Las cifras que incluye la Encuesta de Condiciones de Vida
2015 (Encovi) elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello, la
Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar, desnudan a una
sociedad golpeada por el centelleante incremento de la pobreza, el temor a la
criminalidad y la falta de servicios públicos.
Luis Pedro España, sociólogo y
exdirector del Centro de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica
Andrés Bello, afirma que en 2014 y 2015 la capacidad de compra de las
familias ha experimentado “la mayor contracción en toda la historia
socieconómica del país y esto explica por qué hemos batido todos los récords de
pobreza de ingreso. Hoy 73% de los hogares y 76% de los venezolanos están en
pobreza de ingresos”.
Los datos demuestran que la miseria aumenta a una
velocidad meteórica: la Encovi 2014 determinó que ese año la proporción de
hogares en penuria era de 48,4% y 52,6% en el caso de las personas. Es decir,
en sólo doce meses ha habido un salto de 24,6 y 23,4 puntos porcentuales
respectivamente.
Al contrastar los datos de la Encovi 2015 con las cifras
del Instituto Nacional de Estadística queda al descubierto que los venezolanos
sufren una contracción de ingresos sin precedentes. Luis Pedro España señala
que la cifra de 76% de la población bajo el manto de la
pobreza es la más elevada desde 1975, año en el que comenzaron las mediciones
de este tipo.
De hecho la pobreza de 2015 supera por mucho al 58,9% de
1989, año del recordado Caracazo; al 55,4% de 1998, año en que Hugo Chávez ganó
las elecciones presidenciales y al 61% registrado en 2003 cuando la
conflictividad política y el paro petrolero-empresarial hundieron la economía
en una severa recesión.
El retroceso en materia de pobreza va de la mano del
acelerado incremento de los precios y la merma en la capacidad de compra del
ingreso. El Banco Central de Venezuela oculta las cifras de inflación desde
2014 lo que ha llevado a firmas como Ecoanalítica a construir un modelo de
medición que toma en cuenta las variaciones de precios en 500 productos.
Con base a este estudio Ecoanalítica señala que entre
octubre de 2014 y octubre de 2015 la inflación registra un salto de 185% y la
proyección es que cierre este año en 205%, una magnitud que se traduciría en el
mayor incremento de precios desde 1950.
La aceleración de la inflación obedece a un severo
desequilibrio entre la oferta y la demanda. El número de productos en los
anaqueles cae estrepitosamente tras el descenso en el valor del petróleo, que
obliga a recortar las importaciones; la merma en la producción de empresas
expropiadas, el control de cambio, que se traduce en la asignación ineficiente
de divisas y la regulación de precios, que en algunos sectores no permite
obtener rentabilidad y desalienta la inversión.
Pero, mientras la oferta cae, el Gobierno impulsa la
demanda fabricando billetes en cantidades industriales para cubrir el enorme
déficit que sufren las cuentas públicas.
Pobreza extrema
La Encovi tiene como base una encuesta social que se
realiza bajo la misma metodología que aplicó la antigua Oficina Central de
Estadística e Informática (OCEI), hoy Instituto Nacional de Estadística (INE),
cuando en 1998 elaboró la última investigación de este tipo llevada a cabo por
el sector público.
Para medir la cantidad de hogares y personas sumergidas en
la miseria de acuerdo al ingreso, el Instituto Nacional de Estadística y el
estudio llevado a cabo por las universidades contempla que las familias que no
obtienen suficiente dinero a través del salario, bonos, becas, pensiones, para
comprar cada mes una canasta de alimentos básicos que permitan a cada
integrante ingerir al menos 2 mil 200 calorías diarias son catalogadas como
pobres extremos. Luego, las familias en las que su ingreso no les permite
costear una canasta que añade a los alimentos básicos servicios esenciales como
luz eléctrica y transporte son pobres.
La Encovi encuestó a 1.500 hogares entre agosto y
septiembre de este año. Estableció una canasta alimentaria con un valor de 14
mil 556 bolívares bajo un estimado de inflación de 170% para el caso de los
alimentos entre agosto 2014 y agosto 2015.
La Encovi determina que 49% de los
hogares se ubican en la categoría de Pobreza extrema. Luis Pedro España precisa que en 2015 la
contracción en la capacidad adquisitiva:
“ha sido tan severa que por primera vez el porcentaje de
hogares en pobreza extrema de ingresos supera a los hogares en pobreza no
extrema. Esto se explica porque las políticas de salario mínimo, que son el
único mecanismo para mejorar las remuneraciones, sólo alcanza a los
trabajadores del sector formal, quedando fuera del alcance de estas políticas
los más pobres”, señala Luis Pedro España.
Las misiones
Al evaluar la efectividad de los planes sociales del
Gobierno, englobados bajo el nombre de misiones, Luis Pedro España indica que:
“la mitad de los hogares en pobreza de ingreso dicen
comprar en las distintas modalidades de la Misión Alimentación. Esto es un
síntoma de la crisis de ingresos. Sin abastecimiento subsidiado no se come en
Venezuela. Las misiones estructurales, aquellas que pudieran actuar sobre las
causas de la pobreza, básicamente las educativas, lucen abandonadas”.
