martes, 24 de septiembre de 2019

Arturo Uslar Pietri (1906-2001): Venezuela, Petroleo y Futuro Energetico de la Humanidad del Subsuela a las Estrellas. Por Ramon Rivas Aguilar



Imagen: Arturo Uslar Pietri. Fuente: http://www.abcdelasemana.com/2010/03/07/la-ultima-entrevista-de-arturo-uslar-pietri/

Una fantasía. Tal vez. Lo que sabemos es que el hombre mediante la ciencia y la tecnología se aproxima a las estrellas. Las naves espaciales recorren millones y millones de kilómetros por el espacio cósmico para hacer contacto con una de esas estrellas. Así, pues, este planeta inició la odisea histórica de  explorar otros horizontes en búsqueda de nuevas fuentes alternas de energía. La humanidad, en las próximas décadas, contemplará el fin del ciclo de los fósiles convencionales y mirará en el horizonte las primeras imágenes de un nuevo paradigma energético.


Por tanto, las naciones tienen el  firme propósito  de insertarse en un orden civilizatorio más allá del petróleo. Por lo que el petróleo, esa fuente de energía, tan significativa para el mundo contemporáneo, tiene sus días contados. Una señal para un país como Venezuela, un país petrolero cuyo futuro desde esa perspectiva civilizatoria sería incierto, desconcertante y confuso. En efecto, por más de un siglo ha alimentado la vida material y cultural de la nación. Hoy, destruida y devastada.

Ahora bien, qué hacer   ante  un proceso civilizatorio que consolida y fortalece una aldea global más allá del estiércol del diablo. Unas cuantas preguntas que se asoman ante los desafíos que demanda un nuevo orden civilizatorio. Seguiremos siendo un país petrolero? 

¿Acaso realmente lo fuimos? ¿En qué momento dejamos de ser un país agrario para convertirnos en un país minero? ¿Cuándo dejaremos de ser un país de una praxis y una mentalidad minera?

Sin embargo, la vieja y la nueva clase política sigue obsesionada por persuadir a los venezolanos de que el futuro económico, social y espiritual del país descansaría  en la faja petrolífera del Orinoco. Una pretensión peligrosa, perversa, populista y demagógica, que  continuaría alimentando al estatismo, al intervencionismo, al populismo y, como consecuencia,  enajenando el individualismo al dios Estado como salvador. Por ello, a la luz de las gigantescas trasformaciones que se están suscitando en el ámbito energético no convencional global, Venezuela, un país petrolero, debería  repensar su origen y destino vital, en el siglo XXI, a partir de  esa mirada fascinante y cautivante  para visualizar en el mundo del mañana un orden civilizatorio post-petrolero.

Un poco de historia. Así como transitamos de la leña al carbón piedra en la era industrial; luego, el petróleo, en la era del motor de combustión; ahora estaremos transitando hacia un proceso civilizatorio que dependería  de fuentes de energía proveniente de las estrellas. Por lo que el subsuelo permanecería por  los próximos milenios en un estado de armonía y de sagralidad. Con ello, moriría el estatismo y el intervencionismo y renacería  el individualismo libertario, motor del nuevo proceso civilizatorio. Sí. Jóvenes. El futuro energético de la humanidad se nutrirá de energía de origen sideral y de otras fuentes de energía de la tierra no contaminante. Veamos.

Ayer, hace unas cuantas décadas, otras generaciones, otras minorías, asumieron  la tarea titánica, política e intelectual de hacer del Estado y de una voluntad política el camino para insertar a Venezuela en el mundo moderno. Es decir,  contribuyeron a impulsar  la  transición histórica de una sociedad agraria a una sociedad urbana e industrial. No  obstante, todo lo dejaron  en manos del Estado lo que determinó  una relación perversa y distorsionante de dependencia entre la sociedad y el estatismo, cuyos resultados se pueden apreciar en estas dos primeras décadas del siglo XXI. 

Dicho de otra manera, el resultado de ese proceso de modernización, promovido por la cultura del subsidio, del estatismo y del intervencionismo,  la enajenación de la capacidad empresarial, creativa e innovadora del venezolano al Estado.  

Lo que se tradujo  en   la expansión de una  gigantesca estatización de la vida material y cultural de la nación. Uno de los responsables intelectuales de esa dinámica histórica, Arturo Uslar Pietri, quién no previó que su postura en defensa del capitalismo de Estado conduciría, en definitiva,  hacia la  erradicación de la capacidad empresarial de los venezolanos. Para bien o para mal, quedó en las élites y en las multitudes del país el imaginario estatista que recuperaría el paraíso perdido mediante la metáfora sembrar el petróleo. Vuelta a la tierra sagrada. Entre la sombra   y la luz Arturo Uslar Pietri, el escritor, el novelista, el cuentista, el periodista y el político, examinó el origen y el destino vital de la Venezuela contemporánea desde la  perspectiva del oro negro. En su espíritu   definió, delimitó y elaboró un concepto sobre el petróleo,  una riqueza ajena al esfuerzo productivo. 

