La edición No. 1971 del
pasado 9 al 16 de febrero del año en curso, el gran titular de la portada de la
Revista Semana, fue el siguiente “La telenovela de Aida”. La ex senadora
colombiana Aida Merlano, que siendo muy joven se vinculó al clan de la familia Gerlein,
a quien se le condenó a varios años de prisión por corrupción electoral,
(compra de votos).
Ella aprovechando que
fue llevada a un centro asistencial de odontología, logró una fuga, digna de un
filme hollywoodense, deslizarse por una cuerda, por una ventana de dicho centro
y emprender la fuga en moto, terminando su odisea al ingresar ilegalmente a
territorio venezolano donde fue detenida y está sometida a un proceso penal por
tal delito.
El poder judicial
venezolano, actuando en derecho y apegado a los acuerdos internacionales,
escuchó las razones de la acusada de su ingreso ilegal a territorio venezolano,
audiencia pública, donde hizo sus alegatos y las razones que la llevaron a
ingresar furtivamente en Venezuela y denunció al régimen para presidencial de
Iván Duque y de acuerdo al derecho que le asiste, solicitó asilo político al
gobierno venezolano.
Quedó claramente
establecido en dicha audiencia que la ex senadora Merlano, solicitó asilo
político en el país vecino y basó sus graves argumentos, en que es una perseguida
política del gobierno del presidente Iván Duque. A quien acusa de intentar
asesinarla.
Para desdicha de nuestra
América Latina, la mayoría de los medios de prensa occidentales están al
servicio y en defensa de los intereses del sistema y de los gobiernos de
derecha e incluso dictatoriales como en el caso hoy de Bolivia.
Colombia es un ejemplo
vivo de esa política desinformativa, poco les interesa la gravedad de lo
denunciado por la señora Merlano, al contrario, la intención es descalificar a
la excongresista, defender al régimen y además aprovechar para promover electoralmente
a uno de los integrantes del clan de la costa atlantica, denunciado por la
exsenadora.
Esta afirmación se
aprecia claramente en la ya mencionada crónica “La Telenovela de Aida”, de la
revista Semana y que demuestra el nivel de desinformación, las malévolas
intenciones contra Merlano y defensor del régimen. Convirtiéndose
la revista y el autor de la crónica en fiscal, juez y parte.
Comencemos por el primer
elemento no solo desinformativo, sino agresivo y ofensivo contra Venezuela,
señala la crónica. “El helicoide era un proyecto de centro comercial que se
convirtió en una macabra cárcel donde el régimen venezolano
tortura a sus enemigos”.
Colocar la palabra
macabra, lleva la intención de que es un centro terrible, donde se cometen
torturas y crímenes. la idea e intención de la revista es manipular
y sembrar en el pensamiento del lector la existencia de un régimen dictatorial
que comete crímenes y viola los derechos humanos. ¿Tiene la Revista Semana
pruebas concretas y documentas, de que en esa cárcel se cometen crímenes y
torturas? Sí es así debe presentarlas.
Ha investigado la
Revista Semana, lo que sucede en las cárceles colombianas, que hoy presenta una
población de más de 125 mil ciudadanos presos en todo el país, por cierto, son
famosas las de Itagüí, la Modelo, la Dorada, Combita, entre otras, resultaría
interesante para el lector colombiano que Semana, haga una investigación y
averigüé de porque tienen famas dichos centros penitenciarios.
Aquí viene la otra
perla, dice: “sorprendió que supuestamente recluida en esa prisión, Aida
Merlano, apareció, peinada, maquillada y sin esposa”, al parecer para este
cronista, ella debía llegar golpeada, torturada, desmejorada,
despeinada y esposada, otra fórmula de sembrar en la mente del
lector, que la ex congresista está comprada por el presidente Maduro y que los
reos que salen de ese centro, cuando los llevan al tribunal aparecen con una
pinta distinta a como se presentó la ex congresista.
Y aquí viene la otra
pincelada malévola del local que acoge al tribunal y dice: “El escenario, un
pequeño corral de madera, evocaba los juicios políticos de Cuba y China”. Aquí
sienta en el centro la época de la guerra fría, Cuba y China, esto es para
evocar las falsas y grandes desinformaciones a que han sido sometido ambos
países, víctima de la campaña de desinformación ordenada desde Washington,
después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y de la Revolución China en
1949 y hasta nuestros días.
