Crear
una alternativa a la Asamblea Nacional es una burda violación de la voluntad
expresada por los venezolanos
La instauración —anunciada por el presidente
Nicolás Maduro— de un denominado Parlamento Comunal en Venezuela como
alternativa a la Asamblea Nacional constituye una burda violación de la
voluntad expresada por los venezolanos el pasado 6 de diciembre, cuando
otorgaron en las urnas una mayoría abrumadora a la oposición.
La vacía retórica de Maduro —en cuanto a que el
Parlamento Comunal va a ser una instancia legislativa “del pueblo desde la
base”— ignora por completo que ese es precisamente el papel de la Asamblea
Nacional y que el pueblo ya ha hablado alto y claro exigiendo un cambio de
rumbo en el país. Sin embargo, en la mejor estela del despotismo, el presidente
desoye la opinión de los ciudadanos y quiere erigirse en el único y válido
intérprete de los deseos de los venezolanos.
Se trata de una jugada muy peligrosa. En Venezuela es urgente el cambio
político, económico y social, y que la libertad total y el derecho a expresarse
se restauren completamente en el país. En vez de aventurarse con instituciones
de dudosa utilidad que solo van a servir para provocar enfrentamientos y para
hacer el país todavía más ingobernable, Maduro debe liberar a todos los presos
políticos, aceptar el resultado de las urnas y entablar un diálogo constructivo
con la oposición. No basta con llenar de la palabra pueblo los
discursos: lo que hay que hacer es respetar su mandato.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. / EFE
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