Preámbulo
Mi exposición reposa en un texto en extenso de veintidós
páginas que leeré en textos seleccionados con el fin de evitar los
imponderables extravíos discursivos de la palabra arrojada al libre albedrío de
la espontaneidad y la confianza que ofrece el aparente dominio de un tema de la
educación que siempre será complejo. Empero si de algo cree saber el ser humano
es de esa sustancia que está hecha su personal mixtura de animal cultural.
Además, cada quien cree que su propia verdad es suficiente para explicar
cualquier accidente de la educación, o sea de ese atributo que le es
inmanente.
La lectura del texto impedirá el abuso de alargar el
tiempo establecido para la disertación de los veinte minutos asignada a cada
expositor del panel de este pequeño foro que abordará el tema de la crisis de
la Educación Básica en Venezuela.
El espacio de este foro académico tiene un gran ausente,
el profesor Carlos Febres. El infortunio no permitió que el proponente y mentor
de este tema estuviera presente, lo cual nos impedirá contar con sus atinados
comentarios y sus consabidas y aleccionadoras notas concluyentes de aquel viejo
maestro vestido de lúcido verbo, sentido de humildad para decirlas y apego al
rigor propio de un avezado y erudita profesor jubilado y retirado de las lides
de la academia universitaria caraqueña.
Quizás en el inconsciente de mis actos se encuentre el
origen de la resistencia que tuvo este evento para su realización caracterizado
por las innumerables posposiciones, demoras y suspensiones sin aparente motivo.
Sea pues este evento un reconocimiento a la memoria del
amigo que un día nos dejó y de quien, en lo personal asumo mi silente duelo
como un impedimento para dejarle partir al cosmos.
Alcance enunciativo del foro y mi participación como
ponente
El trabajo que presentaré se intitula: La crisis de la educación venezolana: del currículo de la Educación Básica al currículo oculto del país. Tal nombre define este foro e ilustra mi participación. Este enunciado subraya los términos siguientes: la educación, la Educación Básica, la pedagogía, la crisis que ella padece y el currículo dual: el oficial y público que escolariza y el oculto que opera silencia y paralelamente “fuera del establecimiento educacional.
El trabajo que presentaré se intitula: La crisis de la educación venezolana: del currículo de la Educación Básica al currículo oculto del país. Tal nombre define este foro e ilustra mi participación. Este enunciado subraya los términos siguientes: la educación, la Educación Básica, la pedagogía, la crisis que ella padece y el currículo dual: el oficial y público que escolariza y el oculto que opera silencia y paralelamente “fuera del establecimiento educacional.
Estos seis componentes delimitan el problema en
referencia y trasversalmente sin aludidos en tanto se constituyen en
dimensiones narrativas.
I La educación
La primera dimensión destaca el foco central del debate:
la educación, a la que definiremos como un proceso esencialmente cultural
encargado de darle la forja humana a nuestra naturaleza animal.
Ello es posible si el animal sapiens se cría y
desenvuelve en medio de unas condiciones favorables sociales, culturales y
espirituales favorables para obtener la condición de humanidad moldeada en la
dinámica de nuestras prácticas sociales desarrolladas a lo largo de un ensayo
histórico de millones de años.
En tal sentido, la educación es un proceso complejo
encargado de hominizar, socializar y culturizar el animal sapiens que existe en
cada uno de nosotros. El proceso articula todos los factores de incidencia
ecológica, social, psicológica, política, cultural y espiritual que darían
forma y fondo al sentido de humanidad que debe conjugarse en el ser humano.
La educación es un fenómeno holístico que conjuga los
factores de incidencia primaria y los pone a interactuar en armonía. La
educación da la cualidad humana al animal sapiens como totalidad, nunca como la
suma de sus influencias parciales. El ser humano es una totalidad que se
desarrolla como tal, no por parceladamente, si así fuese se genera
desequilibrio. Sean los casos de potenciar la espiritualidad aisladamente de
los otros o desarrollar su condición física dejando a un lado su cognición.
Enfatizar el desempeño de un factor va en detrimento de los otros. Las
carencias de condiciones y oportunidades favorables operan al revés, debilitan
y minimizan el desarrollo de las capacidades innatas y adquiridas para obtener
el grado de humanidad al que estamos obligados/condenados a
hacer/cursar.
En esencia la educación tiene por misión histórica
desarrollar y perfeccionar en el animal sapiens sus capacidades y
potencialidades genéticas para aprender a ser humano en la práctica
social.
La crisis de la educación se da en el contexto de la
trinidad individuo-especie-sociedad que señala Morin1 en su teoría sobre
el pensamiento complejo y la humanización de la humanidad.
En consecuencia, si el ser humano está en permanente
forja evolutiva y de allí su incomplitud e imperfectibilidad, la educación como
proceso intencional y deliberado siempre enfrentará la imperfectibilidad de los
modos como se aborda y las resistencias inconscientes de animal de cambiar su
condición animal. A esas resistencias le llamaremos crisis.
En el contexto de esta reflexión he llamado crisis a la
discrepancia existente entre lo deseable y lo encontrado. Recuérdese que la
educación es un fenómeno cultural y una expresión creada por el mismo ser
humano en ese proceso de autoconstruirse con el otro.
La educación desde esta perspectiva siempre estará en
crisis porque toda creación humana es susceptible de ser modificada por
conveniencia o desajuste. La familia, la sociedad, el Estado y la escuela son
organizaciones sociales creadas a imagen y semejanza del hombre y, por tanto,
de existencia finita por la naturaleza entrópica que ellas tienen. Su
inmanencia les obliga a conservarse y transformarse permanente. La sentencia
fatal es su desaparición. De allí el valor de autopoiético de
toda organización, en tanto establecimiento axio-teleológico,
ejemplo, la escuela
El ser humano es un sujeto primariamente teleológico
porque puede a cambiar la orientación de su destino y el sentido de la vida. Allí
está su naturaleza altamente compleja que funciona con un sistema de valores
que se mantienen a conveniencia y modifican permanentemente en la relación
histórica del espacio y el tiempo. El ser humano y la educación siempre serán
dos caras diferentes del mismo fenómeno.
