La decisión del presidente Trump en su definitivo y
público apoyo para lograr el retorno de la democracia a Venezuela, muestra la
necesidad de resolver en el hemisferio occidental un grave problema de
inseguridad para los Estados Unidos y la región, así como la clara existencia
de una nueva amenaza en el continente. Nueva amenaza es el
gobierno de Maduro parte de ese Islam turbulento, que se ha asentado en el
Caribe y aparece fortalecido en Venezuela por el castro-madurismo militarizado,
que hoy avergüenza a la República. Ese régimen autocrático, que de espalda a la
postmodernidad, se empeña ir en contra de las leyes, la libertad y la dignidad
de una sociedad para instaurar una ecuación política primitiva, inhumana y,
sobretodo, corrupta y peligrosa hasta convertirse en una Amenaza para el
Continente.
Trump como actor político internacional, en cuenta de la
conflictividad que crece y sufre el hemisferio occidental, insinúa su apoyo
acompañado por 59 países democráticos dispuestos a lograr la transición política
de los venezolanos. Esta acción definitiva e importante de política
internacional, tiene que ser asimilada y entendida por la clase política, por
la ciudadanía democrática y por las organizaciones políticas del país. Esos
tres factores de la Venezuela democrática están obligados a desarrollar una
actitud de apresto político, con la intención de comprender y desarrollar
críticas responsabilidades, que significan desplazar la perversión o regresión
político del castro-madurismo militarizado.
Trump actor político internacional, asume que la clase
política venezolana entenderá que se trata de un proceso político complicado,
lento y peligroso, que demanda de una clase política venezolana postmoderna,
una actitud inteligente y acuciosa, que sepa leer la variable tiempo, las
acciones políticas a desarrollar a lo interno de Venezuela y sobretodo la
preparación psicológica, económica y organizacional para la Transición Política
en el país. Todo lo anterior, habla de un empeño multinacional, delicado, con
imprevistos y, de allí, que la clase política se convertirá por vía de la
necesidad en un sólido liderazgo visionario y sobretodo convencido de un modo e
importante futuro para la decencia política y la paz.
Trump actor político internacional se imagina que la masa
de ciudadanos demócratas convencidos de su dignidad de mujeres y hombres
libres, que los llamará a vivir en democracia, estarán dispuestos a participar
de manera contendiente hasta mediante la Resistencia Civil para que por la vía
de la Desobediencia Civil, desplacen al bestiario político-militarista y se
reinstale la Democracia. Democracia donde el individuo está por encima de la
Comunidad y el Estado, y las leyes ordenan la República, siendo así, los
ciudadanos demócratas desde el 5F en la noche deberán estar activos y
dispuestos para actuar inteligentemente y para prepararse para construir
la máxima participación política, que requiere una Democracia Real.
Trump actor político internacional requiere que los
partidos políticos democráticos venezolanos activen su más intrigante acción
organizacional, a objeto de que todas las toldas políticas comprendan la
magnitud, compromiso y ejecutorias políticas, por parte de todas las
organizaciones políticas responsables del cambio histórico que requiere
Venezuela. Cambio hacia una democracia comprometido como el gentilicio del
venezolano. De igual manera, con la necesidad impostergable de ejercitar la
política desde la cuna de la nación-Estado, ese territorio donde los
venezolanos sencillos, reclaman organizaciones políticas consustanciadas con la
postmodernidad y con las leyes para construir una verdadera República.
República entendida como lo establece el Contrato Social,
donde la Separación de Poderes muestren que se apunta a una Democracia Liberal
y Popular, democracia en la cual el gobierno simplifique las tensiones y se
valide un Ambiente Político Real que propicie el crecimiento
espiritual, económico y social para que se fortalezca la paz y se restablezca
el orden social. Ambiente para el desarrollo individual y colectivo en el cual
las instituciones sean controladas por las leyes y por una ciudadanía celosa y
guardia en cuanto acontezcan en esas instituciones que se llaman primero
Gobierno y después Estado.
República con Republicanos, que es lo que se requiere en
esta grave coyuntura en la cual UN ACTOR POLITICO INTERNACIONAL y el Gobierno
de los Estados Unidos, han tenido que ser el motor-activador-orientador para
una Transición Política en un país que resulta confundido y apocopado, frente
al primitivismo, brutalidad y corrupta conducta de un régimen autocrático
militarista y militarizado con instituciones perversas. Instituciones perversas
carcomidas por el facilismo, el simplismo y sobre todo una gran corrupción en
los que están abrigadores por el comunismo socialista.
La República y los Republicanos líderes, ciudadanos
demócratas y partidos políticos, están llamados al consenso, hacer política, a
beber en la fuentes primarias del libertador Simón Bolívar que leyó a Rousseau,
David Hume, y construye una serie de Repúblicas para que fueran reales
democracias y jamás Estado Cuartel como ha venido ocurriendo en Venezuela
atacada por las perversiones del socialismo marxista, violento, compulsivo y de
espalda al desarrollo de la postmodernidad de la humanidad. El actor político
Trump, la geopolítica y la democracia serán la prueba de la reconstrucción
democrática de los venezolanos.
Es autentico,
Director CSB-CEPPRO
@JMachillandaP
Caracas, 21 de febrero de 2020
Digalo Ahi Digital
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