miércoles, 31 de enero de 2018

Gustavo Coronel y Carlos Tablante: ¿Por qué todos persiguen a Rafael Ramírez?


En La Patilla leo una declaración de Rafael Ramírez, la cual dice lo siguiente, 

“Tengo muchísima información de Estado, confidencial y muy valiosa”. Y añade: “Debo ser muy responsable en las cosas que digo y cómo las digo. …. si a mí me siguen atropellando, violando mis derechos y agrediendo, tengo todo el derecho de defenderme e invitar a una discusión franca, por ejemplo, sobre la corrupción y la tesorería pública, de recursos que se han obtenido para la actividad política. Sé de gente y empresas que recibieron recursos para supuestas actividades políticas que no eran necesarias y se usaron para beneficio personal”.


En otras declaraciones ver: 
 https://www.lapatilla.com/site/2018/01/28/rafael-ramirez-dice-que-el-gobierno-de-maduro-ha-buscado-pacto-con-estados-unidos/ , Ramírez dice que Maduro busca pactos con los Estados Unidos para salvarse políticamente, pero no ofrece ejemplos concretos.
Estas contorsiones desesperadas de Ramírez solo tienen el propósito de defenderse en contra de las acusaciones que le llueven, no solo desde el narco-régimen sino desde USA y España, donde lo investigan, así como desde los sectores de la oposición democrática. Lo cierto es que Ramírez manejó a PDVSA sin transparencia alguna por 12 años. Rafael Ramírez es acusado de: 

1.- Haber conducido a PDVSA a la quiebra. Cuando él salió de PDVSA se habían acumulado deudas y compromisos a corto plazo por más de $80.000 millones, suma que excedía – para ese momento –  el valor de los activos, lo cual representaba técnicamente un estado de quiebra.

2.- Hipotecar el petróleo venezolano a futuro, al aceptar préstamos chinos contra el pago de petróleo venezolano. El dinero chino no era reinvertido en PDVSA sino que era destinado a financiar los desmanes de Hugo Chávez. Por los próximos cinco o más años PDVSA estará pagando a China por una deuda por dinero ya gastado, el cual ha servido para que la pandilla chavista permaneciese en el poder  comprando votos y conciencias.

3.- Convertir a PDVSA en una quincalla que cría cerdos, siembra yuca, adoctrina ideológicamente a sus empleados, hace casas y elabora los más diversos guisos. En suma, haber desviado a la empresa de su negocio medular para convertirla en un mamotreto con docenas de empresitas que importan comida podrida como negocio particular y llevan a cabo actividades políticas que no le corresponden.

4.- Darle, de manera inmoral, unos $200 millones a una empresa británica, la Williams, como patrocinio (latrocinio diría yo) para que su amigo Pastor Maldonado exhibiera su impericia en todos los circuitos de la Fórmula Uno.

5.- Permitir que la producción de la empresa no solo declinara en unos 500.000 barriles diarios durante el tiempo que la manejó, sino que una buena parte de la producción remanente fuese entregada a Cuba, Bolivia, Argentina, Nicaragua, China y otros países en condiciones no-comerciales y hasta de regalo, como es el caso de la entrega de 100.000 barriles diarios a los hermanos Castro, el cual representa un acto de traición.

6.- Permitir que la exportación petrolera a USA, el único buen cliente que tenía Venezuela, declinara en un 35 por ciento desde que él llegara a PDVSA, mientras se comenzaban a importar significativos volúmenes de gasolina de ese país para regalarla en Venezuela, algo tan ridículo como si Arabia Saudita importara arena para el desierto.

7.- Adulterar cifras de producción en la Faja del Orinoco para fines de propaganda política, así como inflar groseramente las reservas probadas de petróleo en esa región para engañar al mundo, violando las reglas que existen internacionalmente para el cálculo de reservas.

8.- Llenar la empresa de reposeros y amigos del régimen al llevar la nómina de 33.000 empleados en 1999 a unos 140.000 empleados para el momento de su partida,  a pesar de producir mucho menos petróleo.

9.- Emplear a familiares en cargos bien remunerados en la empresa.

10.- Servir de caja chica al régimen para el envío de dinero a los compinches políticos de la región, tales como Cristina Fernández y Evo Morales.