II La educación es una respuesta a nuestra incomplitud
humana
Una segunda consideración al respecto nos ubica en el
transitar sin opción del homínido que descubre su condición de sujeto siempre
inacabado y, por tanto, condenado a vivir una existencia trazada por la
imperfección y la imposibilidad de llegar a ser el prototipo idealizado por los
relatos de las religiones, las exigencias de la política y las convenciones
establecidas por las leyes.
Es pues la paradojal sentencia de vivir y no poder
alcanzar la razón de ser del hombre ni lograr el ideal de su perfección porque
no le será sencillo que las instituciones (familia, escuela, sociedad y Estado)
dispongan de las condiciones y las oportunidades requeridas por los atributos
que definen su carácter humano y los discursos de su apologética
perfectibilidad.
Él es sin proponérselo víctima y victimario de sus
relatos, presa y víctima de su palabra. El hombre imperfecto será su
única realidad y la condición per se para ser educado; en consecuencia,
será la única razón y motivo para que la educación realice su obra magna:
formar y perfeccionar la tosca naturaleza humana de un animal que nació para
ser forjado por otros seres imperfectos como él e incluso bajo su propia
fragua.
III Sistema educativo venezolano
La tercera dimensión refiere al sistema educativo
venezolano y su aparato escolar conformado por los dos subsistemas (la
Educación Básica y la Educación Universitaria) tres niveles educativos
(Educación Inicial, Educación Primaria y Educación Media y Profesional) y un
mínimo de diez modalidades (la Educación Especial, la Educación de Jóvenes,
Adultos y Adultas, la Educación de Fronteras, la Educación Rural, la Educación
para las Artes, la Educación Militar, la Educación Intercultural Bilingüe, y
otras que determinen la ley).
Este subnivel asume el concepto de la educación básica
del venezolano a lo largo del tramo existencial de sus primeros 18 años
iniciados a partir del momento de su nacimiento según lo establece
la Ley Orgánica de la Educación del 2010.
Esta definición se concibe como el tejido que enhebra la
formación integral de un niño que pronto será púber, luego adolescente e
inmediatamente se convertirá un joven que calzará la mayoría de edad, ingresará
a la universidad y tendrá acceso al derecho político de elegir y ser elegido
para cualquier cargo de gobierno.
Nuestra discusión se ubica en el primer subsistema con
sus niveles y modalidades sin obviar su interacción con el subsistema de la
Educación Universitaria o instancia suministradora de bachilleres, los siempre
demandantes de carreras universitarias.
En la práctica el subsistema universitario se convierte
en el ámbito terminal de un modelo educativo nacional lineal / tubular de
escolarización y tituladora de profesiones, dado el carácter napoleónico del
modelo histórico imperante en Venezuela.
Quien no ingresa a la Educación Media “no profesional” se
convierte en un trabajador potencialmente sin ocupación laboral e impedido de
hacer una carrera universitaria2. Un egresado de la Educación Básica
se forma para ingresar a la universidad a hacerse de una carrera profesional:
De no continuar su escolaridad se convierte en un potencial desempleado.
A estas etapas gregarias de la población escolar
oscilarán mis atípicas notas sociopolíticas, afectivas y valorativas para este
foro.
IV La visión limitada de la pedagogía para ver la
educación en contexto
La cuarta dimensión perfila los múltiples contextos donde
se encuentra la educación. Allí se encuentran las interacciones
socio-ambientales encargados de brindarle el significado y la significación de
los contenidos que dan esencialidad al ser humano.
La educación es un fenómeno muy complejo especialmente
porque su inmanencia es estrictamente humana y su conceptualización es ubicable
en las determinaciones que provienen de su carácter filosófico, ecológico,
sociopolítico, económico, cultural, filosófico y espiritual, los cuales la
resignifican en la interacción del sujeto con su realidad social.
En esta multiplicidad de ámbitos la educación es
fácilmente abordable y, por tanto, es susceptible encontrar su comprensión,
llevarla a discusión y percibirla en su complejidad. En consecuencia, la crisis
allí es ubicable o disfrazada en sus diferentes rostros y máscaras.
La pedagogía como ciencia de la educación -para los
efectos de esta discusión- proporciona su visión necesaria del ámbito escolar
pero requiere el auxilio de las múltiples miradas que proporciona la
interdisciplinariedad, el dialogo de saberes y experiencias, el pensamiento
complejo que da luces para su entendimiento en el aquí y el ahora. Tal
ejercicio, sin duda, faculta una mirada que está más allá del ver de la
escuela.
Es necesario despedagogizar la educación por un momento
para verla en la perspectiva de otros espacios y contextos que se expresan en
la diversidad de los enfoques interdisciplinarios. Tal apertura enriquece la
mirada plural y hace a la educación un fenómeno gestaltmente comprensible.
El enfoque escolar de la educación es limitado y no da
cuenta del variopinto tema de la educación y las interminables expresiones de
la crisis. La pedagogía tradicional se queda reducida al ángulo de la visión
atrapada al espacio del aula, el currículo y sus
didácticas, es decir a una parte del fenómeno en discusión. El escenario
escolar es solo una parte de ella en tanto, responsabilidad indelegable de la
escuela, sus maestros y profesores.
V El currículo dual
La quinta dimensión ubica a la educación en el marco del
currículo y a sus dos expresiones: el currículo oficial que idealiza el ser
humano y escolariza la educación y el currículo oculto que opera
silenciosamente fuera del establecimiento educacional las 24 horas del día al
margen de la conciencia del sujeto. Opera en la cotidianidad impregnada de
rutinas y novedades. Paradójicamente ambos currículos son públicos.
El currículo escolar
La primera connotación del currículo oficial refiere a la
institucionalización de la educación y al proceso de formación intelectual y
desarrollo de las capacidades y potencialidades humanas y culturales, en
especial del proceso de ciudadanización de los niños, púberes y adolescentes.
