martes, 15 de diciembre de 2015

Tormenta sísmica que está ocurriendo en el estado Mérida. Normas sísmicas y medios de comunicación




Este jueves en el auditorio César Rengifo, ubicado en el Edificio del Rectorado de la Universidad de Los Andes, se desarrolló una charla conversatorio acerca de la tormenta sísmica por la que está atravesando actualmente el estado Mérida, buscando con esto dar una orientación a los universitarios de lo que está pasando, sus implicaciones y darle las herramientas necesarias para que disminuyan su vulnerabilidad social en caso de una eventualidad.

“Tenemos idea y conocemos las características de los sismos ocurridos, pero no nos estamos ocupando en ser menos vulnerable, por lo que la intención de estas charlas es que en la colectividad se comiencen a tomar acciones para un comportamiento más adecuado. Uno de los aspectos que cada persona debe tener claro, es cuáles son las zonas seguras a las que debe dirigirse en caso de una eventualidad, ya sea en sus sitios de trabajo u hogar. La idea es que aprenda a caminar y conocer su ciudad, buscando lugares seguros que no comprometan su integridad física, por ejemplo la Plaza Bolívar de la ciudad de Mérida, es un sitio abierto y que sirve para la concentración de las personas ante un sismo de gran magnitud”, explicó Klaudia Lafaille, profesora de la Facultad de Arquitectura e integrante del equipo de trabajo del Departamento de Composición, además del Centro de Investigaciones de la Vivienda y el Hábitat, Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico y el Centro de Investigación Integral y Gestión de Riesgo.

En Mérida existen zonas que son de gran vulnerabilidad, además hay edificaciones cuya construcción data de los años 1800 y 1900, por lo que las personas que allí habitan deben comprender que esas edificaciones podrían colapsar ante un evento, de esas hay varias en el casco histórico de la ciudad. Otra vulnerabilidad ante un sismo, son los referidos a las personas que viven al borde de un talud, el riesgo es que ahí se amplifican las ondas sísmicas y el comportamiento de las edificaciones se ve más comprometido. “Hay otros lugares en donde puede represarse un río y luego haber una ola de descarga, la cual puede afectar las edificaciones, por ejemplo Los Curos y La Pedregosa, son zonas que están creadas en lugares que produjeron ríos en crecidas anteriores, lo cual va variando dependiendo del lugar y del comportamiento de las ondas”, agregó la profesora Lafaille.

En cuanto a la situación sísmica que está ocurriendo en las poblaciones de Lagunillas, San Juan de Lagunillas, El Vigía, Chiguará, entre otras, explicó la profesora Lafaille que ese es el comportamiento natural de las placas tectónicas, es la manera como se mueven y ya antes ha habido tormenta sísmica, por ejemplo en el año 2013, para la zona de Mucuchíes y Mucurubá, por lo que nuestras placas tectónicas tienden a moverse con unos periodos o separación bastante largos entre un evento y otro, lo cual el venezolano tiende a olvidar rápidamente. “Chiguará ha sido estudiada por geomorfólogos, geólogos, geógrafos y una de las preocupaciones sobre esta región, es que la población está asentada sobre un deslizamiento activo y los efectos del suelo tienen mucho que ver en la vulnerabilidad de lo que está sobre ese suelo, es decir, si las personas están asentadas en un deslizamiento activo, esta situación es preocupante, porque el suelo en el que ellos están asentados, podría moverse por causa de un sismo. Los estudios ya existen, de manera que la gente pueda conocer esas realidades y puedan tomar acciones”.

Hoy en día existe mucha información con respecto a este tema en la ULA, ya que se ha preocupado desde hace más de 40 años en caracterizar muy bien a la ciudad de Mérida, por ejemplo en el Laboratorio de Geofísica pueden encontrar información muy completa acerca de cómo se va a comportar la meseta de Mérida, también en la Facultad de Ingeniería pueden encontrar análisis de diferentes edificaciones y su comportamiento sísmico, en la Facultad de Arquitectura se aprende cómo hacer Desarrollo Urbano, en función de esa vulnerabilidad, por lo que la comunidad, puede dirigirse a estas dependencias y así poder obtener la información que allí poseen. “Debemos comprender cuál es el entorno inmediato que tenemos y además estar preparados a los eventos que puedan ocurrir y en función de estos, tomar acciones, en las que se debería poseer un botiquín de primeros auxilios, alimentos no perecederos, saber las salidas de emergencia, tener las llaves de los hogares cerca de la puerta, los medicamentos que usan también tenerlos a manos, en caso de que no pueda entrar a su edificación, son las cosas que van hacer la diferencia cuando ocurra un evento”, dijo finalmente la profesor

Lafaille. Golfredo Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293

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Klaudia Lafaille, profesora de la Facultad de Arquitectura e integrante del equipo de trabajo del Departamento de Composición, además del Centro de Investigaciones de la Vivienda y el Hábitat, Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico y el Centro de Investigación Integral y Gestión de Riesgo (Foto Golfredo Lobo)



Rol de los medios de comunicación es fundamental en la cultura de riesgos sísmicos en Mérida

Un buen apoyo comunicacional, para difundir realmente la vulnerabilidad y las amenazas existentes en la zona andina sobre la sismicidad y la cultura de prevención ante la misma, es de suma importancia con el objeto de mantener, debidamente informada, y educada a la población sobre esta realidad natural.

