El jurado vuelve a
apostar por dos autores europeos frente a las quinielas que apuntaban a
escritores de lugares poco representados en la historia del galardón
La polaca Olga Tokarczuk
y el austriaco Peter Handke han ganado
el Nobel de Literatura 2018 y 2019, según ha anunciado este jueves la Academia
Sueca. El jurado ha vuelto a apostar por dos autores europeos frente a las
quinielas que apuntaban hacia nacionalidades poco representadas en la historia
del máximo galardón literario. Por primera vez en su historia la Academia ha
concedido en el mismo día los premios de dos años consecutivos, tras los
escándalos de abusos sexuales y filtraciones que le llevaron a aplazar 12 meses
la asignación del galardón de 2018. Aquella interrupción ha convertido la
jornada de este jueves en una sesión excepcional, rodeada de gran expectación.
Ambos premios Nobel serán entregados el próximo 10 de diciembre.
Tokarczuk es la 15ª
mujer —y la segunda polaca, tras la poeta Wislawa Szymborska—
que recibe el Nobel de Literatura, que han recibido 116 galardonados a lo
largo de su historia. La Academia Sueca ha querido en esta ocasión reconocer la
"imaginación narrativa que representa, con pasión enciclopédica, el cruce
de fronteras como una forma de vida”. Nacida en 1962 en un pueblo de la región
de Silesia, la escritora se formó como psicóloga y debutó con su primer libro a
principios de los noventa. "Construye sus novelas sobre una tensión entre
opuestos culturales: naturaleza frente a cultura, razón frente a locura, hombre
frente a mujer, hogar frente a alienación", agregó el jurado. La escritora polaca visitará España
en noviembre, coincidiendo con la aparición de la traducción de su última
novela, y participará el 15 de noviembre en el festival Literaktum de San Sebastián. Su obra fue
publicada originalmente por Lumen en español, más tarde por Siruela y sacará su
nuevo libro en Anagrama, aunque apenas un puñado de sus novelas se pueden leer
en castellano: a Sobre los huesos de los muertos y Un lugar
llamado antaño se sumará en pocas semanas, Los errantes. Aunque Tokarczuk
reside en Wroclaw, el anuncio de esta mañana la ha sorprendido en
Alemania. La popularidad de esta autora ha ido en aumento en los últimos
años, se alzó con el Man Booker International de 2018, obtuvo
también el Prix Jan Michalski y está nominada al National Book Award en la
categoría de mejor libro traducido del año en Estados Unidos. La adaptación
cinematográfica de su novela Spoor, dirigida por Agnieszka Holland, obtuvo
el Oso de Plata en el Festival de Berlín de 2017.
Pensador, ensayista,
novelista, poeta, dramaturgo y cineasta, Handke (Griffen, Austria, 76 años) es autor de libros
como Desgracia impeorable, Carta breve para un largo adiós o El
miedo del portero al penalty, de obras teatrales como Insultos al público o El
pupilo quiere ser tutor y escribió los guiones de películas de Wim Wenders
tan célebres como Falso movimiento y Cielo sobre Berlín. También
dirigió filmes como La ausencia o La mujer zurda. Su nombre
había sonado en las listas de posibles candidatos al Nobel, pero había sido
descartado de las quinielas por la controversia política que su figura
despierta.
El jurado ha dicho que
recibe el Nobel de Literatura 2019 “por un trabajo influyente que, con
inventiva lingüística, ha explorado las periferias y la especificidad de la
experiencia humana". En España, su obra ha sido editada por sellos como
Península, Nórdica, Alfaguara o Alianza, entre otros. "Handke se ha
asentado como uno de los escritores más influyentes de Europa después de la
Segunda Guerra Mundial", agrega la Academia Sueca.
Olga Tokarczuk, en el
festival internacional del libro de Edimburgo, en agosto de 2017. En vídeo,
parte de su discurso tras ganar el Man Booker International en 2018. ROBERTO
RICCIUTI
Este octubre el
académico Anders Olsson subrayó que la diversidad era una de las prioridades
que se había marcado el comité. “Necesitamos ampliar nuestra perspectiva”,
afirmó ante los medios de comunicación. “Hemos tenido una visión eurocéntrica
de la literatura y ahora estamos mirando por todo el mundo. Anteriormente,
estábamos más enfocados en los hombres. Ahora hay muchas mujeres que son
realmente excelentes”.
