Amigo, Mauricio Navia, querido
amigo, hace minutos me informaron que decidiste ir a pasear al Olimpo; no me
dijiste nada. Tomaste ese avión así, tan rápido, tan repentino. Que quedé mudo.
Sin habla. Con un manantial de flores multicolores hirviendo de mis ojos, como
un volcán en primavera.
Quiero decirte amigo que fuiste
una de las personas que me tendió la mano en el momento más desesperado de mi
vida. Te debo tanto…Mis publicaciones fueron posible porque tu comprendías que
mi pasión era la escritura e hiciste los malabares propios de un buen
futbolista para que yo realizara mi deseo. Cuando se levantaron los dragones,
sacaste la espada y sin nervio la blandiste, solo por defender al amigo; sin
ningún otro interés que defender al amigo.
Querido amigo, bueno ahora podrás
librar con propiedad nuestra disputa sobre los romanos, Foucault, su lectura de
Nietzsche y el asunto del arte… para nada compartíamos esas visiones… y de
cierta manera qué importancia tienen esos asuntos de biblioteca…. Sin embargo,
sé de tus gustos, pues aprovecha y ponte al día… De pronto me mandas una
traducción, seguro que el viejo Heráclito puede iluminarnos en la diatriba,
porque todo fluye… Es un eterno fluir….
Retornaste amigo… Te fuiste
corriendo sin despedirte y me dejas un espacio hondo de silencio en mi
interior… ¿Sabes? Recuerdo una tarde que me tocaba dictar el seminario sobre
Nietzsche y estaba cerrada la Universidad por los disturbios, me llamaste y me
dijiste, dicta la clase en la Dirección de Cultura; cuando llegamos estaban
desalojando el edificio… Yo despedía a los estudiantes, cuando me dijiste ya
hablé en el Hotel Chama para que dictes la clases en el restaurant y así lo
hicimos.
Esa acción no fue gratis, era tu
concepción de academia en medio del desastre, la miseria humana que
pulula en nuestro país, la huelga profunda de cerebro, el espíritu de
esclavitud que anida en cada rincón y esa religión mágica que monta
ideales y vive con el peso más pesado de las ideas en el cerebro
soñando un reino de los cielos para los que piensan como dicta la fe y el infierno
para todos aquellos que piensan diferente; la inquisición medieval en un mundo
posmoderno cuyos jueces son los peores porque son esclavos de sí mismo y solo
el resentimiento los hace gobernar… Frente a eso, tú luchabas desde tu
trinchera… La universidad abierta para hacer pensar… eso es innegable…
Querido hermano recuerdo nuestras
peleas, nuestras disputas, nuestras diferencias de criterios, pocas veces te
exaltabas, pero yo te provocaba… pero luego, tú con la sonrisa amplia me
decías… Ya, vamos Jon, tomemos una cervezas… pero como no puedo tomar cerveza,
mirabas por encima de tus gafas y decías qué quiere el honorable y así llevamos
gran parte de nuestra historia.
Hiciste que la Universidad de los
Andes para mí se convirtiera en mi Alma Mater.., Cuando pienso en academia,
pienso en la ULA…. Querido amigo allí te recibirá Alberto Arvelo Ramos, ese
insigne venezolano, porque fuiste un digno heredero de pensar la Dirección de
Cultura no para una Universidad sino para un estado, para un país… ve con él al
encuentro de Nietzsche y Heidegger… Que William Blake seguro les reza una
oración… Saluda por favor a Dionisio y entrégate en cuerpo y alma a las fiestas
venusinas… No sé querido amigo qué decirte, te fuiste así, sin avisar como un
viento en ráfaga… Honorable, sí mi amigo honorable, solo mi llanto es mi máximo
homenaje a tu existencia… un abrazo y un beso hermoso.
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