Este ámbito es el encargado de garantizar la
escolarización obligatoria y gratuita de la población etaria de los 18 años de
vida hacia abajo, es decir de los tres niveles escolares de la Educación
Básica: Educación Inicial, Educación Primaria y Educación Media y Profesional,
y sus modalidades correspondientes, según lo demandan los Art. 24 y 25 de la
Ley Orgánica de Educación (LOE).
La población escolar de este subsistema educativo está
compuesta por niños en condición de crianza maternal, niños de primera y
segunda infancia, púberes, adolescentes y jóvenes. Edades etarias en pleno
desarrollo primario de sus capacidades físicas y mentales, volitivas, socio
afectivas, psicomotoras y, en particular, la gestación de sus
coordenadas axiológica y espiritual.
El currículo escolar es un instrumento ideológico y
político
Esta consideración destaca el carácter político que tiene
el proceso de la formación de la población escolar y, por lo tanto, el
currículo escolar se hace permeable a la orientación política del sistema
político-económico de la nación a través del Estado Docente y en conjunción con
los agentes educativos y partidos políticos que le controlan y
conducen.
La educación no es un proceso neutro, apolítico, ni está
desvinculada de las tendencias del gobierno nacional y del resto de los poderes
públicos. Tampoco los contenidos del currículo son neutros ni están aislados de
la influencia de las inclinaciones de los docentes en el aula de clase. Además
la militancia o la simpatía político partidista del ciudadano es un derecho
constitucional.
Se des-educa con el modelaje
Una reflexión adicional ubicaría al currículo escolar
como el instrumento por excelencia que los expertos de la planificación y del
optimismo pedagógico han convertido en una suerte de Midas de la paidea moderna
y contemporánea, lo cual permitiría que todo estudiante que sea influenciado
por sus políticas educativas, ejes de acción, lineamientos curriculares u
orientaciones pedagógicas, se conviertan en ciudadanos forjados de
luz, idóneos en sus actos y moralmente rectos para el desarrollo de una
ciudadanía comprometida con los deseos de la sociedad y los ideales de la
república.
Desde el piso 20 del despacho de educación de Caracas,
ayer como hoy, se cree a pie juntillas disponer del poder y de las finanzas
para decretar deseos, sueños y alcanzar las utopías consagrados en los fines de
la educación, obtener la calidad y lograr la excelencia de sus resultados. Así
siempre ha sido desde que apareció el Estado moderno y florecieron las primeras
escuelas garantes de la formación republicana y democrática.
El rey Midas y sus expertos de la planificación de
utopías terminan desapareciendo los contenidos de las humanidades y el arte,
las ciencias y la tecnología, así como las luces de la razón, al
diseñar currículos etéreos que se enseñarán sin el correlato social principal
de una praxis política y ciudadana ejemplarizante.
Si los agentes y los actores tradicionales que educan
(las instituciones del Estado, la familia, la escuela, la sociedad, las
iglesias y cultos religiosos, los medios de comunicación y redes sociales, los
empresarios y comerciantes y las fuerzas armadas) no cumplen con sus
obligaciones, entonces qué ejemplo van a dar. No hay modelaje ni hay imitación
primaria ni habrá génesis de una cultura moral.
Por su parte, si las instituciones de los poderes
públicos no cumplen con sus obligaciones ante la ley y las normas, ni hacen que
se cumplían las leyes que se da la república para su convivencia,
gobernabilidad y desarrollo nacional, entonces la educación como fenómeno
biológico, social, psicológico cultural y espiritual, no podrá cumplir sus
misión de trans-formar la naturaleza con la que nacemos por herencia natural.
Naceremos humanos pero no habrá las condiciones fundamentales para hacernos
humanos en la práctica social deseable.
La consecuencia de ello es la ausencia de modelajes
primarios y complementarios que puedan ser imitados para percibir el
espíritu de una polis que contiene ciudadanía
La moral republicana y el cumplimiento de los deberes
ciudadanos tienen una teoría, la que sale de sus prácticas sociales y ello se
aprende en el ejercicio de la acción escolar y a la par de la ciudadana. No son
postulados adormecidos en los códices de la sociedad, son ejercicios
tangibles.
El currículo oculto
La segunda connotación del currículo ubica la discusión
en un espacio de aprendizajes que actúa labora al margen de los
establecimientos escolares y del Estado nacional y al que le ha denominado el
currículo oculto.
Este currículo atípico no es bueno ni malo en sí mismo,
se da en la dinámica de los múltiples contextos de la vida en sociedad y se
manifiesta de múltiples maneras alterando las convencionalidades sociales y
culturales de una localidad, región y el país. Funciona las 24 horas del día
afectando de forma inmediata o colateralmente las diferentes poblaciones
etarias que constituyen la Educación Básica y, por igual, a profesores,
administradores y directivos de una institución educativa, padres y
representantes.
Se define por su gran capacidad de influir en el
comportamiento de los estudiantes y, en general, de los ciudadanos. En plena
época de expansión de la de los mercados este currículo oculto se encarga de
convertir a los sujetos en “ciudadanos del mundo globalizado” a través de los
sutiles mecanismos que proporcionan las redes sociales y las tecnologías de la
comunicación, información y automatización conocidas con las siglas de TICAS.
El currículo oculto opera por sus magnitud en un
superámbito que da visibilidad a sus enseñanzas y a la vez le permite
monitorear los aprendizajes promovidos por un “sistema des-educativo paralelo” al
formal e institucionalizado. Es paradójicamente organizado y, a la vez,
aleatorio al funcionar en la calle, en los centros comerciales, en la economía
informal, en la cambiante moda, en los estereotipos sociales, en la música, en
la comida chatarra, el consumo de licores, cigarrillos y estupefacientes. Los
medios de comunicación son su gran acicate.
