La candidatura de Henri Falcón no nació de
la nada. Surgió como consecuencia de la decisión de la
MUD de no presentar candidatura presidencial después del fracaso del diálogo de
Santo Domingo. Decisión tomada como respuesta a la premeditada -repetimos:
premeditada- intransigencia de los dialogantes enviados por Maduro.
Después del fracaso del diálogo fueron abiertas a la MUD
dos opciones. La primera: la de “pelear peleando”, es decir, la de levantar una
candidatura que denunciara ante el mundo la ausencia de condiciones
electorales, desatando un masivo movimiento político en contra del régimen. La
segunda: la de seguir el juego del oficialismo, cediendo el paso para que este
venciera en las elecciones.
1.- El error más grande de la historia de
la MUD
La dictadura demostró tener un conocimiento
exacto de la MUD. Sabía que no tenía candidato y que -dadas
las rivalidades entre los partidos del G4- iba a ser difícil que lo tuviera,
por lo menos a corto plazo. Ese fue sin duda el primer error que llevaría a la
MUD a cometer el segundo, el más grande de su historia: no levantar candidatura
frente a un gobierno que había alcanzado sus puntos más bajos de aprobación. La
no-existencia de condiciones electorales mínimas, en lugar de convertirse en
una consigna de participación, se convertiría así en un llamado a la apatía, a
la resignación, a la nada. La única candidatura de la MUD es hoy la señora
abstención lo que para una asociación electoral -la MUD es eso- significa una
(auto) condena a muerte.
Para disimular su monumental error, los dirigentes de
la MUD adujeron que el llamado a la abstención seguía la orientación de una
supuesta Comunidad Internacional, vale decir, de un conjunto de gobiernos
dispares entre sí, cuya preocupación fundamental dista de ser Venezuela, como
demostró la Cumbre de Lima. Votar es legitimar a la dictadura ante el mundo,
fue la consigna central. Un absurdo: una dictadura no puede ser legitimada con
nada porque una dictadura es una dictadura. No existen dictaduras
legítimas. Pero aún suponiendo que esa, por la MUD fetichizada “comunidad”,
hubiera tenido el poder que le supuso la MUD (ni en la OEA posee mayoría
ejecutiva) ese poder habría sido inútil pues con la abstención ya no tenía a
qué ni a quién apoyar.
Sin elecciones la MUD es como un sistema
solar sin sol, un montón de meteoritos perdidos en la noche de la
anti-política. Ni siquiera la creación del Frente Amplio
(la MUD más organizaciones pro-MUD) que en condiciones electorales habría sido
un poderoso instrumento de lucha, pudo interceptar la crónica del fracaso
anunciado. Fracaso, porque la MUD al retirarse de las elecciones, se retiró de
su ruta, rompió con su única línea y no supo levantar otra.
¿Extraña que bajo esas condiciones los abstencionistas
de la primera hora -los anti- electoralistas crónicos, los del “maduroveteya”,
los de “en dictadura no se vota”, los del “dimite-pues” - hubieran llenado el
espacio vacío que dejó la MUD imponiendo consignas que hoy repiten los
neo-abstencionistas como si fueran de su autoría? ¿Extraña que abstencionistas
y abstencioneros cierren filas para bloquear la alternativa que hoy representa
el candidato Henri Falcón? ¿Extraña al fin que la candidatura de Falcón se
convirtiera en el blanco de los más viles ataques, injurias e infamias que es
posible imaginar?
