martes, 27 de octubre de 2015

PDVSA y el Wall Street Journal - José Toro Hardy

 

Los venezolanos estamos abismados con las noticias que nos llegan con respecto a irregularidades en PDVSA sin que aquí se investiguen.

Cuando Chávez era candidato, su campaña se centró contra PDVSA. Se dijo hasta la saciedad que la empresa era una “caja negra”, se habló de las “colitas de PDVSA”, se dijo que PDVSA y la Apertura Petrolera eran las responsables de la caída de los precios del petróleo y cualquier cantidad de corruptelas.


Lo cierto es que antes de Chávez,  PDVSA estaba siendo controlada a todos los niveles. Además de sus auditorías internas y externas, contaba con los siguientes niveles de supervisión y control:
·        Banco Central de Venezuela. PDVSA sólo podía conservar los dólares requerido para cubrir sus necesidades en moneda extranjera. La diferencia tenía que entregársela al BCV. En contrapartida el BCV le devolvía bolívares que para pagar sus inversiones y gastos de operación, el ISLR, Regalía y  Dividendos que correspondían a su único accionista que era el Estado. El BCV controlaba estrechamente el flujo de divisas de la petrolera.
·        La Contraloría General de la República cuyos niveles de exigencia era exhaustivos.
·        La Comisión de Energía y Minas de la Cámara del Senado.
·        La Comisión de Energía y Minas de la Cámara de Diputados, que además estuvo presidida por el diputado Alí Rodríguez, quien se caracterizó en todo momento por su permanente exigencia (como debe ser) de informaciones de todo tipo a la empresa.
·        El Ministro de Energía y Minas. El ministro era el funcionario ante quien el presidente de PDVSA debía rendir cuentas. Siempre existió una suerte de recelo entre quienes ocupaban esas dos funciones. El primero defendía las directrices del Estado y el segundo defendía con celo el nivel de autonomía que requería la empresa para cumplir con eficiencia sus actividades. Esa suerte de “enfrentamiento” entre estos dos funcionarios contribuía a una permanente supervisión de PDVSA por parte del gobierno.
·        El Ministerio de Finanzas, el ISLR y la Tesorería Nacional que velaban por la recaudación fiscal.
·        La Seccurities and Exchange Commission (SEC). Todas las empresas que venden valores en los EEUU, ya fuesen acciones o bonos, tienen que presentar sus estados financieros debidamente auditados por entes independientes a fin de proteger a los inversionistas que los adquieren en el mercado estadounidense. Eran numerosas las exigencias de la SEC (Comisión de Valores), cuyos cuestionarios y requerimientos exigían una radiografía completa de la situación financiera, la solidez y la estabilidad de la empresa y sus proyecciones.

PDVSA era pues la empresa más controlada del país. El calificativo de “caja negra” no era más que un cliché político.
¿Ahora bien, que ocurrió después?
Al ganar las elecciones el comandante Chávez, la empresa fue “desnudada” y revisada hasta la saciedad. De aquellas graves acusaciones no se encontró ninguna irregularidad relevante. De las escandalosas “colitas de PDVSA“, tampoco se comprobó ninguna.
Procedieron entonces las nuevas autoridades a solicitar ante la Corte Suprema de Justicia la nulidad de todo lo actuado con motivo de la Apertura Petrolera y, casi dos años después de la llegada al poder de Chávez, la Corte  concluyó que no era posible hacerlo porque se habían cumplido todos los extremos de ley.
En los años siguientes los hechos vinieron a demostrar que aquella PDVSAmeritocrática había anticipado correctamente las señales del mercado y que la Apertura Petrolera, tan vituperada, había resultado vital para el país.

Se activa en esos años siguientes el llamado “súper ciclo de los commodities“, que permitieron diez años de elevados precios del petróleo. Por que respecta a la cesta venezolana los llevó desde unos 8 dólares por barril en 1998 hasta unos 116 dólares en el 2008. Contó entonces el gobierno de Chávez con más ingresos petroleros y por un período más prolongado que los que había disfrutado ningún otro gobierno en la historia de Venezuela.
Ahora bien, ¿qué ocurrió en PDVSA en esos años?
El presidente Chávez, pito en mano, provocó un paro en la industria (según él mismo confesó ante la Asamblea Nacional). Comparó a PDVSA “una colina que había que tomar”. Procedió a despedir a unos 20.000 trabajadores cada uno con 15 años en promedio de trabajo, que acumulaban por tanto unos 300.000 años de experiencia y conocimiento.
Desembarazado ya del obstáculo de quienes mejor conocían el funcionamiento de la empresa, procedió a politizarla, transformándola casi en un brazo del partido de gobierno. Como si ello fuera poco, eliminó los niveles de control que existían sobre PDVSA:

·        En primer lugar se eliminó la independencia del BCV, con lo cual esa institución no sólo no ejerce ningún control, sino que emite inmensas cantidades de dinero sin respaldo para cubrir en monumental déficit en el flujo de caja de la empresa.
·        La Contraloría General de la República apenas si ejerce ninguna forma de control y, si lo hace, es de forma tan laxa que no cumple ninguna función.
·        Al desaparecer el Senado, también desapareció la Comisión de Energía y Minas de esa Cámara.
·        La Comisión de Energía y Minas de la Cámara de Diputados ha asumido una posición de solidaridad revolucionaria y ha renunciado voluntariamente a sus funciones de control sobre PDVSA, negándose a abrir investigaciones que antes se hubieran considerado de rigor incluso ante eventos tan graves como como el incendio de la refinería de Amuay. Hoy en día esa Comisión cumple funciones meramente decorativas.
·        El Ministro de Energía y Minas y el Presidente de PDVSA son cargos que pasaron a ser desempeñados por una misma persona, de forma tal que la mano izquierda del Ministro es la única que controla lo que hace la mano derecha del presidente de PDVSA cuando firma cheques y contratos. Son las dos manos de una misma persona.
·        PDVSA se retiró de la Seccurities and Exchange Commission (SEC) con lo cual desapareció cualquier forma de revisión que a nivel internacional pudiese existir sobre los resultados de la empresa.
·        PDVSA, que era de las petroleras menos endeudadas del mundo, ha pasado a estar irracionalmente endeudada y, después de una tradición de cumplimiento puntual de sus obligaciones, hoy en día tiene fama de no pagarle a nadie.
·        Para colmo, sistemáticamente viene perdiendo todos los arbitrajes internacionales en los cuales ha sido demandada por incumplimiento de contratos.

Por último, la empresa, al igual que el BCV y muchos otros organismos públicos, ha dejado de suministrar informaciones transparentes. En lugar de una caja negraha pasado a ser una suerte de hueco negro en el espacio.

Dentro de ese entorno de irresponsabilidad y laxitud institucional, perdida la visión y la misión de la empresa en medio de una avalancha de recursos y sin ningún mecanismo de control efectivo, no serían de extrañar hechos como los de Andorra o los que señalan el Wall Street Journal y el New York Times

Se señalan presuntas situaciones, complicadas con casos de nepotismo y corrupción extrema, más allá de lo que la mente racional puede imaginar. Son casos que de comprobarse, superan enormemente en gravedad y magnitud a los que han ocurrido en Brasil con Petrobras y que han llevado a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, al borde de un impeachment.

La Patilla, octubre 26, 2015 9:22 pm .

@josetorohardy

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