El chavismo celebrará este martes su
última sesión ordinaria antes de ceder el control del parlamento venezolano a
la oposición, en una jornada en la que podría tomar medidas para blindarse de
cara a la legislatura que arrancará el 5 de enero.
El presidente de la Asamblea, Diosdado
Cabello, anticipó que el oficialismo cumplirá su agenda legislativa antes de
que culmine el año, incluido el nombramiento de una docena de magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Esta decisión resulta clave ante un
futuro choque entre gobierno y parlamento -en el que la oposición de
centroderecha tendrá dos tercios de los diputados-, lo que obligaría a que
ciertas disputas tengan que ser dirimidas por la máxima corte venezolana.
Tras el fin del período legislativo
regular, normalmente se activa una "comisión delegada" que funciona
hasta el inicio de la nueva legislatura. Una de sus facultades es convocar a
sesiones extraordinarias.
Integrada por Cabello -número dos del
chavismo- y demás directivos de la cámara, esta comisión sin embargo "no
tiene facultades legislativas ordinarias ni puede hacer nombramientos",
explicó a la AFP el constitucionalista Gerardo Fernández, profesor de la Universidad
Central.
Para designar a los jueces del TSJ, por
ejemplo, tendría que citar a sesiones extras, indicó Fernández, quien no
obstante estima insuficiente el tiempo para cumplir con los requisitos de ley.
Por ello, de darse esos nombramientos
"podrían ser revocados por la nueva Asamblea", advirtió.
Con el fin de analizar los escenarios
que plantea el remate de la legislatura, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)
se reunía este lunes a puerta cerrada, dijo a la AFP el secretario ejecutivo de
la coalición opositora, Jesús Torrealba.
"No me queda duda que Diosdado
Cabello buscará que los magistrados sean nombrados con la mayoría que tienen y
llenar el Tribunal con jueces afines al partido de gobierno", declaró a la
AFP Juan Manuel Trak, investigador del Centro de Estudios de la Universidad
Católica Andrés Bello.
- Conflicto de poderes en el horizonte –
El período legislativo llega a su fin
en un ambiente tenso tras la contundente derrota del chavismo en las elecciones
del 6 de diciembre, en las que la oposición le arrebató el control de la
Asamblea por primera vez en 16 años de gobierno.
Tras admitir el revés, el presidente
Nicolás Maduro endureció su discurso señalando que enfrenta una
"contrarrevolución", aupada por Estados Unidos, que busca imponer una
agenda neoliberal y con la cual no habrá "cohabitación".
El mandatario socialista asegura que la
MUD ganó los comicios apalancada en la "guerra económica", que según
él desató junto con empresarios para crear desabastecimiento de productos
básicos y descontento popular.
Pero la oposición sostiene que su
triunfo revela una exigencia de "cambio" por parte de los venezolanos
frente a un "modelo fracasado".
"O el gobierno cambia o tendremos
que cambiar al gobierno", afirmó el domingo el gobernador y excandidato
presidencial, Henrique Capriles, blandiendo el arma que tiene la nueva mayoría
parlamentaria: convocar a un referendo revocatorio del mandato de Maduro a
partir de abril de 2016, o acortar su mandato mediante una enmienda
constitucional.
Sin embargo, este lunes Capriles
aseguró que la oposición está "a la expectativa" de que Maduro cumpla
con la oferta que hizo antes de los comicios de llamar a la disidencia al
diálogo.
La MUD se ha planteado como prioridades
una amnistía para unos 75 políticos presos y reformas económicas que pongan
fin, entre otros, al férreo control de precios, al que culpa del
desabastecimiento de dos tercios de los productos básicos.
Maduro advirtió que no permitirá el
desmonte de las conquistas sociales y de las leyes que "protegen al
pueblo"; y el fin de semana, ante el alto mando militar, llamó a las
Fuerzas Armadas a alistarse para una "guerra no convencional",
reiterando una vez más que no entregará la revolución.
Al mismo tiempo, ha llamado al
oficialismo a una "profunda reflexión", reconociendo que el
burocratismo y la corrupción permearon el proyecto fundado por Hugo Chávez
(1999-2013).
En Venezuela el jefe de Estado tiene la
potestad de disolver la Asamblea únicamente si ésta destituye consecutivamente
a tres vicepresidentes, precisó el experto constitucionalista.
"Seguramente a partir del 5 de
enero se generará un conflicto de poderes, pero es difícil determinar si esto
conducirá a un bloqueo institucional por parte de los tres poderes del
Estado", afirmó Trak.
https://es-us.noticias.yahoo.com/sesi%C3%B3n-chavismo-ceder-control-legislativo-venezuela-201531330.html
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