En Venezuela no existe un falconismo, como
sí hubo un chavismo, un madurismo y de algún modo, un caprilismo. Pero
sí existe una ideología anti-Falcón cuyas connotaciones son brutales tanto en
las redes como en la prensa. La ideología anti-Falcón ha llegado a ser la de la
impotencia política, la de los que ven en Falcón lo que ellos no supieron (y
tal vez quisieron) hacer, la alternativa que los denuncia y acusa, el hecho
objetivo que no les permitirá posar como víctimas inocentes y, por eso, el
chivo expiatorio de tantas frustraciones. De lo que no se han dado cuenta es
que, mientras más atacan al candidato, más significado adquiere la
candidatura. En el hecho -aunque Falcón no se lo hubiera propuesto- lo
han convertido en el representante de una doble protesta. En contra de la
dictadura y en contra de una oposición donde abnegados y respetables políticos
conviven con burócratas sin ideas, con tácticos sin estrategia, con aventureros
de ocasión. Ha llegado quizás la hora de desmontar la ideología anti-Falcón.
2.- Seis afirmaciones falsas en
contra de Falcón
No valdrá la pena detenerse en las difamaciones que
acompañan a la ideología anti-Falcón. Afirmar por ejemplo que Falcón es el
candidato de Maduro sin presentar la menor prueba, es una frase que solo delata
la miseria mental de quienes la emiten. Sin embargo, si subimos un poco el
nivel discutitivo podemos encontrar algunas afirmaciones que a primera vista
podrían poseer cierta verosimilitud.
La primera se refiere a la supuesta
traición de Falcón al no acatar la decisión de la MUD.
De más está decir que el concepto de traición pertenece a los estamentos
militares, a las mafias, a las cofradías conjuradas, pero no a la vida
política. Falcón, en el peor de los casos, desobedeció a una directiva. Pero la
política no está basada en relaciones de obediencia. Nadie puede estar sometido
a una dirección que ha tomado el camino errado. Más aún, Falcón – es importante
subrayarlo – ni siquiera rompió con la línea política de la MUD. La MUD en
cambio sí rompió con su línea política al asumir la alternativa abstencionista
bajo el pretexto de obligar al gobierno ( y ¿con qué?) a crear las condiciones
electorales óptimas. Falcón representa -si así se puede decir- la ortodoxia de
la MUD. Las declaraciones programáticas de Falcón no se diferencian un solo
centímetro de las que fueron de la MUD.
La segunda afirmación, una variante de la
primera, señala que Falcón dividió a la MUD. Cualquiera que la
escucha podría imaginar que la MUD había sido siempre monolítica. Pero no es un
misterio para nadie que la historia de la MUD es la historia de sus divisiones.
La MUD solo ha marchado (relativamente) unida en períodos electorales. Por eso,
al abandonar la ruta electoral, la MUD se separó de sí misma. Por lo demás, la
unidad por la unidad solo existe en las relaciones amorosas. La unidad
política, en cambio, solo se puede dar en torno a objetivos concretos. Si estos
objetivos no aparecen, o si han sido borrados del mapa, la unidad no se
justifica.
La tercera afirmación apunta al hecho real
de que Falcón perdió su gobernación en Lara. Cierto,
Falcón perdió como muchos perdieron en unas elecciones en las cuales después
del aplastamiento militar de las protestas del 2017, la MUD acudió desmembrada,
sin entusiasmo, resignada. Lo que no se puede obviar es que la carrera de todos
los políticos está marcada por victorias y derrotas. El político siempre
ganador no ha nacido todavía. Más aún: la carrera política de Falcón, a
diferencia de otros políticos, está signada por muchas victorias y una sola
derrota. Cabe añadir que ninguna elección es igual a otra. Hasta un Abraham
Lincoln perdió en dos elecciones antes de vencer en las presidenciales.
La cuarta afirmación, quizás la más
recurrente, es la de los que acusan a Falcón de haber sido chavista.
Dicha afirmación parte de la premisa de que los candidatos deben dar pruebas de
virginidad política antes de postularse. Olvidan que la dimensión de la
política es el “ahora y aquí” y no el pasado, sobre todo si ya es lejano, como
el de Falcón. Olvidan, además, lo que fue el chavismo antes de que degenerara
en madurismo: Uno de los más multitudinarios y poderosos movimientos sociales
de la historia latinoamericana cuyo influjo traspasó las fronteras venezolanas.
