ILUSTRACIÓN: RUBEN MONTENEGRO.
Las buenas ideas surgen
cuando se incorporan conocimientos de otras áreas
¿Alguna vez te hubiera
gustado sentirte más inspirado a la hora de escribir un texto, de saber
vestirte para un evento importante o de enfocar un problema? Pues
tranquilo, la inspiración se puede trabajar. No es algo imposible o
exclusivo de los artistas, sino que está al alcance de cualquiera de nosotros,
como explica Jesús Alcoba en su último libro, Inspiración.
Reconozcámoslo: no
estamos hablando de algo que haya tenido buena fama en el pasado. Parece que
todo depende del esfuerzo o del tesón, o, como resumía Picasso, “la inspiración
existe, pero tiene que encontrarte trabajando”.
Sin embargo, cada uno de
nosotros hemos tenido la experiencia de estar más o menos inspirados a la hora
de hacer cosas y sabemos que la diferencia es notable. Según Alcoba, el motivo
de esta mala fama está en que es el resultado de una vivencia emocional,
muy compleja y escurridiza, que, sin embargo, tiene la capacidad de conectarnos
con lo más profundo de nosotros mismos y de hacernos sentirnos muy plenos. Por
ello, vale la pena trabajarla. Veamos algunas claves que propone en su libro:
1. Nadie encuentra
lo que no busca. Si deseas tener más inspiración en un campo determinado,
vale la pena dedicarle tiempo y ponerle atención. Si quieres saber cómo enfocar
un problema, conviene estudiar otras soluciones anteriores parecidas; o si es
una dificultad con la ropa, por ejemplo, puede ayudarte buscar imágenes de
estilismo.
2. Fomentar la
conexión cruzada. Las buenas ideas surgen cuando se incorporan
conocimientos de otras áreas. Como nos recuerda Alcoba: “Cuando la química
entró en la cocina, o cuando la biología entró en el diseño industrial, se
produjeron corrientes de ideas frescas e interesantes que hicieron que estas
disciplinas avanzaran”. Por tanto, ¿qué otras cosas se te dan bien o te gustan
que podrían inspirarte para el problema que tienes entre manos?
3. Atrapar la
inspiración cuando surge. La inspiración es algo efímero, que ni tan
siquiera se graba en la memoria si no le prestamos atención. Por ello, es
recomendable tener algo a mano para anotar las ideas que nos surgen cuando nos
despertamos por la mañana o cuando salimos de la ducha. Estas notas escritas o
de voz no tienen por qué ser perfectas, simplemente vale con que sean útiles.
4. Encontrar paz
mental. No es de extrañar que los grandes hallazgos en la ciencia
ocurrieran en entornos diferentes a ella. Así ocurrió con Newton, que estaba
descansando cuando la caída de la manzana le inspiró la teoría de la gravedad,
o a Bohr, a quien le vino la idea de la estructura del átomo mientras estaba
viendo una carrera de caballos. Se mete mucha información en la mente y luego,
curiosamente, no hacer nada o hacer algo que nos relaje produce el resultado.
5. Conectar con uno
mismo. Decía Oscar Wilde que “la obra de arte es el resultado único de un
carácter único”. Y esto se puede aplicar a cualquier proyecto que hagamos.
Cuanto más conectados estemos con nosotros mismos y menos miedos sintamos de
expresarnos, más libres seremos para dar lo mejor de cada uno.
La inspiración existe y
se puede desarrollar a través de métodos sencillos, como nos propone Jesús Alcoba.
Y, si la tenemos, no solo seremos más productivos, sino que además nos ayudará
a sentirnos más plenos y realizados como personas. Por eso vale la pena
intentarlo.
El pais
G miradas multiples
20 de Noviembre del 2019
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