EL MUNDO reconstruye la peripecia del 'número tres' del PSOE con la 'número dos' de Nicolás Maduro desde su llegada a las 0:12 horas del 20 de enero al aeropuerto madrileño.
El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, atiende a
los medios en el aeropuerto de Barajas, el día del aterrizaje del avión dañado
de Air Canada.
Demanda. La Asamblea venezolana pide al
Congreso investigar la reunión de Ábalos con Delcy Rodríguez
Ex presidente. Nicolás Maduro y Delcy Rodríguez
reciben a José Luis Zapatero en Caracas
Reunión. Ábalos fue al avión venezolano tras
exigirlo la 'número dos' de Maduro
El ministro de Transportes, José Luis Ábalos,
permaneció unos 20 minutos con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en una
sala VIP de la compañía Sky Vallet en el aeropuerto de Barajas. Éste fue el
último episodio del encuentro que mantuvieron el número tres del PSOE y la número
dos del Gobierno de Nicolás Maduro durante la madrugada
del 20 de enero y que todavía quedaba por despejar. Rodríguez pasó la noche en
un habitáculo reservado para ella y custodiada por dos funcionarios de la Policía
Nacional.
LAS CONTRADICCIONES
Las versiones ofrecidas por Ábalos sobre su peripecia
aeroportuaria han sido diversas. El ministro aseguró primero, cuando Vozpópuli desveló
la reunión, que acudió en plena madrugada para recibir a su «amigo», el también
ministro venezolano Félix Plasencia, que llegaba en un jet privado
procedente de Caracas. Posteriormente, reconoció que saludó de forma «casual y
fortuita» a Delcy Rodríguez, al toparse con ella en la aeronave. Más tarde,
admitió que se trató de una conversación de 25 minutos en
la que le disuadió de que descendiera a tierra por instrucciones del ministro
del Interior. Cuando se supo que ésta lo había hecho, añadió que simplemente se
despidió de ella durante un «breve instante». Ese instante no fue tan breve.
LA ALERTA
El avión modelo Falcon 900 alquilado por el Gobierno
venezolano y procedente de Caracas aterrizó a las 00:12 horas del
lunes 20 de enero en la terminal ejecutiva del aeropuerto de Madrid. Sin
embargo, la presencia de funcionarios policiales se había reforzado de manera
extraordinaria desde la tarde anterior.
La embajada de España en Caracas conocía que en el jet
privado viajaba Plasencia, pero no la vicepresidenta de Maduro, según reconoció
a Europa Press.
Posteriormente, Ábalos aseguró en La Sexta que recibió
una llamada del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska,
en la que le explicaba que la embajada sí había detectado la presencia de
Rodríguez y que así se lo había trasladado a la ministra Arancha González Laya.
Fuentes del Ministerio de Exteriores ratifican que recibieron la
alerta cuatro horas antes del aterrizaje.
La aerolínea tenía la obligación de comunicar el
embarque de una persona sometida a sanciones por violar derechos humanos desde
el mismo momento en que se produce. El nombre de Delcy Rodríguez, el de su
pareja y el Félix Plasencia y el de otras cuatro personas estaba incluido en el
plan de vuelo, por lo que es muy extraño que la alerta no saltara desde el
momento del despegue. Un policía español fue quien detectó su presencia al
consultar éste en la base de datos. Inmediatamente, avisó a Exteriores y a
Interior.
No ha trascendido la hora exacta de la alarma, pero por
el inicio del dispositivo de seguridad se deduce que el Ministerio era
conocedor del problema con suficiente antelación. Los efectivos policiales se
reunieron en las instalaciones de Sky Vallet que presta el servicio de handling a
la aeronave alquilada por el Gobierno venezolano. Habitualmente, sólo suele
haber un policía nacional en dichas salas y un guardia civil. Sin embargo, ese
día el despliegue fue muy superior y en un ambiente de «nervios», según
testigos presenciales.
LA VISITA
Sobre las 23:00 horas, el ministro José Luis Ábalos se
desplazó al aeropuerto de Barajas en un vehículo privado. El titular
de Transportes no posee ningún turismo de su propiedad en Madrid y tampoco hizo
uso de su coche oficial ni de ningún otro del parque móvil del Estado. Fue
un asesor, que también es amigo personal y militante del PSOE, quien lo llevó
en su turismo particular.
Se trata de una circunstancia anómala. Pero el uso de
cualquier servicio del Estado podría interpretarse como que se daba rango de
Estado a la actividad de uno de sus ministros más importantes. Moncloa circunscribió
primero la visita de Ábalos al ámbito particular. Y después se quedó a un paso
de considerarlo como el protagonista de una hazaña diplomática. Según la
portavoz María Jesús Montero, el
político valenciano evitó una «crisis» al impedir que Rodríguez pisara
territorio español, algo que difícilmente hubiese podido suceder al tener
prohibida su entrada en España. ¿Si iba comandado para impedir un conflicto
diplomático por qué se desplazó con medios propios?
Fuentes próximas al ministro insisten en el carácter
particular del desplazamiento, que sólo adquirió la condición de «discreta
encomienda diplomática» cuando Exteriores se percató de la presencia de
Rodríguez. Sobre cómo sabía el ministro Marlaska que Ábalos iba a ir a Barajas
a un asunto particular relacionado con Venezuela, éste lo despachó en La Sexta
con la siguiente aseveración: «Ésas cosas se hablan».
