Los
trabajadores del Edificio del Rectorado de la Universidad de Los Andes (ULA),
se pronunciaron en relación con las situaciones de violencia y de vandalismo
que se han presentado en las adyacencias de éste. Vale destacar, que el pasado
miércoles 11 de mayo, varios empleados fueron reprimidos por grupos violentos
afectos al Gobierno, con golpes, empujones y palabras ofensivas y de amenaza
cuando se encontraban manifestando, pacíficamente, frente al mencionado
edificio, ubicado en la avenida 3 del centro de la ciudad, justamente a pocos
metros de la Gobernación del Estado Mérida.
Así lucen las paredes rayadas por personas desconocidas
Asimismo, en horas de la
madrugada del jueves, personas desconocidas e intolerantes rayaron las paredes
de la fachada principal del edificio, con mensajes de amenazas e intimidación
hacia el rector de la ULA, profesor Mario Bonucci Rossini.
Los grafistas, manifiestan amenazas
Vale recordar que el Edificio
del Rectorado de la Universidad de Los Andes es considerado patrimonio
arquitectónico de la región y del país. Fue diseñado y construido por el
reconocido arquitecto Mújica Millán y es la sede de varias oficinas de la
institución, donde laboran un grupo importante de trabajadores, en dependencias
tales como: Vicerrectorado Académico, Servicio Jurídico, Museo Arqueológico,
Oficina de Protocolo, Dirección de Relaciones Interinstitucionales, Oficina
Central de Grados y Egresados, Administración del Rectorado, Secretaría,
Despacho rectoral, Oficina de Prensa, entre otros. Igualmente en el edificio,
funciona la Facultad de Odontología, lo que significa que a él acuden un número
importante de personas diariamente para realizar actividades de distinta
índole.
Durante los últimos días,
empleados ulandinos que laboran en el edificio, se han visto en la necesidad de
abandonar intempestivamente sus puestos de trabajo, dadas las alteraciones del
orden público y amenazas proferidas por grupos violentos en contra de esta sede
universitaria.
Empleados se pronuncian
Yary Rodríguez
Yary Rodríguez, recepcionista
del Vicerrectorado Académico, señaló que: “a la universidad se le está
amenazando por parte de movimientos radicales del Gobierno. No podemos ejercer
nuestro derecho a protestar. Nos han golpeado, nos han rayado las paredes lo
cual constituye una forma de amedrentamiento”.
Lilian Torres
Lilian Torres, administradora
de Tecnología del Vicerrectorado Académico dijo por su parte que: “como miembro
de la comunidad universitaria, me he visto afectada con la situación de las
últimas semanas, porque un grupo de personas, no identificadas, han amedrentado
a los trabajares. Creo que las autoridades de la ULA deben hacer un
pronunciamiento y respaldarnos, porque no sentimos su apoyo como personal de la
ULA”.
Carmen Bastardo
Carmen Bastardo, vigilante
del Museo Arqueológico señaló que: “aquí somos vigilantes de prevención, pero
no tenemos ni un pito para defendernos, no tenemos ni radios portátiles para
comunicarnos. Somos los más vulnerables, porque todos se van y nosotros
quedamos solos. Lo único que podemos hacer es cerrar las puertas, pero nos han
lanzado bombas lacrimógenas por el techo”.
Marlene Araque
Marlene Araque, auxiliar del
Archivo del Vicerrectorado Académico dijo que: “el martes 10 de mayo, tuvimos
que salir del edificio a las 4 y 30 de la tarde y un grupo de personas en la
calle, al vernos salir, nos persiguieron y tuvimos que escondernos por más de
30 minutos en una tienda cercana para despistar. Sentimos temor al venir a
trabajar por no tener ningún tipo de protección”.
Estos fueron algunos de los
testimonios de los trabajadores del Edificio del Rectorado en relación con la
situación de amenaza de la que son objeto, y todo por defender a la ULA, sus
puestos de trabajo y reclamar ante el Gobierno Nacional salarios justos.
Protesta del 11 de mayo de 2016
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