En otras palabras ¿Qué es el petróleo? ¿Qué se puede hacer con esa riqueza efímera? ¿Qué tipo de sociedad económica y social habría que forjar? ¿Cuáles serían las notas esenciales que caracterizarían  una sociedad económica bajo la impronta del petróleo? ¿Cuál sería el rol del Estado en ese nuevo orden  social? Preguntas que picotearon a un hombre sumergido en un mundo en el cual la sociedad agraria se desvanecía ante el incesante fuego que brotaba del subsuelo. Solo un camino le era posible develar.

Y de poner de manifiesto la esencia de una riqueza, producto del orden natural, en manos del Estado, y cuál sería su proyección en el destino económico, social y cultural de la nación: pensar, pensar, teorizar e interpretar.

En su soledad radical, ensimismado, retirado del bullicio, de la doxa, del ruido, el hombre y su mundo, su vida y su circunstancia, teorizó  el fenómeno petrolero que marcó y sigue marcando el espíritu intelectual de los venezolanos. En esas reflexiones surgió la ciencia económica, la economía política del petróleo, la política económica del petróleo y una filosofía de la historia al estilo del mundo griego: la historia como ciclo. En ese sentido,  definió el petróleo como un capital natural, como cualquier activo que se desgasta y que  habría que reemplazarlo por otra riqueza. De allí, derivó una segunda pregunta ¿Qué hacer con el petróleo? Había que sembrarlo. Y, en tercer lugar, ¿Qué tipo sociedad económica habría que forjar y cuáles serían esas características? Una vuelta a la tierra,  retorno al fisiocratismo, al capitalismo agrario.

Como se puede apreciar en esas meditaciones en torno al evento petrolero, la ciencia económica, la ética y la teoría del ciclo fueron  las tres grandes vertientes intelectuales que orientaron a las elites y a las multitudes para el desarrollo material y cultural del país, por unas cuantas décadas. Ninguna de esas meditaciones sobre  al oro negro que se suscitó a lo largo de un siglo en la Venezuela moderna, escapó a estas interpretaciones que propició Arturo Uslar Pietri, desde 1936. Meditaciones  históricas que mantuvo por unos cuántos años   y, que a partir de 1980 dio un viraje radical sobre sus tesis  entorno  al hecho   petrolero  y su influencia  en la vida nacional.

En efecto, el autor de “Lanzas coloradas”, comprendió que el problema era el Estado como el  factor fundamental  de destrucción de la riqueza nacional. Por lo que  había que sustituir el capitalismo de Estado por una economía productiva y competitiva. Por vez primera asomó la idea del libre mercado como solución a los problemas económicos del país. De igual modo, la tesis sembrar el petróleo ya no tendrá  sentido continuar con una frase histórica que contribuyó a que los gobiernos autoritarios, democráticos y colectivistas, respectivamente, fortalecieran y consolidarán el estatismo en la vida nacional. De igual modo,  en el mundo se descubrían  nuevas fuentes alternas de energía que significaría  el principio del fin de la era del petróleo. Percibió una nueva fuente de energía que cambiaría radicalmente, según él, para siempre las fuentes convencionales de los fósiles: el hidrógeno. Por lo que en la nueva era histórica el petróleo dejaría de tener importancia como fuente de energía, así como también su definición del petróleo, la de sembrarlo y la de  retornar a la tierra, serían cosas del pasado.


Por lo tanto, Arturo Uslar Pietri, dos visiones distintas y  dos épocas sobre el petróleo y su impacto en la  Venezuela moderna. El hombre y su circunstancia, Arturo Uslar Pietri vivió intensamente  el tránsito intelectual de un pensamiento estatista bajo la impronta del petróleo a un pensamiento liberal, en el marco de  paradigma energético, basado en fuentes alternas no convencionales. Una de ellas: el hidrógeno. Lo que revela   la grandeza histórica de este insigne hombre de las letras venezolanas, con aciertos y limitaciones,  contradicciones  y paradojas, tuvo la dignidad y el coraje intelectual de adecuar sus reflexiones  sobre los temas petroleros al ritmo de los tiempos históricos. Ayer, su pasión por el estatismo, por el petróleo y el capitalismo agrario e industrial; hoy, su mirada hacia el liberalismo, hacia  la sociedad del saber y hacia un  nuevo  paradigma energético.


Digalo Ahi Digital

http://ideasenlibertad.net/arturo-uslar-pietri-1906-2001-venezuela-petroleo-y-futuro-energetico-de-la-humanidad-del-subsuelo-a-las-estrellas/

24 de Septiembre del 2019

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