Los
señalamientos apuntan al expresidente de Pdvsa Rafael Ramírez, que amasó una
fortuna a través de un sistema de comisiones
Fiscales de Estados Unidos investigan a la
petrolera estatal venezolana Pdvsa
(Petróleos de Venezuela) por las supuestas prácticas corruptas
en las que habrían incurrido sus más altos ejecutivos, como el cobro de
sobornos y el uso de cuentas corporativas para lavado de dinero procedente del
narcotráfico y la especulación cambiaria en el mercado negro. Así lo revela un
reportaje publicado por el diario The Wall Street Journal.
De acuerdo a la publicación del diario, que cita a
“tres personas familiarizadas con el tema”, en febrero de este año
investigadores de cuatro jurisdicciones federales norteamericanas —los estados
de Texas, Nueva York y Missouri, junto al distrito de Washington DC—
intercambiaron información y coordinaron acciones para adelantar las
indagaciones en marcha contra las autoridades corporativas de Pdvsa. Los casos
se encuentran todavía en fase de investigación y podrían desembocar en
acusaciones concretas.
Los señalamientos apuntan sobre todo a la
administración del expresidente de Pdvsa Rafael Ramírez, quien de 2004 a 2014
ocupó de manera simultánea la cartera del ministerio de Energía y Petróleo y la
presidencia de la petrolera, una de las mayores empresas de América Latina y
financista de los programas de asistencia social y cooperación internacional
del gobierno chavista.
De
implicado a informante como testigo
Rafael Ramírez. / REUTERS
Las autoridades estadounidenses esperan que el
propio Rafael Ramírez se una a la media docena de informantes que ahora
colaboran como testigos protegidos en la investigación.
Según The Wall Street Journal, aunque pueda parecer
improbable que Ramírez convenga incriminarse a sí mismo, el expresidente de
Pdvsa rumia su descontento, pues ha caído en desgracia frente al régimen tras
haber tenido un proyecto político propio y vive en Nueva York un confinamiento
dorado.
Ramírez es hoy y desde 2014 embajador de Venezuela
ante la sede de Naciones Unidas en Nueva York. Durante su gestión al frente de
la petrolera, relata The Wall Street Journal, Ramírez —hijo de un
ex guerrillero izquierdista de los años sesenta y familiar de Ilich Ramírez
Sánchez, El Chacal—, aprovechó su posición para amasar una inmensa
fortuna. De carácter reservado y militante revolucionario, no pareció encontrar
inconsistencias entre esos rasgos y sus refinado gusto por botellas de vinos
que cuestan miles de dólares.
En el esquema de cobro de comisiones diseñado por
Ramírez jugaron roles principales su primo Diego Salazar y su cuñado Baldo
Sansó. Aunque ninguno de los dos detentaba un cargo oficial en Pdvsa, ambos
ejercían como emisarios de Ramírez en las negociaciones con proveedores y
contratistas.
Según el reportaje, el descalabro de la Banca
Privat D’Andorra a principios de este año —acusada de irregularidades por la
Red contra Ilícitos Financieros (FinCEN, por sus siglas en inglés) del
Departamento del Tesoro norteamericano—, y la subsiguiente intervención de su
filial en España, Banco Madrid, ofrecieron una oportunidad inmejorable para
radiografiar el esquema de corrupción. De acuerdo a la investigación, ambas
entidades sirvieron para canalizar el pago de sobornos y utilidades encubiertas
a los ejecutivos de Pdvsa y sus cómplices.
Estados Unidos cesó las actividades de la Banca Privat D’Andorra en su
territorio en marzo pasado, bajo la sospecha de que las irregularidades del
banco podrían afectar el sistema financiero norteamericano. Pdvsa, que colocaba
sus acciones en la Bolsa de Nueva York y hasta 2008 reportó a la Comisión
Nacional de Valores (SEC, por sus siglas en inglés), aún mantiene cuantiosas
inversiones en Estados Unidos, incluyendo la propiedad de la empresa de
refinación y distribución Citgo.
Una estación petrolífera en el estado de Zulia, en Venezuela. / REUTERS
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