Apaguen la luz, apaguen los celulares, apaguen la TV,
apaguen las conciencias. Así a oscuras y protegidos por tropa con cascos,
escudos, fusiles, paramilitares y órdenes insensatas, vamos a imponer sin
votos, ni quórum, una nueva Directiva de la Asamblea Nacional con diputados
presionados, amenazados y comprados. El régimen corrupto logró comprar un
puñado de diputados,
Y ahora cínicamente finge lamentar que dos directivas
opositoras embochinchen la Asamblea Nacional, pues la nueva –dicen- está
constituida por diputados de PJ, VP, AD, COPEI (todos expulsados de sus
partidos)… Ante tanto desastre de la oposición- afirman -el gobierno con la
responsabilidad que lo caracteriza va a sanear la AN con una extraordinaria
intervención del TSJ y de la Asamblea Nacional Constituyente. Con prontas
nuevas elecciones parlamentarias sacarán a todos estos diputados opositores
indignos.
¡GRACIAS!Pero en medio de esa impuesta oscuridad y
cinismo tiránico vimos brillar una gran luz: la mayoría de diputados no cedió a
amenazas, persecuciones y sobornos: El propio domingo 5 eligieron con clara
mayoría de 100 votos (de un total de 167) a la nueva directiva y a su
presidente Juan Guaidó. El martes 7, encabezados por este, rompieron el
cerco militar y el cinismo comunicacional de la dictadura poniendo en fuga a
guardias nacionales que trataban de impedir la entrada al Palacio
Legislativo y en carrera a la directiva usurpadora. Con unidad,
responsabilidad y valentía, jugándose la vida y perseguidos ellos y sus
familias, demostraron que la mayoría no se vende y está actuando heroicamente
en conciencia ante un régimen que viola toda ética y derecho con tal de
mantenerse en el poder.
En esos mismo días (del 7 al 10 de enero) se reunía la
Conferencia Episcopal y ante la gravedad de las cínicas actuaciones del régimen
invitó a un diálogo franco ala recién elegida Directiva de la AN
presidida por Juan Guaidó. Los obispos venidos de todos los rincones del país
le transmitieron el dolor del pueblo con el que conviven, la orfandad y el abandono
político que siente la gente en medio del hambre, la carencia de servicios
básicos de agua, luz, gas, transporte, servicios hospitalarios y los míseros
salarios secuestrados por la brutal inflación.
El régimen no garantiza nada de
lo que la Constitución establece y la gente reclama también a los partidos
opositores su ausencia y lejanía. En esa honesta sesión de dos horas
reinó la claridad, resonó el clamor de la gente y Guaidó se llevó el
reconocimiento de su legitimidad y la exigencia de mayor acompañamiento de los
diputados que fueron elegidos como servidores. La gente (más de 84%) quiere
cambio del régimen corrupto y dictatorial. Pocas horas después, los obispos
sacaron un documento de fuerte denuncia contra las maniobras del régimen
corrupto y al final de su Asamblea presentaron una“carta fraterna” al
mundo ya los venezolanos en el país y en el exterior sobre nuestra terrible
tragedia nacional. A la Iglesia en Venezuela y de otros países
agradecieron su solidaridad y pidieron aumentarla. En la “Carta Fraterna” del
viernes 10 nos dicen:
“Los últimos acontecimientos de atropello a la Asamblea
Nacional nos llevan a reafirmar lo que expresamos el 12 de julio del año 2019
en la Exhortación dirigida al pueblo: “Ante la realidad de un gobierno
ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a
la Constitución. Ese cambio exige la salida de quien ejerce el poder de forma
ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo Presidente de la
República. Para que sea realmente libre y responda a la voluntad del pueblo
soberano, dicha elección postula algunas condiciones indispensables tales como:
un nuevo Consejo Electoral imparcial, la actualización del Registro Electoral,
el voto de los venezolanos en el exterior y una supervisión de organismos
internacionales… igualmente el cese de la Asamblea Nacional
Constituyente”.(n.5).
“Exigimos a los miembros de la Fuerza Armada guiarse por
la sana conciencia de su deber, sin servir a parcialidades políticas,
respetando la dignidad y los derechos de toda la población, como juraron ante
Dios y la Patria. “¡En el nombre de Dios, pónganse del lado verdadero de la
Constitución y del Pueblo al que pertenecen y juraron defender!”(n.6).
“Vivimos en un régimen totalitario e inhumano en el que
se persigue la disidencia política con tortura, represión violenta y
asesinatos, a esto se añade la presencia de grupos irregulares bajo la mirada
complaciente de las autoridades civiles y militares, la explotación irracional
de recursos mineros que destruye amplias extensiones del territorio venezolano,
el narcotráfico y la trata de personas” (n.11).
ELECCIONES Ante este evidente y creciente desastre
del régimen, lo razonable es la renuncia de Maduro a la presidencia usurpada
para dar paso a una elección democrática con todas las condiciones y garantías.
Así mismo en esta extrema gravedad, lo inteligente y correcto es que la Fuerza
Armada decida cumplir con su papel constitucional. Pero en esta locura
destructiva lo sensato no es lo probable y hay que obligar al régimen a
aceptar el camino electoral integral. Queda la pregunta ¿Quién, cómo o qué
circunstancia puede obligar al régimen corrupto a aceptar la debida elección
presidencial, que de ninguna manera está dispuesto a aceptar? Elecciones:presidencial que
se nos debe desde el 2018 y parlamentaria,que deberá ser al final de 2020.
Una vez que el régimen (por coherente y unitaria presión interna y externa) sea
obligado a elecciones, tiene que haber acuerdos de transición para
proceder racionalmente a su ejecución. Por ejemplo,sin acuerdos, la AN no puede
“designar” un nuevo CNE, pues ni opositores ni gobiernistas tienen la requerida
mayoría de dos tercios. Sin acuerdos no se pueden activar desde ahora
verdaderos remedios socioeconómicos.
Comunicacion Continua
21 de Febrero del 2020
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