Los números sirven para
aclarar sus palabras: en 101 ocasiones la Academia ha premiado a un hombre, lo
que supone el 87% del total. Además, 85 galardonados (más del 73%) proceden de
Europa, incluidos los propios Tokarczuk y Handke. Francia es el país con más
escritores encumbrados,
El excepcional anuncio
de dos premios este año, algo inédito en la historia centenaria del Nobel de
Literatura, se debe al escándalo sexual y de presuntas filtraciones
que sacudieron la Academia Sueca en noviembre de 2017. El diario sueco de mayor
tirada, Dagens Nyheter, publicó entonces un reportaje en el que 18
mujeres acusaban de abusos y acoso sexual a Jean-Claude Arnault, marido de la
académica Katarina Frostenson y muy próximo a la institución. Una investigación
interna concluyó que Frostenson había incurrido en conflicto de intereses, y
hubo de abandonar su puesto en la Academia por las acusaciones de haber
filtrado información confidencial a su cónyuge. El escándalo forzó un periodo
de reflexión y un cambio profundo. Se precipitaron dimisiones en una
institución cuyos cargos eran vitalicios.
La noticia del Nobel
siempre cae como una sorpresa, pero este año por partida doble. Las obras de
Handke y Tokarczuk inundarán a partir de este jueves las librerías. “Nunca se
puede tener nada previsto porque son siempre muchos los que pueden ganar y
muchos los que iban a ser seguros como Amos Oz y Philip Roth y nunca lo
recibieron”, explicaba ayer al teléfono Verónica García de Machado, grupo de
distribución. Hoy, puede que los lectores se acerquen a buscar las obras de los
ganadores, pero puede que, al menos en el caso de la aún desconocida para el
gran público, con Tokarczuk como ocurrió con Svetlana Alexiévich y su libro sobre Chernóbil,
haga falta una serie de televisión para que despegue como fenómeno editorial.
Peter Handke, en Madrid,
en 2017. BERNARDO PÉREZ-ANDREA AGUILAR
-TOMMASO KOCH
Ilustración: Olga
Tokarczuk y Peter Handke, en una ilustración de Niklas Elmehed. En el vídeo, el
momento de anuncio de la concesión de los dos Nobel.
Todo lo que debe saber
sobre Olga Tokarczuk
Guía básica sobre la
escritora, de 57 años, destacada intelectual y activista polaca
Tokarczuk, en el Reino Unido en 2018. En vídeo, su intervención tras ganar el Man Booker International en 2018. DAVID LEVENSON
La escritora polaca Olga
Tokarczuk ha sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura de
2018 que concede la Academia Sueca. Autora de poesía, novela, ensayos y de
adaptaciones escénicas, es una escritora consagrada y superventas en su país.
Olga Tokarczuk. BEATA
ZAWREL.
Biografía
Olga Tokarczuk nació en
Sulechów, un municipio de unos 20.000 habitantes en el oeste de Polonia, hace
57 años. Graduada en Psicología en la Universidad de Varsovia (durante su
etapa estudiantil también había hecho trabajos voluntarios en un centro para
adolescentes problemáticos), trabajó en una clínica de salud mental
durante algunos años en Wałbrzych, al sudoeste del país, antes de
dedicarse plenamente a la literatura. Fueron sus libros ambientados muy cerca
de allí, en el valle de Kłodzko, donde vivió durante años en un pequeño pueblo
llamado Krajanów, los que empezaron a darle popularidad. Se considera discípula
de Carl Jung.
Bibliografía escogida
'En un lugar llamado
antaño' ('Prawiek i inne czasy'). 1996
Publicado en español por
Lumen, se trata de una fábula que cuenta la historia, desde la Primera
Guerra Mundial hasta la actualidad, de tres generaciones de campesinos en el
pequeño pueblo polaco de Prawiek. "Por su combinación de elementos míticos
y una visión de largo recorrido de la historia, la novela fue aclamada como una
gran innovación", dice un artículo de The New Yorker del pasado julio.
'Casa diurna, casa
nocturna' ('Dom dzienny, dom nocny'). 1998
Más cerca de una
colección de narraciones de vidas cruzadas que de una novela, todo arranca
cuando la protagonista llega a vivir con su esposo, R, a un pequeño pueblo en
el oeste de Polonia. "Es una delicia para leer, maravillosamente
inventiva y, a su vez, cómica, trágica y sabia", dijo The Guardian en 2002, cuando se publicó en
inglés.