Este currículo esencialmente expresa los intereses de un
parasistema altamente mediatizado y comercializado que afecta el ethos y el
logos del estudiantado de este subsistema escolar al incorporar contenidos,
valores y prácticas adictivas y disruptivas no siempre compatibles con los
fines y propósitos del sistema educativo convencional.
Este aspecto es clave para el debate que hoy promueve
este foro porque coloca a los estudiantes menores de edad en manos de un
currículo oculto que opera con mano invisible, no da cuenta de sus acciones a
nadie, dado que actúa con absoluta libertad para hacerlo y se apropia del
derecho a las libertades individuales para actuar en su nombre. Ir en contra de
él significa encontrar a unos defensores de los derechos
individuales de la masa amorfa que no tiene vocería ni representación en
ninguna parte, a lo sumo tendrá eco en alguna notica que algún periodista deje
colar por algún medio noticiero y hasta allí llega todo.
Una población escolar en formación temprana
El quid del asunto radica en que esta población etaria se
encuentra atravesando por diversos procesos de su evolución humana y
construyendo su singularísima estructura bio-psico-social-cultural-espiritual.
Dejar que las manos invisibles de una escuela massmediática contribuyan
positivamente a desarrollar la incipiente gestación y desarrollo de su
personalidad, es una ingenuidad que de inmediato prende las luce rojas del
riesgo y la alta vulnerabilidad de todo venezolano en esta edad escolar.
No olvidemos que los estudiantes de este subsistema están
en proceso de construcción progresiva de sus sistemas de percepción,
representación y simbolización; los repertorios mentales y psicológicos; la
imaginería y la adopción y asimilación del espectro axiológico y espiritual que
dará identidad a su personalidad.
En este proceso es donde se inoculan las enseñanzas de
este currículo informe, invisible, que forma al revés y en contravalores con
las convencionalidades establecidas, no así con los intereses del libre mercado
de bienes de consumo.
Este currículo oculto se expresa de una manera
impredecible, liquida, transitoria al estilo de Bauman y la dialéctica
paradojal de educar mientras deseduca.
El currículo oculto tiene un parasistema de enseñanza que
des-educa permanentemente al vincular nuestras necesidades primarias y las
creadas artificialmente con sus ofertas y mercancías. Su ámbito de acción se
encuentra en sus modernas y lujosas instalaciones con aire artificial, limpieza
total, baños limpios y relucientes, seguridad garantizada y gente
contenta y feliz caminando sin problemas de tiempo ni preocupaciones viendo
vitrinas que ofrecen lo que uno necesita y lo que no también. Unas modernas y
lujosas escuelas para el consumo que ofrecen todo.
El currículo oculto hegemónico funciona en sus propios
establecimientos hechos para desarrollar la actividad comercial y de consumo
masivo. Son espacios funcionales que garantizan bienes de consumo de todo tipo.
El currículo oculto se desarrolla en los llamados “no
lugares o espacios del anonimato” de Marc Auge3 donde existe
actividad económica y de consumo diario y masivo como son los centros
comerciales, malls, supermercados, tiendas por departamento; y el mercado
de la economía informal de la calle y las mini tiendas que fagocitan la ciudad.
El currículo oculto también recibe la impronta de los “no
lugares digitales o espacios virtuales del anonimato”3 observados en
internet y las redes sociales, cuyo campo de acción se desarrolla en los
supermercados virtuales de consumo electrónico individualizado a través de
empresas trasnacionales de financiamiento, transporte y envío de mercancías a
destino tales como Amazon, Alibaba, eBay y otras empresas t del ramo.
En síntesis, el currículo oculto refiere al papel omnipresente del para-Estado del libre mercado con sus escuelas (mails, centros comerciales, supermercados), currículos ocultos operando públicamente a través del consumismo, sus medios y recursos para la enseñanza y el aprendizaje (medios enseñanza y redes sociales, lecciones: (publicidad y promoción), sus maestros (vendedores, publicistas, locutores, etc) y su espectro axiológico (éxito, riqueza fácil, hedonismo, sexualidad sin amor, sexismo, estar en algo, estereotipos, etc.)
En síntesis, el currículo oculto refiere al papel omnipresente del para-Estado del libre mercado con sus escuelas (mails, centros comerciales, supermercados), currículos ocultos operando públicamente a través del consumismo, sus medios y recursos para la enseñanza y el aprendizaje (medios enseñanza y redes sociales, lecciones: (publicidad y promoción), sus maestros (vendedores, publicistas, locutores, etc) y su espectro axiológico (éxito, riqueza fácil, hedonismo, sexualidad sin amor, sexismo, estar en algo, estereotipos, etc.)
En conclusión, el primer currículo tiene alumnos y docentes
y el segundo currículo tiene cada vez más oferentes de servicios, objetos de
consumo, clientes y compradores en un proceso permanente de formación
consumista y un mecanismo que todo lo hace posible: el milagroso crédito.
Los segregados
En este trayecto existencial de su evolución todo venezolano escolarizado habrá de recibir la impronta sociocultural de la institucionalidad educativa y el legado cultural de la humanidad. Los que no están dentro de los linderos de la escuela quedarían excluidos de recibir el beneficio de la formación escolar y hacer el modelaje sociocultural de la carrera que brinda humanidad al ancestro animal cuyo cuerpo aloja al potencial humano que define al individuo y a la especie humana.
No obstante, quienes no ingresan jamás al sistema educativo, así como los que desertan por no poder cumplir con las obligaciones de los establecimientos escolares, tienen en este foro una consideración aparte por ser catalogados como los eternos excluidos que se ubicarán en la extrema izquierda de la curva de Gauss conformando el circuito social de carencias que reproducirá las condiciones de pobreza, miseria, resentimiento y odio.
Acá, en este extremo social se encontrará apostada la mano de obra laboral sin formación ocupacional, desocupación al día y el potencial caldo de cultivo que gestará un tipo de delincuencia y criminalidad muy diferente a la de cuello blanco del otro que surgirá del extremo de la curva, es decir de quienes provienen de los circuitos de excelencia social, política y económica.
