La centenaria tradición mexicana convive con la simbología de la fiesta norteamericana que, poco a poco, va cogiendo peso
La eterna discusión en México en los
últimos días del mes de octubre es: ¿celebrarás Día de Muertos o Halloween? La
primera es una tradición mexicana centenaria y está llena de símbolos
relacionados con la muerte, pero lo cierto es que, por la cercanía de México
con Estados Unidos, desde hace algunas décadas en el país se celebra también el
Halloween.
Los disfraces para la noche de brujas han comenzado a convivir con los altares para los fallecidos. Sin pretensiones nacionalistas, te dejamos algunos motivos en defensa de la celebración del Día de Muertos:
Los disfraces para la noche de brujas han comenzado a convivir con los altares para los fallecidos. Sin pretensiones nacionalistas, te dejamos algunos motivos en defensa de la celebración del Día de Muertos:
1. La catrina es el mejor disfraz posible. ¿Por qué alguien
quiere dar miedo cuando puede vestirse de una manera tan hermosa como las
catrinas y los catrines? Y no se trata solo del vestido, sino que el maquillaje
es incluso más importante. Solo una celebración como el Día de Muertos podría
lograr que la muerte se viera tan bien. Para los que se animen en El País hemos
elaborado nuestro propio tutorial. En YouTube hay muchos otros vídeos donde
inspirarse para maquillarse así.
2.
Es una fiesta, incluso en los cementerios. La música aquí está
ligada a todos los buenos momentos y este no es la excepción. Pero nada de
música funeraria. En Día de Muertos es tradición llevar mariachis al panteón
para que entonen las canciones preferidas de quienes ya no están o, en su
defecto, una radio con sus grupos favoritos.
3.
Es la época del cempasúchil. Durante estas
fechas, los mexicanos compran más de 15.000 toneladas de esta flor que decora
los altares y los panteones. No hacen falta pasar horas vaciando una calabaza o gastar electricidad en bombillassino que el naranja viene de
una manera mucho más natural.
4.
Tiene una leyenda detrás. La tradición dicta
que, la madrugada del 1 y 2 de noviembre, las almas de los muertos regresan por
algunas horas a este mundo para volver a disfrutar de las cosas que más les
gustaban. Los mexicanos construyen altares de diferentes tamaños dedicados a
algún ser querido fallecido. Por eso es importante que en el altar se encuentre
la comida favorita del muerto, cigarros (si es que fumaba), tequila, cervezas…
en fin, todo lo que disfrutaba. También es importante poner velas, flores,
agua, sal y una foto del difunto. ¿Acaso alguien conoce cuál es la leyenda
detrás de Halloween?
5. Frente al negro del luto, ¡color! Si en Halloween
todo está envuelto de un halo de oscuridad, el Día de Muertos es todo lo
contrario. Por estas fechas encontrarás por las calles de México todo tipo de
color, desde el naranja y fucsia de las flores, hasta los adornos para el altar
de muertos, como el papel picado, que son hojas de papel de china cortadas con
escenas como esqueletos bailando o La Catrina.
6. No hay solo caramelos para los niños: aquí
se come. Este día, además de
preparar los platos favoritos de los difuntos, también hay comidas
tradicionales como el pan de muerto. Antes solo se encontraba desde mediados de
octubre, pero cada año las panificadoras mexicanas han ido adelantado el
momento de encontrarlo en las tiendas. El pan de muerto lleva a la muerte
impresa: las líneas que sobresalen representan huesos y el círculo de en medio,
el cráneo. A diferencia de la celebración estadounidense, los pequeños no dicen
“dulce o truco”, sino “¿Me da mi calaverita?".
7. Tiene un sentido familiar y no solo lúdico. Aunque hay fiesta,
no todo es estar con los amigos. La creencia popular es que este día se deja
salir del inframundo a las almas de los difuntos para volver a estar con sus
seres queridos, aunque sea por unas cuantas horas. Por eso las familias se
reúnen este día.
