias y agudizar un bloqueo económico, son temas que no admiten justificaciones, así el gobierno nacional se haya dedicado a cometer solamente yerros administrativos.  

Concluyo señalando que habrá crisis permanente de la educación si la modelística del correcto ejercicio del Estado no se hace apegado a las necesidades de la moral y luces y al cumplimiento del deber y las obligaciones que generan los derechos y obligaciones ciudadanas.

La corrupción como hecho social e individual es el aliciente permanente para que la crisis se perpetúe porque ella se gesta en los primeros años de nuestra existencia humana en la familia, la escuela y la calle.
El texto de la crisis

Por razones de brevedad señalaré algunas precisiones muestrales sobre la crisis del país y su efecto en la  Educación Básica, ellas son:
De orden educativo observadas en las siguientes consideraciones: 

1. El efecto más notable de la crisis de la educación se nota en el entramado de dos currículos paralelos: el escolar y el socio-económico, que se solapan en una cotidianidad cuyos resultados evidencian una formación endeble para ejercer el acto de la ciudadanía.

2. Los últimos 20 años el país ha vivido épocas de bonanza y de vacas flacas que tipifican comportamientos políticos de hacer gobierno y maneras de ejercer hacer la oposición que han sido parte de una modelística social y política que han visto los venezolanos nacidos a partir de 1999.

Es pues la generación nacida en la V república que inconscientemente incorporará a sus repertorios tales prácticas de vida. Subrayo esta población venezolana, pero igual sirve para  la generación anterior nacida en 1980. Ellos son las dos generaciones del currículo oculto no formados en la doctrina de Bolívar el Padre de la Patria.

3. La polarización política del país se transfirió a la gestión institucional contribuyendo a enrarecer el clima organizacional y pedagógico de los establecimientos escolares. Abrir los canales administrativos para promover la subcultura partidista de los cargos de dirección y de docencia era fomentar el sectarismo y la exclusión de quienes no coinciden con la filosofía del partido de gobierno.
La tradición venezolana en esta materia tenía que ser desterrada por inconstitucional y aberrante, así lo señalaban los discursos del cambio y la transformación.

4.  La insolvencia de los despacho de la educación (Básica y Universitaria) es inexplicable y nada son ejemplarizantes  con el cumplimiento de las leyes que el mismo Estado nacional aprueba y se obliga a cumplir sin nadie se lo recuerde que no sea su contraloría moral. Obsérvese:

Un aparte del Art. 26 de la LOE en uno de sus apartados señala que “la duración, requisitos, certificados y títulos de la modalidades del SE estarán definidos en la ley de Educación Básica y en la ley Educación Universitaria”. De estas leyes ninguna ha sido promulgada.

Igualmente el Ejecutivo Nacional, se obligaba a dar cumplimiento al Capítulo VI: Las disposiciones transitorias, finales y derogatoria, primera disposición, sancionando el Reglamento General de la LOE en un plazo no menor de un año (15 de agosto de 2017). En tanto se promulgaba la Ley Especial, este mismo capítulo en su cuarta disposición referido al “ingreso, ejercicio, promoción, permanencia, persecución y egreso en la formación docente”, el Ejecutivo nacional, dictaminaba la perentoriedad de presentar y promulgar en Gaceta Oficial el Reglamento Provisorio de Ingreso y Ascenso del Personal en un periodo de tres meses (15 de noviembre de 2019.

Este último instrumento jurídico instruía al despacho de educación a garantizar una carrera docente idónea y proba con base a la aplicación de “criterios de evaluación integral de mérito académico y desempeño ético, social y educativo, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica, y se ordena al órgano con competencia” a redactar y sancionar el citado reglamento provisorio. Igual ocurrió con las ocho leyes especiales de Educación Universitaria indicadas en el Art. 35 de la LOE.

5. La escuela queda mal parada en el caso de la formación en los jóvenes que poseen un lenguaje pírrico, pobre, caricaturesco, de economías en el pensamiento, lleno de trivialidades, inculto, grosero y soez, irrespetuoso y superficial, ello es la evidencia de que la función lectoescritura de la escuela y el liceo se perdió, sin contar con la escasa formación humanística y científica con que egresan nuestros bachilleres. Nada que ver con la exigencia de una población etaria que reclama una formación plena que privilegie el éxito con base esfuerzo de un trabajo escolar creador para lo cual la evaluación se convierta en su correlato.

6. La presencia desmedida de la partidización en el aparato educativo no respetó la actividad docente comprometida con el deber ni con las jerarquías ganadas con el trabajo productivo y con la experiencia formativa y generacional de miles de maestros y profesores que pudieron formar parte de las trenes de dirección de los establecimientos educacionales del país pero fueron segregados por no coincidir con la ideología que extrañamente excluyente identificada nada menos con el Padre de la Patria.