Esta denominación de los circuitos de excelencia y carencia fueron incorporados al lenguaje de la sociología educativa venezolana por Gabriela Bronfenmager y Ramón Casanova investigadores de la UCV en la década del setenta.
El modelaje primario de la familia y la sociedad real en sus múltiples dimensiones se dan en su efecto de simultaneidad y reciprocidad.
En este trayecto existencial de su evolución todo venezolano escolarizado habrá de recibir la impronta sociocultural de la institucionalidad educativa y el legado cultural de la humanidad. Los que no están dentro de los linderos de la escuela quedarían excluidos de recibir el beneficio de la formación escolar y hacer el modelaje sociocultural de la carrera que brinda humanidad al ancestro animal cuyo cuerpo aloja al potencial humano que define al individuo y a la especie humana.
No obstante, quienes no ingresan jamás al sistema educativo, así como los que desertan por no poder cumplir con las obligaciones de los establecimientos escolares, tienen en este foro una consideración aparte por ser catalogados como los eternos excluidos que se ubicarán en la extrema izquierda de la curva de Gauss conformando el circuito social de carencias que reproducirá las condiciones de pobreza, miseria, resentimiento y odio.
Acá, en este extremo social se encontrará apostada la mano de obra laboral sin formación ocupacional, desocupación al día y el potencial caldo de cultivo que gestará un tipo de delincuencia y criminalidad muy diferente a la de cuello blanco del otro que surgirá del extremo de la curva, es decir de quienes provienen de los circuitos de excelencia social, política y económica.
Esta denominación de los circuitos de excelencia y carencia fueron incorporados al lenguaje de la sociología educativa venezolana por Gabriela Bronfenmager y Ramón Casanova investigadores de la UCV en la década del setenta.
El modelaje primario de la familia y la sociedad real en sus múltiples dimensiones se dan en su efecto de simultaneidad y reciprocidad.
VI Los agentes educativos
La sexta dimensión refiere a la dinámica que desempeñan
en la educación la familia, la sociedad, el Estado nacional con sus
instituciones republicanas y democráticas, las iglesias, cultos y sectas
religiosas, la calle, los grupos de pares, las organizaciones comunitarias,
vecinales y recreacionales y los medios de comunicación.
Esta amalgama de entidades afecta el imaginario del
venezolano e inciden en consecuencia sobre la educación y, en particular, el
campo de la de la política y su práctica real, la cual se replica en los
estudiantes en término de su modelaje.
Recuérdese que la educción es el fenómeno mediante el
cual la nos hacemos humanos a partir de desde nuestro primer
nacimiento y cuyo ámbitos de acción, incluyen la escuela y otros más como la
familia, la sociedad, las iglesias, la calle, los medios de comunicación, etc.
En tal sentido, cada uno de estos sectores tiene su
propia dinámica y de su estabilidad y desarrollo dependerá la contribución al
desarrollo integral de la educación. Si ellos encuentran en desmejora esa será
su aporte a la crisis.
La crisis de ayer es la de ahora
Hablar de la crisis en Venezuela es lo más común y más
universal que pueda ocurrir en cualquier tertulia, disertación
académica, entrevista o reportaje periodístico y es que vivimos en el marco de
un sistema cuyos componentes siempre tienen alguna disfuncionalidad, falla
nueva o una solución pendiente por buscarse.
La máxima expresión de disfuncionalidad de un sistema la
encontramos en la desarticulación casi total del país en la que nada funciona
en términos de su deber ser con su ser inmediato del aquí ya.
El Diccionario de la Lengua Española (Edición XXI. 1997)
califica a la crisis en sus dos primeras acepciones como una mutación
considerable e importante de cualquier orden, sea este un proceso biológico,
físico, histórico y espiritual), y en su quinta acepción la califica de un
juicio que se hace de una cosa después de haberla examinado
cuidadosamente (Tomo I, pág. 596).
El término crisis es un término generalizado usado para
señalar que algo no funciona como debiera ser. No obstante, una breve atención
del uso de tal palabreja observa que su utilización se restriegue prácticamente
a todo aquello que se vincule a lo público, a lo oficial, es decir, a lo que
atañe al funcionamiento del Estado nacional y sus relación con sus entornos.
Por ello es habitual que la cotidianidad del
lenguaje encuentre expresiones tales como las que señalaré ampliamente:
- La crisis del país político y la crisis
económica, de la asistencia médico asistencial, del transporte pesado y
colectivo.
Crisis de los servicios públicos (agua,
electricidad, telefonía, gas, y otros) y de los impuestos sobre la renta.
- Se habla de la crisis gobernabilidad,
crisis de credibilidad de la dirigencia política del gobierno y de los partidos
y grupos de la oposición, crisis de las universidades, del poder
judicial y de la administración de justicia y de los tribunales, de las
cárceles y de los DDHH.
- Igualmente nos referimos a la crisis de las
profesiones universitarias, del parlamento nacional o del parlamento
constituyentista, de la Fiscalía y del Ministerio Publico.
- Se insiste en la crisis del gobierno con los
sectores empresariales, laborales y sindicales, de la iglesia católica, con los
militares en retiro y con los medios de comunicación. Crisis en las relaciones
entre los poderes públicos.
- Se reitera la crisis de la de la
diplomacia internacional, de las fronteras con nuestros vecinos colombianos o
del Caribe y entre naciones del continente americano o con la vieja Europa y,
en particular, con los EE.UU.
- En nuestro caso, se reitera la crisis
de la escuela, de la universidad o de la formación docente o de la autonomía
universitaria.
- Y para cerrar esta breve
retahíla de crisis total, acotaré que la literatura sobre la educación
venezolana a partir de su historiografía no puede ser relatada si no es desde
los momentos críticos que explican sus contradicciones.
