No
hay ímpetu, ni energía, ni atrevimiento, ni utopía posible. Solo un triste
retintín que ya, con una repetición inercial y cansona que ha durado 17 largos
años, solo tiene la capacidad de adquirir un sonido hueco de cuenta regresiva,
sin suspenso y sin otro punto de llegada que el de una melancólica caída, sobre
la cual quizá quedan unas tres interrogantes definitorias: ¿las fuerzas reales
del gobierno, las de la oposición, y las de las FANB, hasta dónde dan?
Así
están las cosas, luego de las elecciones parlamentarias del 6-D, en las cuales
dominó el descontento sobre una forma errática de conducir al gobierno, que se
expresó con intensidad contundente en el “voto castigo”. Nicolás con diciembre
de sombra arrancó errático. No produjo cambios, ni dio golpes de timón. Las mismas
inercias. “El decreto de emergencia económico” que ha podido firmar antes del
5-E. El sopor de siempre, la imposibilidad de engendrar una sola idea novedosa.
En enero la cancha fue de la oposición, como le dio la gana. Surgieron
contrafiguras como Henry Ramos y Julio Borges que se posesionaron con sus
partidos, acompañados de Leopoldo López, de una masa inasible, sin dirección,
pero con un solo propósito, que hasta ahora luce irreductible: salir de esto
Pero
esta primera semana de febrero ha sido peor. Hay tres fechas emblemáticas del
“chavismo”. El 2 de la toma de posesión de 1999. Y el 3 y el 4 del fallido
golpe de estado de 1992. Y allí no pasó nada. No hubo pueblo, no hubo emoción.
Como diría Petkoff: “pura pamplina frita”. Lo único relevante fue que,- ante la
imposibilidad, por incapacidad, de continuar al frente de esa justa-, Nicolás le entregó sin remilgos “el testigo”
a las FANB como único camino de salvación de las almas protegidas por el “Comandante
eterno”, autor y creador de todos estos desaguisados heredados.
Febrero
le demostró al PSUV que habita en el incoherente universo de la “necrofilia ideológica”, de
ese amor ciego por ideas muertas, que definió lapidariamente Moisés Naim, el
domingo en El País de España. Y en el no hay futuro posible.
Para
nadie es un secreto que el gobierno está en un tinglado más complejo que el del
“mito de Sísifo”. Que más temprano que tarde caerá, como “el mango maduro” que
caricaturizó Rafael Alfonso Guzmán “Ramán” en El Gráfico del 12 de noviembre de
1948, doce días antes de caer Gallegos.
Días
más, días menos. ¿Enmienda?, ¿elección? Nadie puede saberlo con precisión. Las
torpezas, y no hablemos de las políticas o económicas que ya nos atosigan,
siguen a la orden del día como esa primor literario de la Fiscal de darle al
francesísimo Víctor Hugo y a sus “Les Misérables” la nacionalidad nicaragüense
de Rubén Darío en el 100 aniversario de la muerte del autor de “Azul”. Pero, ya
que más da.
Las
colas siguen, acompañadas de las procesiones de la escasez, la inflación y del “bachaqueo”. Ya
hay manifestaciones aisladas de rebelión, real, no la guasona de mítines y
arengas superfluas de NM. La violencia se posesiona de las cárceles y de las
calles. Y aquí cabe otra leve reflexión: ¿Habrá suficiente voluntad y capacidad
para evitar que nos arrope un vacío de poder que abra las compuertas de “un
nuevo orden”? Veremos.
pastorheydra24680@gmail.com
@PastorHeydra
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