Tal es la impresión del profesor José Choy, del Laboratorio de Geofísica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, tras su participación en el conversatorio “Tormenta Sísmica”, efectuado recientemente en el Teatro César Rengifo de la institución universitaria. Allí recordó que la información científica indica que en algún momento, en el futuro, se tendrá un sismo de magnitud elevada, por lo que es necesario informar a la población de esta posibilidad, aunque podría generar cierta angustia, también podría ser el motor para que se mejore la situación y se tomen las previsiones necesarias y se aprenda a vivir en una zona con actividad sísmica.

Agregó al respecto que se espera, por parte de los medios de comunicación, la veracidad y accesibilidad de la información. Mencionó que con los movimientos de magnitud considerable presentados en el mes de noviembre se observaron muchas informaciones y teorías incorrectas por las redes sociales, por lo que se hace imprescindible mejorar la política informativa en el tema de los sismos, la prevención y la actuación ante estos eventos naturales.

En el conversatorio el profesor Choy describió lo que ocurre con la zona de los Andes venezolanos, mostrando los estudios hechos por el Laboratorio de Geofísica sobre este tema de sismicidad. “Ya se ha investigado el subsuelo de la ciudad de Mérida, Tabay, Ejido y actualmente está en marcha la investigación en Lagunillas. Hay unas tesis al respecto que se van a presentar o colocar como disponibles para el público en las redes”.

Retomando el aspecto de la actividad sísmica en los Andes, por donde pasa la falla de Boconó, el profesor Choy insistió que actualmente hay información sobre cómo vivir en una zona de esta característica. “De hecho, gran parte de la población mundial viven en zonas sísmicamente activas y hay experiencias en el ámbito nacional e internacional sobre los pasos que se deben seguir para protegernos. No hay garantías de un 100 por ciento de protección, pero es posible mejorar el nivel de prevención que tenemos”.

También destacó el profesor José Choy que desde hace muchos años el Laboratorio de Geofísica ha cumplido un importante rol en las investigaciones sobre los sismos en la región, brindando significativo apoyo a la Funvisis y otros organismos de interés nacional e internacional. Dentro de sus proyectos recientes se encuentran restablecer una plataforma informativa por internet, en la cual brinden, a la comunidad, datos e investigaciones realizadas dentro de su campo. (José Ramón Dávila. CNP 10.692 / Prensa ULA)


Foto 1: Son muchos los estudios tratados sobre la sismicidad en la región por el Laboratorio de Geofísica de la ULA que próximamente estarán a disposición del público por internet. (Imagen tomada del sitio http://www.cecalc.ula.ve/blogs/notisismo/)



Normas sísmicas venezolanas deben respetarse y reforzarse en las edificaciones de la región

Las revisiones de las edificaciones públicas y privadas son también partes de las medidas que se deben establecer periódicamente por los diferentes organismos, como una de las acciones preventivas ante los riesgos sísmicos existentes en el país.

Estas son algunas de las recomendaciones señaladas por parte del profesor Orlando Ramírez, jefe del Departamento de Estructuras de la Escuela de Ingeniería Civil de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Los Andes, tras su participación en el conversatorio Tormenta Sísmica, organizado por el Servicio de Seguridad y Salud en el Trabajo de la ULA, el pasado miércoles en el Teatro César Rengifo.


Al respecto indicó que han estado asistiendo a reuniones con diferentes organismos, tanto regionales como universitarios, para  brindar apoyo en lo relacionado con la evaluación estructural de algunas edificaciones esenciales, que no deberían ser dañadas en caso de un sismo grande.

“Hemos tenido reuniones con el Arzobispado, con la Gobernación de Mérida e Inpradem, por lo que se están generando una serie de acciones para tratar de evaluar tanto edificaciones que han sido afectadas por los últimos movimientos sísmicos que han ocurrido en la región, así como hacer una evaluación pre sísmica de unas edificaciones esenciales que no deberían ser dañadas en caso de un sismo”.

Destacó el profesor Ramírez la importancia de mantener una Norma Sísmica, o lineamientos de diseño y construcción de la Norma Técnica Nacional para Edificaciones Sismorresistentes (Covenin), que desde los años 1939 hasta el 2001 ha tenido cinco modificaciones o actualizaciones significativas, los cuales todo ingeniero debe respetar.

“La Norma Sísmica Venezolana es bastante moderna, vigente en el país y de obligatorio cumplimiento. Se supone que todos los ingenieros, quienes calculan estructuras, deben cumplirla. El problema es que hay muchas edificaciones en Mérida construidas desde hace muchos años, las cuales fueron diseñadas con otras normas que tenían diferente nivel de detallado y otras especificaciones. Las normas nos obliga a revisar esas edificaciones, es un mandato que debería ejecutarse por los organismos que les compete esta labor”.

Reiteró Ramírez que en el Departamento de Estructuras de Ingeniería Civil de la ULA han tenido una serie de solicitudes de revisión de algunos casos, pero no de evaluación de las estructuras esenciales de la ciudad (hospitales, escuelas, etc.). Estas últimas deberían ser valoradas y adecuadas con el objeto de cumplir con esos nuevos requisitos que tiene la norma del año 2001,  para así mantener una efectiva cultura de riesgo sísmico de acuerdo con la realidad existente en la región. (José Ramón Dávila. CNP 10.692 / Prensa ULA)


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