jueves, 10 de marzo de 2016

Apuntes sobre la desprofesionalización de un país. Caso Venezuela - Luis Manuel Cuevas



“Todo saber oculta un poder, por lo tanto hay que desembarazarse del saber”
Jean Claude Carrière

El derecho a formarse y el derecho a un trabajo digno en tiempos de despotismo.

El paisaje nacional luce yermo, desabitado, los profesionales están partiendo en un ritmo muy acelerado. La diáspora intelectual es un hecho observable y medible. A muchos los he visto con la melancolía o desorientados, tal vez indiferentes, a otros los he visto al partir, quemando la Odisea para olvidar bajo el fuego que el retorno también era deseable si se tenía conciencia de país. ¿Quo vadis Venezuela?

1- El derecho a formarse y el derecho al trabajo es condición de libertad.

Lo primero que sucumbe en un Estado con tendencia al totalitarismo y al mesianismo es el apoyo mutuo y el reconocimiento de la diversidad que somos. Luego, la indiferencia ciudadana y el socialconformismo le van haciendo el juego al poder devenido en hegemónico. El sujeto es poco a poco modelado perdiendo sus libertades públicas y privadas. Si intenta  resistir en solitario, su campo de movilidad es cada vez más limitado.

Siendo un poder que detenta la condición de dudar, de ignorar/saber y de interrogarse, el poder del intelectual, del profesional dentro de un régimen totalitario se hace peligroso porque compite con mejores argumentos, porque denuncia, propone, imagina, porque está consciente de su función y plantea dudas razonables.

El Estado devenido en totalitarismo construye sus enemigos externos e internos. En tal contexto, el profesional es convertido en el  enemigo interno, el mismo camino siguen en esa tipología construida, el empresario, el comerciante, el ciudadano que disiente. Se pregona entonces una destrucción de jerarquías y de méritos, el individuo debe desaparecer, todos deben ser iguales, detrás de ésta lógica igualitaria se esconde como señaló Koselleck el terror.

La voz del poder entonces califica, estos enemigos son en una escala mayor, enemigos de la patria, ¿Cuál Patria? ¿La que ellos han construido a su medida excluyendo? Estos enemigos son además, en la lógica del déspota, los responsables de la crisis y por lo tanto son colaboradores del imperio, el otro enemigo imaginario, el externo, el que justifica la ineficacia del sector público en manos del Estado.
En tal sentido recordemos que el  Congreso del PSUV del 31 de julio de 2014  definió los límites al profesional dentro del diseño a futuro del Plan Patria, en palabras simples todo se reduce a: o está con el gobierno o sencillamente no tiene trabajo.

“Los puntos diez y  dieciocho de los acuerdos del III Congreso del PSUV  garantizan el apoyo irrestricto al proyecto y plantean para tales fines, la formación doctrinaria dentro del socialismo, base necesaria para crear confianza en un proyecto socialista que exige fidelidad sin crítica, y condición normativa para acceder a cargos del partido y de “la administración pública”, una evidente exclusión de los que no comparten dicho proyecto.”
(http://elrepublicanoliberal.blogspot.mx/2014/08/luis-manuel-cuevas-quintero-el-31.html)

Es así que en un sistema que pregona un igualitarismo ingenuo al calor de un partido único, el profesional, y el aspirante a ser profesional, deben ser neutralizados o excluidos. Los chinos dirían reeducados en un espíritu de normalización. Los cubanos les abrirían sus playas para que emigren en balsas.

Para un poder que se abroga para sí toda decisión y toda definición de límite, la Constitución termina por ser un estorbo, entra en contradicción con su aspiración hegemónica y unívoca. Recordemos que, La constitución misma legitima el principio de autonomía, y garantiza la libertad además de otros derechos contenidos en Capítulo VI, De los Derechos Culturales y Educativos. Sin duda alguna para los escépticos que siempre pululan en los espacios intelectuales, la lectura del artículo 109 es contundente y nos lleva al punto de preguntarnos si los derechos positivos se discuten o se deben acatar y respetar o en sentido más comprometido, hacerse respetar.

“El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a los profesores, profesoras, estudiantes, egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la Nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad del recinto universitario. Las universidades nacionales experimentales alcanzarán su autonomía de conformidad con la ley”

La lógica de la Constitución debe ser omitida, anulada, pues se está en revolución, es decir en un perpetuo estado instituyente. El poder monopolizado por un Estado colonizado por una ideología, es de tan simple, perverso.

