martes, 16 de febrero de 2016

El Papa Francisco en Chiapas - Pide perdón a los indígenas por el maltrato a sus tierras y su cultura - El Papa habló en lengua índígena



Chiapas, paradigma de la pobreza

La región más indígena de México sigue anclada en la inequidad


Un día después de pisar el municipio de Ecatepec, paradigma de la pobreza urbana adosado a la Ciudad de México, el papa Francisco pisó el persistente paradigma de la pobreza rural, Chiapas. Transcurridos 22 años del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, este Estado sigue encarnando la inequidad en México, con un 76,2% de sus habitantes en la pobreza, entre los que se cuentan 1,6 millones (sobre una población de 4,7 millones) en pobreza extrema según datos oficiales, cifra que se aproxima al porcentaje de población indígena de Chiapas, un 27% de los chiapanecos.

La pertinencia del enfoque de justicia social y reivindicación de los pueblos originarios impulsado por el fallecido Samuel Ruiz a lo largo de sus 35 años de obispado (1960-1995) no ha perdido vigencia, pero la política gubernamental en Chiapas ha caminado por la vía inversa. El Estado que ha visitado Jorge Mario Bergoglio está en manos del Partido Verde, cuarta fuerza en el Congreso mexicano, una formación pseudoecologista que surgió al calor de los poderes tradicionales y tan desprestigida que la semana pasada un grupo de intelectuales mexicanos hizo público un documento pidiendo su “desaparición”. “El Partido Verde no representa una visión ambiental y por el contrario es cómplice de profundos daños ecológicos, sociales, éticos, electorales y económicos que la nación mexicana no se merece”, expresaba el manifiesto.

El gobernador de Chiapas, el criollo Manuel Velasco, cuyo abuelo también fue gobernador, es un joven político conservador al que se le han achacado reiteradamente sus dispendios millonarios en autopromoción. Mientras tanto, los zapatistas que en los años noventa atrajeron la atención del mundo entero, han perdido presencia y se limitan a desarrollar sus proyectos de autonomía en comunidades indígenas rurales. La deuda heredada en 2012 por la actual administración ascendía a más de 2.100 millones de dólares.
“Llevamos dos décadas de política combinada de asistencialismo a las comunidades indígenas con un enfoque de contrainsurgencia que tiene acotados a los zapatistas en sus territorios”, explica el antropólogo Gaspar Morquecho, que destaca también que los bajos índices de producción de maíz y frijol en el campo han dado lugar a un crecimiento relevante de “anarcocultivos” de amapola y marihuana que vienen a compensar el estancamiento agrícola.
En el aspecto religioso, sólo un 58% de los chiapanecos se declara católico, muy por debajo del 83% de la media nacional (dato oficial de 2010 que un estudio de la Universidad de Georgetown de 2014 baja hasta el 69%). La realidad religiosa de Chiapas se parece más a la de países de Centroamérica como Guatemala, El Salvador u Honduras en los que las iglesias evangélicas han ido devorándole terreno a la Iglesia católica. La pluralidad de cultos de esta región llega a tal punto que incluso se ha desarrollado una peculiar comunidad autóctona musulmana. Uno de los propósitos de la visita papal es insuflar ánimo a la Iglesia para tratar de recuperar terreno. En 2014 el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, le explicó en el Vaticano a Francisco la necesidad de adaptarse más a la realidad étnica de Chiapas, de promover la ordenación de diáconos indígenas e integrar las lenguas locales a la liturgia para conectar con los tzeltales (medio millón), tzotziles (350.000), choles (150.000), tojolabales (55.000) y zoques (25.000) que habitan la diócesis.
San Cristóbal de las Casas | 16 FEB 2016 - 03:37 CET EL PAIS




El Papa pide perdón a los indígenas por el maltrato a sus tierras y su cultura

Francisco pronunció en Chiapas un duro alegato contra “el dolor, el maltrato y la inequidad”

San Cristóbal de las Casas | 16 FEB 2016 - 02:00 CET EL PAIS

Mujeres indígenas escuchan la misa del papa Francisco. Ulises Ruiz Basurto EFE

Lo que el Gobierno mexicano más temía se ha producido: el papa Francisco, cuyo liderazgo mundial trasciende al religioso, se plantó este lunes en la selva de Chiapas y pronunció un duro alegato contra “el dolor, el maltrato y la inequidad” sufrida por los pueblos indígenas, que en México suman 11 millones de personas de un total de 50 en toda América Latina. Jorge Mario Bergoglio pidió perdón a los indígenas y animó a que los gobernantes también lo hagan por “excluirlos, menospreciarlos y expulsarlos de sus tierras”. 

