A lo largo de la historia siempre han
habido gobiernos que han convertido la corrupción y el narcotráfico en política
de Estado. Un buen ejemplo de ello ha sido el régimen bolivariano y sus
vinculaciones con el narcotráfico. La detención de Efraín Antonio Campos Flores y
Francisco Flores de Freites (sobrinos de la primera combatiente) en el
aeropuerto de Puerto Príncipe acusados del tráfico de drogas lo
confirma.
Ambos sobrinos
presidenciales viajaban portando pasaportes diplomáticos del
gobierno venezolano, lo cual es prueba de cómo el régimen utiliza su
Cancillería para facilitar documentos a individuos que se dedican al tráfico de
drogas y, así, facilitar sus operaciones a través de la inmunidad diplomática.
Además, cabe acotar que ambos narcosobrinos formaron parte de la comitiva
presidencial en su reciente visitó a China. No estamos ante la presencia de un
grupo de criminales y mafiosos quienes han capturado al Estado a través del
soborno y la extorsión de funcionarios, sino de un Estado forajido que ha
tomado el control de las redes criminales y del narcotráfico no para
erradicarlas, sino para ponerlas a su servicio y, más concretamente, al
servicio de los intereses económicos de la logia milico bolivariana.
Hablar del narcotráfico en nuestro país, es
hablar del Estado. Es imposible entender el nivel de actividad y poder del
narcotráfico sin el apoyo, y sin la protección del Estado. Obviamente, estamos
ante la presencia de una perversa alianza, un perfecto matrimonio entre el
narcotráfico y el Estado, es decir un narcoestado, una situación sui géneris
donde el Estado en lugar de combatir el tráfico y comercialización de la droga,
lo patrocina y ampara. Prueba de ello es la existencia de un cartel conformado
por algunos miembros de la Fuerza Armada Nacional (FAN), agentes de los cuerpos
policiales y dirigentes políticos de la nomenclatura bolivariana. Se refieren a
él como el Cartel de los Soles, haciendo referencia a la insignia que porta el
generalato de la FAN. Otros han optado por llamarlo el Cartel Bolivariano. Esta
red “oficial” de tráfico de drogas, según opera en el Eje Arauca, Bolívar y
Delta Amacuro, y ha desplazado a mentados carteles como los de La Guajira y la
Costa colombiana. Las intimidades del nacoestado venezolano han sido
denunciadas por Mildred Camero, ex juez y ex presidenta de la Comisión Nacional
Contra el Uso Ilícito de las Drogas (CONACUID, ahora ONA). No olvidemos que
Camero fue nombrada por el propio Chávez como presidente de la CONACUID, y
obligada a renunciar seis años más tarde.
Además, prominentes figuras del mundo
castrense han sido acusados de estar involucrados con ese cartel, entre muchos
otros aparecen el general (R) Hugo Carvajal, exjefe de la Dirección General de
Contrainteligencia Militar, acusado y detenido por los cargos de narcotráfico
en Aruba y posteriormente liberado por su condición de representante
diplomático ante ese país, el general (R) Henry Rangel Silva ex ministro de la
defensa y actual gobernador de Trujillo, el general (R) Luis Acosta Carlez
exgobernador de Carabobo, el general Néstor Reverol exministro de Relaciones
Interiores y actual comandante de la Guardia Nacional y el general (R) Cliver
Alcalá Cordones. Todos ellos han sido acusados de haber formado parte de la red
de tráfico de cocaína dirigida por Walid Makled, vinculado al cartel mexicano
de Sinaloa. Un dato curioso es que al momento de la detención del turco Makled
llevaba consigo una credencial firmada por el ex magistrado de la Suprema
Corte, Eladio Aponte, fiscal militar estrella del régimen por muchos años, hoy
en desgracia acogido al programa de testigos protegidos del gobierno de la Casa
Blanca. Más recientemente el Maccarthy del Furrial Cabello, al igual que su
hermano José David Cabello director del SENIAT y Tareck El Aissami gobernador
del Estado Aragua han sido asociados al narcotráfico por varios medios de
comunicación nacionales e internacionales. Desde la llegada al poder del
socialfascismo bolivariano, el Estado venezolano se convirtió en el principal
cartel de drogas del continente.
Los tentáculos del narcotráfico no tan solo
han permeado al Estado y sus instituciones, sino a toda la sociedad. No existe
actividad económica fundamental que no sea usada por el narcotráfico. Es un
secreto a voces el lavado de dinero en actividades inmobiliarias, cambiarias y
bursátiles por parte de la corrupta boliburguesía, así como acumulación de
fabulosas fortunas personales de connotados miembros de la nomenclatura
bolivariana.
La Venezuela del siglo XXI se ha convertido
en un narcoestado dirigido por una logia milico-civilista que apela a una
retórica socialista como instrumento de engaño y manipulación. Pretenden
transformar al país en un narcofeudo del crimen, de fronteras elásticas, de
blanqueo de capitales, de corrupción y de narcotráfico. El socialfascismo
bolivariano ha hecho del narcoenriquecimiento una manera legítima de
acumulación de capital.
El narcotráfico, el lavado de dinero, y el
enriquecimiento ilícito forman parte del ADN de la élite bolivariana que
“desgobierna” al país en nombre de un falso socialismo.
José R. López Padrino M.D.