EL CONTEXTO
Durante esa semana, el Gobierno estuvo inmerso en una
polémica con el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, a quien Sánchez se negaba a recibir en
su visita a Madrid, mientras sí lo habían hecho anteriormente Boris Johnson, Angela Merkel y Emmanuel Macron. Después
lo harían el canadiense Justin Trudeau y el
norteamericano Donald Trump. El ex
presidente Rodríguez Zapatero, que mantiene excelentes relaciones con
Maduro y Delcy Rodríguez, y el actual vicepresidente Pablo Iglesias aplaudieron su
decisión. La ministra de Asuntos Exteriores sostiene que no ha
habido ningún cambio en su política respecto a Venezuela. Fuentes diplomáticas
explican que España ha dejado de impulsar una salida a la crisis con unas
elecciones sin Maduro, como pretende EEUU, y a defender que «ambas partes»
(Maduro incluido) tienen que buscar un acuerdo.
PRIMER ENCUENTRO EN EL AVIÓN
Ábalos acudió al avión acompañado por un agente de
paisano que él mismo identificó como «el comisario de fronteras». No hizo uso
de ninguna de las furgonetas que la compañía de handling tiene a
disposición de sus clientes, sino que se desplazó en un coche marca Toyota
habilitado por la Policía Nacional. Tras acceder al Falcon, permaneció algo más
de una hora en él. De ese tiempo, según su última versión, estuvo 25 minutos charlando con
Rodríguez. El contenido de la conversación no ha sido
desvelado. Ábalos asegura que no fue una reunión porque no se trató ningún tema
previsto en agenda. Fuentes policiales aseguraron a EL MUNDO que la vicepresidenta
de Maduro había exigido ver «a alguien del PSOE». Un portavoz de Ábalos rechaza
este extremo.
Una de las versiones no desmentida por el Gobierno y
que apuntalan su versión sugiere que Rodríguez habría exigido dormir en un
hotel cuando se vio sorprendida por el hecho de que la tripulación tenía que
pasar la noche en tierra por un descanso obligatorio. Es difícil de creer. El
Falcon fletado por Venezuela tenía como último destino Estambul, ciudad
hacia la que partió a las 14:42 horas del lunes 20 de enero. El tiempo de
escala en Madrid, donde se quedaría el ministro de Turismo, estaba
absolutamente programado.
Fuentes del sector de la aeronavegación privada
explican a EL MUNDO que en el plan de vuelo de los pilotos, los periodos de
descanso y mantenimiento del avión están previstos con detalle, incluso
teniendo en cuenta incidencias climáticas. Ningún piloto puede saltárselos bajo
la amenaza de perder su licencia. Por tanto, quienes se subieron en ese avión
sabían exactamente qué programación de vuelo llevaban. Delcy Rodríguez era
perfectamente conocedora de que tendría que descender del avión y poner el pie
en suelo europeo, donde una interpretación estricta de la ley podría acarrearle
problemas. Aún así decidió hacerlo no se sabe con qué tipo de garantías.
LA IDENTIFICACIÓN
Ábalos dio una entrevista a La Razón el 25 de
enero para dar su versión sobre lo sucedido en Barajas. A la pregunta de si la
vicepresidenta de Maduro pisó la terminal, el ministro respondió: «No. La
saludé en el avión». Es asombrosa una respuesta así cuando el ministro era
consciente de que su presencia había sido advertida por decenas de personas. El
secretario de Organización del PSOE y la dirigente bolivariana llegaron a la
terminal ejecutiva en vehículos separados. Ábalos fue en el Toyota y ella en
una furgoneta del handling. Una vez en la terminal, ambos charlaron junto
al mostrador.
Los policías allí presentes evitaron pedir la
identificación a Rodríguez. El procedimiento de sellado del pasaporte se
realiza cuando el pasajero pasa de la zona de tránsito. Sin embargo, es común
que para viajeros que llegan desde fuera del espacio Schengen se pida algún
tipo de documento aunque permanezcan en tránsito. En este caso, el criterio fue
dispar. Al menos, cinco de los pasajeros tuvieron que mostrar el pasaporte.
Pero no Delcy Rodríguez. Fuentes próximas al ministro aseguran que fue el
comisario quien, a pie de pista, cumplió con el trámite.
ADIÓS EN LA TERMINAL
La FBO (Fixed base operator) de Sky Vallet está abierta
las 24 horas para sus clientes y consta de una sala de reuniones, una para la
tripulación, otra para la planificación de vuelos y tres salas VIP para
pasajeros. Ábalos y Rodríguez permanecieron juntos a puerta cerrada durante
unos 20 minutos en una de estas últimas. Fuentes del Ministerio de Transportes
aseguran que ese encuentro fue una coincidencia, ya que el número tres del PSOE
tenía que salir forzosamente por esas dependencias.
Éstas mismas fuentes rechazaron que su conversación
tuviera contenido político. Aseguran que Ábalos se despidió, se aseguró de que
no se iba a generar ningún conflicto y de que se iniciaban los trámites para su
viaje. Dos policías se quedaron en la puerta hasta que la vicepresidenta de
Maduro despegó rumbo a Doha. La pareja de Delcy Rodríguez fue la única que
embarcó con ella con destino a la ciudad qatarí
El Mundo
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