“Siembra vientos y cosecha
tempestades” reza el viejo refrán. Europa
recoge lo que ha sembrado fuera de sus fronteras. No sabemos si después de
haber creado monstruos, primero para frenar el nacionalismo árabe al momento de
la descolonización en los años sesenta, luego para enfrentar a la ex - Unión
Soviética en su invasión a Afganistán a finales de los años setenta, y
finalmente para armar al Estado Islámico en sus pretensiones de derrocar al
gobierno de Irak y Siria en lo que va de siglo XXI, después de haber
apertrechado a Al Qaeda en la guerra contra Libia, ahora van a arrepentirse de
tal invento. De ser así, paradójicamente estos atentados serían la derrota de
Occidente y sus terroristas en la guerra contra Siria.
Contrario a lo señalado por el
Presidente de España, no se trata de una lucha de la barbarie contra la
civilización. Es una guerra de la barbarie contra la barbarie o de la
civilización contra si misma. Es el drama de la especie humana en los tiempos
actuales. Es la muerte lenta de la civilización que ha hecho del hombre y la
naturaleza un lobo para si misma. Es el Leviatán europeo que engendró, no solo
un Estado perverso sino una ciudadanía mortífera.
Algunos expertos señalan que estos
últimos eventos en Paris han sido los peores desde la Segunda Guerra Mundial.
Al igual que los del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos, no habían
existido unos ataques de esa magnitud desde el ataque a Pearl Harbor. Y es que
desde el Congreso de Viena de 1815, la guerra siempre ha sido la manera que
Europa ha tenido para dirimir sus contradicciones. Et voilà, ahora le tocó a la
France.
París, la Ville Lumière, hoy es una
capital en penumbras. Los horrores fuera de Francia se padecen en casa. Los
estragos de la otrora Guerra de Argelia se oyen en las ráfagas de las balas de
los terroristas del 13 de noviembre. No olvidemos que en la actualidad Francia
dirige aproximadamente 17 escenarios de presencia militar solo en África, sin
incluir a Libia y hoy a Siria.
¿Cuál será la nueva agenda global
luego de esta masacre? ¿Una Ley Patriota como en Estados Unidos luego del 11 de
septiembre? ¿Más muertos? ¿Mayor injerencia en los asuntos domésticos de los
Estados y de los pueblos? ¿Una nueva regresión en materia de derechos humanos?
En estos momentos París es la capital
del lado más oscuro de la especie humana. En pocos días será el centro de la
Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático, la principal amenaza para el Planeta
Tierra en este tiempo histórico. ¿Estarán dispuestos los decisores políticos a
tomar medidas drásticas para enfrentarla?
Siendo la guerra (y el terrorismo) la
expresión política violenta y moderna de la crisis de un modelo
termo-industrial basado en la sobreutilización del combustible fósil nacido en
Europa: ¿Cómo resituar los principios de libertad, igualdad y fraternidad de la
revolución francesa en los tiempos actuales?
Esa es la principal apuesta en Paris…
Vladimir Aguilar Castro
Universidad de Los Andes
Mérida-Venezuela
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