Este jueves en el auditorio
César Rengifo, ubicado en el Edificio del Rectorado de la Universidad de Los
Andes, se desarrolló una charla conversatorio acerca de la tormenta sísmica por
la que está atravesando actualmente el estado Mérida, buscando con esto dar una
orientación a los universitarios de lo que está pasando, sus implicaciones y
darle las herramientas necesarias para que disminuyan su vulnerabilidad social
en caso de una eventualidad.
“Tenemos idea y conocemos
las características de los sismos ocurridos, pero no nos estamos ocupando en
ser menos vulnerable, por lo que la intención de estas charlas es que en la
colectividad se comiencen a tomar acciones para un comportamiento más adecuado.
Uno de los aspectos que cada persona debe tener claro, es cuáles son las zonas
seguras a las que debe dirigirse en caso de una eventualidad, ya sea en sus
sitios de trabajo u hogar. La idea es que aprenda a caminar y conocer su ciudad,
buscando lugares seguros que no comprometan su integridad física, por ejemplo
la Plaza Bolívar de la ciudad de Mérida, es un sitio abierto y que sirve para la
concentración de las personas ante un sismo de gran magnitud”, explicó Klaudia Lafaille,
profesora de la Facultad de Arquitectura e integrante del equipo de trabajo del
Departamento de Composición, además del Centro de Investigaciones de la Vivienda
y el Hábitat, Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico y el Centro de Investigación
Integral y Gestión de Riesgo.
En Mérida existen zonas
que son de gran vulnerabilidad, además hay edificaciones cuya construcción data
de los años 1800 y 1900, por lo que las personas que allí habitan deben
comprender que esas edificaciones podrían colapsar ante un evento, de esas hay
varias en el casco histórico de la ciudad. Otra vulnerabilidad ante un sismo, son
los referidos a las personas que viven al borde de un talud, el riesgo es que
ahí se amplifican las ondas sísmicas y el comportamiento de las edificaciones
se ve más comprometido. “Hay otros lugares en donde puede represarse un río y
luego haber una ola de descarga, la cual puede afectar las edificaciones, por ejemplo
Los Curos y La Pedregosa, son zonas que están creadas en lugares que produjeron
ríos en crecidas anteriores, lo cual va variando dependiendo del lugar y del
comportamiento de las ondas”, agregó la profesora Lafaille.
En cuanto a la
situación sísmica que está ocurriendo en las poblaciones de Lagunillas, San
Juan de Lagunillas, El Vigía, Chiguará, entre otras, explicó la profesora
Lafaille que ese es el comportamiento natural de las placas tectónicas, es la
manera como se mueven y ya antes ha habido tormenta sísmica, por ejemplo en el
año 2013, para la zona de Mucuchíes y Mucurubá, por lo que nuestras placas
tectónicas tienden a moverse con unos periodos o separación bastante largos entre
un evento y otro, lo cual el venezolano tiende a olvidar rápidamente. “Chiguará
ha sido estudiada por geomorfólogos, geólogos, geógrafos y una de las preocupaciones
sobre esta región, es que la población está asentada sobre un deslizamiento
activo y los efectos del suelo tienen mucho que ver en la vulnerabilidad de lo
que está sobre ese suelo, es decir, si las personas están asentadas en un
deslizamiento activo, esta situación es preocupante, porque el suelo en el que
ellos están asentados, podría moverse por causa de un sismo. Los estudios ya
existen, de manera que la gente pueda conocer esas realidades y puedan tomar
acciones”.
Hoy en día existe mucha
información con respecto a este tema en la ULA, ya que se ha preocupado desde
hace más de 40 años en caracterizar muy bien a la ciudad de Mérida, por ejemplo
en el Laboratorio de Geofísica pueden encontrar información muy completa acerca
de cómo se va a comportar la meseta de Mérida, también en la Facultad de Ingeniería
pueden encontrar análisis de diferentes edificaciones y su comportamiento
sísmico, en la Facultad de Arquitectura se aprende cómo hacer Desarrollo Urbano,
en función de esa vulnerabilidad, por lo que la comunidad, puede dirigirse a
estas dependencias y así poder obtener la información que allí poseen. “Debemos
comprender cuál es el entorno inmediato que tenemos y además estar preparados a
los eventos que puedan ocurrir y en función de estos, tomar acciones, en las
que se debería poseer un botiquín de primeros auxilios, alimentos no
perecederos, saber las salidas de emergencia, tener las llaves de los hogares cerca
de la puerta, los medicamentos que usan también tenerlos a manos, en caso de
que no pueda entrar a su edificación, son las cosas que van hacer la diferencia
cuando ocurra un evento”, dijo finalmente la profesor
Lafaille. Golfredo
Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293
Foto
Klaudia Lafaille,
profesora de la Facultad de Arquitectura e integrante del equipo de trabajo del
Departamento de Composición, además del Centro de Investigaciones de la
Vivienda y el Hábitat, Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico y el
Centro de Investigación Integral y Gestión de Riesgo (Foto Golfredo Lobo)
Rol de los medios de comunicación es fundamental en la cultura de
riesgos sísmicos en Mérida
Un buen apoyo
comunicacional, para difundir realmente la vulnerabilidad y las amenazas
existentes en la zona andina sobre la sismicidad y la cultura de prevención
ante la misma, es de suma importancia con el objeto de mantener, debidamente
informada, y educada a la población sobre esta realidad natural.
