miércoles, 14 de marzo de 2018

Hasta cuándo se quedarán los médicos - Dr. Ignacio Sandia S.


(Discurso pronunciado por el Dr. Ignacio Sandia S. en acto de cierre de la celebración del día del Médico, marzo 2018)

Buenos días.

No hace mucho uno de mis pacientes en vez de angustiarse por ¿Qué irá a pasar? -a lo que suelo contestarles “pero… ¿y le parece poco lo que está pasando?”-  me preguntó ¿hasta cuándo se quedarán los médicos en este hospital? Esa misma tarde revisé mi talón de pago y mi sueldo de profesor universitario y me hice la misma pregunta. Hasta hoy en esta misa de batas blancas no tenía respuesta. Pero al verlos a ustedes colegas, se me asoma una.


Con solo portar nuestras batas blancas aquí, en medio de esta plaza pública y después de haber renovado nuestros votos frente a Dios,  nosotros los médicos venezolanos que aún permanecemos en nuestros hospitales, clínicas y ambulatorios -años después de haber sido las primeras víctimas de la inquina divisionista que ya cumple dos décadas socavando nuestro deseo de cumplir con el mandato de salud universal para el año 2030-  venimos a hacer una declaración, venimos a decir hasta cuando nos quedaremos aquí.

Aquí, en estas calles del centro colonial, a escasos metros del antiguo hospicio donde ya hace trescientos años se aprendía medicina y en toda Venezuela nos quedaremos; Aquí estaremos hasta que el enfermo cure y de ser necesario,  estaremos para acompañarlo en el trance de su muerte y trataremos de ser grandes y le sosegaremos desde la libertad y la humildad que -como se nos ha enseñado en los pasillos de nuestro Hospital Universitario- debe ser la despedida de los amores que nos atan a la tierra.

Es por eso que con esta declaración también venimos a ofrendar un rendido agradecimiento a nuestros profesores. A Dar gracias a estos hombres y mujeres que nos han mostrado la grandeza. Nunca serán suficientes los actos rendidos a nuestros maestros; mujeres y hombres que nos enseñaron ante todo a velar por nuestros pacientes. Nos mostraron que, sin importar  cual el riesgo y cual  la enfermedad, nuestra única opción es servir a los otros y que  aun  cuando la pataleta vende patria de algún dictadorcillo devenido en Director de Hospital nos invite a hacer lo contrario, siempre salvaremos la vida de quien nos necesite.

Venimos a decir que estamos aquí de guardia. Nuestras suegras,  sus nietos y sus hijos desde antes de conocernos han aceptado que siempre estamos en el hospital. Y no es mentira. Los aquí presentes amamos nuestro sitio de trabajo y quisiéramos hacerlo cada día más digno.  Y muchos de nosotros nos quedaremos aquí hasta que el pueblo venezolano quiera a nuestros hospitales y no los vea como rancherías sin dueño, abandonadas de la mano de Dios y dispuestas para negocios obscuros, sino como verdadero corolario del bien común en un estado social y de derecho.

En fin. Nos quedaremos aquí porque alguien debe quedarse de guardia mientras llega el relevo, aun cuando ese relevo sea lejano en tiempo y geografía porque nuestros jóvenes médicos, llenos de respeto por las normas y por las leyes que permiten al otro vivir en paz, prefieren irse adonde no se les segregue y no se les obstruya. Porque cuando a su juventud se le suma la escuela de tolerancia, democracia y libertad que representa la medicina venezolana muchas veces se les considera más subversivos que las bombas molotov que en estas mismas calles le abrieron los palacios a quienes entonces juraban que nunca los habitarían. Y entonces nuestros jóvenes se van.

Así que aquí estamos hasta que vuelvan. Haciendo esta declaración con nuestras batas blancas, Preguntando a quien corresponda - muchos años después -  si atacarnos, descalificarnos, negarnos los presupuestos justos, irrespetar la constitución, las leyes y las normas ha valido la pena.  Estamos aquí mostrando que –a pesar de todo eso – aún hay médicos venezolanos que estamos de guardia para seguir defendiendo a la medicina venezolana.

Y Nos quedaremos aquí hasta que nos reciban el turno. 


Muchas Gracias.

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