Los valores de unos pueden ser jerarquizados con
diferencia por otros; tomemos la democracia como valor de referencia para
ilustrar lo dicho.
Economía Social y Transformación
Los valores son pautas de conducta adquiridas a lo
largo de la vida de las personas, grupos humanos, organizaciones y sociedades
por influencias variadas: familiares, escolares, religiosas, políticas u otras,
que permiten discernir entre cuales límites actuar ante determinados sucesos,
son como rieles de un tren que conceden límites a quienes los poseen, los
principios por su parte pueden entenderse como síntesis de los valores, como
locomotoras que facilitan la comprensión y aplicación de los valores; el valor
de la democracia por ejemplo, puede ser aplicado sin equívocos bajo el
principio de “un ciudadano un voto”. La ética por su parte sería la sinergia de
los valores y principios, ella tiene aposento propio en la mente de cada
persona.
Los valores de unos pueden ser jerarquizados con
diferencia por otros; tomemos la democracia como valor de referencia para
ilustrar lo dicho. La democracia es un valor intrínseco que se inicia con el
debate entre ideas en la mente de una persona, ella se exterioriza en las acciones
y relaciones de esa persona con otras y, tal como la varita del Rey Midas, debe
convertir en democracia todo lo que toca pues la democracia necesita de mas
democracia para desarrollarse, hasta alcanzar niveles nacionales y mundiales
convirtiéndose así en un preciado valor universal.
El valor y el principio de la democracia están en
juego en Venezuela; dos posiciones se enfrentan: 1.- La de los ciudadanos que,
vestidos de colores, la bandera en una mano, el “Gloria al bravo pueblo” en los
labios, y la alegría de un triunfo seguro, exigen democracia y ocupan desde
hace más de un mes las calles del país con sus pacíficas concentraciones y
marchas; y 2.- la de unos mercenarios que con reconcomios azuzan a sus
subalternos para que, con caras de tristeza y oscuros uniformes, arremetan
contra aquellos a cambio de espejitos de ilusiones y prebendas.
La Real Academia Española (RAE) es clara en cuanto
a estos términos: por voluntarios comprende: “… Que nace de la voluntad, y no
por fuerza o necesidad extrañas a aquella”; 2. adj. Que se hace por espontánea
voluntad y no por obligación o deber. Por mercenarios: “Dicho de un soldado o
de una tropa: Que por estipendio sirve en la guerra a un poder extranjero […];
2. adj. Que percibe un salario por su trabajo o una paga por sus servicios […].
Esta última acepción permite afirmar que no solo son mercenarios quienes
reciben paga por usar armas con balas y lacrimógenas, también son aquellos de
“cuello blanco” que detrás de escritorios y sofisticados equipos de computación,
controlan comunicaciones, intervienen correos, y bloquean celulares de gente de
oposición, entre otras actividades.
Las fuentes financieras son variadas con el erario
público como base común, los guardias de la foto, los policías, los cuellos
blancos y los paramilitares de los colectivos son todos funcionarios
públicos. Esas fuentes se complementan con el chantaje de perder el empleo, los
pagos por participar en marchas, el “pónganme donde haiga”, y las prebendas de
un carnet de la patria que pretende desplazar la cédula de identidad de la que
el Libertador se sentiría orgulloso. Afortunadamente existen deserciones; unos
se sublevan; otros pasan a retiro o se niegan a reprimir compatriotas; los más,
pasan a engrosar el 90% de ciudadanos que rechazan a quienes solo piensan en
aniquilar oponentes para sobrevivir.
Sin dudas que la foto ut supra es congruente con
las definiciones aportadas. La costosa pared metálica que el militarismo
capitalista adquirió para su sobrevivencia, establece un claro deslinde entre
voluntarios y mercenarios. La democracia es gemela de la libertad y el dúo
Democracia-Libertad no acepta cuarteles. Prefiero la lentitud de miles tomando
una decisión, a la rapidez de UNO decidiendo por miles.
Prof. (UCV).
@oscarbastidas25
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