Los venezolanos estamos abismados con las noticias
que nos llegan con respecto a irregularidades en PDVSA sin que aquí se
investiguen.
Cuando Chávez era candidato, su campaña se centró
contra PDVSA. Se dijo hasta la saciedad que la empresa era una “caja
negra”, se habló de
las “colitas de PDVSA”, se dijo que PDVSA y la Apertura Petrolera eran las
responsables de la caída de los precios del petróleo y cualquier cantidad de
corruptelas.
Lo cierto es que
antes de Chávez, PDVSA estaba siendo controlada a todos los niveles.
Además de sus auditorías internas y externas, contaba con los siguientes niveles
de supervisión y control:
·
Banco
Central de Venezuela. PDVSA sólo podía conservar los dólares requerido para
cubrir sus necesidades en moneda extranjera. La diferencia tenía que
entregársela al BCV. En contrapartida el BCV le devolvía bolívares que para
pagar sus inversiones y gastos de operación, el ISLR, Regalía y
Dividendos que correspondían a su único accionista que era el Estado. El
BCV controlaba estrechamente el flujo de divisas de la petrolera.
·
La
Contraloría General de la República cuyos niveles de exigencia era exhaustivos.
·
La
Comisión de Energía y Minas de la Cámara del Senado.
·
La
Comisión de Energía y Minas de la Cámara de Diputados, que además estuvo
presidida por el diputado Alí Rodríguez, quien se caracterizó en todo momento
por su permanente exigencia (como debe ser) de informaciones de todo tipo a la
empresa.
·
El
Ministro de Energía y Minas. El ministro era el funcionario ante quien el
presidente de PDVSA debía rendir cuentas. Siempre existió una suerte de recelo
entre quienes ocupaban esas dos funciones. El primero defendía las directrices
del Estado y el segundo defendía con celo el nivel de autonomía que requería la
empresa para cumplir con eficiencia sus actividades. Esa suerte de “enfrentamiento” entre estos dos
funcionarios contribuía a una permanente supervisión de PDVSA por parte del
gobierno.
·
El
Ministerio de Finanzas, el ISLR y la Tesorería Nacional que velaban por la
recaudación fiscal.
·
La Seccurities and
Exchange Commission (SEC). Todas las empresas que venden valores en los EEUU, ya
fuesen acciones o bonos, tienen que presentar sus estados financieros
debidamente auditados por entes independientes a fin de proteger a los
inversionistas que los adquieren en el mercado estadounidense. Eran numerosas
las exigencias de la SEC (Comisión de Valores), cuyos cuestionarios y
requerimientos exigían una radiografía completa de la situación financiera, la
solidez y la estabilidad de la empresa y sus proyecciones.
PDVSA era pues la empresa más controlada del país.
El calificativo de “caja negra” no era más que un cliché político.
¿Ahora bien, que
ocurrió después?
Al ganar las elecciones el comandante Chávez, la
empresa fue “desnudada” y revisada hasta la saciedad. De aquellas graves
acusaciones no se encontró ninguna irregularidad relevante. De las escandalosas
“colitas
de PDVSA“, tampoco se comprobó ninguna.
Procedieron
entonces las nuevas autoridades a solicitar ante la Corte Suprema de Justicia
la nulidad de todo lo actuado con motivo de la Apertura Petrolera y, casi dos
años después de la llegada al poder de Chávez, la Corte concluyó que no
era posible hacerlo porque se habían cumplido todos los extremos de ley.
En los años siguientes los hechos vinieron a
demostrar que aquella PDVSAmeritocrática había
anticipado correctamente las señales del mercado y que la Apertura Petrolera,
tan vituperada, había resultado vital para el país.
Se activa en esos años siguientes el llamado “súper
ciclo de los commodities“, que permitieron diez años de elevados
precios del petróleo. Por que respecta a la cesta venezolana los llevó desde
unos 8 dólares por barril en 1998 hasta unos 116 dólares en el 2008. Contó
entonces el gobierno de Chávez con más ingresos petroleros y por un período más
prolongado que los que había disfrutado ningún otro gobierno en la historia de
Venezuela.
Ahora bien, ¿qué
ocurrió en PDVSA en esos años?
El presidente
Chávez, pito en mano, provocó un paro en la industria (según él mismo confesó
ante la Asamblea Nacional). Comparó a PDVSA “una colina que había que tomar”.
Procedió a despedir a unos 20.000 trabajadores cada uno con 15 años en promedio
de trabajo, que acumulaban por tanto unos 300.000 años de experiencia y conocimiento.
Desembarazado ya
del obstáculo de quienes mejor conocían el funcionamiento de la empresa,
procedió a politizarla, transformándola casi en un brazo del partido de
gobierno. Como si ello fuera poco, eliminó los niveles de control que existían
sobre PDVSA:
·
En
primer lugar se eliminó la independencia del BCV, con lo cual esa institución
no sólo no ejerce ningún control, sino que emite inmensas cantidades de dinero
sin respaldo para cubrir en monumental déficit en el flujo de caja de la
empresa.
·
La
Contraloría General de la República apenas si ejerce ninguna forma de control
y, si lo hace, es de forma tan laxa que no cumple ninguna función.
·
Al
desaparecer el Senado, también desapareció la Comisión de Energía y Minas de
esa Cámara.
·
La
Comisión de Energía y Minas de la Cámara de Diputados ha asumido una posición
de solidaridad revolucionaria y ha renunciado voluntariamente a sus funciones
de control sobre PDVSA, negándose a abrir investigaciones que antes se hubieran
considerado de rigor incluso ante eventos tan graves como como el incendio de
la refinería de Amuay. Hoy en día esa Comisión cumple funciones meramente
decorativas.
·
El
Ministro de Energía y Minas y el Presidente de PDVSA son cargos que pasaron a
ser desempeñados por una misma persona, de forma tal que la mano izquierda del
Ministro es la única que controla lo que hace la mano derecha del presidente de
PDVSA cuando firma cheques y contratos. Son las dos manos de una misma persona.
·
PDVSA
se retiró de la Seccurities and Exchange Commission (SEC) con lo cual
desapareció cualquier forma de revisión que a nivel internacional pudiese
existir sobre los resultados de la empresa.
·
PDVSA,
que era de las petroleras menos endeudadas del mundo, ha pasado a estar
irracionalmente endeudada y, después de una tradición de cumplimiento puntual
de sus obligaciones, hoy en día tiene fama de no pagarle a nadie.
·
Para
colmo, sistemáticamente viene perdiendo todos los arbitrajes internacionales en
los cuales ha sido demandada por incumplimiento de contratos.
Por último, la empresa, al igual que el BCV y
muchos otros organismos públicos, ha dejado de suministrar informaciones
transparentes. En lugar de una caja
negraha pasado a ser una suerte de hueco negro en
el espacio.
Dentro de ese entorno de irresponsabilidad y laxitud
institucional, perdida la visión y la misión de la empresa en medio de una
avalancha de recursos y sin ningún mecanismo de control efectivo, no serían de
extrañar hechos como los de Andorra o los que señalan el Wall Street Journal y
el New York Times.
Se señalan presuntas situaciones,
complicadas con casos de nepotismo y corrupción extrema, más allá de lo que la
mente racional puede imaginar. Son casos que de comprobarse, superan
enormemente en gravedad y magnitud a los que han ocurrido en Brasil con Petrobras
y que han llevado a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, al borde de un
impeachment.
La Patilla, octubre 26, 2015 9:22 pm .
@josetorohardy
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