Misa, investigaciones y desagravios por
los seminaristas vejados en Mérida
Tenía un par de
zapatos nuevos, se los habían regalado dos días atrás y los mostraba orgulloso
a quien quisiera verlos. Con 12 años de edad, proveniente de un pueblo rural
del estado Mérida, llegó a la capital para estudiar en el Seminario Menor San
Buenaventura. Al igual que los otros tres muchachos agredidos, golpeados,
vejados y desnudados el 1 de julio, buscaba buena educación gratuita a cambio
de una aproximación inicial a la vocación sacerdotal.
Pero antes de
vestir la sotana, la historia que sería de superación personal se
convirtió en un cuento de horror que hoy moviliza a la Fiscalía General, al
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas y a la
Defensoría del Pueblo.
La reacción oficial
que tardó en movilizarse tres días, fue inmediata de parte de las autoridades
eclesiásticas, que convocaron, este 4 de julio, a una homilía en la ciudad
a la que asistieron más de 70 sacerdotes y representantes del seminario.
También hicieron
acto de presencia algunos mototaxistas de la cooperativa “El Carmen”, para
dejar en claro que ellos no estaban involucrados en este hecho, en el que
colectivos atacaron a los jóvenes, los golpearon con candados de motos en la
cabeza, los
desnudaron, amenazaron con prenderlos en fuego y los obligaron a meterse
desnudos dentro de unas alcantarillas.
En el acto de barbarie,
al joven seminarista le quitaron sus zapatos. Le prendieron fuego junto al
resto de su ropa. Lo dejaron descalzo y desnudo. Y sin oportunidad de comprarse
unos nuevos.
“Los que estamos
aquí hemos llorado mucho. Unos más que otros -dijo el sacerdote que llevó
adelante la homilía en desagravio. ¡Qué injusticia, Dios!. Pero la respuesta no
puede ser solo la rabia. Eso no puede ser. Son estos canales los que utiliza el
Señor para despertarnos. Es a la Venezuela dormida, que parece que está muerta,
a la que el Señor le tiende la mano y le dice: levántate”, concluyó el clérigo.
Las
instituciones del Estado se pronunciaron sobre los hechos que quedaron
registrados para la historia. Una gráfica en la que se ven tres jóvenes
desnudos corriendo por la avenida Don Tulio Febres Cordero dan cuenta de una
agresión colectiva que aún no tiene responsables.
El defensor del
Pueblo, Tarek William Saab, se pronunció sobre el suceso: La promoción de
actividades contrarias a la dignidad humana tendrá siempre mi rechazo- dijo.
“Nadie en su sano juicio podrá apoyar acciones como esta”. También señaló que
los culpables serán sancionados.
El Ministerio
Público envió una comisión de la policía científica junto a fiscales designados
para el caso.
El alcalde de
Mérida, Carlos García, repudió los hechos y comparó el episodio con una escena
de la Alemania de Hitler. “Son delitos de lesa humanidad que no prescriben”,
aseveró.
Foto: @eurolobo
José María Andérez repudió acción contra jóvenes seminaristas
El pasado viernes 1 de julio, ocurrió un incidente muy grave en las inmediaciones de la avenida don Tulio Febres Cordero, cuando unos jóvenes seminaristas que transitaban por la zona, fueron agredidos, humillados, desnudados y se les quemó la ropa, por parte de un grupo de personas encapuchadas, quienes se concentraron en ese lugar, quemando cauchos, cerrando el paso vehicular y además, según lo que reporta la gente, se dedicaron a atracar y atacar los bienes públicos y privados.
“Es humillante que estas cosas ocurran sin que la autoridad se haga presente, ya que son situaciones que se presentan con extrema frecuencia y nunca hay un responsable y ni quien dé la cara. Cómo explicarles a los jóvenes venezolanos que no están seguros y que en cualquier momento se les puede agredir, en medio de una impunidad que termina dando asco. Nos atracan, nos matan y nunca hay culpables, más del 90 por ciento de los crímenes en el país quedan sin resolverse, por ejemplo la universidad tiene más de 100 denuncias a nivel de la Fiscalía por agresiones que han sufrido los universitarios y no hemos visto a nadie detenido en relación con esos hechos. Lo que ocurrió con los seminaristas demuestra el clima de barbarie y de desmoralización a la que está sometida la sociedad venezolana, por parte de unos pocos que deberían ser controlados por la autoridad correspondiente”, manifestó José María Andérez, Secretario de la ULA.
La sociedad no puede mirar para otro lado, ya que esto es un grave caso de deshumanización y de violencia contra unos jóvenes, a los que les quedarán secuelas psicológicas del trauma que vivieron y donde les fue amenazada su integridad física y su vida. La sociedad merideña no puede permanecer impávida ante estas situaciones que cada día son más frecuentes en nuestro país. Es conveniente que las autoridades tomen cartas en el asunto, abran las averiguaciones correspondientes e independientemente de quienes sean los responsables, sean llevados ante la justicia. “En esas fotografías que circularon a través de las redes sociales, había gente sin capucha, esas personas tienen que ser identificadas necesariamente, no es posible que sigamos en este clima permanente de violencia e independientemente de donde venga, tiene que ser condenada ya que no beneficia a nadie y tiene que haber una autoridad que garantice que eso no va a volver a ocurrir”, agregó el profesor Andérez.
El profesor Andérez se comunicó con monseñor Baltazar Porras, una vez que tuvo noticias de lo sucedido, para manifestarle su solidaridad y la abrumación que sobrecogía a la comunidad universitaria, por un hecho tan atroz y que tiene que ser condenado por todos. “La seguridad tiene que volver a las calles de Mérida y a las calles de Venezuela, es intolerable que a mitad de actos vandálicos ocurran atracos sin que la Policía del estado aparezca. Cuando hay una manifestación en el Yuan Lin de la gente pidiendo que les pongan comida en los anaqueles, inmediatamente aparece la Policía y la Guardia Nacional, pero cuando ocurren estas agresiones brillan por su ausencia. Todos somos venezolanos y tenemos los mismos derechos a ser resguardados. Digamos no a la violencia y no a la impunidad, que es la madre de la generación de esa violencia, porque si a la gente que comete un acto delictivo se le lleva ante la justicia y le es aplicado todo el peso de la ley, estoy completamente seguro que estos actos no se repetirían”, dijo finalmente el profesor Andérez. Golfredo Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293
Foto
José María Andérez, Secretario de la ULA (Foto Ramón Pico)
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