Democracia es un sistema político que postula la
soberanía del pueblo y su derecho a elegir y controlar a sus gobernantes. Es
una forma de organización del Estado en la cual las decisiones fundamentales
deben ser adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de consulta directa o
indirecta. Abraham Lincoln definió la democracia como " El gobierno
del, para y por el pueblo".
Los partidos políticos son entidades de interés público
creados para promover la participación de la ciudadanía en la vida democrática
de los pueblos. Son sociedades intermedias entre el pueblo y los estamentos de
poder, son una especie de correa de transmisión en ambos sentidos, del pueblo
al gobierno y del gobierno al pueblo. Son instrumentos al servicio de la
sociedad para que los ciudadanos puedan participar organizadamente en la
política con el objetivo de alcanzar el Bien Común.
La democracia y los partidos políticos constituyen un
conjunto donde ambas partes son esenciales y vitales, la ausencia de una de
ellas lo desnaturaliza. Las organizaciones políticas son los pilares donde se
asienta y sostiene la democracia. En la medida que esos pilares son organizados
y fuertes, la posibilidad de resquebrajamiento de la democracia se aleja; al
contrario, si son inexistentes o débiles la vigencia democrática se hace
crítica.
Ahora bien, si aceptamos que democracia y partidos
políticos son un conjunto inseparable, lógico es que el juicio de un pueblo sea
sobre el conjunto y no sobre una de sus partes. En nuestro país, según todos
los sondeos de opinión pública, la democracia tiene mayor aceptación, pero
mucho más que los partidos políticos. Esta diferenciación debe ser motivo de
reflexión colectiva.
Aunque la democracia tiene mayor aceptación que las
organizaciones políticas; tampoco es un porcentaje aceptable como para estar
tranquilo.
Es necesario reinventar la democracia para hacerla más ágil y eficaz
en la solución de los problemas colectivos y también con la existencia firme de
escudos de protección. Debemos dar el paso necesario del exceso de
representatividad a la participación directa del ciudadano, es decir, a la
definición lincolniana de gobierno del, para y por el pueblo, agregarle otra
preposición: CON el pueblo. Es fundamental que el pueblo organizadamente
participe en la toma de decisiones en materias. que toquen el interés nacional
y de esa manera también participará en la implementación de lo acordado. La
representatividad no debe ser tan amplia como para transformarse en una cúpula
o cogollo que tome las más serias decisiones en nombre de todos.
Los partidos políticos deben modernizase, dedicar todo el
tiempo y esfuerzo necesario a la formación y ser verdaderamente sociedad
intermedia organizada para la participación ciudadana. Si los partidos
políticos pregonan y postulan la democracia para el país como sistema
perfectible de gobierno, también deben practicarla en su interior.
El grado de
delegación en las autoridades partidistas no debe llegar al extremo que ellas
tomen las más graves y serias decisiones que comprometen a todo el colectivo
sin que medie consulta a la militancia. Si aceptamos la democracia como sistema
de convivencia con menos inconvenientes, debemos también preocuparnos porque
nuestros partidos políticos que la sostienen sean fuertes, organizados y
robustos. El pueblo tiene el natural derecho de exigir a sus organizaciones
políticas transparencia; solidaridad, tolerancia, formación y autenticidad, que
actúen de acuerdo a la letra y a lo proclamado y sean percibidos diariamente
como instrumentos útiles en la solución de los problemas generales.
Pero el gran problema no es solamente la poca
calificación de la democracia y de los partidos políticos, el problema gordo es
la desconfianza institucional. La verdadera crisis del país se traduce en un
proceso de aislamiento social de la gente con lo público y de refugio en el
mundo privado y personal. Cada quien anda en lo suyo sin importarle lo
colectivo y los inconvenientes del prójimo. Cuando las instituciones no son
genuina representación de la ciudadanía el individuo tiene que valerse de sí
mismo y asumir variadas posiciones hasta incluso llegar a la violencia. Recordemos
que el 4F casi la mitad de la población estuvo de acuerdo en como se produjo el
intento de golpe de estado.
El compromiso que los demócratas tenemos es
verdaderamente elevado y nos corresponde por el bien de todos y de las
generaciones por venir estar a la altura de este inmenso desafío. El Señor nos
ayudará, pero debemos ayudarnos nosotros.
08 de Noviembre del 2019
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