La Encovi determina que la cantidad de venezolanos que acude
a Mercal, la red pública que vende alimentos a precios subsidiados, aumentó
desde dos millones hasta seis millones entre agosto de 2014 y agosto de este
año.
“Las misiones sociales no fueron una política
de superación de la pobreza y, ahora, tampoco son una política de contención de
la crisis de ingresos. La política social se concentra en la entrega de bienes
de alto contenido aspiracional como viviendas, electrodomésticos, vehículos, y
tiene un claro perfil político. Urge redefinir una política social con
verdadero contenido ético basado en la equidad y la justicia”, agregó Luis
Pedro España.
Las perspectivas para 2016 son bastante sombrías:
“Al no esperarse un comportamiento económico distinto al
actual es de entender que los actuales niveles de pobreza de ingreso se
mantengan. Es posible que hayamos llegado al límite superior de la pobreza en
Venezuela. El 20% que no es pobre seguirá siendo un sector empobrecido, pero no
pobre”, dice Luis Pedro España.
Desde su punto de vista sólo con el relanzamiento de la
economía y el diseño de planes sociales efectivos podría detenerse el deterioro
en la calidad de vida.
La inseguridad
Los profesores Roberto Briceño León y Alberto Camardiel,
de la Universidad Central de Venezuela y el Laboratorio de Ciencias Sociales,
están a cargo del estudio de criminalidad que forma parte de la Encovi 2015.
Los resultados señalan que la mayoría de las familias
viven atemorizadas por la delincuencia: nueve
de cada diez venezolanos piensa que la inseguridad se incrementó en los últimos
doce meses y seis de cada diez que aumentó en la comunidad donde vive. En un
35% de los hogares encuestados, el entrevistado o algún otro miembro de la
familia había sido víctima de un delito en el último año.
La percepción de que la sociedad sufre un agudo proceso de
descomposición crece. El año pasado 40% de las personas consideraba que es
fácil o muy fácil conseguir droga en su comunidad y en 2015 esta opinión
corresponde a 49% de los venezolanos.
En 2014 un tercio de la población estimaba como fácil o
muy fácil comprar un arma de fuego y este año lo cree 41%. Asimismo el año
pasado 23% consideraba que es fácil o muy fácil mandar a matar a alguien y en
2015 lo afirma 26% de los venezolanos.
La vida diaria transcurre en tensión. El 53% de los
venezolanos tiene miedo de ser víctima de un delito en su casa, el 57% en las
calles de la comunidad y el 73% en el transporte público. La consecuencia, es
que uno de cada tres entrevistados ha sentido la necesidad de mudarse de la
zona donde vive y 13% ha evaluado la posibilidad de adquirir un arma de fuego
para defenderse.
La población venezolana tiene muy bajos niveles de
confianza en las instituciones del sistema de justicia penal (entre el 9% y
14%) y sólo un 4% (el año pasado fue el 7%) tiene confianza en que el gobierno
nacional podrá enfrentar adecuadamente el problema de la violencia e
inseguridad.
Servicios deficientes
Alfredo Cilento, profesor de la Universidad Central de
Venezuela, está a cargo del área de viviendas y servicios públicos de la Encovi
2015. Entre los datos relevantes destaca que a pesar de la Misión Vivienda la
construcción pública y privada se encuentra muy lejos de satisfacer las
necesidades de la población.
“El 64,3% de los hogares han sido
autoproducidos por la propia gente. Entre 2006 y 2015 los sectores público y
privado han producido sólo 620 mil viviendas, unas 62 mil viviendas por año,
equivalentes a lo producido a finales de los 60, cuando la población de
Venezuela era de unos 11 millones de habitantes. Las viviendas autoproducidas duplican
las construidas por sector privado y gobierno”, considera Alfredo Cilento.
No obstante el problema principal en esta materia no se
centra en la proliferación de ranchos:
“el número de hogares alojados en ranchos es de 9,7%.
Esto confirma todos los estudios que coinciden en que la mayor carencia en los
barrios no es la casa o la vivienda en sí misma, sino el déficit de servicios
públicos y comunales, y la vulnerabilidad física-ambiental, social y
económica”, señala Cilento.
La Encovi 2015 registra que 38,4% de los hogares no tiene
servicio continuo de agua, que 86,4% de las viviendas posee servicio eléctrico
pero los apagones son frecuentes y que 78,5% de los hogares dispone de servicio
de aseo urbano, pero la recolección de la basura dista mucho de ser eficiente.
Incluso, Alfredo Cilento precisa que:
“al menos la mitad de los hogares son vulnerables ante el
sismo y otras amenazas, incluyendo agrietamientos, deslizamientos y derrumbes
frecuentes. Más alarmante aun: 13,5 % de los hogares (más de un millón de
familias) están en zonas declaradas de alto riesgo”.
Al evaluar el tema de la propiedad Alfredo Cilento
indica:
“el 80,7% de los hogares es propietario, adjudicatario o
está pagando su vivienda. Pero, la oferta de viviendas en alquiler
prácticamente desapareció, como efecto de la regulación inquilinaria dictada
por el gobierno. La consecuencia ha sido el incremento desmesurado de los
alquileres y de los precios de las viviendas del mercado secundario”.
Por Víctor Salmerón | 20 de noviembre, 2015
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