Tales realidades se observan patéticamente en las crisis
presentes en todos los gobiernos existentes desde el primer gobierno de Páez,
pasando por el de Guzmán Blanco, el Benemérito General Gómez, Medina Angarita,
Rómulo Betancourt y luego los gobiernos de los últimos 60 años de la
democracia representativa y de la democracia participativa, protagónica y
corresponsable. Todos vivieron en la ola de una permanente crisis.
Estas referencias socio-hablante parecieran mostrar que
nuestra existencia republicana es la historia de la incomplitud de un proyecto
nacional de largo alcance que no ha podido consolidarse o de la falta de
continuidad de uno que no tuvo contraloría política ni intención de que así
fuese.
Vivimos ensayando proposiciones sin propuesta, de
iniciativas de vida efímera, de obras que se acaban antes de finalizar por
presupuestos insuficientes o ejecuciones sin contraloría ni fiscalización, de
inauguraciones que se deterioran rápidamente por falta de mantenimiento o de
cuidado público, ejecutamos experimentos sin evaluación de carácter formativo.
Es crisis obrando siempre para que no haya obra.
Diera la impresión que el país se planifica en el moldura
un proyecto para que caiga en desgracia per se o porque falta de
continuidad administrativa lo deja fallecer. Pareciera no existir el sentido de
pertenencia y de celo patriótico tan necesario para que se haga posible el
sentido de la proyección, la permanencia y la trascendencia histórica.
Estas consideraciones me permiten concluir que la crisis
en Venezuela es una constante y que el país vive un proceso permanente de
reconducción de la crisis que merma o se profundiza, pero nunca desaparece, en una
suerte de inmanencia y fatalismo al que estamos condenado.
Por ello la crisis del país es la crisis por extensión de
todos los estamentos de la vida de la nación, de sus instituciones, de las
industrias que explotan las riquezas del subsuelo para que los
propietarios podamos comer en paz.
La crisis del país es el producto directo de la
ineficiencia gubernamental, de la improbidad, del manejo inescrupuloso de la
“hacienda pública”, del conducción irresponsable de los
recursos petroleros y mineros, del silencio cómplice del ciudadano
con la corrupción y del “cuanto hay pá eso” del ímprobo que negocia para sí la
riqueza de todos.
Igualmente son responsables de la crisis los sectores de
la oposición que han contribuido con su profundización al haber jugado a la
conspiración temprana y al saboteo permanente y a no sentirse parte
fundamental de la administración del estado. Instigar y promover
con los EE.UU. y sus aliados una intervención armada, ensayar una
guerra económica en diferentes circunstancias y agudizar un bloqueo económico,
son temas que no admiten justificaciones, así el gobierno nacional se haya
dedicado a cometer solamente yerros administrativos.
Concluyo señalando que habrá crisis permanente de la
educación si la modelística del correcto ejercicio del Estado no se hace
apegado a las necesidades de la moral y luces y al cumplimiento del deber y las
obligaciones que generan los derechos y obligaciones ciudadanas.
La corrupción como hecho social e individual es el
aliciente permanente para que la crisis se perpetúe porque ella se gesta en los
primeros años de nuestra existencia humana en la familia, la escuela y la
calle.
El texto de la crisis
Por razones de brevedad señalaré algunas precisiones
muestrales sobre la crisis del país y su efecto en la Educación
Básica, ellas son:
De orden educativo observadas en las siguientes
consideraciones:
1. El efecto más notable de la crisis de la
educación se nota en el entramado de dos currículos paralelos: el escolar y el
socio-económico, que se solapan en una cotidianidad cuyos resultados evidencian
una formación endeble para ejercer el acto de la ciudadanía.
2. Los últimos 20 años el país ha vivido épocas de
bonanza y de vacas flacas que tipifican comportamientos políticos de hacer
gobierno y maneras de ejercer hacer la oposición que han sido parte de una
modelística social y política que han visto los venezolanos nacidos a partir de
1999.
Es pues la generación nacida en la V república que
inconscientemente incorporará a sus repertorios tales prácticas de vida.
Subrayo esta población venezolana, pero igual sirve para la
generación anterior nacida en 1980. Ellos son las dos generaciones del
currículo oculto no formados en la doctrina de Bolívar el Padre de la Patria.
3. La polarización política del país se transfirió a
la gestión institucional contribuyendo a enrarecer el clima organizacional y
pedagógico de los establecimientos escolares. Abrir los canales administrativos
para promover la subcultura partidista de los cargos de dirección y de docencia
era fomentar el sectarismo y la exclusión de quienes no coinciden con la
filosofía del partido de gobierno.
La tradición venezolana en esta materia tenía que ser
desterrada por inconstitucional y aberrante, así lo señalaban los discursos del
cambio y la transformación.
4. La insolvencia de los despacho de la
educación (Básica y Universitaria) es inexplicable y nada son
ejemplarizantes con el cumplimiento de las leyes que el mismo Estado
nacional aprueba y se obliga a cumplir sin nadie se lo recuerde que no sea su
contraloría moral. Obsérvese:
Un aparte del Art. 26 de la LOE en uno de sus apartados
señala que “la duración, requisitos, certificados y títulos de la modalidades
del SE estarán definidos en la ley de Educación Básica y en la ley Educación
Universitaria”. De estas leyes ninguna ha sido promulgada.
Igualmente el Ejecutivo Nacional, se obligaba a dar cumplimiento
al Capítulo VI: Las disposiciones transitorias, finales y derogatoria, primera
disposición, sancionando el Reglamento General de la LOE en un plazo no menor
de un año (15 de agosto de 2017). En tanto se promulgaba la Ley Especial, este
mismo capítulo en su cuarta disposición referido al “ingreso, ejercicio,
promoción, permanencia, persecución y egreso en la formación docente”, el
Ejecutivo nacional, dictaminaba la perentoriedad de presentar y promulgar en
Gaceta Oficial el Reglamento Provisorio de Ingreso y Ascenso del Personal en un
periodo de tres meses (15 de noviembre de 2019.
