Señor presidente:
Sabemos que no pasa usted por su mejor
momento, pero nuestro deber como asesores es tratar de sugerirle algunas ideas
para minimizar los daños del vendaval popular del pasado domingo 6. Para eso
nos pagan, y aunque es difícil después de tan contundente derrota, trataremos
de hacer nuestro mejor esfuerzo.
1) Lo primero es inventarnos unas
nuevas consignas para poder sustituir a las otras, que no sólo están ya
gastadas sino que además resultaron ser pavosísimas. Es importante enseñarles a
los ministros y a los que todavía asisten a nuestras reuniones nuevos griticos
para darnos ánimo, por aquello de que silbar en la oscuridad a veces resulta.
Proponemos cosas como “La patria no se vende, la patria se defiende”, o “Y más,
y más, y más revolución”. Nosotros repartiremos papelitos entre los asistentes
para que parezca espontáneo. Mientras, usted ensaye en el espejo y trate de
creérselas.
2) Hay que insistir que se perdió por
culpa del pueblo bruto que se dejó engañar, y no por nosotros que no sabemos
gobernar. Habrá quien se pregunte que por qué cuando ganábamos era gracias al pueblo
sabio y soberano, y cuando perdemos el pueblo entonces es bruto y engañado.
Pero no le conteste, presidente. Amenácelo con cárcel por pensar mucho y ya.
3) La MUD fue más inteligente que
nosotros y nos ganó con su estrategia de despolarización y de no caer en la
agenda política. Es necesario que volvamos a lo nuestro y tratar de repolarizar
urgente al país. Hay que vender que sólo existen dos caminos, y que la lucha es
entre sólo dos facciones políticas. Si no tenemos éxito en esto, la MUD seguirá
convenciendo a la gente que la única polarización que existe es entre la
mayoría que es víctima de la crisis y los poquitos que estamos viviendo de
ella. Y esto no podemos permitirlo. ¡Hay que polarizar y radicalizarnos!
Además, si lo hacemos, no faltarán algunos opositores y hasta dirigentes que
caigan en nuestro juego, y así los debilitamos.
4) Hay que hacer que el pueblo sufra.
No sólo para que aprenda, sino para poder culpar a la oposición por ello.
Tenemos que decirle: “Ah, ¿estás sufriendo? Quién te manda a votar por ellos?”.
Hay que poner a la gente a hacer más cola, que no consigan nada, que la plata
les alcance menos y que pasen bastante trabajo. Y todo el tiempo repitiendo:
“Esa es la consecuencia por habernos traicionado”. Alguno se lo creerá.
5) Invente que la MUD viene con un plan
macabro. Fabule que van a eliminar las misiones, quitarle lo poquito que
todavía le queda a la gente, o cualquier fantasía que se le ocurra. Póngalos a
la defensiva, trate de quitarles la iniciativa de la agenda, para que pierdan
el tiempo teniendo que desmentir. Ese discursito de Chuo de que se acabó la
campaña electoral y ahora comienza la campaña social, es muy peligroso para
nosotros y para nuestros reales.
6) Dígale a Diosdado que perdieron los
dos, y no usted solo. Ordénele que aproveche los pocos días que le quedan al
frente de la moribunda, para tratar de amarrarnos algunas garantías. Sabemos
que las lealtades posmorten no duran mucho ni son muy confiables, pero alguna
esperanza hay que tener.
7) Recurra a los mitos de nuestro
imaginario. Hable de un nuevo 4 de febrero. Eso a lo mejor emocionará a alguno
de los nostálgicos. Grite siempre, alce la voz, amenace. Que le crean valiente
y fuerte. Eso es una buena forma que no vean lo asustado que sabemos que está. El
gentío que votó por el cambio no se comió nuestras amenazas, ni siquiera la
estrategia aquella que inventamos del “como sea”. Pero quien quita que esta vez
sí se asusten.
Mucha suerte, presidente, porque le va
a hacer falta. Este pueblo resultó mucho más maduro e inteligente de lo que
creíamos. Lo ideal sería que cambiásemos nosotros antes que nos cambien. Pero
como eso va a difícil, intentemos primero con los consejos de arriba. Y que el
diablo se apiade de nosotros.
Atentamente, su consejo asesor.
@angeloropeza182
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