sábado, 2 de julio de 2016

Escasez en Venezuela desafía los avances mundiales de seguridad alimentaria - Redacción La Razón

Los expertos aseguran que en Venezuela la interferencia del gobierno en el mercado y la producción ha llevado a un caos alimenticio


Venezuela parece ser la excepción a los estudios que aseguran que el tiempo de hambrunas ha terminado. Los avances tecnológicos y la producción de alimentos han aumentado la seguridad alimentaria, explica el economista británico, Stephen Devereux, en una entrevista en The Huffington Post.
El experto compara la situación nacional con lo que ocurrió con países como Corea del Norte, que tenía una gran escasez en los años 90, debido a la intervención excesiva del gobierno en la economía.
“Venezuela parece haber pasado de ser una economía de libre mercado a una economía controlada. Hay una grave crisis alimentaria en Venezuela porque el gobierno interfirió en la producción agrícola y el comercio, además del racionamiento de electricidad y agua”.
Todas estas intervenciones hacen que sea difícil acceder a los alimentos, no haya suficiente producción y la gente no pueda comprar comida, añade Devereux. “Se importa a precios de mercado negro exorbitantes que las personas no pueden permitirse, por lo que ahora hay mucho desorden por conseguir alimentos”.
Patrones de las hambrunas mundiales
El experto en desarrollo de la Universidad de Sussex, en Reino Unido, explica que normalmente las hambrunas comienzan con una interrupción en la disponibilidad o producción de alimentos. A continuación, las personas recurren al mercado y tratan de comprar alimentos, pero si son demasiado pobres para comprar alimentos, o si no hay comida para comprar, tienen un problema de escasez.
“En este punto, o bien el gobierno tiene que intervenir y ayudar a la gente a comprar alimentos, o subsidiar el precio de los alimentos, y si el gobierno no puede hacer eso, la comunidad internacional tiene que intervenir“, dice.
Venezuela parece estar siguiendo estos pasos y sin posibilidad de buscar una ayuda externa a su problema, pues el gobierno ha rechazado en varias oportunidades envíos de medicinas y alimentos que la Asamblea Nacional ha conseguido en las gestiones de lo que llaman “una crisis humanitaria”.
Para Devereux, un factor importante para la seguridad alimentaria mundial y la disminución de los problemas alimenticios es la difusión de la democracia.
“Los gobiernos que permiten la libertad de comercio, movimiento y la información son más propensos a evitar hambrunas que los países con gobiernos represivos o controladores que interfieren demasiado en el mercado o impiden que la gente se mueva, comercie y suprime información”, explica.
Otro factor es el grado de desarrollo del comercio y la infraestructura. Devereux considera que las zonas más afectadas por las crisis alimentarias y el hambre se encuentran en condiciones de “aislamiento” o son muy remotas, por lo que es difícil hacer llegar la comida.
Aunque Venezuela no aplica a esta condición, el limitado acceso a importaciones y el decaimiento del mercado interno la coloca en una condición de aislamiento.
El economista asegura que, a corto plazo, “la situación parece bastante mala”. La solución estaría en las decisiones políticas, como permitir a las empresas cobrar precios por encima de sus costos de producción y así potenciar los incentivos. “El gobierno tiene que admitir que necesitan ayuda”.
Devereux afirma que “Venezuela puede tener que pasar por un proceso de ayuda de emergencia y de recuperación hasta que la economía se estabilice y los cambios de política necesarios pueden realizarse”.

Jul 2, 2016

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