El conuco es un pequeño terreno apto para la agricultura
en el cual el campesino y su mano de obra familiar siembran varias especies
generalmente asociadas y sin la aplicación de tecnología moderna. La producción
obtenida es para consumo propio, con pequeños excedentes para el mercado
. El
conuquero vive pobre y muere pobre. Sus hijos emigran a los centros poblados
para poder progresar. Venezuela se asemeja a un conuco: la producción es muy
baja, cada quien atiende su propia parcela, quienes dejaron de trabajar y los
que todavía tienen empleos se convirtieron en pobres y los que emigran en
búsqueda de mejores oportunidades, sufren las penurias de empezar a desmontar
la nueva parcela para poder sembrar y luego cosechar.
El conuco persiste en zonas con escasez de suelos aptos
para cultivos, elevada población campesina y ausencia de otras oportunidades,
lo cual obliga a sembrar áreas de tamaño reducido para subsistir, aunque sea a
duras penas.
Desde luego que este sistema de producción tiene la ventaja de ser
amigable con el medio ambiente, al requerir menos uso de productos químicos y
conservar los suelos, pero promoverlo es condenar al campesino a ser esclavo de
la tierra y a los citadinos a pasar hambre. Ese es el sistema de producción que
predican Maduro y sus acólitos. Algunos pensarán que es por ignorancia, pero
los más estamos convencidos que es para que agricultores y consumidores
dependamos de las dádivas del régimen.
Ningún país puede reducir la pobreza y alimentar a su
población en base a conucos. En esta Tierra de Gracia la agricultura ha ido del
timbo al tambo. Hemos contado con algunos buenos ministros de agricultura y
otros muy malos. La rotación ha sido muy elevada. En los últimos años del siglo
pasado hubo dos importantes esfuerzos para darle a la agricultura el estímulo
requerido para un crecimiento sostenido.
Uno de ellos fue bajo la conducción de
Felipe Gómez Álvarez (AD), quien estableció por decreto precios muy atractivos
para los principales rubros. Algunos criticaron que fueron subsidios muy elevados,
pero con ello se logró el objetivo inicial de darle a la agricultura un gran
impulso. El otro fue el esfuerzo concertado de Nidia Villegas (Copei) para
elaborar un Plan Agrícola de largo plazo, que no logró su objetivo por los
cambios de gobiernos. Desde que los rojos llegaron al poder solo el fallecido
ministro JJ. Montilla merece respeto. Ahora, un grupo de distinguidos
profesionales del sector agrícola y eficientes productores del campo han
elaborado un plan para la recuperación de nuestra agricultura, lo cual debe ser
prioritario para el nuevo gobierno.
El resto de los sectores del país han tenido los mismos
vaivenes. Hay una bonanza ficticia cuando aumenta el precio del petróleo y
volvemos a la realidad cuando los precios disminuyen. Algunos dirigentes del
pasado y del presente se han concentrado en sus respectivas parcelas para
defender intereses personales o de tolda política. Son, unos más, otros menos,
unos conuqueros por decisión propia y no obligados por las circunstancias, como
los desvalidos campesinos que luchan para subsistir.
La responsabilidad del desastre del sector agrícola, del
energético y del resto de la economía es del nacorégimen. Por ello es
lamentable que parte de nuestra dirigencia de oposición no esté aportando lo
mejor de sí para que el usurpador Maduro y su grupo dejen el poder lo antes
posible. Es el colmo que ni siquiera puedan imitar a los campesinos y acordar
una cayapa o una “mano vuelta”, para realizar trabajos que ameritan unirse para
lograr esa salida. Tampoco ayudan los tuiteros que por su cuenta disparan
dardos contra el presidente(e) Guaidó, sin considerar el esfuerzo que realiza
con los pocos medios de que dispone.
Guaidó y la Asamblea Nacional trazaron una ruta : fin de
la usurpación. gobierno de transición y elecciones libres. Esa secuencia es la
deseable, pero no puede descartarse que primero se realicen elecciones
presidenciales, siempre que estas sean libres, lo cual llevaría al fin de la
usurpación y, necesariamente, a un gobierno de transición para enderezar los
entuertos. Lamentablemente, sin medir las propias fuerzas y sin esperar
acontecimientos, algunos luchadores por la democracia pontifican que no se
cuente con ellos si primero son las elecciones.
El conuco en el sector agrícola no permite sacar al campesino
de su pobreza. El conuco político de algunos opositores es uno de los factores
que dificultan salir de este totalitarismo aderezado con narcotráfico.
Como (había) en botica:
Las protestas pacíficas son bienvenidas en cualquier
democracia, pero los actos de vandalismo en Chile no pueden justificarse.
Tampoco explicarse solo por la desigualdad social o la pobreza, las cuales
existen pero con clara tendencia a disminuir. En las mismos hay indudable
participación de agitadores de extrema izquierda, pero también de un grupo de
gamberros o malandros, así como de personas que quieren tener todo con muy poco
esfuerzo.
La situación en la Pdvsa roja es cada día más crítica con
tomas de instalaciones, por sus trabajadores, robos de equipos, corrupción y
renuncias.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com
Digalo Ahi Digital
10 de Noviembre del 2019
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