7.  Las filiales sindicales de los partidos políticos tienen una deuda histórica con la educación venezolana. Estas organizaciones han convertido a sus agremiados en baluartes del irrespeto y la intolerancia frente al debate serio y de altura de las casas que hacen de la educación su motivo laboral y profesional. Así no es ni será fácil sembrar ningún currículo

8. La formación docente siempre fue un tema recurrente de la crisis educativa en Venezuela. Hoy  las aulas tiene menos profesores por la renuncia del cargo, bien sea por la insuficiencia de su sueldo que no alcanza para nada o por el efecto de la migración forzada, y a diferencia del déficit de docentes que se requerían gradualmente para capear las consecuencias de la democratización y masificación del sistema educativo en la década del sesenta y setenta, el Estado actual recurre a la formación masiva e intensiva de personal interino para cubrir las vacantes dejadas.

En tal sentido, la “operación chamba juvenil” que es una política  gubernamental para incentivar la actividad de una población laboral de jóvenes desocupados, se reaprovechó reclutando a estudiantes de 4to y 5to año del bachillerato para incorporándoles a las Micromisiones “Francisco de Miranda” con el fin de iniciar un proceso de formación docente masiva, intensiva y a distancia en un año que le garantiza el cargo, más no una titulación conforme a la ley.

Esta práctica gubernamental demuestra como la crisis se reconduce históricamente y se aborda con paliativos coyunturales que no tocan el problema estructural que le genera. El asunto se reduce a salir del paso con respuestas administrativas no acordes con la magnitud de la crisis. Es la cultura del paliativo y de la subcultura del operativo para atacar problemas estructurales.

De orden familiar observada en la siguiente consideración:

9.  La crisis del modelo de familia, la irrupción de la mujer al mundo laboral y el nacimiento de niños fuera de relaciones de pareja están afectando profundamente la educación familiar, lo cual incide en la formación el ethos infantil con niños más cercanos a su animalidad instintiva que a su desarrollo socioafectivo y socio valorativo. Los niños que están llegando a los establecimientos escolares se están invirtiendo en un verdadero problema institucional para su socialización y culturización toda vez que los maestros no están preparados para ser madres y padres a la vez de 30 o 40 niños a la vez.

De orden político observadas en las siguientes consideraciones:

10. La crisis en Venezuela es una realidad irrepetible y está consustanciada con los 
sistemas de gobiernos que han llegado al poder, bien sea por las armas o por vía electoral. En efecto, es un problema de orden estructural que debe ser erradicado porque la salud material y espiritual de la nación y de sus ciudadanos así lo exige.

11. Los efectos negativos del Pacto de Punto Fijo se clonaron y potenciaron con la alianza cívico-militar del proceso bolivariano iniciado en 1999. Lo bueno fue abandonado o eliminado como si lo deseado por lo nuevo fuese incompatible con los hechos por venir y los deseos se convertirían automáticamente en realidad.

12. La crisis como disrupción permanente es un asunto de emergencia histórica y un problema de Estado, que observa una nación que pinta olores de descomposición permanente por ausencia de liderazgos nacionales que eviten el proceso de caotización creada por el gobierno e inducida por la oposición. Ambos representan para la historia presente y futura de Venezuela una yunta mortal irreversible.
La relación gobierno-oposición representa en el imaginario colectivo una suerte de parasitismo necesario para vivir, el uno sin el otro extinguiría su existencia. Son congéneres políticos. Este modelaje educacionalmente es perverso para el desarrollo de una conciencia política temprana, porque enseña des-educando.

13. Mientras el país contempla a un Estado incapaz de buscar salidas políticas y de entendimiento real y a una oposición jugando a la inercia de la crisis, cerca de cuatro millones de nacionales han cruzado las fronteras patrias buscando nuevas oportunidades en otras latitudes en medio de la ilusión y la incertidumbre.
El país fugado siente el embate de la xenofobia y la agresividad de unos países vecinos que no estaban preparados para alojar y dar trabajo a millones de inmigrantes. Las ilusiones no eran como las pintaban. Por las fronteras nacionales el país se descapitaliza lentamente.

Tales migraciones enseñan incapacidad para gobernar y despojo obligado de nuestras capacidades para solucionar colectivamente problemas de orden estructural.
La fuga es una respuesta inconveniente, pero paradójicamente necesaria para sobrevivir frente a la dirigencia  del país político y económico que no ofrece salidas pertinentes. Cuando el estómago está vacío la razón da paso al instinto de conservación que tiene un comportamiento ancestralmente no humano. El mandante sin hambre se comporta diferente al hambriento de sobrevivencia. Son dos formas de sentir la miseria, el hambre  y las pérdidas de la fe, la esperanza y el optimismo.

La escuela sin maestros y las universidades sin profesores ni estudiantes expresan un mensaje claro para la dirigencia del país. Solo una gobernanza educada puede entender los gritos del silencio del currículo oculto y el reclamo del currículo escolar.

14. La anormalidad de la vida nacional y el trabajo gubernamental con base al inmediatismo  de los operativos de la urgencia, se convierte en una práctica de vida que despoja al país de la posibilidad de recrear una cultura democrática permanente y productiva. El trabajo laborioso no es valorado en sus efectos sino por el resultado de la picardía y la trampa que son los instrumentos para lograr el éxito fácil que no exige de trabajo ni sacrificio.