'Flights' ('Bieguni')
2007
Construida sobre dos
líneas argumentales, los viajes y la anatomía humana, la autora experimenta en
esta obra con un nuevo realismo narrativo. Ambientada entre los siglos
XVII y XXI, se divide en distintos episodios, unos ficticios y otros basados en
hechos reales, como descubrimiento del anatomista holandés Philip Verheyen del
tendón de Aquiles. El libro ganó el Premio Man Booker International el año
pasado.
'Sobre los huesos de los difuntos' ('Prowadź swój pług przez kości umarłych) 2009
Cuenta la historia de Janina, una mujer que dedica los oscuros días de invierno en una pequeña aldea polaca a estudiar astrología, traducir la poesía de William Blake y a cuidar las casas de verano de los ricos residentes de Varsovia. Janina se verá envuelta en una trama detectivesca tras la aparición del cadáver de un vecino, Big Foot. A mitad de camino entre el thriller y el cuento de hadas, "encaja bastante bien en preocupaciones literarias contemporáneas sobre la naturaleza y el impacto que los humanos tienen sobre ella, y la crueldad de cazar y matar animales", escribió la cadena estadounidense NPR el pasado agosto.
'Los libros de Jacob'
('Księgi Jakubowe') 2014
La obra es un recorrido
a través de siete fronteras, cinco idiomas y tres religiones de la mano de la
mano de la figura histórica de Jacob Frank, el líder mesiánico de un misterioso
grupo judío del siglo XVIII que creía en la "purificación a través de la
transgresión". "Tokarczuk ha embellecido la vida y los tiempos
históricos de Jacob con [...] gran picardía e ironía", escribió The Economist en 2016.
Se ha escrito sobre ella
Tokarczuk, en Suecia en
mayo de 2018. DAVID LEVENSON GETTY IMAGES
Kokarczuk es una
escritora de maravillosa agudeza, imaginación y estilo literario
"Construye sus
novelas sobre una tensión entre opuestos culturales: naturaleza frente a
cultura, razón frente a locura, hombre frente a mujer, hogar frente a
alienación"
"Tokarczuk es
fundamentalmente una retratista, una escritora con un agudo sentido para
detectar las incongruencias que conforman a una persona, que se exhibe en Flights, su
tan elogiada novela, y aquí [Sobre los huesos de los difuntos]".
"Olga Tokarczuk
[...] es una figura de considerablemente importante y controvertida en su
Polonia natal. Activa intelectual y abiertamente feminista, ha sido castigada
como targowiczanina: un antiguo término para traidora". (The Guardian 21/09/2018)
“Olga Tokarczuk es una
escritora de maravillosa agudeza, imaginación y estilo literario
En sus propias palabras
Vivimos en un mundo
fragmentado, saltamos de una realidad a otra, como quien abre ventanas del
ordenador
"Ser creativo no es
quedarse con lo que ya se hizo, sino estar en movimiento, incluso si este
movimiento es entre géneros, temas, etcétera". (The Irish Times 01/10/2018)
"Cuando lo envié
por primera vez a mi editorial [el manuscrito de Flights], me llamaron y
me preguntaron si tal vez había mezclado los archivos en mi ordenador, porque
aquello no era una novela". (The New Yorker 29/07/2019)
"Escribir un libro
solamente para saber quién es el asesino es un desperdicio de papel y de
tiempo, así que decidí poner en él [Sobre los huesos de los
difuntos] los derechos de los animales y una historia de ciudadanos
disidentes que se dan cuenta de que la ley es inmoral y ven hasta dónde pueden
llegar diciendo no a eso". (The Guardian 20/04/2018)
“Vivimos en un mundo
fragmentado, saltamos de una realidad a otra, como quien abre ventanas del
ordenador”. (EL PAÍS 23/05/2018)
"Narro de una
manera tan libre que, espero, inspire al lector". (Poets & Writers / 2018)
Handke, un premio Nobel
que asistió al entierro del dictador Milosevic
El escritor austriaco
fue un defensor del político serbio, acusado de crímenes de guerra y
responsable de las guerras de los Balcanes.