Ph.D.
Professor
Molecular
Biosciences
School of
Veterinary Medicine
U.C. Davis
1089 Veterinary Medicine
Drive
Davis, CA, 95616
Lumpanato bolivariano
José R. López Padrino
El
término de lumpemproletariado deriva del original en alemán,
"lumpenproletariat", propuesto por Karl Marx y Friedrich Engels en su
trabajo "La ideología alemana" (1845) y desarrollado posteriormente
por Marx en el Brumario de Luis Bonaparte (1852). Marx utilizó este
concepto para referirse a un estrato social carente de conciencia de
clase, sin organización política, ni sindical que no vive de las remuneraciones de su fuerza de
trabajo, sino del pillaje, del robo, de la prostitución, etc. Constituyen un
estrato social reaccionario y socialmente amorfo, al servicio de cualquier
caudillo en el poder. Vale acotar que Bonaparte no ha sido el único en apoyarse en el lumpen
para la conquista del poder. Tanto el fascismo italiano como el nazismo alemán
reclutaron a sus tropas de choque principalmente de entre elementos del lumpen.
El nacionalismo burdo o el patrioterismo ramplón, constituyeron y constituyen
sentimientos primitivos fáciles de explotar y exacerbar en las mentes simples
del lumpen.
El relato de Marx
en el Brumario de Luis Bonaparte se ajusta a la tragedia vivida por nuestro
país a raíz de la creación del Estado lumpen, surgido con el ascenso al poder
del insepulto tte coronel y su logia milico-bolivariana. El insepulto tartufo
de Sabaneta y su heredero, el iletrado de Maduro calzan perfectamente en la
definición que el viejo Marx dio sobre el lumpen, cuando afirma que son
aquellos “timadores, saltimbanquis,carteristas y rateros,
que al igual que Bonaparte sentían la necesidad de beneficiarse a costa de la
nación trabajadora”.
Es evidente que
con el ascenso al poder del proyecto bonapartista del fenecido tte
coronel quedo evidenciadoal talante anti-obrero de su proyecto y
su preferencia del lumpemproletario como sujeto social de su bastarda
revolución. Estábamos ante la presencia del empoderamiento del
lumpemproletariado, desclasados, quienes por su alto grado de alienación
carecen de una conciencia revolucionaria (La Ideología Alemana, Marx y Engels,
1845). Se daba inicio a una alianza estratégica entre el petro-Estado
venezolano y el lumpendelincuencial en beneficio del capital
internacional.
El Estado lumpen
bolivariano en su visión estratégica de poder no solo empoderó al lumpen, sino
que lo organizó como fuerza de choque (turbas armadas), a fin de reprimir
bajo el amparo del Estado a los obreros, a los estudiantes al pueblo en
general, de la misma manera como Luis Bonaparte organizó al
lumpemproletariado de Paris para reprimir a los trabajadores de la comuna
(1851). Lumpen que por sus limitaciones es perfectamente moldeable y manipulable capaz de
ejecutar las acciones del bandidaje más vil y denigrante en favor del
mandatario o caudillo de turno.
El Estado lumpen
bolivariano ha venido utilizando estas turbas hamponiles fin de
profundizar su control social.Además, el lumpen ha sido la mejor cantera para proveer
infiltrados y provocadores en las protestas sociales, que la policía misma
utiliza con el fin de crear condiciones de desorden o descontrol que puedan
luego justificar una acción represiva más drástica. Igualmente constituyen una
buena fuente para reclutar a los ya famosos y despreciables “patriotas
cooperantes” (entiéndase sapos) los cuales han sido utilizados como testigos en
los procesos judiciales viciados en contra de dirigentes opositores. Seguramente las turbas armadas, junto al
Estado de excepción serán las posibles armas que el oficialismo utilizará en su
aspiración de ganar el 6D sin apoyo popular.
La lumpenización
del país ha implicado el aniquilamiento de la educación superior, la asfixia de
la ciencia, la destrucción de la cultura, la militarización de la sociedad, y
la transformación de la fuerza armada en ejército al servicio del bandidaje del
siglo XXI. Ha significado la transformación del sistema judicial en una
soldadesca con toga al servicio del régimen y la sistemática violación de los
derechos humanos.
No ha faltado más
de un plumífero identificado con el régimen que recurriendo al mayor de los
malabarismos ideológicos señalan al lumpen como el “verdadero” sujeto
revolucionario de la farsa bolivariana, a pesar de que históricamente se ha
demostrado que el lumpen es un estrato social desvinculado de todo trabajo productivo y por
consiguiente muy improbable de adquirir conciencia de clase y aún más difícil
de integrarse a una lucha por una revolución social. Estos asalariados oficialistas consideran que la
misión histórica del trabajador como sujeto de una transformación social “pasó
de moda”.
El
socialmilitarismo populista bolivariano representa un dogmatismo
enfermizo, basado en un simplismo primitivo y retrogrado que pretende la
lumpenizacion y militarización del país a fin de lograr un mayor control
represivo de la vida política y social del individuo, y por ende así garantizar
su permanencia en el poder.
José
R. López Padrino M.D. Ph.D.
Professor
Molecular Biosciences
School of Veterinary Medicine
U.C. Davis
1089 Veterinary Medicine Drive
Davis, CA, 95616
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