El viaje del papa Francisco por los problemas nuevos y viejos de México sube cada día de decibelios. Ya su presencia en el Estado de Chiapas, donde un tercio de sus cuatro millones de habitantes sufre pobreza extrema y altos índices de analfabetismo, sitúa al Gobierno frente una de las grandes asignaturas pendientes del país: la prácticamente inexistente integración de los indígenas en la vida cultural, social y política del país. Además, Bergoglio lo hizo sin medias tintas, incluyendo también al Vaticano y a la jerarquía mexicana de la Iglesia católica entre quienes se han equivocado en su relación con Chiapas y sus moradores. La visita a la tumba del obispo indigenista Samuel Ruiz (1924-2011), cercano a la teología de la liberación y a quien el Gobierno y el Vaticano hicieron la vida imposible, se convirtió en la constatación más gráfica de un cambio de ruta. El otro gesto fue autorizar de nuevo la ordenación de diáconos permanentes indígenas y la utilización en la liturgia de sus idiomas, algo que ya hacía el obispo Ruiz y por lo que recibió fuertes críticas de la Iglesia oficial. 

Los pueblos indígenas han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones

Pero el momento clave de la presencia del Papa en Chiapas se produjo en San Cristóbal de las Casas, durante la misa celebrada en español y en las lenguas indígenas. Después de reconocer como legítimo el anhelo de los pueblos indígenas de vivir en libertad –“en una tierra prometida donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente”--, el Papa pronunció un alegato que, por su relevancia. merece la pena reproducir en su integridad. “Muchas veces, de modo sistemático y estructural, los pueblos indígenas han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡perdón! El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”. 
Bergoglio ligó la protección de los inmigrantes con el cuidado a la naturaleza,tema central de su encíclica Laudato sì. Dijo que “el mundo de hoy” tiene mucho que aprender de la relación “armónica” de los indígenas con la naturaleza y animó de nuevo a los gobernantes a tomar ejemplo de una cultura que aún educa a sus jóvenes “con la sabiduría de sus ancianos”. Tras las palabras de Bergoglio, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi leyó un emotivo mensaje suscrito por las comunidades indígenas: “Aunque muchas personas nos desprecian, tú has querido visitarnos y nos has tomado en cuenta. Llévanos en tu corazón con nuestra cultura, con las injusticias que sufrimos, con el dolor de nuestros enfermos. Gracias por haber aprobado el uso en la liturgia de nuestros idiomas. Queremos hablarle a Dios en nuestra lengua”.

LAS PALABRAS NO BASTAN


Yatzil dice que se ha emocionado con las palabras del Papa, pero teme que todo se quedé ahí, en las palabras y en la emoción. “Aquí en San Cristóbal”, explica en voz baja entre la multitud que asiste a la misa, “estamos acostumbrados a las promesas que no se cumple. Y el Papa puede hablar, pero ¿quién le va a hacer caso cuando regrese en el avión a Roma”. Es un sentimiento parecido al que algunos fieles expresaban el domingo en Ecatepec. La invisibilidad volverá a apoderarse de los más débiles. En este sentido se pronunció un centenar de representantes de pueblos indígenas y campesinos de 15 países de América Latina: “Las palabras no bastan”



Por qué es importante que el Papa haya hablado en una lengua indígena

En México, más de 7 millones de personas hablan alguna lengua indígena

Por lo menos 179 variaciones están en riesgo de desaparecer


Durante su visita a Chiapas, el papa Francisco dio una misa en San Cristóbal de las Casas y parte de la ceremonia fue ofrecida en chol, tzotzil and tzeltal, tres de las lenguas más habladas por las comunidades indígenas del estado. No sólo fue la primera misa de un Papa en la que se habla una lengua indígena mexicana, Francisco es también el primer Papa en comenzar una homilía en tzotzil.

Li smantal Kajvaltike toj lek, significa “La ley del señor es perfecta del todo y reconforta el alma”.

Fue sólo una frase, el resto lo dijo en español, pero este gesto podría tener mucha importancia para los hablantes de lenguas indígenas en México, asegura Patrick Johansson, investigador y profesor de literaturas prehispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. “En México los indígenas son muy religiosos, sobre todo con de la Virgen de Guadalupe”, explica. “El hecho de que el Pontífice permita que se haga la misa y el culto en lenguas indígenas va a propiciar que las lenguas indígenas se conserven”.
Aquí explicamos otras razones por las que la que esta misa plurilingüe no debería pasar desapercibida.
1. De ahora en adelante, el Vaticano permitirá ceremonias religiosas en lenguas indígenas. Durante su visita a Chiapas, Francisco también presentó un decreto que autoriza esta práctica en México. No es una iniciativa nueva, explica Johansson. “En el siglo XVI, los frailes aprendieron estas lenguas y tradujeron el evangelio a varias lenguas, pero en el siglo XVII, por cambios en la política, se prohibió porque la iglesia creía que el mensaje del evangelio se desvirtuaba.”
Johanson no concuerda con esto y añade: “El mensaje toma la forma de la lengua y se asimila de una forma más efectiva.”
2. México es el segundo país con mayor diversidad de lenguaje en el continente americano, seguido de Estados Unidos, según datos del instituto Ethnologue, que se dedica al estudio de lenguas y dialectos a nivel mundial desde 1951.