En una conversación sostenida por Jean Claude Carrière y el recién fallecido Umberto Eco, en un segmento dedicado a los mecanismos de dominación, Carriérre hablando del destino de los académicos chinos y los profesionales enviados a campos de reeducación para extirparles la autonomía de pensamiento, decía que en China, “Todos los que tenían especialización o conocimientos particulares tenían que ser neutralizados”, en este contexto, por ejemplo, el mayor especialista en música China tradicional enviado a un campo agrícola a echar pico y pala, “pasó nueves años jugando dominó”.
En los contextos totalitarios  es una realidad concreta el deterioro de la condición profesional y su humillación. Esto ya lo señalé en 2014 en medio de un mutismo universitario, en “EL PROFESOR, ¿UN NUEVO ENEMIGO? APUNTES SOBRE EL DISCURSO ANTIUNIVERSITARIO, DESDE MEXICO”

“En su simpleza y practicidad, no se trata solo de cercar a las universidades en términos presupuestarios, sus últimas operaciones [las del gobierno] tratan de limitar su derecho a formar, un aspecto clave para entender el carácter fundante de la autonomía en tanto que ejercicio de la razón y apertura al movimiento de los conocimientos”
(http://elrepublicanoliberal.blogspot.mx/2014/10/luis-manuel-cuevas-quintero-el-profesor.html)

Cuba y China son ejemplos de ésta situación de subalternización del profesional, aunque como sabemos, China, no obstante, ha ido cambiando post Tiannamen; hoy es la primera fuerza estudiantil en los EEUU. Esto dice mucho de un matiz que ciertos países tienen claro: la formación profesional de calidad. Sobre todo si quieren enfrentar con mayor preparación los retos locales  y los flujos globales de la economía y de los productos no tangibles como por ejemplo, la cultura.

2- La coacción al profesional y a la Universidad.

En el contexto venezolano la coacción al profesional es patética, casi de vaudeville, se le niega el derecho a aspirar  a mejores condiciones materiales de vida y, se le niega a acceder a mejores condiciones, digamos, espirituales, es decir, el derecho a formarse y a formar un criterio sustentado en el ejercicio de la autonomía y la producción de pensamientos y de obras, cuyo único límite está formado por el imperativo categórico, el derecho a vivir con un sueldo digno y el derecho a tener oportunidades de trabajo. Pero no, en la lógica del poder Ejecutivo, estos individuos que tienen el poder de saber son enemigos. Luego las universidades que los forman también lo son y en consecuencia, deben ser cercadas y estranguladas materialmente. Vaya genealogía del terror se inventa el despotismo.

La cosa empeora cuando una simple mirada al Producto Interno Bruto engordado por más de una buena década de bonanza petrolera fue literalmente dilapidado entre “regalitos a países socialistas” y la “migración de grandes capitales en divisas” a paraísos fiscales como los de Suiza, Panamá o Andorra que esperan por ser investigados seriamente y los capitales existentes, confiscados y repatriados.

La solución del Estado a la crisis económica fue además de endeudarse, la de crear una Empresa militar que monopolizará el negocio petrolero, la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas. Antes ya lo habían intentado con el negocio agroalimentario al crear PDVAL y militarizar los puertos; el resultado fue patético, la escasez de productos y las largas colas para comprarlos cuando los hay. ¿Qué cabe esperar con esa Compañía petrolera camuflada de verde?

Ésta reciente jugada es clara y está triangulada en la Habana. Recordemos que el Ministro de la defensa se retrató sonriente con Fidel durante unos meses de estadía en la Isla en 2015. Nuevamente un espacio para la colocación de los profesionales formados en las universidades pasa a ser confiscado por los militares. El civil queda subalternizado por la bota militar y la principal fuente de obtención de divisas queda en manos de su arbitrio.

Ante el expolio, el paisaje de convivencia ciudadana devino en una crisis que no ha dejado de profundizarse, y la tensión entre el “síndrome Niemöeller” que es el de la indiferencia, y la  desobediencia civil emergen como opciones.

Todo conduce a varias interrogantes de fondo, ¿en la Venezuela petrolera, qué hicimos para formar país? ¿Le importó al pseudosocialismo formar los recursos humanos y brindarles oportunidades de retorno para construir país como lo hace China?  ¿Qué sucedió con las universidades alineadas que creó el gobierno para enfrentar a las universidades autónomas? ¿Qué calidad están recibiendo, con algunas excepciones esos estudiantes? O,  ¿siguió la lección dictada en la Habana de profundizar las condiciones para propiciar el desaliento y en consecuencia el desestímulo o la huida de los profesionales?

3- El triste Tigre de la Habana.

El caso cubano, ilustra muy bien la tensión del individuo prisionero en un sistema que lo aplasta, lo anula, y lo modela en un rasero en el que cortar caña y hacer vigilias de movilización ante eventuales e imaginarios ataques imperiales, es igual a estudiar, a formarse y a contribuir al desarrollo “de acuerdo a sus capacidades”. Maniobras para distraer, maniobras para tontos útiles. Qué malos marxistas resultaron los caribeños.

Muy a propósito, Semana de Colombia público una dramática entrevista a uno de esos “misioneros” que vinieron “altruistamente” a Venezuela a prestar un servicio, ¿gratuito?; en apariencia; la realidad es que ésta misión buscaba dos objetivos: ir desplazando al profesional venezolano para mostrar al “buen samaritano socialista”, y obtener para Cuba regalías en petróleo y otros beneficios en dólares a cambio del uso como mercancía de cambio de lo poco del recurso que les queda de su clase profesional.

El testimonio de ésta misionera estremece:

 "Su idea era salir de ese país y buscar un rumbo distinto. En Cuba, para ella, no hay forma de avanzar o de lograr “algún ahorro”. “Tenía amigos que me suplicaban un plato de comida porque no tenían dinero. ¿Sabe qué era lo triste? Que eran profesionales y trabajaban. Allá no se logra nada”.

“Sin embargo, en Venezuela se encontró con una situación aún más devastadora. Cuando llegó al estado Portuguesa –donde residió durante su misión–, se dio cuenta de las reglas “absurdas” del proyecto, del maltrato y de las “condiciones inhumanas” en las que le tocaría vivir."
(https://esmg5.mail.yahoo.com/neo/launch?.rand=53ctipv8rvq27#5257969178)

La “misionera” enfrentaba entonces dos situaciones de opresión; la del régimen cubano y ahora la venezolana. El testimonio nos lleva a reflexionar sobre el mundo de la vida confiscado por un sistema despótico.

El texto es gráfico con respecto al debilitamiento profesional y la clausura del futuro en esta historia del tiempo presente. El texto además, es un “espejo que no oculta nuestro rostro”, sino que lo muestra con todo el terror reptante de un poder muy sutil pero muy eficaz cuyo fundamento, es el uso del miedo cuya estrategia ha sido importada a Venezuela.

De fondo lo que he llamado el “síndrome Niemöller”, es decir, el comportamiento indiferente de una buena parte de la clase profesional. A ésta la debilitan dos condiciones: las necesidades materiales y la crisis del sentido de comunidad. Otros resisten pero les falta organización.

4- Para una tipología del profesional en crisis.

El desestímulo y provocación a la clase profesional bajo el totalitarismo se juega entonces en cuatro  frentes:

a) El de la resistencia en un ambiente sin estado de derecho y bajo la volatilización de su sueldo en una de las economías con mayores índices de inflación.  El último acoso ha sido el de la vía impositiva que golpea severamente los ya de por sí deteriorados sueldos.

b) El de las necesidades que conduce a la sumisión en las largas colas para obtener un mísero producto de higiene o de alimento que llevar a su casa.

c) La huida dejando atrás su país buscando un nicho académico o laboral  en donde desarrollarse.

d) Y tal vez la más patética porque se fundamenta en la “servidumbre voluntaria”, el de su inserción en el infierno ideológico y burocrático del pseudo-socialismo del siglo XXI, en donde la capacidad única que se valora, es la fidelidad y no la formación profesional. Así, en el caso de Venezuela, hemos tenido a un recién egresado, Héctor Rodríguez Castro -que proclama que los pobres deben seguir siendo pobres para que no atenten contra el socialismo-, como vicerrector de Asuntos Sociales y Participación Ciudadana de la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (UNEFA), luego como Ministro de Educación y actualmente como Jefe de la fracción Parlamentaria del PSUV en la Asamblea Nacional

      (Su perfil muestra 17 cargos ejercidos dentro del aparato burocrático del Estadosocialista en un tiempo récord).
 (http://www.poderopedia.org/ve/personas/Hector_Rodriguez).

      El poder tal y como está concebido desde el Ejecutivo no necesita de perfiles académicos, necesita de serviles. Razón tenía Todorov al referirse a la vida en el comunismo en la cual el sujeto supuestamente colectivo, comunitario, se transforma en parte de la máquina de poderío, “El comunista medio no es un fanático, sino un arribista cínico que hace lo que hay que hacer para acceder a una posición privilegiada y asegurarse una mejor calidad de vida”

El profesional venezolano ante un contexto tan opaco, tan laberíntico, tan pobre en espíritu, se debate entre quedarse para resistir o sucumbir, otros buscan la salida pragmática, huir; el ¡run for your lives! se ha convertido en la salida más concurrida.

5-La formación universitaria en peligro. Destruir la formación profesional es destruir al espacio profesional mismo.

La vida de quiénes han optado por formarse en el extranjero en Instituciones universitarias de prestigio es tal vez peor, viven la sensación de estar en un limbo material en un país extraño, el gobierno no otorga las divisas que ellos, los estudiantes o sus universidades deben pagar para poder mantener el programa de formación y mantener la estadía del estudiante. Se niegan los recursos, o llegan limitados o a destiempo, se ponen trabas y más trabas para desesperar al beneficiario. Todo busca desalentar.

La opción de estos profesionales en formación  es renunciar o resistir privilegiando su formación en condiciones materiales y psicológicas muy duras. Han venido a formarse para su país, pero el futuro es incierto y el espejo de las cuatro tipologías muestra su horizonte de expectativas.

Los profesionales ya formados parecen olvidar esta condición de sí, la de que ellos también en algún momento, también se estuvieron formando. No parecen entender la espacialización del problema. Al negar el derecho a formarse, la profesionalización decae, y pronto, el profesional ya formado  contaminado del síndrome Niemöller, que cree estar seguro, verá su espacio profesional arrebatado por réplicas del burócrata corrupto, oportunista y sin formación.

En tal contexto, ¿las universidades como institución educativa productora y captadora de profesionales se han detenido a pensar en esto? y luego, ¿cuál ha sido su respuesta sustantiva y sostenida ante la diáspora intelectual?

La atmosfera que se respira es pesada, y la representación  universitaria articulada en aquella frase de Bianco sobre la Universidad como una "casa que vence las sombras", se ha invertido poco a poco en una imagen de la literatura Gótica en la cual, la casa universitaria se oculta en las sombras y en los laberintos que crean ambientes de opresión propiciada por una atomización de los órganos de cogobierno universitario que parecen defender parcelas sin ver el espacio general de la autonomía que hemos ido perdiendo. Hay otro plano de preguntas que no pienso responder por ahora sino solo enunciar.

¿Cuál es la actual imagen pública del universitario en Venezuela? ¿Qué sucedió con los planes para formar profesionales en las mejores universidades del mundo? ¿Se ha  consultado en serio a sus becarios (the last mohicans), hoy desprotegidos económicamente y resistiendo en un paso de las Termópilas posmoderno? ¿Qué sucede con la colocación de nuestros egresados? ¿Se ha valorado el horizonte de expectativas que se abre al egresado de las universidades autónomas? ¿Se ha valorado la depresión colectiva que se vive en la Universidad Autónoma ante el hostigamiento del Ejecutivo y los colectivos de paz armados? ¿Y las comunidades científicas ya se han decidido a bajar de la ciencia neutra para colocarse del lado del humanismo acosado por el despotismo? ¿Qué se esconde tras el Sistema Nacional de Formación Permanente del Docente Universitario al que muy pocos han prestado atención debida?

¿Se puede ser indiferente?

El panorama luce oscurecido, pero hay esperanza, sobre todo  sin entendemos que el apoyo mutuo y la condición libertaria del pensamiento, junto al derecho de igualdad de oportunidades, deben defenderse con palabras y acciones.