15. La ciudad enseña con el lenguaje del grafiti y sus paredes, convertidos en los pizarrones públicos. Esta observación me hace concluir que hemos descubierto la tercera escuela: una ciudad por fuera que escribe y se expresa con la molestia por la ceguera y la sordera de los líderes y  dirigentes político-partidistas.

16.  El modelo político alternativo estrenado en 1999 copió las prácticas de corrupción e ineficiencia gubernamental de la llamada IV república y las perfeccionó al punto de haber fracturado las estructuras del Estado, haber empobrecido la nación y haber igualado a los ciudadanos por debajo del nivel de las condiciones mínimas de la sobrevivencia humana.
Es por ello que en el imaginario colectivo se corre el decir que cualquier inepto manejaría mejor el país que el gobierno revolucionario. Algo igual se decía de los gobiernos de la cuarta república en el año 1998.

Lo grave de estos aprendizajes históricos es observar la ausencia de memoria histórica y de que estos vacíos sean nuestros referentes para diseñar proyectos políticos. Mientras ello ocurre, la crisis mandará siempre y la mediocridad de todo pelaje se seguirá instalando en Miraflores con políticos hechos a la medida de los enemigos de la nación.
Mientras tanto, la memoria se haga olvidadiza la historia de nada servirá y el país seguirá siendo la mesa servida para que otros se coman los manjares que la naturaleza nos ofrece gratuitamente sin trabajarlos. La educación allí no está presente.

Muchas gracias.


NOTAS
1 Véase el libro de Edgar Morin (2003) titulado “El método I. La humanidad de la humanidad: la identidad humana”.  Madrid: Cátedra.

2 Hay que recordar que el Presidente Caldera en su primer mandato de gobierno (1969-1974) eliminó las carreras medias profesionales y la actividad profesionalizadora de  las Escuelas Técnicas Industriales, Comerciales y Agropecuarias; así como de las Escuelas de Enfermería y las Escuelas Normales fueron simplificadas en tiempo y alcance curricular e incorporadas al bachillerato diversificado y profesional de reciente creación.

Tal reforma se dio a inicios de la década del setenta con la creación del novísimo Sistema 
Educativo Venezolano. Algo parecido ocurriría en toda América Latina y del Caribe a propósito de la implantación de los modelos económicos desarrollistas de la época y exigidos para el hemisferio. Tales reformas exigían ensayos en la administración del Estado nacional. Así  fueron afectados los ámbitos sociales, judiciales, de salud, industriales y, por ende, de educación. La canalización de estas medidas venía adosadas en los empréstitos del  BM, FMI y el BID.

3 Véase el libro de Marc Auge (1992). Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad. Barcelona: Gedisa editorial. 126 págs.

4  Los no lugares digitales o espacios virtuales del anonimato es la designación que he acuñado para referirme por extensión a los ámbitos electrónicos de internet y las redes sociales. Es lo contrario a los no lugares o espacios físicos indicados por Marc Auge..

Pedro José Rivas
Contactos:

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PJR/pjr

Breve currículo

El Prof. Pedro José Rivas es docente activo e investigador de la Escuela de Educación de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes desde 1975. Es profesor titular. Egresado de la Universidad de Los Andes. Hizo una Maestría en Educación Básica por la Universidad del Zulia (1987-1990, y en Israel en el Centro Internacional “Aharon Ofri” de Jerusalén (1993) realizó Estudios para Graduados en el campo de la Planificación y el Desarrollo Curricular. En la Universidad Politécnica y Territorial de Mérida (UPTM) se doctoró en Pedagogía Crítica en el Programa Nacional de Formación Avanzada (2017). Es fundador de las revistas Educere (1979, Equiángulo (2004) y Gestión Institucional: Cuadernos sobre Administración Educacional (2018); es cofundador de Ontosemiótica del Núcleo Universitario “Rafael Rangel” de Trujillo (2015). Ha escrito quince libros de autoría sobre la educación, la pedagogía, la universidad y su autonomía universitaria, la educación matemática y la política. Ello incluye la poesía. En coautoría ha participado en diversos libros impresos. Los textos subrayan un particular interés por los géneros del ensayo, la crónica, la epigrafía y la poesía. Es deportista, planificador, editor, ensayista, articulista, conferencista y cronista de su cotidianidad. Ha sido Jefe del departamento de Administración Educacional, director de la Escuela de Educación y director de la Oficina de Planificación y Desarrollo (PLANDES) de la ULA. Actualmente coordina los Programas de Perfeccionamiento y Actualización Docente (PPAD) y de Postgrado en los niveles de Especialización y Maestría de Administración Educacional de la Facultad de Humanidades y Educación. Coordina dos comunidades de investigación e innovación en los niveles de Maestría y Doctorado de la UPTM.  (Octubre de 2019).


G Miradas Multiples


26 de Noviembre del 2019




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