domingo, 15 de noviembre de 2015

Migración intensa de venezolanos obliga a países a poner frenos - Emily Avendaño

Países del Reino Unido empezaron a pedir visa el año pasado, y en Aruba se solicita un monto diario en efectivo según los días que el turista vaya a permanecer en la isla 
Rubén Blades se cuidó de generalizar. El músico y candidato a la presidencia de Panamá en 1994 y ex ministro de Turismo insistió en que son algunos venezolanos, y no todos, quienes llegan a ese país “con una actitud de superioridad y de soberbia”, y agregó: “Compran dos casas en un barrio de lujo y de pronto se creen dueños del país, y con una condescendencia que ofende, tratan a sus anfitriones como si fuesen siervos”. Blades publicó esto en su página web el 3 de julio de 2015, en respuesta a un artículo del escritor Ibsen Martínez, un careo que fue espuma en las redes por esos días, pero que meses después deja su estela en el roce diario en Panamá.
Los venezolanos encabezan la lista de extranjeros que han obtenido la residencia en el país centroamericano, de acuerdo con las estadísticas del Servicio Nacional de Migración entre 2014 y 2015. En el primer semestre de este año 3.958 venezolanos fijaron su domicilio formalmente en ese país, en donde llueven las críticas de sus nacionales por la política migratoria que han adoptado las autoridades, la cual no solo ha beneficiado a venezolanos, sino a colombianos, nicaragüenses, españoles, italianos y estadounidenses.
En Panamá, la diputada Zulay Rodríguez se opuso a la política del Crisol de Razas, que entre 2010 y 2014, permitió que 57.652 extranjeros regularan su permanencia en Panamá. Rodríguez propuso una ley migratoria que estipulaba la realización de un censo, el derecho de repatriación, visa de entrada, impuestos de salida y la deportación a quien ofenda a un nacional o autoridad.
No solo ese país ha repensado su política migratoria. A partir del 5 de mayo de 2014, todos los venezolanos necesitan obtener una visa para visitar el Reino Unido, independientemente del motivo del viaje; y desde Aruba han reportado la devolución de venezolanos que no han podido demostrar la suficiente disposición de divisas cuando viajan como turistas. Para ingresar cada venezolano debe contar con 150 dólares, por cada uno de los días que vaya a permanecer en la isla. La medida también aplica para los niños.
Óscar Hernández Bernalette, fundador del Centro de Capacitación Migratoria y embajador de carrera, explica que los países tienen el derecho unilateral, a menos que exista un acuerdo previo, de tomar medidas de control migratorio, bien sea mediante la solicitud de visas, de un seguro médico o la demostración de que se cuentan con suficientes recursos económicos para garantizar la propia manutención durante un viaje. “Países como Aruba no solicitan visa porque les interesa captar el turismo; pero quienes viajan buscan aprovecharse de la situación económica y se valen de un mecanismo muy inusual, como es el control de cambio, de manera distinta a su propósito original; eso genera rechazo porque en cualquier parte del mundo se prohíbe que se realicen actividades de lucro cuando se entra como turista”, afirma Hernández Bernalette.

Estigmatizar la nacionalidad. 
La carta de Blades alude a la prepotencia; hay casos de ciudadanos de otros países que no quieren comprar cerca de El Doral, en Miami, por ser una comunidad donde viven mayoritariamente venezolanos. En ese lugar, hay reportes de nacionales que deciden quedarse aunque tengan que dormir en sus vehículos o en centros comerciales.
Carolina Briceño, organizadora de Expomigra, refiere que si un venezolano es mal visto en el exterior es porque no ha desarrollado inteligencia migratoria: “Hay que adaptarse a la cultura del país al que se llega. Entender que se manejan códigos diferentes y que la gente se comporta de otra manera”. Recientemente corrió por las redes sociales un video de un joven en Buenos Aires que entró a una panadería y ordenó un cachito y un RikoMalt.  Briceño dice que actitudes como esta no aportan ni al país al que se llega ni al inmigrante. Recomienda ir con buena actitud porque de lo contrario se sufre mucho.
No existen datos oficiales sobre el número de personas que se han ido de Venezuela durante los últimos 15 años. Las investigaciones del sociólogo Iván de la Vega reportan que 1,2 millones de venezolanos se fueron del país en la última década.
El Banco Mundial reportó en 2010 que había 521.620 venezolanos emigrantes. Quienes se han dedicado a estudiar el tema coinciden en que la mayoría de quienes se van son profesionales. Sin embargo, Hernández Bernalette asegura que a medida que va desmejorando la situación interna de Venezuela otros sectores, de menores recursos, también buscan la posibilidad de emigrar y eligen como destino Colombia, Chile, Ecuador, Perú o Estados Unidos. Briceño afirma que el costo del boleto aéreo no es un obstáculo: “La gente más humilde se va a países cercanos a los que se puede llegar por tierra”.
Anitza Freitez, directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, no cree que la imagen de los venezolanos en el exterior sea negativa al punto de causar rechazo: “Hay venezolanos que pueden generar incomodidad porque intentan reproducir algunos comportamientos inadecuados que en Venezuela no son sancionados socialmente, ni tampoco por los actores que velan por el cumplimiento de ciertas normas. No podemos decir que hasta ahora ese es el comportamiento común del emigrante venezolano, si hubiera sido así se habría notado frecuentemente a través de los medios con noticias negativas”. Agrega que ni en Aruba ni en Panamá puede considerarse que haya animadversión porque en ambos países los venezolanos han buscado establecerse generando algún emprendimiento o inversiones para reproducir su capital.

Cifras

8.000 solicitudes de residencia de venezolanos se aprobaron en Panamá entre 2009 y 2013
183.000 venezolanos al año ingresan como turistas a Panamá. Se calcula que hay 150.000 nacionales viviendo en ese país
Foto Archivo El Nacional

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