Angela Villón, de 51
años, no sólo se dedica al sexo con los clientes, sino que habla de política y
trata de convencerlos de que voten por ella y su agrupación izquierdista Frente
Amplio en los comicios del domingo.
Angela
Villón, de prostituta a candidata a diputada
Un cuarto de "El Botecito", uno de los más
conocidos prostíbulos del Perú, está decorado con fotografías de la
candidata presidencial de izquierda Verónika Mendoza, ya que se ha convertido
temporalmente en el centro de
campaña de Angela Villón, la primera prostituta que aspira a llegar al Congreso.
Por estos días, Villón,
de 51 años, no solo se dedica al
sexo con los clientes, sino que habla de política y trata de convencerlos de
que voten por ella y su agrupación izquierdista Frente Amplio (FA)
en los comicios del domingo.
La candidatura de quien
promete "hacer del Congreso un burdel decente" es uno de los hechos
anecdóticos de los comicios, y ha generado polarización, ya que muchas personas
consideran insólito que una prostituta pretenda llegar al Legislativo.
"¿Cómo una
prostituta puede candidatear al Congreso? Una puta no está preparada",
increpó un usuario de Facebook. Villón, que se autodefine como "prostituta empoderada",
contó a la agencia Dpa que desde que anunció su candidatura recibió
juzgamientos y comentarios vulgares en las redes sociales, en especial por
miembros de partidos opositores al FA.
"Incluso me dijeron que cómo es posible que una mujer fácil, que le
gusta abrir las piernas y tener a los hombres encima, pueda intentar entrar al
Congreso", dijo la ex presidenta del Movimiento Nacional de
Trabajadoras Sexuales (MNTS).
La candidata, que empezó
a ejercer la prostitución desde los 17 años porque tenía un hijo muy enfermo,
aseguró que en caso de llegar al Congreso defenderá principalmente los derechos de "las más de 250.000"
trabajadoras sexuales del país.
"Ya estamos
cansadas de la misoginia diaria, de que todo el tiempo las autoridades nos
digan que no se encargarán de nosotras porque hay temas más importantes. ¿Acaso
no somos personas? Las muertes de nuestras compañeras ni siquiera figuran en
los informes de feminicidio", aseveró.
Villón se siente preparada. Desde que se
inició en el activismo y gracias a la prostitución, logró obtener el grado de
consultora internacional en temas de salud sexual y liderazgo, a raíz de cursos
que realizó en Estados Unidos, Argentina, Panamá y Paraguay.
"El Ministerio de
Salud de Paraguay me contactó para organizar a las trabajadoras sexuales. Viajé
y trabajé un tiempo allá. Ese fue mi primer contrato", contó con
entusiasmo.
Entre sus principales
proyectos, Villón quiere que la
prostitución sea reconocida como un trabajo y que quienes la ejerzan gocen de
todos los beneficios de la ley, como el acceso a un seguro integral de
salud y un programa de pensiones.
"Las autoridades no
cumplen con su función y para deslindar nos hacen ver como el foco de las
infecciones, dicen que somos las culpables de las enfermedades de transmisión
sexual", indicó. Villón creó en 2009 el MNTS junto a otras
prostitutas con el objetivo de proteger y educar a las trabajadoras del "oficio
más antiguo del mundo".
Para la postulante, que
se dice "liberalista y humanista", la prostitución es importante en
la sociedad porque permite que un grupo de personas ejerciten su sexualidad
eficazmente, actividad que, dijo, es tan fundamental como alimentarse.
"La población no lo
entiende porque hay una influencia muy religiosa, una cuestión conservadora y
un machismo terrible. La gente prefiere mirar a otro lado en vez de aceptar una
realidad latente. Te pueden estar matando y los demás dicen 'no, déjala, se lo
mereció por puta'", agregó.
La aspirante al Congreso
aseguró que de todas las ocupaciones que ha tenido, entre ellas recicladora,
empleada del hogar, promotora de salud, consultora y coordinadora de proyectos,
la de prostituta es la que más disfruta.
"El trabajo me ayudó a encontrarme a mí misma y a
trazarme metas. Me di cuenta del poder de mi cuerpo y que me gusta
sentirme deseada. Así empecé a disfrutar mi trabajo. Con esa capacidad puedo
hacer vulnerable hasta al hombre más fuerte", dijo.
Sin embargo, Villón
comentó que para la gran mayoría de sus compañeras es difícil aceptar el gusto
por su labor, pues, debido al estigma, acogen un discurso victimizante como
mecanismo de defensa. "Queremos mujeres empoderadas que acepten que sí son
trabajadoras sexuales porque les gusta", enfatizó.
La prostituta reconoció
que en Perú, "un país con
ideas arcaicas", no será fácil luchar por el sueño de las miles de
mujeres que recorren las calles para ofrecer sus cuerpos, pero prometió que trabajará con esmero para
conseguir sus derechos.
Fuente: Dpa
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