Ni guerra económica, ni conspiración
de Fedecámaras, ni maquinación de Uribe, ni conjura de los colombianos de la
frontera: corrupción roja-rojita. Esa es la responsable de los altos precios de
los alimentos. Ya informamos la semana pasada lo que pasa con el atún: pudiendo
producir aquí 15.000 toneladas, el gobierno prefiere importarlo de Ecuador y
enriquecer así a varias empresas de maletín.
Ahora toca el turno a la leche: de acuerdo con cálculos elaborados por técnicos de la UCV, citados por el periodista Manuel Isidro Molina en el semanario La Razón, el Ministerio de Alimentación está importando leche líquida con un sobreprecio de $1.600 dólares por tonelada. Peor aun lo que sucede con la leche en polvo: $3.180 de sobreprecio se paga por cada tonelada importada, de acuerdo con el cálculo de Wener Gutierrez, profesor de LUZ. En un año, el gasto –más bien despilfarro– de este sobreprecio llega a ubicarse entre 572 y 686 millones de dólares, siempre según Gutierrez. Y eso lo importa un Ministerio Bolivariano del Poder Popular. Y lo pagamos todos los venezolanos, que tenemos la leche más cara del mundo. Otro milagro de la revolución, que para enriquecer a unos pocos empobrece a millones. ¿A los bolsillos de quién o quiénes va a parar todo el dinero de esos sobreprecios? Nuevamente: ¡Secreto de camaradas!
Ahora toca el turno a la leche: de acuerdo con cálculos elaborados por técnicos de la UCV, citados por el periodista Manuel Isidro Molina en el semanario La Razón, el Ministerio de Alimentación está importando leche líquida con un sobreprecio de $1.600 dólares por tonelada. Peor aun lo que sucede con la leche en polvo: $3.180 de sobreprecio se paga por cada tonelada importada, de acuerdo con el cálculo de Wener Gutierrez, profesor de LUZ. En un año, el gasto –más bien despilfarro– de este sobreprecio llega a ubicarse entre 572 y 686 millones de dólares, siempre según Gutierrez. Y eso lo importa un Ministerio Bolivariano del Poder Popular. Y lo pagamos todos los venezolanos, que tenemos la leche más cara del mundo. Otro milagro de la revolución, que para enriquecer a unos pocos empobrece a millones. ¿A los bolsillos de quién o quiénes va a parar todo el dinero de esos sobreprecios? Nuevamente: ¡Secreto de camaradas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario