jueves, 28 de febrero de 2019

¡Vamos bien! Se incorpora la Unidad Política Popular 89 al frente por el rescate de la democracia en Venezuela - Jonatan Alzuru Aponte



El día de ayer 26 de febrero de 2019, el coordinador de un pequeño partido chavista Unidad Política Popular 89 (UPP 89), Reinaldo Quijada, oficialmente comunicó la decisión de su partido de desprenderse del grupo de izquierda que promueve la conformación de un nuevo CNE, realizar un consultivo para unas elecciones generales y decidieron apoyar a la Asamblea Nacional y a su presidente Juan Guaidó. Ese pequeño partido tiene una militancia de alrededor de 30.000 personas. Vamos bien, son 30.000 personas más que trabajarán en función de desplazar al déspota, junto a todo el pueblo de Venezuela.

Cito parte del documento de la Dirección Política Nacional de UPP 89:

“En este sentido, le manifestamos al país que luego de un proceso de consulta, reflexión y discusión interna – a lo interno de la UPP 89 –  hemos tomado la decisión de apoyar, de manera contundente y firme, el clamor de las grandes mayorías del pueblo venezolano que se viene expresando en las calles y el desarraigo de los más de 3 millones de compatriotas que se encuentran en otras tierras y, de igual manera, apoyar, a pesar de las diferencias políticas e ideológicas que ciertamente tenemos, las acciones realizadas por la AN y por su presidente Juan Guaidó, con el fin y el sentido de acrecentar la presión interna contra el gobierno, de propiciar su derrota política y salida por vías democráticas y de evitar la guerra. E igualmente, le informamos al país que hemos venido sosteniendo reuniones, con dicho propósito de UNIDAD NACIONAL, con diferentes partidos políticos, movimientos sociales e individualidades, excelentes reuniones de mucho entendimiento y respeto, más allá de ubicarnos ideológicamente en polos distintos. A la fecha hemos realizados reuniones con los partidos Vente Venezuela, Avanzada Progresista, MAS, Primero Justicia, COPEI, Cambiemos y Soluciones. Y diversos factores sociales y comunitarios. 

No se trata, en nuestro criterio, de conformar una coalición, ni un frente, ni una alianza, lo cual sería muy complejo, se trata de “vernos las caras”, tener la capacidad de sentarnos a dialogar, establecer estrategias conjuntas… y aislar al gobierno en su sectarismo, autoritarismo y prepotencia. Y en su absoluto desinterés en establecer un diálogo verdadero y sincero, diálogo que, inútilmente en nuestra caso, estuvimos buscando insistentemente.   

Vemos varios puntos que nos unen, cuando menos los siguientes: 

1.    La salida necesaria del gobierno por vías democráticas, como principal causa común. 

2.    La percepción de un país absolutamente caotizado en sus servicios públicos, en sus hospitales, en la desnutrición, en la deserción y la ausencia escolares, en su infraestructura pública y, en lo que el mismo gobierno reconoce, en su falso afán de mostrarle un rostro distinto al mundo, en la indolencia, la corrupción y el burocratismo generalizados. 

3.    La crisis económica, institucional y ética profunda que sólo es superable con un cambio político que requiere, a su vez, un cambio de gobierno. 

No se trata de abandonar principios, ni pretender que los otros polos opositores lo hagan. Ciertamente los diversos factores políticos y sociales tenemos posiciones diferentes en cuanto al apoyo internacional y otros temas. Nosotros, desde la UPP89, aunque ponemos el acento en un camino de resolución interna, tenemos la capacidad de entender que varios factores de oposición se han visto en la necesidad de buscar la solidaridad de la comunidad internacional ante la violación sistemática de la CRBV y del estado de derecho, el abuso de poder, las persecuciones y encarcelamientos, y otras prácticas no éticas, ni democráticas del gobierno nacional. 

Creemos que no podemos subestimar las fortalezas del gobierno. Su blindaje institucional, el control de la Fuerza Armada en los cargos de mando de tropa, el uso indiscriminado y descarado del fisco nacional y de todo la infraestructura pública a favor de una parcialidad política, el apoyo evidentemente minoritario pero no despreciable de algunos sectores de la población, la presión sobre los medios de comunicación, la relación de dependencia creada con los sectores productivos y algunos apoyos internacionales de países influyentes, con grandes intereses económicos en el país, como Rusia y China. 

Derrotemos, por vías democráticas y con la presión popular, un gobierno que habla de soberanía nacional, de defensa de la patria y de dignidad, y tiene como su proyecto bandera la entrega de las cajas CLAP donde ningún producto – ni uno solo – es “nacional”, todos, absolutamente todos son “importados”, incluyendo la caja que contiene los productos. Un gobierno que, en vez, de impulsar el desarrollo del país fomenta el desarrollo de otros países con estas importaciones masivas. Un gobierno que habla de soberanía nacional, de defensa de la patria y de dignidad, y vende indiscriminadamente nuestras riquezas naturales del Arco Minero en lugar de procesarlas en el país y agregarle valor nacional. Un gobierno que habla de soberanía nacional, de defensa de la patria y de dignidad y ha acabado con el aparato productivo nacional. Y ha acabado incluso con la moneda nacional – el bolívar – como reserva del valor trabajo de la sociedad venezolana. 

Evitemos la guerra y una confrontación fratricida. Coloquémonos al lado de la gran mayoría del pueblo que reclama un cambio de gobierno. Asumamos con firmeza una decisión que, ya lo hemos señalado, es eminentemente moral. Unámonos en un fin común.”



VAMOS BIEN… UNIÉNDONOS PARA DERROTAR AL DÉSPOTA… DE FORMA PACÍFICA PERO CONTUNDENTE.

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