Referir, que llevaron a
la Merlano, a un tribunal cuyo escenario es un pequeño corral, la idea que se
trasmite, que es como un establo o un corral de chanchos, de vacas o de aves, y
acuñar sus posiciones políticas anticomunista y Macartistas, al afirmar, como
los juicios en Cuba y en China. Que pruebas y que documentación tiene la
Revista Semana de los juicios en Cuba y China. Esta crónica tiene toda una
intención política y se involucra en un delicado tema, de carácter diplomático
con ambas naciones.
Qué vergüenza para la
prensa colombiana, semejante despropósito, cargado de odio y de prejuicios, sin
tener la más mínima ética y moral, para hablar de otros países.
En Cuba, señores de
Semana, sí se hacían juicios y se hacen en salas que pueden
ser envidias de muchos edificios de tribunales en nuestra América y no en
corrales. Constituido como manda la ley y la Constitución, por magistrados,
fiscales, abogados de la defensa y testigos.
A esos tribunales que
tanto difamaron los medios de la época, fueron llevados quienes
cometieron durante la dictadura batistiana crímenes de Leza Humanidad, o a los
ejecutores de actos terroristas que provocaron la muerte de
centenares de cubanos inocentes, acciones pagadas y dirigidas por la CIA y los
terroristas de Miami, encabezado por Luis Posada Carriles, agente CIA
y criminal de guerra, organizó y ordenó la ejecución de la voladura de un avión
de Cubana con 73 pasajeros a bordo, protegido y apoyado por Estados Unidos y
otros actos de terror en centros públicos y hoteles que costó la vida a cubanos
y ciudadanos extranjeros. Y que ustedes callaron y nunca divulgaron
una sola línea sobre esos criminales hechos.
Los que no tienen esa
posibilidad de ver a sus victimarios en un tribunal son los más de 800 líderes
y lideresas sociales asesinados en Colombia, ni los más de 175 ex guerrilleros
de las FARC- EP engañados y víctima de un evidente plan de exterminio, luego de
haber entregado las armas y 38 de sus familiares. O los más de 5000 colombianos
miembros de la Unión Patriótica, asesinados en la década del 80, tampoco los
entre 3000 y 5000 jóvenes inocentes víctima de la política de falsos-positivo,
en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, y actual líder del partido de gobierno
Centro Democrático. Actualmente hay muchas informaciones y acusaciones graves
contra altos funcionarios del actual Gobierno, que son acalladas por los medios
hegemónicos colombianos.
En su muy contradictoria
crónica, que tiene los ingredientes periodísticos afines a la política
estadounidense y de los centros de poder mediáticos en América Latina, de
introducir verdades, con mentiras y medias verdades, señala “relató Merlano que
Vargas Llera como retaliación por no haberlo apoyado habría montado con el
fiscal de la época Néstor Humberto Martínez, su fiscal de bolsillo el entramado
judicial para sacarla del ring”.
Y añade que: “Acusó a
los magistrados de la Corte Suprema de Justicia que la condenaron de dejarse
sobornar y le negaron el debido proceso”.
Es una acusación muy
grave y muy seria, de una ex senadora de la República, para que la revista se
pierda en temas banales y llevados por la intención política de defender a la
oligarquía en el poder y al gobierno para- presidencial que existe en Colombia
y que queda muy claro al afirmar que: “Aida Merlano involucro en su caso al
presidente Duque y al expresidente Álvaro Uribe Vélez, cuando ellos no tienen
nada que ver con este episodio”
Una afirmación muy
atrevida, arriesgada y tomando parte, el autor de la crónica y la revista,
puesto que por el momento no se conocen el contenido de las acusaciones de la
Merlano, no solo contra el presidente y contra el senador Uribe, sino contra
funcionarios judiciales, gubernamentales y legislativos.
De acuerdo a lo que ha
salido público, ella declaró que fue secuestrada y la intención era asesinarla,
y que detrás de ese episodio está el clan de la familia Gerlein y Char. Pero el
cronista continuando con su argumento de defender a los acusados, señala, “en
todo caso, como se trata de declaraciones hechas ante un régimen que Colombia
no reconoce, podrán producir un gran impacto entre la opinión pública, pero no
tiene efectos judiciales”.