GUILLERMO ALTARES
Peter Handke, durante el
funeral de Slobodan Milosevic en 2006. STR / AFP
Al entierro del dictador serbio Slobodan Milosevic, que falleció
en marzo de 2006 en la prisión de La Haya acusado de haber planificado los
horrores de las guerras balcánicas de los noventa y el genocidio en Bosnia,
asistieron unos pocos miles de partidarios de un sátrapa del que ya se había
alejado casi todo el mundo y el escritor austriaco Peter Handke, que este jueves ha recibido el premio Nobel de
Literatura. La presencia de uno de los grandes autores en lengua alemana en un
aquelarre de nostálgicos ultranacionalistas y defensores del papel de Serbia en
la guerra de Bosnia provocó un considerable escándalo en su país, aunque no
extrañó a casi nadie porque había sido un partidario de Milosevic durante años
e incluso lo entrevistó en la cárcel.
El sepelio tuvo lugar en
una heladora jornada de marzo, bajo una nieve intermitente, en la ciudad natal
de Milosevic, Pozarevac, situada a 70 kilómetros de Belgrado. Se trata de una
localidad deprimida y hundida en la crisis económica provocada entre otras
cosas por las desastrosas políticas del dictador serbio. Sin representantes del
Gobierno, ni honores militares, sin sus familiares, lo máximo que consiguió fue
un entierro, bajo un tilo, en su casa natal. Ni su mujer, escondida en Moscú,
ni sus hijos acudieron por miedo a ser detenidos. Sin embargo, Handke no faltó
a la cita.
El revuelo desencadenado
por la presencia del escritor en el entierro provocó que la Comedie Francaise
cancelase la representación de la obra El juego de las preguntas y
que rechazase el premio literario Heinrich Heine,
concedido por la ciudad de Düsseldorf, después de la polvareda que levantó. Así
recordaba en una crónica el periodista José Comas,
corresponsal de EL PAÍS en Alemania y un veterano de las guerras balcánicas, el
revuelo que se armó: “El eurodiputado Daniel Cohn-Bendit declaró que la
decisión es ‘una locura total’, y añadió que podían habérselo otorgado al
presidente iraní Ahmadineyad porque, ‘en definitiva, también él nada a
contracorriente’. Para el jefe del grupo parlamentario de Los Verdes en el
Bundestag, Fritz Kuhn, la concesión del premio a Handke, supone ‘una burla a
las víctimas del régimen de Milosevic’. El gran gurú de la crítica literaria
alemana Marcel Reich-Ranicki calificó lo ocurrido de ‘insulto indignante y una
burla al poeta Heine”.
Peter Handke, hijo de
madre eslovena, fue siempre un defensor de la posición serbia en las guerras de
la desaparecida Yugoslavia y viajó a Belgrado en 1999 para mostrar su solidaridad
cuando el país estaba siendo bombardeado por la OTAN para parar la limpieza
étnica en Kosovo. Dejó clara su opinión en libros como Un viaje de
invierno a los ríos Danubio, Save, Moravia y Drina o Justicia para
Serbia (1995) y Apéndice de verano a un viaje de invierno (1996),
ambos en Alianza Editorial. Fue acusado entonces de negar la matanza de
Srebrenica, a lo que él replicó durante la presentación en Madrid: “Es inaudito que se
vea en ese texto una sombra de duda sobre las masacres de Srebrenica. Solo he
planteado preguntas y he narrado”. Lo que él describía como una visión
diferente y un relato del sufrimiento de los serbios, para la mayoría de los
intelectuales y periodistas que cubrieron las guerras en Yugoslavia era un
relativismo moral y una negación indirecta de los crímenes de guerra.
Criticó con dureza al
Tribunal de La Haya para los crímenes en la desaparecida Yugoslavia: en un
ensayo titulado Las tablas de Daimiel lo calificó de ilegítimo y consideró que el procesamiento de
Milosevic era un error. Sobre su presencia en el entierro explicó en una
entrevista con The New York Times: “Creo que fue una figura trágica. No un
héroe, pero sí un ser humano trágico. Pero soy un escritor y no un juez. Amo a
Yugoslavia —no tanto a Serbia, pero sí a Yugoslavia— y quise acompañar la caída
de mi país favorito en Europa y esa fue una de las razones para asistir al
funeral”. Sin embargo, aquella heladora jornada de marzo en la que fue
sepultado Milosevic, estaba claro lo que había ocurrido en Bosnia, al otro lado
del río Drina: los musulmanes bosnios fueron víctimas de un genocidio —como ha
reconocido la justicia internacional— y las milicias y el Ejército serbio
fueron sus verdugos, bajo las órdenes del hombre a cuyo entierro Handke no
quiso faltar.
G miradas multiples
04 de Noviembre del 2019
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