domingo, 29 de diciembre de 2019

Inquietante abril chileno- por Américo Martín



Tendencias de preferencia autoritaria en Chile
No siempre, pero con extraña frecuencia percibo en escritos que haya destinado a los duros problemas soportados por Chile, que sienta una extraña pena, debida tal vez a que mi padre y varios de mis tíos fueron inscritos por mis abuelos como españoles nacidos en Valparaíso, donde vivieron poco menos de veinte años. Mi padre nos hablaba de la guerra del Pacífico y la prestancia de los militares chilenos.

Feliz Navidad - por Laureano Márquez



Estamos en Navidad, viaja la memoria a la más temprana infancia. Las Navidades nuestras eran siempre tiempo de dicha, de esperanza personal y colectiva. Al menos en los tiempos de mi niñez, a uno le parecía que había futuro, que había gobiernos buenos y malos, pero dentro de unos parámetros que no se sobrepasaban. Eran tiempos en los que mi padre escuchando a Caldera en “Habla el presidente”, decía invariablemente: “es que este hombre es demasiado presidente para éste país” y mi madre, con unas pocas monedas, me mandaba a comprar al abasto y me decía en la puerta: “¡ten cuidado, no vayas a perder las perras!” y el transeúnte desavisado que escuchaba se me quedaban mirando confundido, ante la ausencia de la aludida animala (antes no había que decir animal y animala), ignorante de que mi madre, siguiendo la costumbre española, llamaba “perras” a la plata (en España existía una moneda de 10 céntimos, que llamaban “la perra gorda” porque tenía un león, que a los españoles les parecía una perra gorda y por eso el nombre genérico del dinero allá).