lunes, 4 de noviembre de 2019

Olga Tokarczuk y Peter Handke ganan el Nobel de Literatura de 2018 y 2019




El jurado vuelve a apostar por dos autores europeos frente a las quinielas que apuntaban a escritores de lugares poco representados en la historia del galardón

La polaca Olga Tokarczuk y el austriaco Peter Handke han ganado el Nobel de Literatura 2018 y 2019, según ha anunciado este jueves la Academia Sueca. El jurado ha vuelto a apostar por dos autores europeos frente a las quinielas que apuntaban hacia nacionalidades poco representadas en la historia del máximo galardón literario. Por primera vez en su historia la Academia ha concedido en el mismo día los premios de dos años consecutivos, tras los escándalos de abusos sexuales y filtraciones que le llevaron a aplazar 12 meses la asignación del galardón de 2018. Aquella interrupción ha convertido la jornada de este jueves en una sesión excepcional, rodeada de gran expectación. Ambos premios Nobel serán entregados el próximo 10 de diciembre.


Tokarczuk es la 15ª mujer —y la segunda polaca, tras la poeta Wislawa Szymborska— que recibe el Nobel de Literatura, que han recibido 116 galardonados a lo largo de su historia. La Academia Sueca ha querido en esta ocasión reconocer la "imaginación narrativa que representa, con pasión enciclopédica, el cruce de fronteras como una forma de vida”. Nacida en 1962 en un pueblo de la región de Silesia, la escritora se formó como psicóloga y debutó con su primer libro a principios de los noventa. "Construye sus novelas sobre una tensión entre opuestos culturales: naturaleza frente a cultura, razón frente a locura, hombre frente a mujer, hogar frente a alienación", agregó el jurado. La escritora polaca visitará España en noviembre, coincidiendo con la aparición de la traducción de su última novela, y participará el 15 de noviembre en el festival Literaktum de San Sebastián. Su obra fue publicada originalmente por Lumen en español, más tarde por Siruela y sacará su nuevo libro en Anagrama, aunque apenas un puñado de sus novelas se pueden leer en castellano: a Sobre los huesos de los muertos y Un lugar llamado antaño se sumará en pocas semanas, Los errantes. Aunque Tokarczuk reside en Wroclaw, el anuncio de esta mañana la ha sorprendido en Alemania. La popularidad de esta autora ha ido en aumento en los últimos años, se alzó con el Man Booker International de 2018, obtuvo también el Prix Jan Michalski y está nominada al National Book Award en la categoría de mejor libro traducido del año en Estados Unidos. La adaptación cinematográfica de su novela Spoor, dirigida por Agnieszka Holland, obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Berlín de 2017. 

Pensador, ensayista, novelista, poeta, dramaturgo y cineasta, Handke (Griffen, Austria, 76 años) es autor de libros como Desgracia impeorable, Carta breve para un largo adiós o El miedo del portero al penalty, de obras teatrales como Insultos al público o El pupilo quiere ser tutor y escribió los guiones de películas de Wim Wenders tan célebres como Falso movimiento y Cielo sobre Berlín. También dirigió filmes como La ausencia o La mujer zurda. Su nombre había sonado en las listas de posibles candidatos al Nobel, pero había sido descartado de las quinielas por la controversia política que su figura despierta. 

El jurado ha dicho que recibe el Nobel de Literatura 2019 “por un trabajo influyente que, con inventiva lingüística, ha explorado las periferias y la especificidad de la experiencia humana". En España, su obra ha sido editada por sellos como Península, Nórdica, Alfaguara o Alianza, entre otros. "Handke se ha asentado como uno de los escritores más influyentes de Europa después de la Segunda Guerra Mundial", agrega la Academia Sueca. 



Olga Tokarczuk, en el festival internacional del libro de Edimburgo, en agosto de 2017. En vídeo, parte de su discurso tras ganar el Man Booker International en 2018. ROBERTO RICCIUTI


Este octubre el académico Anders Olsson subrayó que la diversidad era una de las prioridades que se había marcado el comité. “Necesitamos ampliar nuestra perspectiva”, afirmó ante los medios de comunicación. “Hemos tenido una visión eurocéntrica de la literatura y ahora estamos mirando por todo el mundo. Anteriormente, estábamos más enfocados en los hombres. Ahora hay muchas mujeres que son realmente excelentes”.

