El reciente impasse surgido por la manera como se
procedió a cesar en sus funciones a Humberto Calderón Berti y la consecuente
rueda de prensa e intervenciones, dejan traslucir la falta de consistencia del
frente opositor.
Sean cuales fueran las razones que condujeron a una
ruptura en la representación de Guaidó en Colombia, no viene al caso en la
lucha que todos debemos emprender para darle punto final a esta insostenible
situación, que de no lograrse podría incrementar el éxodo venezolano hasta la
alucinante cifra, según algunos especialistas, de hasta 10 millones de compatriotas.
¿Que se ha podido manejar mejor, de parte y parte el
incidente? Eso es evidente, pero lo que no tiene sentido es convertir el tema
más en parte de una lucha fratricida sin sentido, porque en vez de acercanos a
una eventual solución nos aleja inexorablemente de ella, y sin quererlo
alimentamos la ya copiosa dialéctica del régimen que encuentra motivos de
máxima satisfacción al argumentar y exponenciar las divergencias existentes en
el mundo opositor.
Mientras sigamos en esto lo único que lograremos es darle
oxígeno al régimen. Que es hora de rectificar, es obvio, pero no solo un sector
sino todos los que conforman el multiespectro político y social opositor. O
cambiamos o perecemos.
Analitica
Digalo ahi digital
15 de Diciembre del 2019
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