3. Hay más de 7 millones de personas que hablan alguna lengua indígena en México, según datos del Inegi. El instituto de estadística registra 72 lenguas. De estos existen 364 variantes, según datos del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali).

4. Podría contribuir a que algunas lenguas no desaparezcan. Por lo menos 179 de estas variaciones están en riesgo de morir. Según datos del Inali, 64 están en alto riesgo, 43 en riesgo mediano y 72 en riesgo no inmediato. Hay varias razones por las que esto sucede, asegura Thu’bini Mästoho, profesor de las lenguas hñähñu (conocido como otomí) y tu’un savi (conocido como mixteco) en una entrevista telefónica. “Los institutos a cargo de su preservación sólo generan proyectos visibles y rápidos, no van al fondo de las cosas, estudian la problemática de estas comunidades”.

Hasta el 2015, solo 10 lenguas tienen una norma de escritura oficial: el maya yucateco, ñahñú u otomí, mam, tojolabal, tsotsil, tseltal, zoque, mochó, chol y cachiquel, según datos del Inali. El problema de estandarizar la lengua, dice Mästoho es discriminar a la gente que habla en alguna variación. “Sería una imposición como la que surgió durante la colonización: obligar a alguien a hablar de una forma porque yo lo digo. No lo deben decidir unos cuántos, debe haber un consenso”.

Johansson tampoco cree en esta imposición, pero advierte que es necesario encontrar una lengua base. “Necesitamos una lengua franca, como lo hicieron los judíos en Israel o los griegos en la cuenca mediterránea”, explica. “Hay que respetar las variaciones pero hay que tratar de establecer una lengua que todos entiendan”.
5. También podría incentivar nuevas estrategias de alfabetización.  Por lo menos 27% de las personas que hablan algún idioma indígena son analfabetas,según datos de Inegi. Mästoho asegura que son muchos más. “Diría que un 90% sigue siendo analfabeta. Uno de los primeros pasos para preservar las lenguas es alfabetizar a todas las personas en su lengua. El gobierno no va a lograr esto mágicamente, haciendo letreros y señales en sus lenguas”.

6. Celebra el uso de lenguas en un mundo globalizado. Johansson asegura que el mensaje del Papa va en contra de la idea de utilizar los idiomas sólo para comunicar. "La lengua de un pueblo es su alma, es una forma de sentirse en casa", comenta. El académico agrega que en algunas comunidades indígenas han abandonado su lengua por un idioma global: el inglés. "Ellos dicen 'nos van a menospreciar si hablamos nuestra lengua, mejor hay que aprender inglés para encontrar trabajo'".

Por esa razón, muchos jóvenes ya no quieren aprender estas lenguas, dice Mästoho. “Creen que no es útil para la modernidad porque son lenguas reprimidas, pero no es cierto. “Hay que transmitirles que la lengua crea un sentido de identidad y arraigo, es la base de una cultura”
7.  La discriminación hacia la gente que habla una lengua indígena persiste en México. Durante la misa en Chiapas, el Papa pidió perdón por la exclusión de la Iglesia a las comunidades indígenas. No es la única culpable. Según la encuesta más reciente sobre discriminación en México, 44% de los mexicanos cree que no se respetan los derechos de los indígenas, incluso menos que los derechos de las mujeres y personas homosexuales. La secretaria de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades de la Ciudad de México, Rosa Icela Rodríguez, dijo a principios de febrero que la discriminación sigue siendo el problema principal que enfrenta la población indígena en México.
8. Preservar las lenguas no es tarea de unos cuantos. Mästoho asegura que aún no vislumbra una estrategia para evitar la desaparición de las lenguas. “Todos tenemos que contribuir a encontrar una manera, hacerlo a prueba y error, incluso los que no hablan una lengua originaria”. Informarse sobre la diversidad de lenguas en México es un primer paso. “Hay que borrar la idea que sólo hay aztecas, olmecas, mayas, eso que nos enseñaron en la escuela”, comenta. “Muchos dicen que apoyan las lenguas y están a favor de conservarlas pero luego nadie hace nada”.


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