Foto: Una pareja disfrazada de Catrina en Ciudad de México. Alex Cruz/EFE
11 razones por las que México vive la muerte como ningún otro país
El 2 de noviembre se celebra el Día de
Muertos en México. Pero, aunque muchos se pondrán nostálgicos al recordar a los
fallecidos, no se trata de un día triste. La fiesta de Muertos, de origen
prehispánico, es una de las más importantes en el país y es solo la punta del iceberg
de una cultura donde la muerte es algo mucho más familiar, con la que se puede
bromear y a la que se rinde culto. Como dijo Octavio Paz, el único premio Nobel
de Literatura mexicano: “Nuestro culto a la muerte es culto a la vida”. Estas
son las razones por las que México tiene una relación especial con la cultura
de la muerte que fascina al resto del mundo.
'El jarabe en
ultratumba', grabado de José Guadalupe Posada.
1.
El Día de Muertos tiene todos los ingredientes de una fiesta (incluso mariachis). En esta fecha se
recuerda al fallecido, pero también lo que le gustaba comer, beber y la música
que escuchaba. Familias enteras acuden al cementerio con cervezas y comida y
estos se engalanan con el cempásuchil, una flor otoñal. Hasta hay
mariachis y tríos especializados en ir a cantar a las tumbas para animar el
ambiente.
2. Uno
de los símbolos más reconocidos del país es una calavera. El
artista mexicano José Guadalupe Posada (1852-1913), célebre por sus grabados,
hizo de la muerte uno de sus temas recurrentes y la representó como un
esqueleto vestido de manera elegante. Así nació La Catrina, una figura
emblemática del Día de Muertos mexicano.
3.
La celebración de los muertos está relacionada con el orgullo patrio. Para México, un
país que comparte una extensa frontera con Estados Unidos, la rivalidad entre
el Día de Muertos y el Halloween es un tema de debate nacional. Aunque, poco a
poco, la costumbre anglosajona se ha extendido.
4.
Los niños están familiarizados con el tema. Por eso hay hasta
dibujos que explican el Día de Muertos. Además, reciben un regalo por estas
fechas al que llaman "calaverita".
5.
Hay dulces con motivos fúnebres. El pan de muerto es
un pan dulce horneado con figuras de huesos y espolvoreado con azúcar roja
(morena) que, tradicionalmente, recuerda la sangre. También están las
calaveritas de azúcar: pequeños cráneos hechos de dulce.
6.
Existen numerosos términos para referirse a Ella: La Huesuda, la
Calaca, la Catrina, la Parca, la Dama de Negro, la Santa Muerte, la Novia Fiel
y muchos más.
7.
Los muertos se exponen en un museo. Guanajuato, una de
las ciudades más bellas del país, era una riquísima región minera durante el
virreinato. Su subsuelo, rico en nitratos y alumbre, hizo que los restos de las
personas ahí enterradas se momificaran. Los cuerpos, exhumados entre 1865 y
1989, se pueden observar en el Museo de las Momias de la
ciudad, que ahora es una de sus principales atracciones turísticas.
Museo de las momias de Guanajuato.
8.
Se escriben versos prediciendo la muerte de otros. Es lo que se
llama calaveritas literarias: pequeños poemas jocosos y satíricios que se
dedican a un vivo - especialmente a políticos - y que tratan de su inevitable
encuentro con la muerte.
9.
Hay miles de rituales para recordar a los difuntos (como desenterrarlos). Desde las más
sencillas - colocar un altar con cempasúchil y fotos del fallecido - a las más
inusitadas: en el cementerio de Pomuch, una región maya, se exhuman y limpian los huesos de los difuntos cada 2 de noviembre.
10.
El culto a la Santa Muerte es casi una religión. Incluso el Vaticano
está intentando plantar cara a la fe que le profesan miles de personas, especialmente en los
barrios más bravos, como Tepito. Se trata de un esqueleto ataviado con una
túnica como si fuera una virgen y a la que se le reza y ponen velas. Estas fotos son
un buen ejemplo.
Foto: Saúl Ruiz.
11. Existe merchandising. Igual que colgarse un crucifijo al
cuello o ponerse una camiseta de Los Ramones. Hay colgantes, llaveros,
pendientes, mochilas. Pero con la Santa Muerte.
URL DEL VIDEO:
https://youtu.be/XlRzfL1BGbI
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