11.- Gastar inmensas sumas de dinero de nosotros los venezolanos en proyectos fantasiosos en Nicaragua, Cuba, Bolivia y Ecuador, entre otros países. Hablo del pozo petrolero seco en Cuba, el cual debe haber costado unos cien millones de dólares; de  refinerías y proyectos de refinación en Cuba, Nicaragua, Ecuador, equipos, entregas de dinero en efectivo y petróleo subsidiado que terminaron en los bolsillos de los amigos en esos países.

12.- Comprar votos en la OEA con el petróleo subsidiado entregado a los países del Caribe a través del parapeto llamado Petro Caribe, órgano político del régimen y recibir a cambio pantalones, cambures y caraotas.

13.- Permitir la corrupción en gran escala en la empresa. ¿Por qué no han investigado el caso de la gabarra Aban Pearl, contratada por el doble de lo que se le pagaba a los dueños de la gabarra? ¿Quién se embolsillaba ese dinero extra? ¿Y los contratos dados a las empresas fantasmas para la compra de taladros de perforación? ¿Y los contratos dados a dedo a contratistas amigos?  ¿Y el uso de los aviones de la empresa para llevar y traer parásitos de todo tipo como Zelaya, Danny Glover, invasores cubanos o familiares del difunto en plan de rumba a Disneyworld o París? ¿Y los contratos dados a empresas de familiares de gerentes de la empresa?

14.- Politizar la empresa amenazando a empleados que no sean “Gojos” de botarlos y caerles a “carajazos”, como está grabado.  Convertir a PDVSA en un centro de actividad politiquera y utilizar los activos de la empresa para llevar gente a los mítines del difunto, en abierta violación de las leyes del país.

15.- Desnacionalizar a PDVSA. Ahora China posee porciones de la Faja dadas a dedo y las empresas extranjeras son dueñas del 40 por ciento del petróleo producido en sus actividades en Venezuela. Antes eran simples contratistas, sin propiedad accionaria.

16.- Expropiar impunemente y hasta confiscar empresas contratistas de actividades conexas con la actividad petrolera, con el afán de “controlar” toda la actividad. Al hacerlo  llenó de gente y de deudas a la empresa y se deterioraron muchos de los servicios que antes eran ejecutados con eficiencia por el sector privado.

17.- Convertir a PDVSA en vehículo de endeudamiento del gobierno del difunto, para los propósitos de consolidarse en el poder.

18.- Permitir por ineptitud o por complicidad el fraude ejecutado con el Fondo de Ahorros de los empleados y tratar a los jubilados como basura.

19.- Descapitalizar la empresa, disminuyendo el nivel de mantenimiento que ha llevado a desastres como el de la refinería de Amuay y los derrames petroleros en Oriente y en el Lago de Maracaibo, afectando gravemente la salud de los venezolanos. Y encima de estos desastres, tratar de culpar a otros de la ineptitud y corrupción de la gerencia.

¿Cómo pretende Ramírez ser inocente de tantos desmanes, de tanta ineptitud y complicidad con el sátrapa, todo ello ocurrido mientras estuvo al frente del ministerio del sector y de PDVSA? Él es hoy un prófugo de la justicia internacional y de la “justicia” de Maduro. Sobre su responsabilidad en todos estos desafueros parece existir total unanimidad.

Su juicio será el juicio a la PDVSA de Hugo Chávez. Así lo ha admitido él con orgullo. Pero la Venezuela democrática y el mundo petrolero no lo mira así. Y Maduro tampoco, por sus  razones.

https://www.lapatilla.com/site/2018/01/29/gustavo-coronel-por-que-todos-persiguen-a-rafael-ramirez/


Los “secretos de Estado” de Rafael Ramírez

31 enero, 2018

En la pelea de las cúpulas del chavismo por el poder, los argumentos que esgrime Maduro contra Rafael Ramírez y éste contra Maduro confirman lo que hemos dicho: nos enfrentamos a un Estado delincuente. Una casta cívico-militar se apoderó de las instituciones y las empresas del Estado para enriquecerse grotescamente, al mismo tiempo que empobreció hasta la hambruna al resto del país.

