En un sobresaltado clima de confusión dado por el fracaso de las reuniones de dialogo de Oslo y Barbados entre el gobierno de NM y una parte de la oposición (G4); la activación de los mecanismos del TIAR solicitados por la AN y Guaidó a la OEA que contempla “el empleo de la fuerza armada” para una eventual intervención; la profundización de la crisis económica, social y política del país, aunados al endurecimiento de los ataques del gobierno Trump a Maduro y de este contra JG, surgen nuevas sorpresas políticas, que se veían venir.
Este
lunes la decisión de los jefes de la denominada “Concertación por el cambio”,
integrada por los partidos minoritarios de la oposición: MAS, Soluciones,
Avanzada Progresista y Cambiemos, Felipe Mujica, Claudio Fermín, Luis Romero
(Henry Falcón) y Timoteo Zambrano, de hacer una operación política y reunirse
con la administración Maduro, personificada en los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez,
Aristóbulo Isturiz y Jorge Arreaza, para explorar un acuerdo mediante el cual
el Polo Patriótico se reincorpore a la AN y el regreso de los parlamentarios perseguidos y exiliados. Además de
la escogencia de un nuevo CNE en ese cuerpo legislativo; la confección
de un programa de intercambio de petróleo por alimentos y medicinas; el rechazo
a las sanciones estadounidenses y la liberación de algunos presos políticos, ha
puesto un nuevo ingrediente en el complejo y ultra polarizado cuadro político
nacional y en la búsqueda de acuerdos
necesarios para salir de la crisis política en Venezuela
Juan Guaidó, quien el martes fuera
ratificado como presidente de la AN para el próximo año, calificó de irresponsable
el acuerdo firmado en la Casa Amarilla. “Aquí hay propuesta muy clara para
atender la emergencia, lograr estabilidad, gobernabilidad, dijo JG. Ya el
régimen ha intentado esto antes. Poner pañitos de agua caliente, es irresponsable
y sádico”, afirmó JG, al reconocer que nunca hubo diálogo como tal por parte de
la administración madurista. Indicó que sí se le hizo una propuesta de
solución, incluyendo a la FAN, la conformación de un consejo de gobierno de
transición plural y pedimos renovación del CNE, elecciones y separación del
poder por parte de Maduro, libertad para presos políticos y garantías a los
actores del acuerdo.
Por eso abandonaron el proceso y tienen seis semanas
escondiéndose”. Ambas posturas, sucintamente analizadas por Carlos Blanco en su
artículo del miércoles en El Nacional
“Entre diálogos te veas” concluye así: “Obviamente
los nuevos dialogantes no tienen ni un ápice de la representatividad de Guaidó.
Esta encarna la AN, más de 50 países y liderazgo nacional del cual aquellos
carecen; por esto, Guaidó solo podría recuperar su papel, averiado por los
zigzags, si abandona el sectarismo y se vuelve representativo de toda la
oposición democrática”.
Mientras, la dirigencia del G4 (AD, UNT,
PJ y VP), aparte de ABP, Vente, LCR y Copei aún no ha fijado posición. Salvo
Henry Ramos de AD quien al reincorporarse a la AN manifestó en tono retador: “Vengo hoy
porque el PSUV dijo que se va a incorporar, y es necesario que yo esté aquí
para integrar el quórum y para nutrir el debate. Yo quiero debatir con ellos,
cara a cara, la situación trágica del país, el pudridero en que han convertido
a Venezuela, sobre cómo han violado la Constitución, los derechos humanos,
sobre los 506 presos políticos y gente que ya cumplió su sentencia y no la
excarcelan», expresó en lo que puede interpretarse como una suerte de
reconocimiento sutil y a la distancia al acuerdo logrado por los grupos minoritarios
que han puesto en evidencia la debilidad del gobierno, a lo cual se suma la
liberación de Edgar Zambrano, vicepresidente de AD y de la AN, bien recibida
por Michelle Bachelet de la ONU, solicitada por él, junto a la de Marrero y
Requezens.
Aparte de esa opinión, las redes sonaron sus alarmas y
hasta El
País de España fue rudo en su apreciación
de los hechos al señalar: “el paso dado por estos dirigentes ha caído muy
mal y ha sido interpretado como una artera puñalada a los esfuerzos adelantados
por Guaidó
por concretar el fin de la usurpación y la transición a la democracia en el
país”.