Los números sirven para aclarar sus palabras: en 101 ocasiones la Academia ha premiado a un hombre, lo que supone el 87% del total. Además, 85 galardonados (más del 73%) proceden de Europa, incluidos los propios Tokarczuk y Handke. Francia es el país con más escritores encumbrados,

El excepcional anuncio de dos premios este año, algo inédito en la historia centenaria del Nobel de Literatura, se debe al escándalo sexual y de presuntas filtraciones que sacudieron la Academia Sueca en noviembre de 2017. El diario sueco de mayor tirada, Dagens Nyheter, publicó entonces un reportaje en el que 18 mujeres acusaban de abusos y acoso sexual a Jean-Claude Arnault, marido de la académica Katarina Frostenson y muy próximo a la institución. Una investigación interna concluyó que Frostenson había incurrido en conflicto de intereses, y hubo de abandonar su puesto en la Academia por las acusaciones de haber filtrado información confidencial a su cónyuge. El escándalo forzó un periodo de reflexión y un cambio profundo. Se precipitaron dimisiones en una institución cuyos cargos eran vitalicios.

La noticia del Nobel siempre cae como una sorpresa, pero este año por partida doble. Las obras de Handke y Tokarczuk inundarán a partir de este jueves las librerías. “Nunca se puede tener nada previsto porque son siempre muchos los que pueden ganar y muchos los que iban a ser seguros como Amos Oz y Philip Roth y nunca lo recibieron”, explicaba ayer al teléfono Verónica García de Machado, grupo de distribución. Hoy, puede que los lectores se acerquen a buscar las obras de los ganadores, pero puede que, al menos en el caso de la aún desconocida para el gran público, con Tokarczuk como ocurrió con Svetlana Alexiévich y su libro sobre Chernóbil, haga falta una serie de televisión para que despegue como fenómeno editorial.




Peter Handke, en Madrid, en 2017. BERNARDO PÉREZ-ANDREA AGUILAR

-TOMMASO KOCH 

Ilustración: Olga Tokarczuk y Peter Handke, en una ilustración de Niklas Elmehed. En el vídeo, el momento de anuncio de la concesión de los dos Nobel.


Todo lo que debe saber sobre Olga Tokarczuk

Guía básica sobre la escritora, de 57 años, destacada intelectual y activista polaca



 

Tokarczuk, en el Reino Unido en 2018. En vídeo, su intervención tras ganar el Man Booker International en 2018. DAVID LEVENSON



La escritora polaca Olga Tokarczuk ha sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura de 2018 que concede la Academia Sueca. Autora de poesía, novela, ensayos y de adaptaciones escénicas, es una escritora consagrada y superventas en su país


Olga Tokarczuk. BEATA ZAWREL.


Biografía


Olga Tokarczuk nació en Sulechów, un municipio de unos 20.000 habitantes en el oeste de Polonia, hace 57 años. Graduada en Psicología en la Universidad de Varsovia (durante su etapa estudiantil también había hecho trabajos voluntarios en un centro para adolescentes problemáticos), trabajó en una clínica de salud mental durante algunos años en Wałbrzych, al sudoeste del país, antes de dedicarse plenamente a la literatura. Fueron sus libros ambientados muy cerca de allí, en el valle de Kłodzko, donde vivió durante años en un pequeño pueblo llamado Krajanów, los que empezaron a darle popularidad. Se considera discípula de Carl Jung.


Bibliografía escogida




'En un lugar llamado antaño' ('Prawiek i inne czasy'). 1996

Publicado en español por Lumen, se trata de una fábula que cuenta la historia, desde la Primera Guerra Mundial hasta la actualidad, de tres generaciones de campesinos en el pequeño pueblo polaco de Prawiek. "Por su combinación de elementos míticos y una visión de largo recorrido de la historia, la novela fue aclamada como una gran innovación", dice un artículo de The New Yorker del pasado julio





'Casa diurna, casa nocturna' ('Dom dzienny, dom nocny'). 1998

Más cerca de una colección de narraciones de vidas cruzadas que de una novela, todo arranca cuando la protagonista llega a vivir con su esposo, R, a un pequeño pueblo en el oeste de Polonia. "Es una delicia para leer, maravillosamente inventiva y, a su vez, cómica, trágica y sabia", dijo The Guardian en 2002, cuando se publicó en inglés.