El mismo Luis Almagro fue un furibundo chavista, aún durante Maduro, tres años
después de la ruptura de Falcón con Chávez. Es posible entonces comprender las
razones por las cuales tantas personas -entre ellas destacados académicos
venezolanos- se dejaron atraer por el embrujo del chavismo. Después de todo, el
mismo Falcón lo dijo: “Si dejé de ser chavista en los momentos de gloria del
chavismo, no lo voy a ser ahora, en el momento de su declive”. Lo que Falcón,
ni como chavista ni como no-chavista ha sido, en cambio, es un político
extremista. Y eso no lo perdonan los extremistas de lado y lado. Falcón como
Capriles es un político de centro. Hay, quiérase o no, una línea de continuidad
entre la candidatura de Capriles y la de Falcón. Y Capriles lo sabe.
La quinta afirmación nos dice que Falcón
fue militar, alcanzando el grado de sargento y por ello vinculado
al ejército. Algo difícil de entender. Falcón abandonó las filas militares hace
ya mucho tiempo con el título de “maestro técnico de tercera”. Lo que callan
sus enemigos es que la posterior formación profesional de Falcón (es abogado)
supera lejos a la media de los políticos venezolanos, incluyendo a ex-candidatos
presidenciales. Después de haber obtenido su título realizó post-grados en
Ciencias Políticas y Derecho Laboral. Innegable por lo tanto es que Falcón ha
sido un hombre de esfuerzo y trabajo. Sin embargo, la chusma tuitera lo sigue
llamando “el sargento”. Lo que no puede ocultar con esa denominación es el
intento por discriminar socialmente a Falcón. El candidato, efectivamente, no
pertenece a los altos círculos de la post-oligarquía capitalina, blanca y
adinerada. No se educó en colegios exquisitos, no asistió a fiestas de gala, ni
pertenece a la cultura del jet-set.
Detrás de la denominación de “el sargento”
se esconde el clasismo de un sector social con ínfulas aristocráticas,
secundado por arribistas de medio pelo a quienes Falcón les parece un candidato
sin “glamour”. Pero quizás por eso mismo Falcón tiene “llegada” en sectores
donde los políticos de la (supuesta) “clase alta” nunca podrán aparecer.
La sexta afirmación se refiere al hecho de
que Falcón no congrega multitudes. También es cierto. Como
ya se dijo, el falconismo no existe. Lo que existe es una candidatura política
de un candidato sin poses mesiánicas. Algo tal vez raro en Venezuela. No así en
la mayoría de los países latinoamericanos. Ni Piñera, ni Macri, ni Kuczinski-
Pizarro, ni Temer, ni Moreno, ni tantos más, son líderes de multitudes
orgásmicas. El tiempo de las grandes muchedumbres va quedando atrás. En Europa
ya no hay líderes de masas. En América Latina los hay cada vez menos. Falcón no
es una excepción. Más bien parece confirmar una regla
3.- 20-M
Las elecciones del 20-M serán decisivas. Derrotar a los
dos principales aliados de Maduro: el abstencionismo y el fraude, es
el gran desafío de los electores venezolanos. Si el abstencionismo logra
imponerse, vencerá el fraude. Quizás por primera vez en su historia los
opositores venezolanos serán llamados a votar no con el corazón sino con la
mente. Pues la alternativa Falcón no representa un futuro luminoso, no
porta consigo la promesa de una nueva sociedad y mucho menos la de un mundo
feliz. Por el contrario, el propio Falcón ha ofrecido su candidatura para
presidir una futura transición la que, como toda transición, deberá ser
pactada. Lo único claro es que si Falcón es derrotado, la dictadura
logrará mantenerse por mucho tiempo más. Y eso no lo merece el pueblo
venezolano. La candidatura de Falcón es la única posibilidad que tiene ese
pueblo para comenzar a salir, al fin, de la larga noche dictatorial.
