En el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, más
denuncias contra Nicolás Maduro. En la Asamblea General de la ONU en Nueva
York, más denuncias contra Maduro. En el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas, más denuncias contra Maduro. Se lo dice al diario ALnavío una fuente
del propio régimen, funcionario de la Cancillería en Caracas.
“Se viene un septiembre negro para Nicolás Maduro”,
advierte una fuente de su Cancillería en Caracas en entrevista con el diario
ALnavío. “A ojos de la comunidad internacional es ahora mismo un leproso. Nadie
se quiere reunir con él. Y si se reúnen, lo hacen con la luz apagada”.
El calvario de Maduro comienza el próximo lunes, 9 de
septiembre. Ese día, en Ginebra, se celebra el Consejo de Derechos Humanos.
Allí se expondrá el informe sobre Venezuela elaborado por Michelle Bachelet,
alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU.
Un documento que detalla
el mecanismo de Maduro para neutralizar a la oposición, persiguiendo,
torturando e incluso matando. Pero ahí no queda la cosa.
¿Cuál es la importancia de esta asamblea?
Luego del informe, los Estados miembros del Consejo
votarán una resolución contra Maduro. No hay que confundir el Consejo de
Derechos Humanos con Bachelet o con el secretario Guterres [Antonio Guterres,
secretario general de la ONU]. Estos al final no dejan de ser funcionarios. El
Consejo, en cambio, es un órgano que nace de la propia Asamblea General de
Naciones Unidas y son los Estados miembros, con sus votos, los que sacan
adelante las resoluciones. Venezuela estará sobre el tapete. Maduro sabe que va
a perder esa resolución. Pero le interesa que algunas voces se alcen a su
favor.
Lo anterior explica por qué los diplomáticos de Maduro
andan “a millón” por África y Asia.
En las últimas semanas han protagonizado
reuniones en los países más exóticos: Guinea,
Zimbabue, Vietnam, Timor-Leste,
Siria, Corea del Norte, Nepal…
Ni siquiera el régimen lo esconde. Yuri Pimentel,
vicecanciller para África, visitó Guinea esta semana y en su reunión el
director general adjunto de Organizaciones Internacionales del Ministerio de
Asuntos Extranjeros, Mohamed Oury Bah, le comentó “las perspectivas de acción
de Venezuela en el contexto del periodo de sesiones de Naciones Unidas”. Así lo
explicó la Cancillería.
Habrá que ver, por tanto, la reacción de Guinea el
próximo lunes. Aunque cabe destacar que lo suyo sólo será una intervención.
Este país es uno de los 47 Estados miembros del
Consejo de Derechos Humanos.
Miembros que periódicamente se renuevan por elección en Nueva York.
De los países visitados en las últimas semanas por la
Cancillería de Maduro, sólo tiene voto Nepal. Allí estuvo como diplomático el
hijo de Maduro, Nicolasito Maduro Moros. El lunes se verá si hizo bien su
trabajo.
La otra fecha clave para Maduro es la Asamblea General de
la ONU en Nueva York. El próximo 24 de septiembre arranca la cita a la que irán
mandatarios, cancilleres y diplomáticos de todo el mundo. Algunos especialmente
críticos con Maduro como el presidente de Colombia, Iván Duque, quien
presentará una “batería de pruebas” que prueban la alianza del régimen con las
FARC y el ELN.
También hablarán el presidente de Perú, Martín Vizcarra,
y el de Brasil, Jair Bolsonaro. “Los dos conforman el Grupo de Lima y son
amigos de Estados Unidos, que hará referencia a Maduro en sus intervenciones”,
explicó la fuente del régimen.
¿Qué viene después?
Veo venir que tras las intervenciones, Estados Unidos
correrá de inmediato al Consejo de Seguridad a exponer el tema Venezuela como
un problema para la paz regional. No adoptarán una posición común porque Rusia
y China tienen derecho a veto y son aliados de Maduro. Pero estos tampoco
tienen mucho bueno que decir a su favor, agregó.
Sobre esta última declaración cabe destacar dos hechos
concretos. El primero tuvo lugar en Moscú hace dos semanas. Allí estuvo la
vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez, y no le trajo ningún acuerdo ni
convenio firmado a Caracas.
El segundo es de este miércoles. La estatal china CNPC
(Corporación Nacional del Petróleo de China) anunció el abandono completo de
sus operaciones en Venezuela para acatar la Orden Ejecutiva de Donald Trump. Un
bloqueo que sanciona en EEUU a empresas y países que hacen negocios con Maduro
y su régimen.
La fuente cita otro ejemplo para demostrar por qué Maduro
“es un leproso” a ojos de la comunidad internacional. Se remite al pasado 28 de
agosto, cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó el documento
‘Violación de Derechos Humanos en Venezuela’ con 21 votos a favor, tres en
contra y siete abstenciones, siendo una de estas abstenciones la de Bolivia. La
Bolivia de Evo Morales.
¿No es Evo Morales un aliado de Maduro?
En la OEA, Evo Morales salvó el voto [se abstuvo]. Según
se dice, esta decisión tiene que ver con la campaña electoral en la que anda
Morales. Quiere ganar las elecciones. Es el favorito. Lo mismo está ocurriendo
en Argentina con Alberto Fernández, quien hace poco dio unas declaraciones
desmarcándose de Maduro. Vincularse con él es embarrarse.
Ante la falta de aliados, Maduro centra su estrategia
diplomática en África, pero sobre todo en Asia. “Rusia se considera un país
euroasiático. Turquía también. China. Vietnam. Corea del Norte…. También mira a
África, pero este no es quizá el continente más relevante, salvo países
concretos como Sudáfrica, expertos en manejar operaciones con minerales y oro,
cosa que le interesa a Maduro”.
Como parte de esta estrategia Maduro ha hecho cambios en
la Cancillería. Uno de ellos es nombrar a Félix Placencia viceministro de
Asunto Multilaterales. Dice la fuente que este “es, de verdad, un hombre muy
válido”. Antes se desempeñó como vicecanciller para Asia, puesto que ahora
ocupa un hombre cercano a Maduro, Rubén Darío Molina. “Lleva 12-15 años en
Cancillería, antes estaba en Asuntos Multilaterales y ahora anda por Asia. Es
cercano a Maduro. Recuerda que Maduro antes de presidente fue canciller”.
Rubén Darío Molina, como Maduro, no es un hombre de
academia. Fue mesonero en una agencia de fiestas, luego pasó a la lucha
sindical, y de ahí a la carrera diplomática. Una historia parecida a la del
autobusero Maduro.
Pese a los esfuerzos del régimen por blanquear su imagen
de cara a las reuniones de la ONU, la fuente insiste en que Maduro se equivoca.
“Sigue sin darse cuenta de que los conflictos se solucionan con la diplomacia y
no con la Fuerza Armada. Es como si no viera lo que ocurrió en el G-7 con Italia,
con Ángela Merkel (canciller de Alemania), Emmanuel Macron (presidente de
Francia) y el primer ministro Conte (Giuseppe Conte, primer ministro italiano)
evitando que el ultra Salvini (Matteo Salvini) llegara al poder propiciando una
coalición entre el Movimiento 5 Estrellas y los demócratas”.
Lejos de apostar por la diplomacia, el martes Maduro, en
tono bélico, anunció el despliegue de su ejército en la frontera con Colombia.
Su excusa fueron los señalamientos de Iván Duque por considerarlo promotor de las
FARC. Cosa que también hizo el presidente encargado, Juan Guaidó; y los
gobiernos de Argentina y EEUU.
Jueves 05 de septiembre de 2019
AlNavio
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