Este último instrumento jurídico instruía al despacho de
educación a garantizar una carrera docente idónea y proba con base a la
aplicación de “criterios de evaluación integral de mérito académico y desempeño
ético, social y educativo, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no
académica, y se ordena al órgano con competencia” a redactar y sancionar el
citado reglamento provisorio. Igual ocurrió con las ocho leyes especiales de
Educación Universitaria indicadas en el Art. 35 de la LOE.
5. La escuela queda mal parada en el caso de la
formación en los jóvenes que poseen un lenguaje pírrico, pobre, caricaturesco,
de economías en el pensamiento, lleno de trivialidades, inculto, grosero y
soez, irrespetuoso y superficial, ello es la evidencia de que la función
lectoescritura de la escuela y el liceo se perdió, sin contar con la escasa
formación humanística y científica con que egresan nuestros bachilleres. Nada
que ver con la exigencia de una población etaria que reclama una formación
plena que privilegie el éxito con base esfuerzo de un trabajo escolar creador
para lo cual la evaluación se convierta en su correlato.
6. La presencia desmedida de la partidización en el
aparato educativo no respetó la actividad docente comprometida con el deber ni
con las jerarquías ganadas con el trabajo productivo y con la experiencia
formativa y generacional de miles de maestros y profesores que pudieron formar
parte de las trenes de dirección de los establecimientos educacionales del país
pero fueron segregados por no coincidir con la ideología que extrañamente
excluyente identificada nada menos con el Padre de la Patria.
7. Las filiales sindicales de los partidos
políticos tienen una deuda histórica con la educación venezolana. Estas
organizaciones han convertido a sus agremiados en baluartes del irrespeto y la
intolerancia frente al debate serio y de altura de las casas que hacen de la
educación su motivo laboral y profesional. Así no es ni será fácil sembrar
ningún currículo
8. La formación docente siempre fue un tema recurrente
de la crisis educativa en Venezuela. Hoy las aulas tiene menos
profesores por la renuncia del cargo, bien sea por la insuficiencia de su
sueldo que no alcanza para nada o por el efecto de la migración forzada, y a
diferencia del déficit de docentes que se requerían gradualmente para capear
las consecuencias de la democratización y masificación del sistema educativo en
la década del sesenta y setenta, el Estado actual recurre a la formación masiva
e intensiva de personal interino para cubrir las vacantes dejadas.
En tal sentido, la “operación chamba juvenil” que es una
política gubernamental para incentivar la actividad de una población
laboral de jóvenes desocupados, se reaprovechó reclutando a estudiantes de 4to
y 5to año del bachillerato para incorporándoles a las Micromisiones “Francisco
de Miranda” con el fin de iniciar un proceso de formación docente masiva,
intensiva y a distancia en un año que le garantiza el cargo, más no una
titulación conforme a la ley.
Esta práctica gubernamental demuestra como la crisis se
reconduce históricamente y se aborda con paliativos coyunturales que no tocan
el problema estructural que le genera. El asunto se reduce a salir del paso con
respuestas administrativas no acordes con la magnitud de la crisis. Es la cultura
del paliativo y de la subcultura del operativo para atacar problemas
estructurales.
De orden familiar observada en la siguiente
consideración:
9. La crisis del modelo de familia, la
irrupción de la mujer al mundo laboral y el nacimiento de niños fuera de
relaciones de pareja están afectando profundamente la educación familiar, lo
cual incide en la formación el ethos infantil con niños más cercanos a su
animalidad instintiva que a su desarrollo socioafectivo y socio valorativo. Los
niños que están llegando a los establecimientos escolares se están invirtiendo
en un verdadero problema institucional para su socialización y culturización
toda vez que los maestros no están preparados para ser madres y padres a la vez
de 30 o 40 niños a la vez.
De orden político observadas en las siguientes
consideraciones:
10. La crisis en Venezuela es una realidad
irrepetible y está consustanciada con los
sistemas de gobiernos que han llegado
al poder, bien sea por las armas o por vía electoral. En efecto, es un problema
de orden estructural que debe ser erradicado porque la salud material y
espiritual de la nación y de sus ciudadanos así lo exige.
11. Los efectos negativos del Pacto de Punto Fijo se
clonaron y potenciaron con la alianza cívico-militar del proceso bolivariano
iniciado en 1999. Lo bueno fue abandonado o eliminado como si lo deseado por lo
nuevo fuese incompatible con los hechos por venir y los deseos se convertirían
automáticamente en realidad.
12. La crisis como disrupción permanente es un
asunto de emergencia histórica y un problema de Estado, que observa una nación
que pinta olores de descomposición permanente por ausencia de liderazgos
nacionales que eviten el proceso de caotización creada por el gobierno e
inducida por la oposición. Ambos representan para la historia presente y futura
de Venezuela una yunta mortal irreversible.
La relación gobierno-oposición representa en el
imaginario colectivo una suerte de parasitismo necesario para vivir, el uno sin
el otro extinguiría su existencia. Son congéneres políticos. Este modelaje
educacionalmente es perverso para el desarrollo de una conciencia política
temprana, porque enseña des-educando.
13. Mientras el país contempla a un Estado incapaz
de buscar salidas políticas y de entendimiento real y a una oposición jugando a
la inercia de la crisis, cerca de cuatro millones de nacionales han cruzado las
fronteras patrias buscando nuevas oportunidades en otras latitudes en medio de
la ilusión y la incertidumbre.
El país fugado siente el embate de la xenofobia y la
agresividad de unos países vecinos que no estaban preparados para alojar y dar
trabajo a millones de inmigrantes. Las ilusiones no eran como las pintaban. Por
las fronteras nacionales el país se descapitaliza lentamente.
Tales migraciones enseñan incapacidad para gobernar y
despojo obligado de nuestras capacidades para solucionar colectivamente
problemas de orden estructural.
La fuga es una respuesta inconveniente, pero
paradójicamente necesaria para sobrevivir frente a la dirigencia del
país político y económico que no ofrece salidas pertinentes. Cuando el estómago
está vacío la razón da paso al instinto de conservación que tiene un
comportamiento ancestralmente no humano. El mandante sin hambre se
comporta diferente al hambriento de sobrevivencia. Son dos formas de sentir la
miseria, el hambre y las pérdidas de la fe, la esperanza y el
optimismo.