Alguien se ha visto en el espejo totalitario de una Cuba que destruyó o sometió al designio pragmático del poder de un déspota la libertad intelectual. Venezuela va por el mismo camino; lo que observé recientemente en  mi Universidad ilustra, ya hay signos y síntomas de un malestar que  muestra la "fatiga de materiales". Los jóvenes ya no acuden a las aulas, los profesores renuncian porque la oferta de trabajo del “amigo ecuatoriano” por ejemplo, es más atractiva, los profesores están deprimidos.

 En tal crisis, el conocimiento sin el diálogo no existe, y las aulas y las comunidades científicas, los gremios y  el espacio público son sus medios de realización.

 Los profesionales deben entender los objetivos comunes dentro de un marco de esperanza, expectativas y acciones que impliquen dejar de salvarse en balsas para salvar el barco nacional que se hunde. Los profesionales deben entender, que cuando el Ministro Rodríguez dice que “los pobres deben seguir siendo pobres”, el que habla no es sólo él, es una mentalidad  compartida desde el poder burocrático que ve en la pobreza su principal aliado para practicar el populismo manipulador que les asegura en los cargos y en los beneficios que el cargo comporta.

En tal orden de ideas, el discurso de Rodríguez ha sido interpelado con solidez por Willy Mackey, quien desmontó la conversión de la pobreza en arma de poder político, remontando su genealogía más reciente a la China maoísta, “Los pobres convertidos en el combustible histórico del proceso. La pobreza vista como la condición ideal para el deseo y la batalla constantes. La pobreza como política de Estado”. De fondo como señala Mackey, ésta el condicionamiento del ejercicio de la libertad a la afiliación a una ideología. (http://prodavinci.com/blogs/apuntes-a-proposito-de-las-declaraciones-del-ministro-hector-rodriguez-por-willy-mckey/).

Ésta apelación a la pobreza debe leerse en una condición de mayor amplitud dentro del discurso de Rodríguez, significa pobreza instrumental para mantener el poder. Pobreza que no se explica solo en el ámbito material de acceso a sueldos y servicios dignos, sino a limitar el acceso a los cargos o limitar el crecimiento profesional del individuo aplastado por una ideología cuya cultura se reduce al mando y obediencia, o como señala Mackey, “la disciplina de obediencia ciega y jerárquica como única manera de asegurar el pan, el techo y el reposo”. En este contexto, frases tan aparentemente tontas, que incluso han pasado desapercibidas por nuestros intelectuales que las ven como irrelevantes, como por ejemplo: “así es que se gobierna” o el “rodilla en tierra” cumplen una función modelizante de la conducta subalterna.

En conjunto, todo el proyecto de desarrollo del gobierno y el Plan Patria, no pasa de pura retórica para consumo de masas, sus metáforas de los motores ya no calan.  Los mismos intelectuales afectos a un izquierdismo cosificado en la Sierra Maestra, tienen cada vez dificultades para defender sus presupuestos teóricos. Un proyecto de tal naturaleza se opone a los Objetivos planteados en un consenso global por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo denominados: Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y más recientemente, formulados como Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), u Objetivos Mundiales que han venido proponiendo con seriedad el  “abordaje de la  indignidad de la pobreza” y “poner fin a la pobreza”. En tal escala global, ¿De qué lado estará el sistema pseudo socialista?  ¿Cómo se lee esto en el contexto nacional si es que se lee? ¿Cómo puede conciliar realismo y manipulación un oyente de las palabras del Jefe de la Fracción parlamentaria del PSUV? ¿El profesional seguirá pensando en que el dialogante es sensato?

6- Tensión en las arenas movedizas. La autonomía como último reducto.

En las arenas movedizas dos boxeadores se enfrentan y se van hundiendo poco a poco, Michel Serres el gran filósofo de la ciencia reflexionó a la vista del cuadro de Goya sobre una historia que ilustra el empecinamiento de las disputas de poder sin sentido de globalidad y de alteridad. Un poder que disuelve el otro poder, el moral.

Queda en la Asamblea Nacional salir de ese pugilismo absurdo y enfrentar fuera de las arenas movedizas y con leyes contundentes el pseudo socialismo importado del Caribe que se ha impuesto en el país y que ha convertido a la atmosfera venezolana en una atmosfera irrespirable.