Evidente la intención
del artículo, descalificar las acusaciones de Merlano y a Venezuela, porque se
trata de un régimen que Colombia no reconoce y afirma que no tiene efectos
judiciales, tremendo error y desconocimiento de la ley y del derecho internacional.
Pedirle a Juan Guaidó,
la extradición de Aida Merlano, es un craso error, Guaidó no es ni
nuca fue Presidente y ahora ni tan siquiera es presidente
de la Asamblea Nacional en desacato, porque no fue elegido.
Es un error político y
diplomático del presidente Iván Duque, muy mal asesorado por la cancillería
colombiana. Trump no nombra presidentes en América Latina, eso lo deben tener
claro no solo en Colombia, sino en aquellos países que no reconocen al gobierno
de Nicolás Maduro y que siguiendo las ordenes de Trump reconocieron al
autoproclamado. El caso de Aida Merlano es una muestra, que Guaidó
no manda ni en su casa. Esa solicitud de Duque a Guaidó parece un mal chiste.
Ella puede llevar el
caso a los Tribunales Internacionales y en lo que atañe a hechos y acciones
contra su integridad y soberanía Venezuela, también puede llevarlo a la Corte
Penal Internacional, de la cual es un país firmante al igual que Colombia.
Es realmente vergonzoso
esta afirmación, al cronista lo que le importa, no es que se esclarezcan los
hechos y la certeza o no de los delitos cometidos por la clase dirigente, no,
lo que coloca como principio es que, al no existir relaciones diplomáticas, las
denuncias no tienen efectos judiciales.
Señores, los delitos
denunciados, si se cometieron o no, no se desarrollaron ni se cometieron en
Venezuela, sino en Colombia y por tanto es el Estado colombiano el que debe ser
el más interesado en esclarecer los hechos o lógicamente quedará más al desnudo
que es un Estado Fallido, y con un gobierno para presidencial.
Según la revista eso
puso nerviosos a sus jefes políticos Julio Gerlein y al clan Char, quienes la
consintieron primero y la amenazaron después. Según la revista, ella declaró
que estos le enviaron un abogado que planeo su escape, y que en realidad era un
secuestro para asesinarla.
En su afán de la defensa
de los señalados en sus acusaciones por la señora Merlano, el cronista celebra
la gestión que como alcalde tuvo Alex Char y que hizo historia en Barranquilla
y con gran kilometraje para ganar la presidencia en el 2022. Buena campaña
desde ahora para el candidato del uribismo y un sector de la
oligarquía. Otra forma de la revista de defender a uno de los
implicados en sus denuncias de la ex senadora.
Las afirmaciones del cronista
al concluir su poca honrosa crónica, señala. “Nunca se sabrá si sus
declaraciones las indujo el régimen venezolano, lo creo la propia protagonista
o si hubo una combinación de los dos”. Y añadió, “para meterse a
Maduro en el bolsillo, Aida, necesitaba desprestigiar todo el establecimiento
colombiano”.
Estas afirmaciones
descalifican y pone en evidencia la intención del cronista y de la Revista
Semana, que se ha convertido en la portavoz de la extrema derecha colombiana.
Veremos que sucederá
cuando mañana lunes, cuando la periodista Vicky Dávila, para nada sospechada de
castro-chavista, como señalaron algunos tuiteros uribistas, dio a conocer que
le hizo una entrevista a Aida Merlano y público en su Tuiter: “Hace pocas horas
que llegué de Caracas. Logré entrevistar a la ex congresista Aida Merlano
durante horas. Lo que dice es muy grave. Uds. podrán verla el lunes a
las 11.30 am en el canal Semana TV. Su relato es tan tenaz que no sé cómo la
justicia de Colombia podrá no investigar”.
Esperemos que la
polémica periodista Vicky Dávila, pueda salir al aire y dar a conocer la
denuncia de Aida Merlano y que ella, Dávila, califica de grave y lo tenaz de
sus relatos, que no sabe cómo la justicia colombiana podrá no investigar.
El ejercicio del periodismo
en Colombia es muy complicado y cuando pone en peligro el sistema, son
acallados. Sobre este tema hay muchas denuncias públicas ante
organizaciones nacionales e internacionales. Centenares de periodistas son
víctimas de la represión y muchos han pagado con su vida el sostén de una
opinión.
(*) Periodista,
politólogo y analista internacional.
jorgarcia726@gmail.com
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07 de Marzo del 2020
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