La escuela sin maestros y las universidades sin
profesores ni estudiantes expresan un mensaje claro para la dirigencia del
país. Solo una gobernanza educada puede entender los gritos del silencio del
currículo oculto y el reclamo del currículo escolar.
14. La anormalidad de la vida nacional y el trabajo
gubernamental con base al inmediatismo de los operativos de la
urgencia, se convierte en una práctica de vida que despoja al país de la
posibilidad de recrear una cultura democrática permanente y productiva. El
trabajo laborioso no es valorado en sus efectos sino por el resultado de la
picardía y la trampa que son los instrumentos para lograr el éxito fácil que no
exige de trabajo ni sacrificio.
15. La ciudad enseña con el lenguaje del grafiti y
sus paredes, convertidos en los pizarrones públicos. Esta observación me hace
concluir que hemos descubierto la tercera escuela: una ciudad por fuera que
escribe y se expresa con la molestia por la ceguera y la sordera de los líderes
y dirigentes político-partidistas.
16. El modelo político alternativo estrenado
en 1999 copió las prácticas de corrupción e ineficiencia gubernamental de la
llamada IV república y las perfeccionó al punto de haber fracturado las
estructuras del Estado, haber empobrecido la nación y haber igualado a los
ciudadanos por debajo del nivel de las condiciones mínimas de la sobrevivencia
humana.
Es por ello que en el imaginario colectivo se corre el
decir que cualquier inepto manejaría mejor el país que el gobierno
revolucionario. Algo igual se decía de los gobiernos de la cuarta república en
el año 1998.
Lo grave de estos aprendizajes históricos es observar la
ausencia de memoria histórica y de que estos vacíos sean nuestros referentes
para diseñar proyectos políticos. Mientras ello ocurre, la crisis mandará
siempre y la mediocridad de todo pelaje se seguirá instalando en Miraflores con
políticos hechos a la medida de los enemigos de la nación.
Mientras tanto, la memoria se haga olvidadiza la historia
de nada servirá y el país seguirá siendo la mesa servida para que otros se
coman los manjares que la naturaleza nos ofrece gratuitamente sin trabajarlos.
La educación allí no está presente.
Muchas gracias.
NOTAS
1 Véase el libro de Edgar Morin (2003) titulado “El
método I. La humanidad de la humanidad: la identidad
humana”. Madrid: Cátedra.
2 Hay que recordar que el Presidente Caldera en su
primer mandato de gobierno (1969-1974) eliminó las carreras medias
profesionales y la actividad profesionalizadora de las Escuelas
Técnicas Industriales, Comerciales y Agropecuarias; así como de las Escuelas de
Enfermería y las Escuelas Normales fueron simplificadas en tiempo y alcance
curricular e incorporadas al bachillerato diversificado y profesional de
reciente creación.
Tal reforma se dio a inicios de la década del setenta con
la creación del novísimo Sistema
Educativo Venezolano. Algo parecido ocurriría
en toda América Latina y del Caribe a propósito de la implantación de los
modelos económicos desarrollistas de la época y exigidos para el hemisferio.
Tales reformas exigían ensayos en la administración del Estado nacional.
Así fueron afectados los ámbitos sociales, judiciales, de salud,
industriales y, por ende, de educación. La canalización de estas medidas venía
adosadas en los empréstitos del BM, FMI y el BID.
3 Véase el libro de Marc Auge (1992). Los no
lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad.
Barcelona: Gedisa editorial. 126 págs.
4 Los no lugares digitales o espacios
virtuales del anonimato es la designación que he acuñado para referirme por
extensión a los ámbitos electrónicos de internet y las redes sociales. Es lo
contrario a los no lugares o espacios físicos indicados por Marc Auge..
Pedro José Rivas
Contactos:
Telf. 0414 7466055
PJR/pjr
Breve currículo
El Prof. Pedro José Rivas es docente activo e
investigador de la Escuela de Educación de la Facultad de Humanidades y
Educación de la Universidad de Los Andes desde 1975. Es profesor titular.
Egresado de la Universidad de Los Andes. Hizo una Maestría en Educación Básica
por la Universidad del Zulia (1987-1990, y en Israel en el Centro Internacional
“Aharon Ofri” de Jerusalén (1993) realizó Estudios para Graduados en el campo
de la Planificación y el Desarrollo Curricular. En la Universidad Politécnica y
Territorial de Mérida (UPTM) se doctoró en Pedagogía Crítica en el Programa
Nacional de Formación Avanzada (2017). Es fundador de las revistas Educere
(1979, Equiángulo (2004) y Gestión Institucional: Cuadernos sobre
Administración Educacional (2018); es cofundador de Ontosemiótica del Núcleo
Universitario “Rafael Rangel” de Trujillo (2015). Ha escrito quince libros de
autoría sobre la educación, la pedagogía, la universidad y su autonomía
universitaria, la educación matemática y la política. Ello incluye la poesía.
En coautoría ha participado en diversos libros impresos. Los textos subrayan un
particular interés por los géneros del ensayo, la crónica, la epigrafía y la
poesía. Es deportista, planificador, editor, ensayista, articulista,
conferencista y cronista de su cotidianidad. Ha sido Jefe del departamento de
Administración Educacional, director de la Escuela de Educación y director de
la Oficina de Planificación y Desarrollo (PLANDES) de la ULA. Actualmente
coordina los Programas de Perfeccionamiento y Actualización Docente (PPAD) y de
Postgrado en los niveles de Especialización y Maestría de Administración
Educacional de la Facultad de Humanidades y Educación. Coordina dos comunidades
de investigación e innovación en los niveles de Maestría y Doctorado de la
UPTM. (Octubre de 2019).
G Miradas Multiples
26 de Noviembre del 2019
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