En la prensa de hoy la mayoría de los grandes
titulares se ocupan del simulacro electoral que realizó ayer el Consejo
Nacional Electoral. Este simulacro contó sólo con la participación del Psuv, la
MUD se hizo al margen. Y como buena parte de la prensa está manejada con el
criterio editorial oficialista, pues tenemos que este simulacro fue todo un
éxito.
Frente a lo que fue el desastre de convocatorias
del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), para el simulacro electoral
realizado este domingo, que contrarrestó con los recuerdos de aquel PSUV que
llenaba los centros de votación en todo el país, a Nicolás Maduro no se le
ocurrió otra cosa que arremeter contra el presidente de Empresas Polar, Lorenzo
Mendoza.
Nicolás Maduro, pidió este domingo que la justicia
venezolana procese a Lorenzo Mendoza, dueño de Empresas Polar, por una admitida
negociación para obtener recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Es delito lo que él hizo y está haciendo: hablar
en nombre de la patria; es un delito grave contemplado en el ordenamiento
jurídico y debe ser procesado, tiene que ser procesado. Espero que los órganos
de justicia reaccionen porque ¿qué es eso de que está hablando con el FMI?”
Tal como EFE presenta la noticia, no sabemos si en
efecto el Presidente Maduro hizo esa llamada a VTV para tapar el supuesto
fracaso del simulacro, pero en todo caso su acusación contra Mendoza trae lo
suyo. Como se dice en criollo, Mendoza se ha convertido en el “coco” del
presidente Maduro, es su obsesión. Una obsesión vieja, por lo visto
insuperable.
¿Qué ocurre?
Recordarán que Diosdado Cabello presentó una
grabación donde conversan Mendoza y el economista venezolano, de la Universidad
de Harvard, Ricardo Hausmann. En primer lugar, la grabación es ilegal y la
difusión de esa conversación es un delito. Pero, a efectos del régimen, eso
pasa a ser algo menor porque es el presidente de la Asamblea Nacional el que la
divulga. ¿De qué hablan estas dos personas? De la situación económica del país,
de lo mal que estamos. Y evidentemente hablan de una situación hipotética en la
que se empezarían a tomar medidas para recuperar la economía nacional. Se habla
de cifras como 40 o 50 mil millones de dólares que habría que inyectarle a la
economía venezolana. Se menciona que el FMI podría aportar esa cifra. Eso es lo
fundamental de la conversación.
Antes, ya había dicho Nicolás Maduro, promocionando
el programa de Cabello, “por allí vendrá la prueba de cómo la oposición
le pide al Fondo Monetario Internacional 60 mil millones de dólares para dar un
golpe de estado”. Se nota que aquí hay una tergiversación por completo
de la idea. En ningún momento de la conversación se habla de golpe. ¿Qué es el
Fondo Monetario Internacional? ¿Una organización que está allí para financiar
golpes? No. El Fondo Monetario Internacional, al cual pertenece nuestro país,
porque es firmante de su constitución y tiene su gobernador, es una institución
para ayudar a los países. Y su relación es con los gobiernos, no con los
particulares. Así que mal puede el Fondo Monetario Internacional reunirse con
Lorenzo Mendoza o cualquier otro particular. De hecho, Mendoza lo dicho, jamás
se ha reunido con el Fondo Monetario Internacional.
¿Dónde está
el delito? ¿Dónde está el delito que busca el presidente Maduro?
El detalle es que antes de que se divulgase todo
esto el gobierno de Venezuela se había reunido con el Fondo Monetario
Internacional a través de su gobernador en la institución. El Almirante (r)
Diego Molero Bellavia, de ingrata recordación en su paso por el Ministerio de la
Defensa. Además de ser el gobernador de Venezuela ante el FMI, el Almirante
Molero es también el Embajador de Venezuela en Perú. Pues bien, entre el 5 y el
11 de octubre de este año, se dio la reunión anual de la Junta de Gobernadores
del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en la ciudad de Lima. Y
en esos días Molero sostuvo encuentros tanto con el presidente del Banco
Mundial, Jim Yong Kim, como con la directora del FMI Christine Lagarde. Esa
información la divulgó el semanario La Razón con foto donde vemos al señor
Molero reunido con estas personalidades y la ha dado a conocer el portal Runrunes.com. informando que Venezuela está en
negociaciones con el FMI.
¿Entonces?
Escuchar el programa de Cesar Miguel
Rondón
“El que nace escaso ni que lo fajen
chiquito”
La
verdad es que ya no hay límites a nuestra capacidad de asombro. Me acabo de
enterar, este jueves por la noche, que Maduro en cadena televisa nacional está
utilizando el audio de una conversación telefónica entre Lorenzo Mendoza y
Ricardo Hausemann ilegalmente “pinchada” para su divulgación pública por
Diosdado Cabello, para arremeter contra ambos por haber intercambiado ideas
sobre la solución de los problemas económicos del país (¡¡!!). Parece mentira
que, quien ejerce la presidencia todavía no tenga ni idea de dónde está parado:
1) Que
está convalidando un crimen, cual es la grabación sin orden judicial de una
conversación privada;
2) Que,
en vez de aprovechar constructivamente que dos personas sumamente calificadas
opinen sobre la solución de los problemas económicos nacionales, los denuncia
(¡¡!!);
3) Que a estas alturas no haya captado la necesidad
imprescindible, insoslayable, ineludible, imperiosa y todas las demás “ibles”,
de negociar un importante financiamiento internacional para atajar la caída
hacia el abismo de la economía nacional, cosa en la que se centra el
intercambio de la conversación interceptada; y
4) Que
Maduro crea que tal “revelación” lo beneficia políticamente (¡¡!!).
Para
colmo, parece que la arremetida contra ambos ciudadanos se quiso “justificar”
esgrimiendo -¡a estas alturas!- la idiotez sempiterna de una guerra económica.
Pero el fascismo no se distingue precisamente por su disposición a usar el
raciocinio para imponer su causa. Apela a los temores más primitivos, a
perjuicios atávicos, al fomento de resentimientos larvados por una retórica de
odios, para provocar las pasiones de sus seguidores contra quienes los enemigos
necesarios. Criminalizar la opinión inteligente se convierte en obligación,
pues ésta desenmascara las contraposiciones maniqueas simplistas con que se
alimenta el poder fascista. Y es que tanto odio, tanto resentimiento, no puede
sino envenenar las pocas neuronas que les concedió la naturaleza. Está
comprobado que el fanatismo embrutece.
En
el fondo está el pavor que sienten los que tanto se han aprovechado de su
usufructo discrecional del poder, ante la perspectiva cierta de perder todos
sus privilegios. No entender la naturaleza mafiosa, fascista, de quienes han
destruido el país en nombre de una “revolución”, es no saber a quienes nos
enfrentamos.
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