Luego de casi veinte años en los mas altos cargos del régimen, ahora ninguno de los que ha estado al frente de este desastre acepta tener culpa alguna. Maduro señala a la corrupción de Ramírez y su grupo, y Ramírez responsabiliza a la incapacidad y sed de poder y riqueza de Maduro.

Apuestan a la desinformación del pueblo, lograda a pulso con los ataques a la libertad de expresión y de prensa, a los periodistas y además con la ilegal compra de radios, televisoras y periódicos usando fondos del Estado, que comenzó con Chávez y que Maduro y su grupo profundizó hasta llegar al punto que solo una reducida parte de los venezolanos sabe lo que, mas o menos, sucede en el país.

El defenestrado Ramírez de hoy, amenaza con sacar a la luz los trapos sucios de la revolución, sobre la que dice tener más de 24 cajas de documentos que sin embargo no devela porque son “secretos de Estado”.

El Ramírez que ahora amenaza, pero no concreta, con denunciar la corrupción de Maduro y su entorno, pretende que el país olvide los ilícitos y desmanes cometidos en Pdvsa por él mismo y su red de familiares, amigos y asociados, colocados al frente de los cargos más importantes de la petrolera.

Ramírez como presidente de Pdvsa, y su vicepresidente Asdrúbal Chávez, tuvieron el control económico y financiero de la nación durante la mayor parte de esta mal llamada revolución y por ello tienen responsabilidad civil, política y penal en la actual calamidad que viven todos los venezolanos. No puede ahora Ramírez ofrecerse como otro “salvador de la Patria”, vendiéndose a los chavistas como el “verdadero revolucionario”, el que restaurará el “mar de a felicidad” que supuestamente existía con Chávez.

La corrupción con la importación de alimentos con divisas preferenciales expuesta por el escándalo de Pudreval, la falta de mantenimiento y los ilícitos con los seguros y reaseguros de Pdvsa, destapados por la tragedia de Amuay, los sobornos de empresarios nacionales y extranjeros a altos cargos de Pdvsa, el Fondo Chino y a su primo y testaferro Diego Salazar Carreño develados por el caso Banca Privada de Andorra, la debacle del sistema eléctrico nacional producida por la “emergencia” eléctrica que repartió grandes contratos a sus socios y amigos, las irregularidades con los contratos de exploración y explotación de la Faja del Orinoco, la contabilidad paralela en la venta del crudo pero sobre todo las milmillonarias operaciones ilícitas con el diferencial cambiario realizadas por sus operadores financieros personales en el Cadivi paralelo que montó Ramírez en la petrolera, son solo algunas de las puntas que sobresalen en el amplio horizonte de la oscura, críptica e ilegal gestión de Rafael Ramírez al frente de Pdvsa, a la que destruyó cuando la convirtió en el arma “roja-rojita” del PSUV y por lo tanto, inescrutable e intocable para el resto del Estado y la sociedad, incluyendo las instituciones responsables de controlarla y la opinión pública.

La corrupción y la impunidad se adueñaron del país. La legalidad y el Estado de Derecho fueron sustituidos por un entramado criminal, tal como lo denunciamos en nuestros libros Estado Delincuente: Cómo actúa la delincuencia organizada en Venezuela (2013) y El Gran Saqueo: Quiénes y cómo se robaron el dinero de los venezolanos (2015).

Ambas investigaciones fueron enviadas en su momento, tanto a la Asamblea Nacional como al Ministerio Público e inclusive al despacho de la presidencia de la República. La plenaria de la AN debatió el informe presentado por el presidente de la Comisión de Contraloría, diputado Freddy Guevara ( hoy perseguido y en calidad de invitado en la embajada de Chile en Caracas), el cual estableció claramente la responsabilidad política y administrativa de Rafael Ramírez, emitiendo un voto de censura en su contra, el cual por cierto, fue anulado por el actual TSJ, siguiendo instrucciones de Maduro.

Es más que evidente que la corrupción política ha empobrecido a la mayoría del país y es en gran parte la causa de nuestros males y una clara violación masiva y sistemática a los derechos humanos de todos los venezolanos.

Twitter: @TablanteOficial
Facebook: Carlos Tablante Oficial


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