'Flights' ('Bieguni') 2007

Construida sobre dos líneas argumentales, los viajes y la anatomía humana, la autora experimenta en esta obra con un nuevo realismo narrativo. Ambientada entre los siglos XVII y XXI, se divide en distintos episodios, unos ficticios y otros basados en hechos reales, como descubrimiento del anatomista holandés Philip Verheyen del tendón de Aquiles. El libro ganó el Premio Man Booker International el año pasado. 






'Sobre los huesos de los difuntos' ('Prowadź swój pług przez kości umarłych) 2009

Cuenta la historia de Janina, una mujer que dedica los oscuros días de invierno en una pequeña aldea polaca a estudiar astrología, traducir la poesía de William Blake y a cuidar las casas de verano de los ricos residentes de Varsovia. Janina se verá envuelta en una trama detectivesca tras la aparición del cadáver de un vecino, Big Foot. A mitad de camino entre el thriller y el cuento de hadas, "encaja bastante bien en preocupaciones literarias contemporáneas sobre la naturaleza y el impacto que los humanos tienen sobre ella, y la crueldad de cazar y matar animales", escribió la cadena estadounidense NPR el pasado agosto. 





'Los libros de Jacob' ('Księgi Jakubowe') 2014

La obra es un recorrido a través de siete fronteras, cinco idiomas y tres religiones de la mano de la mano de la figura histórica de Jacob Frank, el líder mesiánico de un misterioso grupo judío del siglo XVIII que creía en la "purificación a través de la transgresión". "Tokarczuk ha embellecido la vida y los tiempos históricos de Jacob con [...] gran picardía e ironía", escribió The Economist en 2016.

Se ha escrito sobre ella    





Tokarczuk, en Suecia en mayo de 2018. DAVID LEVENSON GETTY IMAGES

Kokarczuk es una escritora de maravillosa agudeza, imaginación y estilo literario
"Construye sus novelas sobre una tensión entre opuestos culturales: naturaleza frente a cultura, razón frente a locura, hombre frente a mujer, hogar frente a alienación"

"Tokarczuk es fundamentalmente una retratista, una escritora con un agudo sentido para detectar las incongruencias que conforman a una persona, que se exhibe en Flights, su tan elogiada novela, y aquí [Sobre los huesos de los difuntos]". 

"Olga Tokarczuk [...] es una figura de considerablemente importante y controvertida en su Polonia natal. Activa intelectual y abiertamente feminista, ha sido castigada 

como targowiczanina: un antiguo término para traidora". (The Guardian 21/09/2018)
“Olga Tokarczuk es una escritora de maravillosa agudeza, imaginación y estilo literario

En sus propias palabras

Vivimos en un mundo fragmentado, saltamos de una realidad a otra, como quien abre ventanas del ordenador

"Ser creativo no es quedarse con lo que ya se hizo, sino estar en movimiento, incluso si este movimiento es entre géneros, temas, etcétera". (The Irish Times 01/10/2018)
"Cuando lo envié por primera vez a mi editorial [el manuscrito de Flights], me llamaron y me preguntaron si tal vez había mezclado los archivos en mi ordenador, porque aquello no era una novela". (The New Yorker 29/07/2019

"Escribir un libro solamente para saber quién es el asesino es un desperdicio de papel y de tiempo, así que decidí poner en él [Sobre los huesos de los difuntos] los derechos de los animales y una historia de ciudadanos disidentes que se dan cuenta de que la ley es inmoral y ven hasta dónde pueden llegar diciendo no a eso". (The Guardian 20/04/2018)
“Vivimos en un mundo fragmentado, saltamos de una realidad a otra, como quien abre ventanas del ordenador”. (EL PAÍS 23/05/2018)

"Narro de una manera tan libre que, espero, inspire al lector".  (Poets & Writers / 2018)

Handke, un premio Nobel que asistió al entierro del dictador Milosevic
El escritor austriaco fue un defensor del político serbio, acusado de crímenes de guerra y responsable de las guerras de los Balcanes.