Los
firmantes del acuerdo, al cual se han sumado personalidades como Eduardo
Fernández y Leopoldo Puchi, alegan que la situación está estancada y no sale de
un dimes y diretes entre el gobierno y una parte de la oposición (G4) que no ha
tenido la conducción más exitosa, justificando con ello su postura de que había
que hacer algún intento que permitiese comenzar a desenredar la maraña
venezolana que lleva ya un tiempo de parto, nueve meses, en que los avances no
muestran con claridad la salida de ese oscuro túnel. “Hemos
decidido dar un paso adelante para recuperar el tiempo que por la incomprensión
de muchos y los errores de todos hemos perdido”, dijo Timoteo Zambrano en
nombre de la
“Concertación por el cambio”.
Felipe Mujica del MAS destacó que hicieron
proposiciones inmediatas, donde no se evita ni se trata de impedir que
cualquier factor político que tenga interés se pueda integrar y participar, a
diferencia de lo que se venía haciendo anteriormente, cuando no se permitía que
ningún otro sector de los ya designados (G4) pudiera participar en algún tipo
de discusión. Hoy se abre la posibilidad de que el oficialismo regrese al
Parlamento y se recupere la AN para el diálogo, la negociación y la política
con el objeto de construir soluciones pacíficas para Venezuela. Un primer paso,
consiste en tener un CNE nuevo, constitucionalmente elegido” Destacó que esta
acción es consecuencia de una política “sostenida y coherente” que busca
salidas distintas a la polarización y la confrontación entre venezolanos.
“Nunca hemos negado, dijo FM, que hemos conversado con todo el mundo en Venezuela
y nunca hemos tenido inconvenientes en decir que tenemos reuniones políticas
con factores políticos de aquí y de allá, porque tenemos amigos que están en el
gobierno, así como también, en el sector guaidocista de la oposición”.
A su vez Nicolás Maduro, saludó la firma
de los acuerdos alcanzados con ese sector de la oposición: “es un paso para
avanzar hacia la convivencia y la paz”, destacó
que están preparados para ser invitados
cuando sea, a retomar los puntos del diálogo donde sea, cuando sea y con quien
sea, según lo requiera el gobierno de Noruega, resaltando que a través de Jorge
Rodríguez mantenían desde enero conversaciones con el enviado de Guaidó, el ex
Ministro Fernando Martínez Mottola. El primer
vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, informó que los diputados de la
tolda volverán a la AN, tras la reunión en la Casa Amarilla.
¿Adónde
va todo esto? ¿Una jugada que le da cuerda al gobierno de NM? ¿Una posibilidad
de flexibilización? ¿Una zancadilla a Guaidó? ¿La evidencia de que la oposición
sigue fracturada? ¿Qué piensan los diversos grupos opositores? ¿Valorarán como
positivos la reintegración de la AN, el nombramiento de un nuevo CNE, la
libertad de presos políticos o considerarán como una traición la nueva jugada?
El espectáculo de políticos opositores despellejándose en público y los torpedos
verbales son reveladores de que el campo de batalla no parece ser precisamente
el ideológico.
Valga para la oposición el axioma de pensar con cabeza
fría y corazón ardiente. Indira Urbaneja en El
Nacional del miércoles escribió sobre “La rebelión de los excluidos” y
recordó que, en medio de un combate, todo aliado es valioso, lo estratégico es
sumar, no restar. Recordaba enseñanzas de Clausewitz y Sun Tzu dejadas de lado
o no leídas por los conductores políticos.
Por ahora se espera que
este jueves el Departamento de Estado a
través del subsecretario adjunto Carrie Filipetti, dará una respuesta de EEUU a
la situación nacional. Mientras ya este martes la UE estableció que continúa pensando
que una solución política negociada es la única manera pacífica y sostenible
para salir de la crisis y que para "tener éxito" en lo planteado, es
necesario "el respaldo de la Asamblea Nacional, dirigiendo los esfuerzos
hacia el objetivo político claro de llevar al país a unas elecciones
creíbles".
Continúo
diciendo como el muchacho de Rubio: “Amanecerá y veremos”.
Asi es Margarita
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