miércoles, 9 de octubre de 2019

El plan del Louvre para poner a salvo cientos de miles de obras de arte en peligro por las crecidas del Sena- Por Juan Pedro




El museo de Louvre comienza una de las transformaciones más importantes de su historia, comenzando por el desplazamiento de más de 250.000 piezas potencialmente amenazadas por crecidas e inundaciones del Sena.


Franck Riester, ministro de Cultura, inauguró el martes un nuevo Centro de conservación del Louvre (CCL), en Liévin (31.000 habitantes), en el departamento de Pas-de.Calais (norte de Francia, próximo a la frontera belga), donde se instalarán las obras que pudieran estar amenazadas, como lo han estado, en otras ocasiones, como consecuencia de crecidas e inundaciones del río francés.

El nuevo CCL será mucho más que un «depósito» de parte sustancial de los fondos históricos del primer museo nacional, antigua residencia de los reyes de Francia. Será la primera piedra de un proyecto museístico de nuevo cuño, en curso de gestación y puesta en marcha.

El Louvre lleva mucho tiempo haciendo reformas de la más diversa naturaleza. El «simple» traslado de la Gioconda a una sala especial y provisional, mientras se realizan trabajos en su sala particular, se transformó hace meses en un rompecabezas complejo, con resultados poco estimulantes: colas «kilométricas», «atascos» en las inmediaciones, un «espectáculo» no siempre glorioso de la vida museística de cada día.
Al mismo tiempo, los trabajos de cuidado y renovación de fachadas, dependencias e instalaciones crea problemas de muy diversa naturaleza, que el verano pasado culminaron con una huelga del personal.

Problemas de intendencia

La utilización de algunas galerías y patios del primer museo nacional, con fines comerciales y publicitarios (acontecimientos relacionados con la moda, por ejemplo), se convierte regularmente en una fuente de problemas de intendencia: instalación de andamios, idas y venidas de camiones, etcétera, privando al Louvre de buena parte de su «glamour» histórico.

La misma financiación de todo tipo de trabajos tiene ventajas e inconvenientes. Los muros, que fueron residencia real durante varios siglos, deben «soportar» las gigantescas pancartas de publicidad de marcas que oscilan entre el lujo nacional, el lujo cosmopolita y las marcas de sudaderas norteamericanas.
Otras mudanzas históricas

En ese marco, cambiante, día a día, semana a semana, el traslado al Centro de conservación del Louvre (CCL) de Liévin de 250.000 piezas del patrimonio nacional comenzará el próximo día 28 de este mismo mes; y deberá prolongarse hasta el mes de enero del 2021.

En su día, las idas y venidas de 216.000 remolques y camiones especializados en el transporte de obras de arte, aportarán su propia nota de color. La dirección del Louvre ya trasladó decenas de miles de obras de arte, en vísperas de la ocupación alemana, durante la Segunda guerra mundial. Se trataba, en su día, de una «mudanza temporal, provisional».
El traslado de 250.000 piezas a un nuevo centro de conservación del patrimonio museístico nacional es una operación de muy otra naturaleza: una de las grandes metamorfosis históricas del Louvre, que comenzó siendo residencia real, antes de convertirse en gran museo nacional, hoy integrado en la nueva geografía del «entretenimiento museístico mundial».

En su día, la mudanza del antiguo ministerio de Economía y Fianzas, donde todavía trabajó Valery Giscard d’Estaing, en el edificio del Louvre, entre 1969 y 1974, inició medio siglo de grandes reformas. La instalación de la legendaria pirámide de vidrio, concebida por un gran arquitecto, Iech Ming Pei, en el patio Napoleón, a finales de los años ochenta del siglo pasado, aceleró una metamorfosis histórica del museo, que ahora se «acelera» con un formidable traslado de fondos históricos a un «depósito» concebido en forma de Centro de Conservación.

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09 de octubre del 2019

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