GUILLERMO ALTARES


Peter Handke, durante el funeral de Slobodan Milosevic en 2006. STR / AFP

Al entierro del dictador serbio Slobodan Milosevic, que falleció en marzo de 2006 en la prisión de La Haya acusado de haber planificado los horrores de las guerras balcánicas de los noventa y el genocidio en Bosnia, asistieron unos pocos miles de partidarios de un sátrapa del que ya se había alejado casi todo el mundo y el escritor austriaco Peter Handke, que este jueves ha recibido el premio Nobel de Literatura. La presencia de uno de los grandes autores en lengua alemana en un aquelarre de nostálgicos ultranacionalistas y defensores del papel de Serbia en la guerra de Bosnia provocó un considerable escándalo en su país, aunque no extrañó a casi nadie porque había sido un partidario de Milosevic durante años e incluso lo entrevistó en la cárcel.

El sepelio tuvo lugar en una heladora jornada de marzo, bajo una nieve intermitente, en la ciudad natal de Milosevic, Pozarevac, situada a 70 kilómetros de Belgrado. Se trata de una localidad deprimida y hundida en la crisis económica provocada entre otras cosas por las desastrosas políticas del dictador serbio. Sin representantes del Gobierno, ni honores militares, sin sus familiares, lo máximo que consiguió fue un entierro, bajo un tilo, en su casa natal. Ni su mujer, escondida en Moscú, ni sus hijos acudieron por miedo a ser detenidos. Sin embargo, Handke no faltó a la cita.

El revuelo desencadenado por la presencia del escritor en el entierro provocó que la Comedie Francaise cancelase la representación de la obra El juego de las preguntas y que rechazase el premio literario Heinrich Heine, concedido por la ciudad de Düsseldorf, después de la polvareda que levantó. Así recordaba en una crónica el periodista José Comas, corresponsal de EL PAÍS en Alemania y un veterano de las guerras balcánicas, el revuelo que se armó: “El eurodiputado Daniel Cohn-Bendit declaró que la decisión es ‘una locura total’, y añadió que podían habérselo otorgado al presidente iraní Ahmadineyad porque, ‘en definitiva, también él nada a contracorriente’. Para el jefe del grupo parlamentario de Los Verdes en el Bundestag, Fritz Kuhn, la concesión del premio a Handke, supone ‘una burla a las víctimas del régimen de Milosevic’. El gran gurú de la crítica literaria alemana Marcel Reich-Ranicki calificó lo ocurrido de ‘insulto indignante y una burla al poeta Heine”.

Peter Handke, hijo de madre eslovena, fue siempre un defensor de la posición serbia en las guerras de la desaparecida Yugoslavia y viajó a Belgrado en 1999 para mostrar su solidaridad cuando el país estaba siendo bombardeado por la OTAN para parar la limpieza étnica en Kosovo. Dejó clara su opinión en libros como Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Moravia y Drina o Justicia para Serbia (1995) y Apéndice de verano a un viaje de invierno (1996), ambos en Alianza Editorial. Fue acusado entonces de negar la matanza de Srebrenica, a lo que él replicó durante la presentación en Madrid: “Es inaudito que se vea en ese texto una sombra de duda sobre las masacres de Srebrenica. Solo he planteado preguntas y he narrado”. Lo que él describía como una visión diferente y un relato del sufrimiento de los serbios, para la mayoría de los intelectuales y periodistas que cubrieron las guerras en Yugoslavia era un relativismo moral y una negación indirecta de los crímenes de guerra.

Criticó con dureza al Tribunal de La Haya para los crímenes en la desaparecida Yugoslavia: en un ensayo titulado Las tablas de Daimiel lo calificó de ilegítimo y consideró que el procesamiento de Milosevic era un error. Sobre su presencia en el entierro explicó en una entrevista con The New York Times: “Creo que fue una figura trágica. No un héroe, pero sí un ser humano trágico. Pero soy un escritor y no un juez. Amo a Yugoslavia —no tanto a Serbia, pero sí a Yugoslavia— y quise acompañar la caída de mi país favorito en Europa y esa fue una de las razones para asistir al funeral”. Sin embargo, aquella heladora jornada de marzo en la que fue sepultado Milosevic, estaba claro lo que había ocurrido en Bosnia, al otro lado del río Drina: los musulmanes bosnios fueron víctimas de un genocidio —como ha reconocido la justicia internacional— y las milicias y el Ejército serbio fueron sus verdugos, bajo las órdenes del hombre a cuyo entierro Handke no quiso faltar.



G miradas multiples


04 de Noviembre del 2019



    



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