viernes, 20 de julio de 2018

Raymond Aron contra el estupefaciente ideológico - Wolfgang Gil Lugo



“El marxismo es una verdadera religión, en el más impuro sentido de la palabra. Tiene especialmente en común con todas las formas inferiores de la vida religiosa el hecho de haber sido continuamente utilizado, según la expresión tan justa de Marx, como opio del pueblo” (Simone Weil)

Raymond Aron (1905-1983) fue un prominente pensador francés de mediados del siglo veinte. Su defensa del liberalismo le apartó de sus colegas comprometidos con las revoluciones totalitarias. Escribió prolíficamente en un estilo analítico y desapasionado, lo cual le alejó del público afecto a las emociones fuertes.

Alejandro Rebolledo: “Más de 800 millardos de dólares se han lavado desde Venezuela”


El abogado Alejandro Rebolledo, magistrado designado por la AN y experto en el tema de legitimación de capitales, asegura tener los soportes de las denuncias que presenta en Estados Unidos y que involucran a más de 100 personas, entre ellas funcionarios del gobierno

Universidad de Los Andes en colapso inducido



Con la presencia de sus consejeros, gremios, estudiantes, directores de dependencias centrales y representantes de todos los movimientos estudiantiles, el día de hoy, 16/07/2018, el Consejo Universitario de la ULA, discutió ampliamente la crisis universitaria y entre varias propuestas aprobó:

1. Declarar a la Universidad de Los Andes en colapso inducido por la acción gubernamental, entre tantas cosas por:
- salarios de miseria que no satisfacen el contenido del artículo 91 de la Constitución de la República, además que no tenemos protección social en materia de salud,
- asfixia presupuestaria que está produciendo una paralización progresiva de escuelas, centros de investigación y dependencias centrales.
- servicios estudiantiles inexistentes como atención médica o deficientes como el comedor o el transporte, así como también una beca que no alcanza ni para tomarse un café.

Carta abierta a Wilmar Castro Soteldo - Juan Ramón Guzmán



Querido Hermano Mío:

Te escribo con el cariño y la fraternidad que siempre te profeso. A Caracas se dirige una marcha campesina, que, según manifiestan sus organizadores, llegará al Palacio de Miraflores y tratará de comunicarse con el Presidente. Por la firmeza de sus reclamos y por la forma en que se han organizado, intuyo que no quieren verse contigo. El viernes la ví, a la altura de Río Caro. Iban a pie como 200 campesinos desarrapados, por el hombrillo de la autopista, con sus banderas hechas por su propio ingenio, raídas y descoloridas algunas, por cierto. El corazón se me estremeció. Porque en ellos ví a Chávez, y a la Revolución Bolivariana, a esa misma Revolución Bolivariana tan apaleada que por momentos siento desaparecida, saliendo de los más profundos intersticios telúricos. Estimo que de pueblo en pueblo, se les irán sumando campesinos y campesinas, hasta concentrar una gigantesca masa crítica en las puertas de Caracas.

Pastor Heydra: “Perro, chucale, chucale, guau guau guau” - Mario Valdez


A finales de la década de los años 80 del siglo pasado,  el negro Samuel Robinson, era el dueño de la cadena radial “Súper suave”, Pastor Heydra era diputado adeco al Congreso de la República, Miguel Henrique Otero, era director del diario El Nacional y diputado copeyano, comenzaba el segundo mandato del  presidente Pérez. La política era movida, todos los días había un invento nuevo. El desaparecido restaurant Shorton Grill, cerca de Fedecámaras, era el centro de operaciones políticas donde a diario se daban cita “Caraquita” Urbina, Manuel Felipe Sierra, Carlos Delgado Chapellín, Samuel Robinson, Jesús Urbieta, Alfredo Padilla, Freddy Rincón, Germán Lairet, Miguel Manrique (Bernal), entre otros y este servidor, cuando nos referíamos al restaurant,  lo llamábamos “Chipre” porque era un centro de espionaje, frecuentado por policías y dirigentes políticos que iban a enterarse de los chismes y las ocurrencias de estos personajes.

El ataúd de Evelio: Una caja de recuerdos sobre su escaparate - Pastor Heydra.




La casa del viejo Evelio Marcano estaba en un sector popular. llamada por los aldeanos con el nombre aborigen de “Guiriguire”, donde quedaba el Mercado Municipal de la calle La Marina, en la playa de Juangriego, con todo su rebullicio, su jolgorio cotidiano y su carnaval de alimentos y ofertas de la más diversa índole que iba desde dulces, hasta frutas, pescados, carnes de res, de aves y de cochino, hierbas, granos, detergentes, utensilios del hogar, escobas, y todo lo que el lugareño prácticamente necesitara. Aquello era un gran circo a las orillas del mar, al que solo le faltaban los trapecistas, pues los maromeros de todo género pululaban en el.