Leer también del mismo autor: La miseria del
abstencionismo venezolano: http://talcualdigital.com/index.php/2018/04/06/la-miseria-del-abstencionismo-venezolano-por-fernando-mires/
¿Quién es Fernando
Mires?
Nacido el 23 de febrero de 1943 en Santiago de Chile, Fernando
Mires es Profesor Doctor Emérito de la Universidad de Oldenburg,
Alemania. Se diplomó de profesor de historia en Chile en (Universidad de
Chile) 1965. 1967-1968 Estudios de Post-Grado (Historia Moderna): Universidad
Carolina de Praga. En 1969, fue nombrado Profesor en la Cátedra de Historia de
América Latina. Instituto de Sociología, Universidad de Concepción, Chile. En
1974 hubo de abandonar su país como consecuencia del golpe de Estado. En 1975
asumió funciones de docencia y de investigación en el Instituto de Sociología
de la Universidad de Oldenburg, Alemania. En 1978 Doctor en Ciencias Económicas
y Sociales. En 1991 título de Privat Dozent en el área de Ciencias Políticas,
el más alto grado académico que confieren las universidades alemanas. En 1995
fue nombrado Profesor en el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad
de Oldenburg, Alemania (Política internacional y Teoría Política)
Autor de numerosos artículos y libros sobre filosofía política, política internacional y ciencias sociales, publicados en diversos idiomas. Entre sus libros publicados en idioma castellano, destacan:
Autor de numerosos artículos y libros sobre filosofía política, política internacional y ciencias sociales, publicados en diversos idiomas. Entre sus libros publicados en idioma castellano, destacan:
Fundamentos del Estado
(Concepción; Chile, 1973) Chile, del Frente Popular a la Unidad Popular (Buenos
Aires 1974). Chile, los Militares y el Poder (Buenos Aires 1975) Cuba La
Revolución no es una Isla, (Medellín 1978). En Nombre de la Cruz, (San José
1984, Buenos Aires 2006). La Colonización de las Almas (San José 1985, Buenos
Aires, 2007). El Subdesarrollo del Marxismo y otros ensayos (Québec, Quito,
1986) La Rebelión Permanente. Historia de las revoluciones sociales en América
Latina (México 1989) El Discurso de la Naturaleza (San José y Santiago de Chile
1991, Buenos Aires 2001). El Discurso de la Indianidad (San José, Quito 1992)
El Discurso de la Miseria (Caracas 1994) El Orden del Caos (Caracas 1995,
Buenos Aires 2006) La Revolución que nadie soñó (Caracas 1997, Buenos Aires
2008) El Malestar en la Barbarie (Caracas 1998, Buenos Aires 2005) Teoría
Política del Nuevo Capitalismo (Caracas 2000). Civilidad. Teoría Política
de la modernidad (Madrid 2001) El Fin de todas las Guerras (Santiago 2001)
Teoría de la Profesión Política (Caracas2002) Crítica de la Razón Científica
(Caracas 2003) El Imperialismo Norteamericano no existe y otros ensayos (San
Juan, Puerto Rico, 2004) Introducción a la Política, (Santiago 2004) Islamismo
(Santiago 2005, Buenos Aires 2006) El pensamiento de Benedicto xvl (Santiago
2006, Buenos Aires 2007) Al Borde del Abismo (México/ Caracas 2007) Democracia
o Barbarie (Caracas 2010) El Libro del Amor (Buenos Aires 2011) SOMOS
(E-Book, Ediciones Polis 2011) Flores en el Desierto (E-Book, Ediciones POLIS
2012) La Pasión Política (E-Book, Ediciones POLIS 2013) 50 Poemas Tardíos (E-Book,
Ediciones Polis 2014) El Cambio (Caracas 2015)
Abril 29, 2018
www.polimires.blogspot.com
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