Habitar es construir espacios de esperanza y de movilidad.
Destruir a los intelectuales o profesionales de un país es destruir el país mismo. Destruir las posibilidades del pueblo -ese constructo lleno de individuos-, para superar libremente su condición formándose, es disolver el mundo plural en un pensamiento único cuya única oportunidad, está en el sometimiento del individuo al Estado y al partido,  a menos que este individuo tome conciencia de su autonomía  y se revele.

En Venezuela ¿Se defiende con fuerza el Estado de Derecho más allá de la retórica política? ¿Se defiende el derecho a formarse y a tener igualdad de oportunidades? ¿Se defiende el derecho a la cualificación profesional del trabajo?

En esta tensión,  el precio de ésta desprofesionalización causada por la imaginación destructora propiciada por el pseudo socialismo  ¿quién lo paga? ¿Se ha evaluado con datos estadísticos y con métodos cualitativos el problema? ¿La Asamblea Nacional, las universidades y los gremios tienen estas evaluaciones y balances? ¿Las piden? ¿Las tienen para dirigirse con propiedad al país? O es que van a despachar el problema con un si, ya lo sabemos, o ya lo habíamos pensando, solo para quedarse inmóviles como personajes salidos de esperando a Godot.

Aquí en esta suerte de Proceso reescrito por miles de kafkas anónimos, la ilusión del fin de la Historia es simplemente eso, una ilusión.

El mundo se sigue movimiento dialécticamente, ya Cuba ha mutado, tiene otra cara para su mejor amigo, los EEUU; sin embargo sus profesionales, los que les quedan, aún no se lo creen y siguen huyendo en balsas o llegan masivamente a Costa Rica “buscando visa para un sueño”.

En este contexto de distensión, ¿cómo queda el discurso antiimperialista? ¿Cómo quedan los complots? ¿Los ciudadanos venezolanos estarán dispuestos a entender esto y a partir de allí enfrentar la manipulación política? Y a todas estas, ¿cómo es que mi enemigo es amigo de mi amigo?  ¿Lo entenderá la izquierda resentida? ¿Lo entenderán los hijos de esa zurda conducta que no parecen ver que Fidel y Raúl se cambiaron los tenedores de mano?

Estamos necesitados no de gremios atomizados en sus acciones, sino de una unidad nacional profesional que envuelva a todos los descontentos ante el deterioro económico y el deterioro espiritual, que construya esperanza en torno a un objetivo común. La  palabra esperanza aquí en ésta crisis, no es banal, sobre todo si se entiende que arrojados en el mundo, lo único que nos queda es trabajar para conseguir las cosas dentro de un horizonte de expectativas. Su alcance no se hace sin esfuerzos, y cuando un poder como el del Ejecutivo se desborda, el individuo debe fortalecerse en el apoyo mutuo y enfrentarlo con los medios democráticos que contemplan entre otras cosas, exigirle respeto y cuentas claras al Estado

Ninguna Democracia como señaló German Carrera Damas se ha logrado sin una presión, ésta debe ir más allá de las meras palabras y del voto.  Debe dirigirse al espacio público que es el espacio en el que toma sentido.

El estado de locura, de poder enceguecido puede llevar al país a un hundimiento de proporciones incalculables.  ¿Y los profesionales, qué harán? Conviene que piensen en una pregunta que ya formulé en 2010, ¿es posible pensar una universidad autónoma en un contexto autoritario?

La autonomía al menos en su versión moderna no tiene que ver también con la formación profesional, y el profesional ya formado no es el producto de ésta autonomía.

Entenderá algún día la sociedad que ser profesional es un trabajo que cada quién debe hacer con igualdad de oportunidades -que implica Instituciones fuertes-, para superar su condición de pobreza. Que la profesionalización es un indicador general del desarrollo que redunda en beneficio a la sociedad misma. La autonomía radical que reside en el individuo es condición de libertad frente al poder que sobre el cuerpo quiere ejercer el despotismo.

Toda sociedad en crisis debe entender que el curso de la historia no es inexorable, y que los despotismos por muy destructivos que sean  no decretan el futuro.

Luis Manuel Cuevas Quintero
luimanc@yahoo.com
ULA-UNAM
Merida - Venezuela
Mexico

Publicado por EL REPUBLICANO LIBERAL en 14:18

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