Tal es la impresión del
profesor José Choy, del Laboratorio de Geofísica de la Facultad de Ciencias de
la Universidad de Los Andes, tras su participación en el conversatorio “Tormenta
Sísmica”, efectuado recientemente en el Teatro César Rengifo de la institución
universitaria. Allí recordó que la información científica indica que en algún
momento, en el futuro, se tendrá un sismo de magnitud elevada, por lo que es
necesario informar a la población de esta posibilidad, aunque podría generar
cierta angustia, también podría ser el motor para que se mejore la situación y
se tomen las previsiones necesarias y se aprenda a vivir en una zona con
actividad sísmica.
Agregó al respecto que se
espera, por parte de los medios de comunicación, la veracidad y accesibilidad
de la información. Mencionó que con los movimientos de magnitud considerable
presentados en el mes de noviembre se observaron muchas informaciones y teorías
incorrectas por las redes sociales, por lo que se hace imprescindible mejorar
la política informativa en el tema de los sismos, la prevención y la actuación
ante estos eventos naturales.
En el conversatorio el profesor
Choy describió lo que ocurre con la zona de los Andes venezolanos, mostrando
los estudios hechos por el Laboratorio de Geofísica sobre este tema de
sismicidad. “Ya se ha investigado el subsuelo de la ciudad de Mérida, Tabay,
Ejido y actualmente está en marcha la investigación en Lagunillas. Hay unas
tesis al respecto que se van a presentar o colocar como disponibles para el
público en las redes”.
Retomando el aspecto de la
actividad sísmica en los Andes, por donde pasa la falla de Boconó, el profesor
Choy insistió que actualmente hay información sobre cómo vivir en una zona de
esta característica. “De hecho, gran parte de la población mundial viven en
zonas sísmicamente activas y hay experiencias en el ámbito nacional e
internacional sobre los pasos que se deben seguir para protegernos. No hay
garantías de un 100 por ciento de protección, pero es posible mejorar el nivel
de prevención que tenemos”.
También destacó el
profesor José Choy que desde hace muchos años el Laboratorio de Geofísica ha
cumplido un importante rol en las investigaciones sobre los sismos en la
región, brindando significativo apoyo a la Funvisis y otros organismos de
interés nacional e internacional. Dentro de sus proyectos recientes se
encuentran restablecer una plataforma informativa por internet, en la cual
brinden, a la comunidad, datos e investigaciones realizadas dentro de su campo.
(José Ramón Dávila. CNP 10.692 / Prensa ULA)
Foto 1: Son muchos los
estudios tratados sobre la sismicidad en la región por el Laboratorio de
Geofísica de la ULA que próximamente estarán a disposición del público por
internet. (Imagen tomada del sitio http://www.cecalc.ula.ve/blogs/notisismo/)
Normas sísmicas venezolanas deben respetarse y reforzarse en las
edificaciones de la región
Las revisiones de las edificaciones
públicas y privadas son también partes de las medidas que se deben establecer
periódicamente por los diferentes organismos, como una de las acciones
preventivas ante los riesgos sísmicos existentes en el país.
Estas son algunas de las
recomendaciones señaladas por parte del profesor Orlando Ramírez, jefe del
Departamento de Estructuras de la Escuela de Ingeniería Civil de la Facultad de
Ingeniería de la Universidad de Los Andes, tras su participación en el
conversatorio Tormenta Sísmica, organizado por el Servicio de Seguridad y Salud
en el Trabajo de la ULA, el pasado miércoles en el Teatro César Rengifo.
Al respecto indicó que han
estado asistiendo a reuniones con diferentes organismos, tanto regionales como
universitarios, para brindar apoyo en lo
relacionado con la evaluación estructural de algunas edificaciones esenciales,
que no deberían ser dañadas en caso de un sismo grande.
“Hemos tenido reuniones
con el Arzobispado, con la Gobernación de Mérida e Inpradem, por lo que se
están generando una serie de acciones para tratar de evaluar tanto
edificaciones que han sido afectadas por los últimos movimientos sísmicos que
han ocurrido en la región, así como hacer una evaluación pre sísmica de unas
edificaciones esenciales que no deberían ser dañadas en caso de un sismo”.
Destacó el profesor Ramírez
la importancia de mantener una Norma Sísmica, o lineamientos de diseño y
construcción de la Norma Técnica Nacional para Edificaciones Sismorresistentes
(Covenin), que desde los años 1939 hasta el 2001 ha tenido cinco modificaciones
o actualizaciones significativas, los cuales todo ingeniero debe respetar.
“La Norma Sísmica
Venezolana es bastante moderna, vigente en el país y de obligatorio
cumplimiento. Se supone que todos los ingenieros, quienes calculan estructuras,
deben cumplirla. El problema es que hay muchas edificaciones en Mérida
construidas desde hace muchos años, las cuales fueron diseñadas con otras
normas que tenían diferente nivel de detallado y otras especificaciones. Las
normas nos obliga a revisar esas edificaciones, es un mandato que debería
ejecutarse por los organismos que les compete esta labor”.
Reiteró Ramírez que en el Departamento
de Estructuras de Ingeniería Civil de la ULA han tenido una serie de
solicitudes de revisión de algunos casos, pero no de evaluación de las
estructuras esenciales de la ciudad (hospitales, escuelas, etc.). Estas últimas
deberían ser valoradas y adecuadas con el objeto de cumplir con esos nuevos
requisitos que tiene la norma del año 2001,
para así mantener una efectiva cultura de riesgo sísmico de acuerdo con
la realidad existente en la región. (José Ramón Dávila. CNP 10.692 / Prensa
ULA)
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