Nicholas Negroponte, uno
de los creadores del Laboratorio Media-Lab en el MIT, asegura que los jóvenes
no quieren ni automóviles ni chalets
El sueño de la vivienda
con jardín y desván a las afueras de la ciudad y el coche necesario para llegar
hasta ella desaparecen en la idea que un visionario como Nicholas Negroponte
tiene para las ciudades del futuro. Fundador, con Jerome Wiesner, del MIT Media Lab, en 1985 —un laboratorio de
tendencias emulado por múltiples universidades y empresas— y ponente de la
primera TED Talk, en 1984, Negroponte ha vivido con un pie en las ONG —fundó la
empresa One Laptop per Child, que llevó miles de ordenadores a los países en
desarrollo— y otro en la empresa privada —como directivo de Motorola—. Eso sí,
este arquitecto siempre ha tenido la cabeza puesta en el futuro: “He estado
varias veces en el futuro”, comenzó diciendo en el Colegio de Arquitectos de
Madrid.
El urbanista Ricky
Burdett apuntó que “el mejor vehículo debía ser como un buen vecino y el
mejor urbanismo una vacuna contra la falta de equidad”
La Fundación Norman Fosterpresentaba allí las conclusiones de un
congreso sobre la digitalización en el diseño. Amanda Levete, autora del MAAT
de Lisboa, opinó que “lo digital es una herramienta, pero no un generador de
ideas: lo puedes convertir todo en un algoritmo, pero no lo que no sabes”. El
urbanista Ricky Burdett apuntó que el reto de los arquitectos del futuro no
sería tanto construir las viviendas como ubicarlas, y Negroponte sentenció: “Si
pregunto a mis estudiantes del MIT saco dos conclusiones: nadie quiere tener
coche, nadie quiere vivir en las afueras y todos consideran que la conexión por
internet debería ser un derecho humano”.
Vivir en los suburbios y
llegar hasta el trabajo, la cultura, los comercios o la diversión de las urbes
conduciendo un coche es ya algo vetado a la clase media en las grandes ciudades
del planeta. Entenderán de qué habla Negroponte si piensan en ciudades como
Londres, París o Nueva York, y se preguntan quién puede aparcar en esos centros
urbanos: nadie que no tenga una de las carísimas plazas de aparcamiento o esté
dispuesto a desembolsar una media de casi 70 euros al día.
El urbanista Ricky
Burdett habló de los coches sin conductor en ciudades para la gente, y para
describir los nuevos vehículos, o el futuro del transporte, este profesor en la
London School of Economics dijo que “los coches separan a la gente y destrozan”.
Y apuntó que “el mejor vehículo debía ser como un buen vecino y el mejor
urbanismo una vacuna contra la falta de equidad”. A la búsqueda de la equidad
asocia Burdett el futuro de la calidad de vida, la tranquilidad y la seguridad
en las ciudades. “La diversidad es el polvo mágico del Media Lab”, apostilló
Negroponte: “Nunca hemos tenido dos profesores iguales”.
El profesor Fernández
Galiano acusó a Benedetta Tagliabue de vivir en el pasado y a Greg Lynn de
vivir en el futuro. “Si te refieres a que mis edificios podrían haber existido
hace 100 años te respondo que ojalá puedan llegar a tener 1.000”, contestó la
italiana. Lynn, por su parte, admitió que, como arquitecto, le faltó
convicción. Que cuando se dio cuenta ya había pasado el tiempo y había quedado obsoleto.
Para Norman Foster, que
cerró la sesión, la escala heroica es lo que definirá el futuro de la
arquitectura y la prefabricación lo que permitirá —permite ya— la diversidad:
“Ya no hará posible una repetición de módulos, sino que abrirá sus propuestas a
un nuevo nivel de diversidad”.
06 de Noviembre del 2019
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