Es la perfecta imagen de una sociedad que, de la mano del caudillismo
militarista, embriagado por el castrocomunismo, nos retrotrajo al corazón de
nuestras tinieblas. Allí, hace unos días, los que ejercen de autoridad
asesinaron a dos docenas de mineros. El régimen aún no se entera. O no quiere
enterarse. Sucede en pleno siglo XXI, bajo el amparo de las Naciones Unidas, el
cómplice silencio de la región y el aparente desinterés de las primeras
autoridades políticas y religiosas del planeta. Aunque usted no lo crea: así
son las cosas.
En el prólogo a su novela La línea de sombra, Joseph Conrad
se defiende ante quienes lo acusan de falsear la realidad a través del recurso
a lo sobrenatural recurriendo a la naturaleza misma de lo real, tanto o más
maravillosa que la más delirante de las invenciones. No hacía más que ser fiel
al retrato inquisitivo de un mundo terrible, como lo desentraña entrando al
corazón de las tinieblas, el Congo, propiedad privada del rey Leopoldo de
Bélgica. Es la sustancia de la novela del mismo nombre, una de las relaciones
más estremecedoras del horror del colonialismo del siglo XIX.
Quien haya visto Apocalypsis Now, el filme de Francis Ford
Coppola, basada en la novela de Conrad, conoce la trama: el protagonista,
Marlow, capitán de altura de la marina mercante, recibe el encargo de la
principal firma belga explotadora de marfil para que vaya al corazón del Congo
y rescate a Kurz, su mejor agente, convertido en rey y señor de esas
profundidades en el corazón de la selva. Aprisionado por la vorágine de la
barbarie, Kurz ha traspasado las fronteras de la moral, ha dejado de servir a
la explotación colonial y se ha erigido en emperador del corazón del Congo. Una
vasta región del África todavía prisionera de tiempos ancestrales, sin Dios ni ley,
en donde impera el poder de la selva y los valores más primitivos de los
comienzos de la historia del hombre.
Lo he recordado no sin horror, al ver unos videos que circulan por la
red reportando lo que sucede en el corazón del Amazonas venezolano, una zona
tan bárbara y primitiva como la descrita por Conrad, tan abandonada del orden
de la civilización y tan rica, si no infinitamente más que la del corazón del
imperio de Leopoldo. El periodista español autor del reportaje la describe como
la región más rica del planeta. Según un diputado del PSUV entrevistado en el
mismo reportaje, de esa zona, y explotándola con uñas y dientes, a la brava,
con los métodos más primitivos y sin la menor intervención de las más modernas
técnicas extractivas se obtienen más de 15 toneladas de oro al año.
Prolifera la zona más rica en oro del planeta de prostíbulos y mineros
salvajes ante la insólita, asombrosa y espeluznante ausencia de toda autoridad
del Estado venezolano, dueño absoluto de una región fastuosa y sin dueños.
Sobran en cambio los que protagonizan el papel del Kurz conradiano. Mafias de
hampones armados hasta los dientes, de incógnita nacionalidad, jóvenes y
decididos a asesinar a quien se les ponga por delante. Y tan capaces de
garantizar el orden de su conveniencia, como los bandoleros del lejanos oeste
californiano a mediados del siglo XIX. Movidos por la misma ambición: la sed
del oro.
En ese corazón de nuestras tinieblas, para mayor asombro, nada falta y
todo marcha según las necesidades de la gente. No hay colas y todo se
encuentra. “Un poco más caro que en Caracas, tal vez –sostiene una de las
prostitutas entrevistadas– pero se encuentra sin mayores inconvenientes”.
Es la perfecta imagen de una sociedad que, de la mano del caudillismo
militarista, embriagado por el castrocomunismo, nos retrotrajo al corazón de
nuestras tinieblas. Allí, hace unos días, los que ejercen de autoridad
asesinaron a dos docenas de mineros. El régimen aún no se entera. O no quiere
enterarse. Sucede en pleno siglo XXI, bajo el amparo de las Naciones Unidas, el
cómplice silencio de la región y el aparente desinterés de las primeras
autoridades políticas y religiosas del planeta.
Aunque usted
no lo crea: así son las cosas.
ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA / @SANGARCCS17 DE MARZO 2016 - 12:01 AM EL NACIONAL
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