viernes, 29 de noviembre de 2019

LOS AJUSTES ECONÓMICOS DE MADURO- Por Humberto García Larralde




En este artículo, incluido en extenso como archivo anexo a esta nota, el autor explica con lujo de detalles cual es el significado del término “ajuste económico” y particularmente cuales han sido los puestos en práctica durante los gobiernos de Chávez y Maduro.


Sin pretender obviar la conveniencia de la lectura completa del mismo y por el contrario, recomendandola, a continuación se incluyen los comentarios finales:
Lejos de producirse una rectificación de políticas, la liberación de algunos controles y la dolarización de los precios es señal del recogimiento de la “revolución” en defensa de sus intereses más inmediatos, abandonando al resto de la economía a su suerte. Es decir, la privatización del estado en manos de la oligarquía militar – civil ha llegado a un nuevo extremo al cerrarse sobre sí misma y desentenderse de toda responsabilidad para con el resto del país. Preserva para sí el instrumento decisivo: el control absoluto de las palancas del poder, sin rendirle cuentas a nadie --salvo a los cómplices internacionales que acuden al saqueo definitivo del país—y de más del 80% de las divisas que ingresan a la nación. 

El ajuste que impone Maduro para que su camarilla pueda sobrevivir --acosada por las sanciones y la reprobación de la comunidad democrática internacional-- ha terminado cercenado a Venezuela en dos.

Emerge una dedicada a la depredación de las riquezas minerales, incluyendo al petróleo, y a los ilícitos en los cuales todavía puede salirse con la suya. Esta Venezuela es dominada por una estructura mafiosa de unos pocos miles, a los que las sanciones internacionales no afectan en demasía pues la magnitud de divisas con que se quedan todavía satisface holgadamente sus apetitos, a la vez que les permite comprar conciencias. El ajuste de esta Venezuela no es, por ende, por restricción de divisas; es en respuesta a las restricciones políticas de la comunidad internacional. De ahí el empeño en blindarse contra toda increpación externa, alimentando una realidad ficticia con base en simbolismos y falacias propias de la mitología comunista, susceptible de sembrar simpatías en despotismos que vociferan su antiimperialismo y de ser aplaudida por sectores alcahuetas de la izquierda internacional. Se trata de afianzar, junto a otros autócratas, una organización criminal solidaria a nivel mundial, cómplice en la depredación de un territorio rico en recursos minerales y blindada contra la intromisión de preocupaciones humanitarias de las democracias liberales. Con este discurso y el reparto de los CLAPs, la oligarquía militar – civil, se alimenta una base clientelar de apoyo que puede alcanzar el 10% de la población. Así mantiene su ficción de estar con “el Pueblo”.

La otra Venezuela comprende la inmensa mayoría de la población. El ajuste económico que enfrenta si está determinado por la reducida capacidad de divisas que llegan a adentrar al país agentes privados (no oficialistas). Mientras la primera Venezuela se reserva la boca ancha del embudo, le deja a ésta la parte estrecha. Dentro de esta fuerte restricción, quizás hayan sido aliviados algunos controles económicos, pero dentro de un marco político represivo controlado por la primera. Aferrada a lo poco que queda del Estado de Derecho, el futuro de esta Venezuela pende de la conquista de un cambio capaz de restituirle sus derechos y desmantelar la panoplia de controles que asfixian su vida y atentan contra el desenvolvimiento de la iniciativa privada. 
Un gobierno democrático, altamente calificado, deberá poder negociar un generoso apoyo de los organismos financieros internacionales, única fuente, en el corto plazo, para levantar la grave restricción de divisas que enfrenta la economía. Ello redundará en un ajuste expansivo, basado en la liberación de las fuerzas productivas gracias al desmantelamiento de los controles y las provisiones del FMI, el Banco Mundial y otros, amén de la inversión extranjera. 

Al venezolano le toca escoger, entonces, entre seguir comiéndose el cuento del “ajuste draconiano” del FMI que hay que evitar, manteniendo a la “revolución” en el poder para verse condenado a la inopia que genera la expoliación fascista, o sumar esfuerzos para desplazar a ésta y poder desatar así las enormes potencialidades de crecimiento que tiene el país y la generación de empleo productivo, hecho posible por un cuantioso financiamiento internacional del FMI.

¿Se inclinará por el mito o por la realidad?


Economista, profesor de la UCV

humgarl@gmail.com


Digalo Ahi digital

http://www.digaloahidigital.com/articulo/los-ajustes-econ%C3%B3micos-de-maduro

29 de Noviembre del 2019





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