Hay que denunciar. Levantar la voz.
Protestar.
El día de ayer, 25 de octubre, en la
Universidad Austral de Chile, dictó una conferencia, un profesor español,
académico de la Universidad de Sidney, Dr. Luis Fernando Angosto. La
conferencia la tituló “Neoextractivismo, formaciones de clase y
post-neoliberalismo en Latinoamérica”; aunque tenía ese título, la
conferencia se centró en las razones del por qué Nicolás Maduro, político de
izquierda progresista, impulsó la explotación de oro en el 2016, en el sur de
Venezuela.
El auditorio estaba a reventar. Y en
un país como Chile que sufrió una dictadura cruenta de derecha, cuya única
forma de informarse son los medios de comunicación; y. lo perciben, como una
polarización desinformativa de un lado y otro; la opinión de un académico quien
pasó siete años investigando y realizó, según afirmó su tesis doctoral
estudiando y comunicándose en el terreno. La información académica era del todo
respetable.
Resumo su argumentación en mis
términos:
1.- Venezuela sufrió una crisis por
la caída de los precios del petróleo.
2.- La Asamblea Nacional quería
derrocarlo.
3.- Para salir de la asfixia
económica y enfrentar a la derecha aliada con los más oscuros intereses del
imperialismo; el presidente venezolano tuvo que aliarse, lamentablemente con
unas empresas privada que lo ayudaran.
4.- Como tenía fracturas dentro del
chavismo; porque unos chavistas traicionaron los intereses del pueblo y dejaron
de apoyarlo, tuvo que crear una empresa dirigida por los militares para este
proyecto.
5.- En unas circunstancias como esa,
no había otra alternativa que, allí, introduce la sinonimia, el derecho a la
eutanasia ecológica, explotar 18.000 hectáreas del sur de Venezuela.
6.- Pero era muy claro que las
comunidades indígenas que históricamente han vivido allí comprendían el
sacrificio porque no hubo protestas; porque en el fondo hay un respeto ecológico.
Mientras hablaba recordaba los meses
que pasé allí, en esa zona, en mis inicios académicos viviendo con las
comunidades de pemonas, haciendo trabajo etnográfico coordinado por el maestro
Arnaldo Esté Salas; recordaba todos los argumentos que ha realizado a propósito
del Arco Minero, ese otro maestro Edgardo Lander. Recordaba las imágenes que ha
mostrado esa gran periodista Valentina Quintero del ecocidio más grande que ha
sufrido nuestro país en toda su historia. Mi indignación estaba a reventar. Tomé
de primero la palabra.
Y afirmé que era muy difícil analizar
el asunto con las categorías de izquierda y derecha, Y le dije que lo que no
había dicho era que ese contrato dado a la empresa canadiense era por cuarenta
años, que la empresa podía extraer los minerales, comercializarlos sin pagar
ningún tipo de impuestos, IVA, fiscales, municipales, ni sobre ningún bien
tangible o intangible; además que no se le rinde cuenta a nadie ni a las
Asamblea Nacional ni al Banco Central de Venezuela; que ningún gobierno en la
historia había entregado ese territorio y, lo más similar lo hizo Juan Vicente
Gómez con la explotación petrolera. Y, con respecto a la protesta, le
dije que, actualmente, Maduro, en esa misma zona había disuelto el contrato
colectivo de los obreros de la Siderúrgica del Orinoco y le había pagado con
huevos (no sé si los presente podrían creer semejante atrocidad que sucede en
el país) y que tampoco había una protesta masiva lo que revelaba, por el
contrario, era la opresión que vive nuestro pueblo.
Además, que quiénes
han liderado la denuncia eran intelectuales que en su momento fueron afectos al
gobierno de Chávez y, por lo menos Edgardo Lander, era de los teóricos más
sólido de la izquierda venezolana.; le recordé a los hermanos Monsonyi, Jorge (recién
fallecido) y Esteban Emilio quienes han realizado los trabajos más importantes
sobre nuestras comunidades indígenas y Esteban Emilio alertó, apoyando el
gobierno, lo que podría suceder a esas comunidades desde el mismo momento que
se hizo esa barbaridad.
Mostré el otro lado de la moneda.
Pero la campaña internacional, bajo la supuesta academia, hay que denunciarla.
El ecocidio hay que denunciarlo.
Coloco el link, no de un hombre de
derecha entregado a los oscuros intereses del imperialismo norteamericano; sino
de izquierda; no Edgardo Lander quien abiertamente se opone a Maduro sin
cortapisas…. Sino de Monsonyi quien en su momento denunció este desastre, sobre
todos para los amigos latinoamericanos que desconocen estos asuntos.
El
antropólogo Esteban Emilio Monsonyi denuncia el desastre ambiental y los graves
daños sobre la población indígena que está provocando la explotación del Arco
Minero en Venezuela:
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