viernes, 17 de enero de 2020

LA HISTORIA NO ES GUISO- POR Andrés Goldstein



Imagen: Obra “Cocinar los alimentos en un Terracotta Pot , De Admiranda Narratio …, grabado por Gysbert Van Veen 88 Large”, de John White.

El concepto de historia es uno de los más interesantes y a su vez importantes debido a sus implicaciones filosóficas, políticas, sociales y culturales, las cuales permiten distintas aproximaciones a la memoria, a los documentos, y a los hechos del pasado, con el fin de rescatarlos con una nueva lectura que permita generar una conciencia sobre los procesos y coyunturas ya acontecidas.


Para leer las fuentes, es necesario que el investigador, el historiador, como sujeto que se dedica a comprender el pasado, posea una conciencia clara de ¿Qué es la Historia? Desde la antigua Grecia el concepto ha variado mucho y es necesario revisar continuamente su sentido y significante para poder comprender el alcance del oficio histórico. En su evolución pueden verse elementos ideológicos que rastreables en el tiempo, se convierten en base para el estudio de las mentalidades, ya sea de los autores/actores del debate académico sobre el tema.

Tomando en cuenta el desarrollo en los métodos y técnicas del estudio de la historia así como su discurso narrativo, la hermenéutica nos permite aproximarnos a este debate y comprender así por ejemplo el uso de metáforas y los conceptos actuantes dentro del proceso de exponer el sentido del término.

Al respeto, el siglo XX trajo un proceso de renovación histórica que permitió un avance de los métodos y técnicas históricas heredados de Leopold Von Ranke, Charles Langlois y Charles Seignobos, Immanuel Kant, Georg Hegel y Karl Marx así como del trabajo   historiográfico de Robin Collingwood, Wilhelm Dilthey, Arnold Toynbee  durante el siglo XIX[1]

El desarrollo de la política internacional, después de la primera y segunda guerra mundial[2], impulsa un cambio de paradigma en la forma de historiar. Entre las expresiones del sentido de historia encontradas en español que responden a esta característica, resalta la serie de conferencias dadas por Edward Hallett Carr[3] en Cambridge University y publicadas en español bajo el título ¿Qué es la Historia? La propuesta del autor permite ver una visión sobre la historia bastante peculiar, caracterizada además por el ingenio y sencillez que emplea en el lenguaje para explicar elementos tan complejos como son las fuentes, el propósito, la función, la forma de investigar y el uso de la historia, insertándose dentro de la visión estructural de los hechos.

Desarrollo

En este contexto, la historiografía inglesa ha sido, y sigue siendo una de las más complejas por la variedad de métodos y técnicas que aplican los investigadores de las distintas tendencias históricas existentes en el Reino Unido, los cuales permiten ver las diferencias en las interpretaciones sobre los procesos del pasado.

Son estas diferencias las que permiten comprender la importancia del debate sobre la historia, y siguiendo a Gertude Hummelfarb (Bea Kristol), para estudiar la influencia del marxismo en la historiografía británica desde los años treinta del siglo XX, circunstancia que permitió en este país, llevar el debate hacia las fronteras ideológicas occidentales del liberalismo y el socialismo científico[4]. Dentro de esta última tendencia el internacionalista Edward H. Carr se destaca como uno de los más importantes en el estudio de las estructuras de las ideas y de los procesos políticos, su bibliografía es amplia y muestra un profundo interés por el estudio de las ideas políticas contemporáneas, del cual resalta la Historia de la Revolución Soviética, La Crisis de los Veinte Años, La Revolución Rusa de Lenin a Stalin, y ¿Qué es la Historia?

En el último de sus libros se dedica a exponer sus ideas sobre la historia, explicando su definición, herramientas, prácticas, medios, métodos, propósito y fuentes; existentes para la interpretación del pasado. Para lograrlo empleó como metáfora los elementos de la vida cotidiana, vistos así como herramienta dialéctica para explicar el proceso de investigación. Bajo la comparación del proceso de recopilación de datos y su preparación, el autor explica que la historia es como un guiso[5] pues a través de la idea del plan de trabajo, se sigue una receta o método para llevar a cabo el trabajo en sí mismo.

Esta idea en efecto permite comprender el quehacer del historiador, pero también a la historia como una serie de acciones planificadas, cuyos procesos se pueden recopilar en los documentos. Esto implica que cualquier estudio sobre el pasado que siga una estructura metodológica es historia, el problema radica en que el análisis histórico no solamente es un estudio metodológico, sino la capacidad de comprender una conciencia dentro de su contexto y lograr demostrar su relevancia en el presente.

Por ello, el uso de las metáforas para comprender el sentido de la historia debe ser conciso con la idea del estudio del pasado y de la sociedad, para así demostrar la relevancia presente en la comprensión del pasado.

Breve conclusión

El estudio del concepto es una labor ardua y difícil de rastrear por sus implicaciones filosóficas, políticas y sociales. En este proceso sale a relucir la conciencia sobre la relevancia de los hechos del pasado y la capacidad del individuo estudioso para obtener las herramientas que le permitan actuar de forma cónsona, con los valores e ideas que conforman la memoria colectiva.

La responsabilidad de la historia inicia en la propia definición del concepto, entendiendo al significado como una fuerza profunda que ayuda a establecer un orden social y la identidad histórica de una sociedad. Es por ello que al momento de entender qué es la historia, sea necesario poseer una actitud crítica ante las fuentes pero también ante la construcción de la explicación de los procesos históricos. He aquí, en donde las metáforas emergen para explicar la forma en cómo se ven los procesos y hechos.

De tal forma, que la idea de historia no es solamente el elemento que permite la cohesión social de un colectivo, es la base del orden de la memoria y de la lectura del tiempo, con el cual se forma la conciencia y los valores de una sociedad.

Referencias

[1]La historiografía de este periodo estuvo marcada por la idea del progreso inmersa en esa época en el progreso de la ciencia, en el desarrollo económico y mejor calidad de vida. así los métodos de análisis comparaban los datos cualitativos y cuantitativos para demostrar la hipótesis del investigador. Robin G. Collingwood. Idea de la Historia. Pp. 145-146.

[2]El giro historiográfico ocurrido después de la Segunda Guerra Mundial se concretó por el cambio en el paradigma, apartándose de las ideas rankeanas de la historia y aproximándose a los hechos sociales como motor de la historia. Así las ideas sobre la democracia y la sociedad de masa fueron el nuevo motor de los estudios históricos en América y Europa. Georg G. Iggers. Historiography in the Twentieth Century. P.5.

[3]Tomando en cuenta que Edward H. Carr no fue un historiador profesional, su interés por comprender el pasado lo llevó a realizar varios estudios sobre el pasado. Ver: Richard J. Evans “Introducción”. En. Edward H. Carr. ¿Qué es la Historia?. p.11-16.

[4]La historiografía marxista inglesa se ha desarrollado con particularidades muy interesantes para su estudio, en parte por la conformación del Grupo de Historiadores del Partido Comunista donde participaron Eric J. Hobsbawm, Christopher Hill y R.H Hilton. Y por la posición crítica ante la postura marxista leninista de la Unión Sovietica. Gertrude Himmelfarb. The New History and the Old, p.71

[5]Edward H. Carr. Op.Cit, p.79.

 Ideas en Libertad


17 de Enero del 2020 


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