viernes, 21 de febrero de 2020

La erosión democrática- Por Pastor Heydra

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El sociólogo argentino Robert Gargarella escribió en noviembre de 2019 un interesante artículo en La Nación de Buenos Aires: “El desencanto de las democracias que mueren por dentro”. En el sostenía que el vaciamiento institucional reemplazó a los golpes de Estado que provocaban “la muerte súbita” de los sistemas democráticos.


Esta tesis de la erosión ha sido sostenida por muchos analistas como Tom Ginsburg, Aziz Huq, Adam Przeworrsky, Cass Ustein,. Muchas de ellas han sido resumidas por Steven Levitsky, profesor de la Universidad de Harvard y Daniel Ziblatt cuyas investigaciones se centran en los partidos políticos, la democracia y el autoritarismo en distintos países en vías de desarrollo, quien tiene un sugestivo libro, convertido en best seller mundial: “Cómo mueren las democracias”.

Hoy en día, mueren de esa manera, no es preciso un golpe, solo que se degraden las instituciones, sostienen. La democracia es una planta tierna que precisa ser regada todos los días, no nos es dada para siempre. Y ahora está en peligro, porque las sociedades y las formas de relación entre las personas han cambiado mucho. Tenemos que estar atentos, puede haber un cambio antidemocrático, pero debemos luchar para que eso no ocurra”.
También el historiador y escritor mexicano Enrique Krause, director de la revista “Letras” señaló que: “El líder populista toca resortes muy primitivos”. advierte de los peligros del auge de caudillos carismáticos: Todo fanatismo de la identidad, afirma, conduce a la violencia. La única manera de salir de la trampa es la libertad, la tolerancia

En un continente de caudillos, donde nacionalismo y revolución han sido dominantes desde las independencias, en su último libro, El pueblo soy yo, hace una declaración de principios. Donde pone su acento en el caso Venezuela, un país que conoce bien y sobre el que opina que “estamos asistiendo a su muerte”. En ese ensayo Krause traza una anatomía del poder en América Latina y advierte contra el auge del populismo en nuestros días. 

Lo inicia inspirado en una frase de Hugo Chávez: Yo ya no soy Chávez, soy un pueblo, copiada del líder colombiano de los años 40, Jorge Eliecer Gaitán

El denominador común es que parte de la ciudadanía se siente perturbada de la política y 
en un alto porcentaje repudia a la clase dirigente.

Venezuela después del 5-E. 2020

Venezuela es característico. El proceso de erosión tuvo su primera manifestación concreta con la defenestración que de CAP hicieron los jerarcas de AD, Copei, las izquierdas, los residuos del gomecismo, dueños de medios y sectores empresariales que comenzaban a perder sus prebendas con el nuevo esquema reformador que debía desarrollarse para oxigenarla; al no ocurrir se abrió el portón que facilitó el cómodo arribó de Hugo Chávez a Miraflores en 1999.

La oposición al régimen chavista fue totalmente errática hasta que logró una sólida mayoría absoluta en la AN en 2015, que su dirección rápidamente dilapidó.  Hasta que en enero de 2019 surgió una nueva esperanza con la presidencia en la AN de Juan Guaidó, la cual coincidió con la toma posesión de una presidencia cuestionada como la de NM (2018), ante la que lanzó una quimérica  tesis que sostenía “la sustitución del gobierno usurpador, el nombramiento de uno de transición y la convocatoria a elecciones presidenciales” que aglutinó el abrumador sentimiento opositor: pero los yerros continuaron acumulándose desde febrero con un mal manejo de la ayuda humanitaria, con un fallido intento de sublevación militar el 30 de abril, con unos diálogos como el de Oslo y Barbados que no condujeron a nada,

Hoy estamos en un país con dos AN y una ANC; un presidente en ejercicio NM y uno interino JG, dos fiscalías, y TSJ, pero con una FANB que apoyan y sostienen a Maduro, ya vestido de Comandante en Jefe, a cambio de múltiples y jugosas prebendas para su alto mando.

JG regresó luego de un exitoso periplo internacional. Trajo consigo olivas mundiales, el drama es como las traduce en hechos con una oposición dispersa y atomizada, ante un gobierno que se propone ir a una elección parlamentaria este año, jugando con todas las armas que tiene en sus manos, tanto políticas y económicas.
En esa disyuntiva está el quid de la cuestión. Vendrá pronto el nombramiento de un nuevo CNE vía AN Parra, ratificado por el TSJ y el control de las direcciones de los partidos del G4. Como dijo Luis Herrera “pónganse las alpargatas porque lo que viene es joropo”



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