El 1° de enero se cumplieron 60 años de la llegada de los Castros al
poder. En sus inicios crearon una utopía igualitarista que se planteó como una
alternativa a las desigualdades propias de las economías de mercado, llamadas
capitalistas. Sin embargo, las evidencias apuntan a que durante este lapso
lo que han logrado es instalar un régimen generador de pobreza y desigualdades,
que se ha prolongado en el tiempo gracias a una sistemática política de terror
contra la disidencia.
Hace 60 años los barbudos revolucionarios cubanos, con Fidel Castro a la cabeza, tomaron el poder. El camino recorrido y los logros son frustrantes. El régimen instalado ha hostigado a la iniciativa privada desde su inicio y provocado un empobrecimiento generalizado de la población, generando una involución en una economía que era una de las más prosperas de la región. El ingreso medio de los cubanos en la actualidad ronda los 30 dólares al mes, el cual se ubica abiertamente por debajo de la línea internacional de pobreza, estimada en 60 dólares mensuales por el Banco Mundial. El proceso de empobrecimiento generado se da en el marco de un sistema que genera privilegios y desigualdades. La elite de civiles y militares que gobierna la isla se beneficia del acceso privilegiado a los escasos dólares que genera la deprimida actividad económica y a los bienes que controla y administra el Estado cubano.
Hace 60 años los barbudos revolucionarios cubanos, con Fidel Castro a la cabeza, tomaron el poder. El camino recorrido y los logros son frustrantes. El régimen instalado ha hostigado a la iniciativa privada desde su inicio y provocado un empobrecimiento generalizado de la población, generando una involución en una economía que era una de las más prosperas de la región. El ingreso medio de los cubanos en la actualidad ronda los 30 dólares al mes, el cual se ubica abiertamente por debajo de la línea internacional de pobreza, estimada en 60 dólares mensuales por el Banco Mundial. El proceso de empobrecimiento generado se da en el marco de un sistema que genera privilegios y desigualdades. La elite de civiles y militares que gobierna la isla se beneficia del acceso privilegiado a los escasos dólares que genera la deprimida actividad económica y a los bienes que controla y administra el Estado cubano.
La desigualdad se generó desde el inicio, cuando la elite dirigente se
abalanzó como aves de rapiña sobre los bienes incautados a los miembros del
sector empresarial y de la clase media, que abandonaron apresuradamente la isla
temiendo por sus vidas. Pudimos observar esta situación cuando viajamos a Cuba
en 1992, a un congreso de la Asociación de Economistas de Cuba. Al recorrer La
Habana pudimos ver como la población vivía hacinada en edificios arruinados por
el tiempo y la desidia. Mientras ello ocurría, los altos funcionarios
gubernamentales y del partido comunista vivían en las cómodas y amplias
viviendas incautadas a los empresarios que habían emigrado a Miami. El escritor
cubano Leonardo Padura presenta esta situación en su serie sobre el detective
de ficción Mario Conde, la cual ha sido llevada a la televisión. En uno de los
episodios el detective interroga a un funcionario, el cual estaba encargado de
administrar los bienes incautados a los llamados traidores o enemigos de la
revolución. En el desarrollo de la trama, se hace evidente que el funcionario
de marras se había asignado a dedo una de las mansiones más lujosas. El
cuadro de desigualdad lo completa el minoritario sector de la población que
recibe remesas en dólares de sus familiares en el exterior, gracias a lo cual
logran escapar de la trampa de pobreza creada por los Castros y sus allegados.
La propaganda del régimen trata de ocultar el fracaso del proceso
revolucionario apelando a lo que llaman los logros del mismo. Uno de
ellos es un sistema sanitario gratuito accesible a toda la población. La data
reciente muestra que si bien el sistema de salud se ha extendido a todo el
territorio, el mismo se encuentra en franco deterioro. Según un reportaje de la
BBC el sistema sanitario cubano tenía una buena prestación de servicios en el
periodo previo a la llegada de los Castros al poder. Los revolucionarios
tuvieron la sensatez de mantener la calidad del mismo gracias al subsidio
soviético. Pero esta realidad cambió con el tiempo y la situación actual es que
el sistema se ha deteriorado y es muy deficiente. Otro de los logros que la
propaganda del régimen difunde es la educación. Los trabajos de Orlando
Albornoz han analizado este supuesto éxito. Los mismos muestran que la
educación es ideológica y no prepara para el trabajo productivo y la iniciativa
requerida en una economía de mercado. Adicionalmente a ello la educación es
excluyente, pues en la medida que los estudiantes muestran algún signo de
discrepancia de las ideas impartidas, son excluidos del sistema.
El fracaso del sistema sanitario y el educativo lo refleja Yoani
Sánchez, la bloguera cubana, en un artículo publicado en un medio alemán y
reproducido por Tal Cual: En “los servicios públicos de educación y salud,
tampoco hay mucho que mostrar. La extensión de ambos sistemas sigue llegando a
cada rincón del país, pero el deterioro de la infraestructura, los bajos
salarios de los profesores y médicos, junto a los excesos de la ideología y los
vacíos éticos han hecho que las aulas y los hospitales no se parezcan al sueño
de un pueblo culto y bien atendido sanitariamente que una vez arrancó los
aplausos de miles de cubanos…”
El gran logro del sistema cubano es la instrumentación de una política
de terror contra la disidencia política, lo cual le ha permitido prolongar en
el tiempo el régimen estalinista que se ha instalado en la isla. En las
primeras etapas del régimen estas tareas eran llevadas a cabo por cubanos
asesorados por agentes de la policía secreta rusa y de Alemania del Este. Los
agentes de la policía secreta cubana se especializaron en tales menesteres y en
la actualidad es uno de los productos de exportación, como lo ha mostrado el
caso de Venezuela.
En la actualidad se está discutiendo una constitución para ampliar los
diversos tipos de propiedad que son posibles y dar un espacio a la propiedad
privada. Sin embargo, Carlos Montaner opina que son toques cosméticos que lleva
a cabo la tiranía para seguir prolongándose en el tiempo. Según Montaner, las
perspectivas no apuntan al desarrollo de un sector privado de la
dimensión que observamos en países socialistas, como China, que se han
abierto a la inversión de las empresas multinacionales. En el caso cubano lo
que se trata de impulsar es un capitalismo de Estado, con un núcleo duro de
2.500 empresas grandes y medianas manejadas por militares o ex militares de
confianza. Entre ellas figuran las empresas que generan divisas, las cuales
reciben sus ingresos en dólares o euros y les pagan a los trabajadores salarios
de hambre, en pesos cubanos devaluados, generando una plusvalía que según
Montaner oscila entre 80 y 90%.
Mientras los trabajadores cubanos reciben salarios que los condenan a
una vida de penurias y estrecheces de todo tipo, los familiares de los Castros
disfrutan de una vida de lujo. El diario El Nuevo Herald muestra las fotos, que
el nieto de Fidel Castro colocó en las redes sociales, donde se le ve paseando
en carros de lujo, yates y realizando turismo en ciudades europeas. El sistema
de privilegios que priva en la isla no puede ser más
evidente.
Desafortunadamente para nosotros, los que nos gobiernan han tenido la
poca sensatez de tomar el modelo cubano como referencia y han transformado a
Venezuela en una copia al carbón del desastre cubano y del sistema generador de
pobreza y desigualdad que caracteriza a la isla.
Profesor UCV
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