martes, 30 de octubre de 2018

Arco Minero: Ecocidio presentado como derecho a la eutanasia - Jonatan Alzuru Aponte



Hay que denunciar. Levantar la voz. Protestar.

El día de ayer, 25 de octubre, en la Universidad Austral de Chile, dictó una conferencia, un profesor español, académico de la Universidad de Sidney, Dr. Luis Fernando Angosto. La conferencia la tituló “Neoextractivismo, formaciones de clase y post-neoliberalismo en Latinoamérica”; aunque tenía ese título, la conferencia se centró en las razones del por qué Nicolás Maduro, político de izquierda progresista, impulsó la explotación de oro en el 2016, en el sur de Venezuela. 


El auditorio estaba a reventar. Y en un país como Chile que sufrió una dictadura cruenta de derecha, cuya única forma de informarse son los medios de comunicación; y. lo perciben, como una polarización desinformativa de un lado y otro; la opinión de un académico quien pasó siete años investigando y realizó, según afirmó su tesis doctoral estudiando y comunicándose en el terreno. La información académica era del todo respetable.

Resumo su argumentación en mis términos:

1.- Venezuela sufrió una crisis por la caída de los precios del petróleo.

2.- La Asamblea Nacional quería derrocarlo.

3.- Para salir de la asfixia económica y enfrentar a la derecha aliada con los más oscuros intereses del imperialismo; el presidente venezolano tuvo que aliarse, lamentablemente con unas empresas privada que lo ayudaran.

4.- Como tenía fracturas dentro del chavismo; porque unos chavistas traicionaron los intereses del pueblo y dejaron de apoyarlo, tuvo que crear una empresa dirigida por los militares para este proyecto.

5.- En unas circunstancias como esa, no había otra alternativa que, allí, introduce la sinonimia, el derecho a la eutanasia ecológica, explotar 18.000 hectáreas del sur de Venezuela.

6.- Pero era muy claro que las comunidades indígenas que históricamente han vivido allí comprendían el sacrificio porque no hubo protestas; porque en el fondo hay un respeto ecológico.

Mientras hablaba recordaba los meses que pasé allí, en esa zona, en mis inicios académicos viviendo con las comunidades de pemonas, haciendo trabajo etnográfico coordinado por el maestro Arnaldo Esté Salas; recordaba todos los argumentos que ha realizado a propósito del Arco Minero, ese otro maestro Edgardo Lander. Recordaba las imágenes que ha mostrado esa gran periodista Valentina Quintero del ecocidio más grande que ha sufrido nuestro país en toda su historia. Mi indignación estaba a reventar. Tomé de primero la palabra.
Y afirmé que era muy difícil analizar el asunto con las categorías de izquierda y derecha, Y le dije que lo que no había dicho era que ese contrato dado a la empresa canadiense era por cuarenta años, que la empresa podía extraer los minerales, comercializarlos sin pagar ningún tipo de impuestos, IVA, fiscales, municipales, ni sobre ningún bien tangible o intangible; además que no se le rinde cuenta a nadie ni a las Asamblea Nacional ni al Banco Central de Venezuela; que ningún gobierno en la historia había entregado ese territorio y, lo más similar lo hizo Juan Vicente Gómez con la explotación petrolera.  Y, con respecto a la protesta, le dije que, actualmente, Maduro, en esa misma zona había disuelto el contrato colectivo de los obreros de la Siderúrgica del Orinoco y le había pagado con huevos (no sé si los presente podrían creer semejante atrocidad que sucede en el país) y que tampoco había una protesta masiva lo que revelaba, por el contrario, era la opresión que vive nuestro pueblo.  

Además, que quiénes han liderado la denuncia eran intelectuales que en su momento fueron afectos al gobierno de Chávez y, por lo menos Edgardo Lander, era de los teóricos más sólido de la izquierda venezolana.; le recordé a los hermanos Monsonyi, Jorge (recién fallecido) y Esteban Emilio quienes han realizado los trabajos más importantes sobre nuestras comunidades indígenas y Esteban Emilio alertó, apoyando el gobierno, lo que podría suceder a esas comunidades desde el mismo momento que se hizo esa barbaridad.  

Mostré el otro lado de la moneda. Pero la campaña internacional, bajo la supuesta academia, hay que denunciarla. El ecocidio hay que denunciarlo.
Coloco el link, no de un hombre de derecha entregado a los oscuros intereses del imperialismo norteamericano; sino de izquierda; no Edgardo Lander quien abiertamente se opone a Maduro sin cortapisas…. Sino de Monsonyi quien en su momento denunció este desastre, sobre todos para los amigos latinoamericanos que desconocen estos asuntos.

El antropólogo Esteban Emilio Monsonyi denuncia el desastre ambiental y los graves daños sobre la población indígena que está provocando la explotación del Arco Minero en Venezuela:



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