El francés Cédric Villani es el matemático
joven más influyente del mundo. Excéntrico y pop, es capaz de relacionar el
sexo con las ecuaciones
Se muestra divertido cuando le preguntamos cómo encaja que le llamen “el
Lady Gaga de las matemáticas”, sin duda por lo llamativo de su indumentaria y
por lo excéntrico de su personalidad. “Lo encuentro simpático. Por qué no.
Además, ella canta muy bien. Su disco de jazz es maravilloso”, comenta.
Sin
duda, somos seres prejuiciosos. De otra forma no se entiende que llame tanto la
atención el aspecto de Cédric Villani, con su lazo de seda decorándole el
cuello, el broche de araña, esa melena de poeta del siglo XIX… O sí se
entiende: somos, definitivamente, prejuiciosos. “Es que las matemáticas son la
poesía de la ciencia, como decía el escritor africano Senghor”, señala para
subrayar su halo romántico.
La imagen de Villani llenaría por sí sola una
artículo completo, pero estamos ante uno de los matemáticos más importantes del
momento, probablemente el más joven entre los influyentes (nació hace 42 años
en Brive-la-Gaillarde, Francia). En 2010 ganó la Fields Medal, considerado el equivalente en su
negociado al Premio Nobel, y damos fe de que es difícil cuadrar su agenda para
una entrevista. “No, ahora estoy en África con unas conferencias”; “¿Podría ser
la semana que viene? Es que me voy a Chile a una reunión de matemáticos”… Estas
y otras muchas disculpas se producen durante nuestros intentos por
encontrarnos. Un día, Cédric y sus arañas aparecen: “Voy a estar un par de días
en mi casa, en París, ¿os va bien?”.
La
iluminación matemática es comparable al acto sexual. Pero el placer es incluso
más largo
¿Cómo es posible, pues, que un sesudo estudioso se haya convertido en un
icono de la modernidad pop? No siempre fue así. Villani pasó los primeros años
de su vida refugiado en sí mismo, temeroso por lo que le rodeaba y ajeno al
exhibicionismo por el que se desliza, desinhibido y juguetón, en la actualidad.
“Era tremendamente tímido en el colegio. En clase, los profesores no escucharon
nunca el sonido de mi voz. Es curioso, porque ahora es difícil que pasen dos
días sin que hable en público”. Ha sido su pasión por los números la que ha
obrado este milagro, su ansia por transmitir el poder curativo de las raíces
cuadradas y los algoritmos “Las matemáticas no son sólo números. Son lógica y
verdad. Tratan sobre cómo ordenar el mundo, entenderlo y profundizar por medio
de los sentimientos. Además de ser, claro, el máximo impulsor de los avances
tecnológicos”.
Ya, ya, pero cómo se motiva a un chaval con las rocosas ecuaciones.
Responde rápidamente el experto: “A los niños hay que explicarles que ellos
están utilizando las matemáticas por medio de la tecnología. Los ordenadores,
los mapas de Internet o las búsquedas de Google. Todo eso son matemáticas; las
ecuaciones lo explican. Son instrumentos que estamos utilizando todo el tiempo.
Eso les va a motivar definitivamente”.
A
los niños hay que explicarles que ellos están utilizando las matemáticas por
medio de la tecnología: los mapas de Internet, las búsquedas de Google... Todo
eso son matemáticas. Eso les va a motivar definitivamente
Cédric es académico de la Universidad de Lyon y
dirige desde 2009 el principal centro matemático francés, el Institut Henri
Poincaré de París. Además, acaba de publicar Birth of a theorem (traducido a 12 idiomas, aunque no al
español, de momento), que no para de recibir espléndidas reseñas. “Más que un
libro es una aventura. He estado buscando respuestas, preguntando a gente,
cometiendo errores, pasando obstáculos… Sinceramente, creo que no hay un libro
tan emocional sobre las matemáticas como este”.
Hay que hablar de los últimos acontecimientos que
han sacudido su país. De los atentados del pasado mes de noviembre: “Yo estaba
en Lisboa. Al día siguiente fui, junto a muchos portugueses, a poner velas a
las plazas para recordar a las víctimas y para decir que estamos unidos y nadie
nos va a derribar”. O sobre el incesante ascenso del Frente Nacional de Marine Le Pen: “Hay motivos
para preocuparse. Existe un movimiento radical antieuropeísta en algunos
países. Ahí tenemos un desafío y debemos unirnos. Yo soy un europeísta
federalista. Creo que Europa sólo puede sobrevivir si estamos unidos. Eso nos
dará fuerza. Tenemos un enorme reto”. El profesor confía en que el futuro es de
la ciencia: “Vivimos en un mundo cada vez más fascinantemente complicado. Y lo
va a seguir siendo en el futuro. Las matemáticas nos van a ayudar a entenderlo,
porque es una ciencia con una gran capacidad para simplificar la realidad”.
Es el momento de pararnos a diseccionar su
estilismo. A pesar de estar tan ocupado con sus números, Villani (casado con
una bióloga y con dos hijos; todos viven en París) invierte bastante tiempo en
su vestuario. Compra los trajes enHackett, los zapatos en
Church’s, los gemelos en una tienda californiana, los lazos en una de París y
el broche de araña está realizado por un artista tuareg de Níger. “Tengo más de
30 objetos en forma de araña. Me aficioné a ellas hace diez años, después de
algo que me pasó que nunca contaré”, señala, misterioso.
De lo que sí habla es de la relación entre el sexo
y las matemáticas. Sí, existe, querido lector. “Un amigo matemático comparó una
vez el caso de la iluminación matemática [o sea, la comprensión súbita después
de un largo periodo de estudio y búsqueda] con el acto sexual. Y añadió que en
la iluminación el placer era más largo. Y es verdad”. Ya que estamos, le
interrogamos sobre sus mitos sexuales favoritos. Después de decir que en un
escalón superior está Audrey Hepburn, relata una larga
lista que abarca todas las épocas: Scarlett Johansson, Rita Hayworth, Elle
McPherson o Irina Shayk. “Y no me olvido de la heroínas manga Paprika o
Taarna”. Ya lo ven: el matemático pop.
Cédric Villani, su lazo de seda y su broche de araña posan para ICON en su casa de los suburbios de París. Audoin Desforges
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